Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

೬𐇵☕Café #40: Cualquier café, mientras sea contigo☕ຼ້ೂ

Suspiré mientras me encontraba de pie en el umbral, y pensé por unos segundos lo que debía decir.

El día se encontraba nublado y húmedo, un día pésimo para un casamiento.

Sin más preámbulos me adentré en Café Contigo, para buscar a Álvaro y pedirle que fuera mi testigo, ya que Fanny se encontraba devastada en su casa. Me había llamado en la noche para disculparse por no poder asistir a la firma.

— ¿Qué haces aquí?— Preguntó él extrañado en cuanto me senté en la barra.

— Vine a invitarte para que... Seas mi testigo. La firma será a las 4:00 de la tarde.— Dije apenada.

— Lo siento, pero no puedo estar observando cómo firmas un maldito papel para que le pertenezcas a ese idiota. Creo que ayer te dejé claro lo que sentía por ti.— Respondió molesto mientras ponía una taza debajo de la máquina.

— Quizás estás confundido...— Dije en voz baja.

— No estoy confundido, si tú no estás segura de lo que sientes por mí, está bien, pero nunca antes estuve tan seguro de algo en mi vida, te amo. No importa lo que haga, es así.

— Por favor...

— No, no lo haré. Si quieres casarte con alguien que solo te dañará, entonces hazlo, es tu vida, pero no me pidas ser testigo de cómo firmas tu destrucción. ¿Crees que alguien que te ama te hace menos de lo que eres? ¿Alguna vez te preguntaste por qué el amor es una gran ilusión? Porque la otra persona te hace sentir especial... Me duele ver como tienes una idea torcida del amor. Steve un día podría irse y abandonarte. ¿Entonces de qué servirá haber hecho este sacrificio por algo que no puedes mantener?

En ese momento tragué saliva, y mi mente quedó en blanco.

¿Por qué rayos tardaste tanto en darte cuenta? Corre... Pero esta vez no lo hagas para huir... No huyas más... Esta vez corre para encontrar.

Sin decirle una palabra me levanté del asiento y corrí hacia la salida.

— ¿Qué pasa? ¿Huirás de nuevo?— Preguntó él cruzándose de brazos.

— Vendré por mi café esta noche... Y no, no corro para huir, corro para encontrar.— Respondí sonriente, lista para hacer lo que debía.

En cuanto llegué al parque más cercano, me senté en una banca y llamé a Steve para pedirle que fuera hasta allí.

Mientras lo esperaba, no me encontraba nerviosa, ni triste, porque por fin había abierto los ojos gracias a Álvaro, y nunca es muy tarde para arreglar las cosas.

Alrededor de 20 minutos después, Steve llegó y se sentó a mi lado.

— ¿Qué sucede? ¿Por qué me has pedido que venga? Ah y por cierto... Fanny me ha contado que Álvaro terminó con ella.

— Si, es cierto, pero debo decirte algo importante...

— ¿Qué pasa amor? ¿Es sobre el compromiso? Tranquila, también estoy nervioso, pero por fin estaremos jun...

— No nos casaremos.— Le interrumpí.

— ¿Qué?— Frunció el ceño.— ¿Estás bromeando verdad?— Preguntó sonriente.

— No... No quiero casarme contigo, cancela la firma.— Respondí seria.

— Pero... No entiendo... Kate...— Steve comenzó a sollozar.— Dejaré que escribas, puedes hacer lo que quieras... Si deseas ser astronauta, entonces selo, pero, por favor... No termines esto... Te amo... ¿Lo dudas?

— No, por supuesto que no, estoy segura de que me amas, por años lo demostraste. Pero no me amas de la manera correcta, no de la manera en que quiero y merezco.— Confesé.

— Aprenderé a quererte como deseas... ¡Yo te amo!

— Steve... — Suspiré colocando mi mano sobre su hombro.— Esto es lo mejor, no eres un mal chico, eres atractivo, atento y detallista, pero debes cambiar algunas cosas en ti. Cuando logres aprender a valorar una chica y sus capacidades, encuentra a alguien y sé una persona de la que algún día puedas sentirse orgulloso, ámala y apóyala... Te deseo la mayor felicidad del mundo, estoy segura que encontrarás a la chica ideal, quizás está delante de tus narices y no logras darte cuenta. Y por último, me gustaría agradecerte, fui muy feliz, a pesar de algunas cosas,  mientras estuve a tu lado.

Me levanté de la banca y le di un último beso en los labios, uno corto y tierno, en honor a nuestra hermosa historia.

Porque la verdad es que Steve, era un buen chico que debía aprender un par de cosas.

Me dirigí a la editorial con una sonrisa en el rostro, y sintiendo un alivio inmenso.

Ese día en la noche.

— ¡Álvaro!— Exclamé adentrándome en la cafetería, la cual se encontraba repleta debido a una nueva receta de pastel que estaban preparando.

— Kate...— Suspiró él, se encontraba sin su uniforme, y con una maleta.

— ¿Por qué esa maleta? ¿Y por qué no llevas tu uniforme?

— He estado todo el día trabajando sin cesar debido al nuevo pastel, estoy exhausto... Planeaba renunciar mañana, pero no soportaré lo que queda de la noche aquí.

— ¿Renunciar?— Pregunté asustada.

— Hoy se cumple mi plazo de trabajo, hoy debía decidir si permanecía trabajando aquí y no, y tomé la decisión de irme. Encontraré otro lugar.

— Pero... ¿Por qué?

— No puedo verte entrar cada mañana con ese idiota, tomando su mano, besándolo, viendo cómo te lastima y aplasta tu sueño. No estoy listo para verte ir, y no voy a pedirte que no regreses aquí, entonces... Lo mejor es que renuncie, y olvide que alguna vez nos cruzamos. Conocernos fue un error.

— ¡No! ¡No fue un error! ¡Conocerte es lo mejor que me ha sucedido en la vida!— Exclamé. — Te amo... Ayer te mentí... Te he mentido siempre, te amo demasiado, y ni siquiera sé desde cuándo. Provocaste en mi interior cosas que nadie había provocado. Lograste que hiciera cosas que antes de conocerte nunca hubiera sido capaz de hacer. Me enamoré de ti como una idiota, de tus ojos dorados, tus labios finos, tu sonrisa, tu cabello desordenado, tus hoyuelos en las mejillas... Y de tu aroma... Tu dulce y amargo olor a café, mi fragancia favorita. Los olores de los cafés que bebo cada mañana me cedan, pero ninguno me calma más, como el que emana de tu cuerpo...— Hice una pausa para mirarlo a los ojos y me lancé a su torso, envolviendo mis brazos en él.— Abrázame tan fuerte, que termine oliendo como tú... Que tu aroma a café penetre mi ser, y se quede a vivir en mi piel, para que no solamente forme parte de mis pensamientos, para que también forme parte de mí.

Álvaro me separó de él y miró hacia mis ojos, tomó mi rostro entre sus manos y unió nuestros labios.

Todos en la cafetería se quedaron observándonos.

— Te amo.— Susurré separando nuestros labios.— Te amo con cualquier pasado, presente o futuro.

— Sería capaz de inventar una máquina del tiempo y volver al día en que te conocí, para volver a verte por primera vez y enamorarme de ti... Me entristece saber que jamás podré volver a verte de esa manera... Pero prometo mirarte cada día, como la mujer que se llevó este corazón encadenado a su pasado... La mujer que le quitó de la cabeza que nadie podría amarlo debido a la persona que fue en su pasado.

En ese momento unimos nuestros labios de nuevo, y la verdad es que no sentí mariposas... Me sentí segura.

— ¿Qué rayos está pasando aquí?— Preguntó Fanny.

Rápidamente nos separamos, Fanny y Steve se encontraban de pie frente a nosotros.

— Lo sabía... Siempre lo supe... Intenté convencerme de que no... Pero en el fondo sabía que estabas enamorado de ella...— Dijo Steve desconcertado.

— Pues pensaste bien... Amo a Kate, la amo como tú no supiste amarla.— Respondió Álvaro altaneramente.

— ¿Qué haces aquí Fanny?— Pregunté asustada, las lágrimas empezaron a resbalar por mi rostro.

— ¿Qué haces tú?— Susurró ella frunciendo el ceño.— ¿¡Por qué me traicionaste así!?

— ¡Juro que intenté evitarlo!— Grité entre sollozos. — ¡Pero me enamoré de él!

— ¡El plan era que se enamorara de mí! ¡No de ti! ¡No te pedí nada! ¡Fue tu idea unirme a él! ¡Eres una zorra!— Exclamó ella.

Los clientes y los meseros se encontraban boquiabiertos, era obvio que los empleados no nos expulsaban para escuchar todo.

Vaya gente chismosa.

— ¡De verdad lo siento!— Exclamé desgarrada.

— ¿Me estabas poniendo los cuernos?¿¡Por eso cancelaste nuestro maldito compromiso justamente el día de... La firma?!— Steve gritó desconcertado.

— ¡No te atrevas a gritarle!— Exclamó Álvaro.

— ¿Y tú cómo fuiste capaz de hacerme algo así? Sabías que todos los hombres que pasaron por mi vida me lastimaron... Prometiste ser diferente. ¡Y solo hiciste exactamente lo mismo!— Le gritó Fanny a Álvaro.

— ¡Intenté amarte! Reprimí mis sentimientos por Kate porque ella se casaría con Steve... Y eres tan especial que creí que podría sanarte y quererte.— Respondió él.

— ¡Lo hiciste por lástima!— Le gritó ella.

— ¡Por eso estabas tan extraña últimamente! ¡Porque me ocultaste lo que sentías por él!— Me gritó Steve.— ¿En qué momento dejaste de amarme? O no... La pregunta correcta es... ¿En qué momento empezaste a quererlo a él?

— Álvaro me entendió como nadie, juro que intenté evitarlo... Pero es como si mi alma estuviera atada a la suya... Tenemos una conexión extraña.— Expliqué.

— ¡Deja de decir estupideces!— Fanny lloraba a cántaros.— Son unos mentirosos... Me traicionaron... Incluso esperaba que Álvaro me traicionara algún día... Pero... ¿Tú? Se supone que eres mi mejor amiga... Mientras te contaba las cosas que me sucedían con él seguramente te sentías horrible por dentro... Eres un asco... Winner. ¡Solo eres una zorra! No le deseo a ninguna chica ser tu amiga... Créeme que le hablaré mal de ti a todo el que pueda.

— Fanny... Por favor...— Supliqué.

— ¡No oses en disculparte otra vez!— Gritó Steve. — Ambos son solo unos traidores. Se merecen... Son tal para cual...

— No nos llames así... Es cierto que intentamos reprimir lo que sentíamos, por ustedes...— Confesó Álvaro.

— ¡Bravo!— Exclamó Fanny.— Deberíamos darles una medalla a cada uno por esa buena acción. ¿Verdad Steve?— Contestó ella sarcásticamente.

— No quiero quedarme un segundo más aquí... Les diría que les deseo suerte... Pero la verdad es que no... — Dijo Steve arrogantemente.

— Me iré, aceptaré la propuesta de mi hermana y me iré a vivir con ella fuera del país... No soportaré estar en el mismo lugar que estas dos escorias... El mentiroso y la zorra.— Respondió Fanny indiferente, limpiándose las lágrimas.—  Que sean muy felices... Espero que el haber acabado con mi vida y la de Steve, dé sus frutos.

Fanny se dirigió indignada hacia la salida.

— ¡No puedes irte del país Fanny! ¡Espera!— Exclamó Steve corriendo tras ella.

Álvaro y yo cruzamos nuestras miradas, me sentía un asco.

— Sabíamos que esto pasaría... Acabo de presenciar todo lo que causó haberme enamorado de ti, y aún así, soy tan perverso que no puedo dejar de amarte y querer permanecer a tu lado.— Dijo repentinamente.

— No... No eres perverso... Eres humano, al igual que yo... No es mi culpa que seas el chico más amable y hermoso del sistema solar.— Respondí entre risas, aunque lo que menos deseaba era reír.

— Eres una tonta.— Respondió él dibujando una pequeña sonrisa.— ¿Qué haremos? — Preguntó cabizbajo.

Rápidamente, sin pensarlo dos veces, agarré el cuello de su chaqueta y lo lancé hacia la mesa más cercana, me lancé sobre él y lo besé como nunca antes.

Los platos y las tazas cayeron al suelo y los clientes que se encontraban allí consumiendo exclamaron asustados.

Inmediatamente los meseros se acercaron.

— ¡Ey! ¡Bajen de ahí!— Gritó uno de ellos intentando agarrarme.

— ¡No oses en tocarme!— Le grité tan fuerte que este se asustó y retrocedió. — Llevo 40 malditos días queriendo hacer esto... No me arruinarán el momento.

— ¿Y esas garras Kate Winner?— Preguntó él sonriendo pícaramente, se encontraba sonrojado hasta la médula.

— ¡Deberías acostumbrarte!— Exclamé.— Steve ya no sería mi pareja, pero era un amigo que me hubiera gustado conversar. Por otro lado Fanny era mi mejor amiga. Los perdí a ambos y no hay forma de recuperarlos. Es demasiado tarde... No pienso perderte a tí también... No renuncies, quédate conmigo. Quiero que me sirvas el café de cada mañana... Por el resto de mis días.

— En cuanto terminenos con nuestro nidito de amor encima de la mesa, me pondré el uniforme y prepararé su café, señorita Winner... ¿Qué pedirá esta vez?... Por cierto... ¿Sabe que todos nos están mirando?— Me miró pícaramente.

— Me da igual, quiero que todos sepan que estoy loca por el mesero... Y en cuanto a mi pedido, no necesito pensarlo dos veces... Cualquier café, mientras sea contigo, Álvaro Huffman.

Café con Álvaro ☕: Paz corporal, estabilidad emocional, vibras positivas, conexión mental y sobre todo... ¡Mucho amor!

Unimos nuevamente nuestros labios, y entonces supe que todo estaría bien... No huiría más.

¿Fin? ¿Este es el fin?... ¡Por supuesto que no! ¡Aún queda el epílogo querido lector! Lo encontrarás al pasar la página.

☕☕☕☕☕☕☕☕☕☕☕☕☕☕☕☕☕☕☕☕☕☕☕☕☕☕☕☕☕☕

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro