[Yoongi]

¿He dicho que amaba la risa de Jimin? Siempre que despertaba con él en mi cama le hacía cosquillas para escucharle reír. Era mejor que cualquier canción, mejor que cualquier rap. El mejor sonido del mundo.

- ¡-Ah, Yo-Yoongi, b-ast-basta!

Se revolvía mientras reía, intentando evitar mis pies, los cuales no paraban de presionar en los lugares concretos para sacarle las mejores carcajadas. Incluso yo terminé sonriendo al ver esa imagen.

- Eres tú quien se cruza con el trayecto de mis pies.

- ¡Qu-que me hago pis en-encima!

Reí y finalmente le liberé, separando mis piernas y soltándole. Yo no era dado a los juegos tontos e infantiles como este, pero con Jimin era diferente. Con él todo era diferente.

- Ahora verás, tortuga con pelo rosa.

- ¿Cómo que tortuga, mocoso? ¡Además, ya te he dicho que es salmón! ¡Sal... Món..., no rosa!

Ignorándome por completo, se lanzó encima de mí para esta vez comenzar a hacerme cosquillas él a mí. Mala idea, porque al primer segundo, como acto reflejo pegué veintemil patadas al aire y una le dio a Jimin en toda la entre pierna.

- ¡AH! –Se alejó de inmediato, encogiéndose sobre si mismo, agarrando sus rodillas y girando. Balanceándose de una lado a otro sobre el colchón con cara de dolor. – Mierda Yoongi...

- Ya te he dicho que no me gustan esos juegos –respondí con fingida indiferencia, porque en el fondo no podía evitar preocuparme. Suspiré y me acerqué a él, quitando sus rodillas de en medio. – Déjame ver, exagerado...

- Como no se vuelva a levantar me las pagas.

- Si no vuelve a funcionar te tocará hacer siempre el rol de pasivo –respondí en broma, intentando amenizar el ambiente. Solo tuve que mirarle unos segundos para saber que no le había hecho ninguna gracia. Preferí dejar el tema y bajé sus bóxers, observando si era tan grave como decía.

- ¿Está entera?

Rodé los ojos, reprimiendo una sonrisa, y levanté la vista asintiendo. Jimin cambió su expresión de preocupación absoluta a una más relajada. Sonreí y volví a agacharme, acercándome ahora más a la parte rojiza. Agarré su miembro entre mis manos y di una pequeña lamida, disfrutando del gemido que salió de los labios de Jimin.

- ¿Qué haces? –preguntó con ligera desconfianza.

- Comprobar que siga funcionando. En verdad no me gustaría ser activo todo lo que queda de vida.

No sé si él entendió la parte oculta de mi respuesta. Si se percató de que acababa de decir que quería pasar el resto de mi vida con él. Porque era lo que quería. Porque le amaba con toda mi alma y no volvería a cagarla.