8| La belleza de una niña
Los tacones resonaban por todo el pasillo, muchos niños la miraban de pies a cabeza con una sonrisa, algunos le chiflaban recibiendo una mirada asesina por parte de la niña. Otras, por ejemplo, la miraban con envidia.
Entro al baño y se sonrió al verse al espejo. Grandes cosas habían pasado desde la primera vez que había entrado al colegio, amigos nuevos, materias complicadas, éxtasis y sobre todo problemas. Desde primer grado ambos hermanos habían cambiado mucho, no solo en su exterior sino en su interior y en sentimientos. A la edad de solamente diez años ambos habian visto cosas que lo otros niños no.
Muerte y sangre.
Mientras se lavaba las manos observo por el cristal tres chicas que la miraban con recelo haciendo sonreir a la niña. Su madre siempre le decía que si tenía cosas buenas tenía que sacarlas. Desafortunadamente con la familia que vivian no existia eso. Al contrario sacaban todo lo malo que aprendían.
-¿Andas de perra?- pregunto una de las niñas al fin.
-Vas a comenzar a ladrar-contesto Delphini- Recuerda, que perro que ladra no muerde.
La niña pelirroja se cruzo de brazos mirándola. Desde que la conocio por primera vez sabia que era perdedora por tener a los padres que tenía, pero había algo que odiaba de ella, comenzaba a defenderse de todos y de un forma segura que ella no tenía.
-Son lo peor que ha habido en la escuela- ataco la pelirroja
-Eso no lo dicen los profesores-sonrió- Ni los demás, solamente tu.
-Entonces no te informas bien- sonrió su contrincante
Delphini soltó un suspiro largo cansada de la discusión tonta que la niña había montado. Tomo sus cosas y camino hacia la salida dispuesta a dejarla.
-Te dejo amiga- hablo la chica mostrando toda su hilera de dientes, le mando un beso imaginario y rio- Nunca cambies, vales mil.
La chica tomo su zapatilla y la arrojo a la puerta cuando se cerro. Maldita la hora que esos dos habían entrado.
Delphini camino por los pasillos del castillo hacia el gran comedor, las clases habían terminado pues un accidente había puesto a dormir a los profesores. Desafortunadamente ya habían encontrado al responsable: Victor Riddle
-Te he buscado por todas partes Delphini Riddle- hablo una rubia acercándose a ella, la pelinegra mordió la manzana verde y la miro.
-Pues deja de hacerlo.
-¿Por que?
-Ya me encontraste- contesto con obviedad la pelinegra.
La rubia se sentó a su lado y le quito la manzana de la mano y la mordio, Delphini la miraba con cara de pocos amigos, luego le regreso la manzana.
-¡Gracias a merlin que las clases por hoy terminaron, y las vacaciones han llegado!- hablo Fleur con alegria.
-Que emocion- contessto con sarcasmo Delphini.
-¡Alegrate, no vas a ver a tu amigas por un mes!- sonrio.
-Las prefiero mil veces- murmuro.
Fluer obeservo como detras de Delphini dos niños la miraban sonriente.
-Una foto les dura mas-hablo Delphini sintiendo las dos miradas en su espalda.
La rubia rio.
-¿Que haras en vacaciones?
-Ir a mi infierno- contesto Delphini con una mueca.
-No debe ser tan malo- opino Fleur.
-Convive solamente una hora con ellos, te aseguro que te suicidas.
Fleur asintio y miro a la pelinegra. A veces por simple curiosidad queria saber que se sentía, como decia Delphini, vivir en el infierno.
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