25. ¿Realmente le gustó?
25.
Tengo pocos deseos. Las cosas que realmente quiero podrían resumirse en una lista corta, no muy detallada. Bueno, no es bastante difícil de comprender, cada quien funciona como quiere, o como lo cree mejor para si mismo.
¿Por qué de repente lo siento a él como una de mis necesidades? No quería esto, lo evitaba, porque no podía confiar en que él simplemente se quedaría a mi lado, porque confiar en las personas hace que puedan lastimarte. ¿Por qué con él no se siente así?
—¿En qué piensas?
—Solo que el parque es bonito—. Sonreí.
—Siento que solo es hermoso porque estás conmigo come libros—. Me indico por donde ir. Entre los caminos de cemento que estaban todo alrededor del parque "Instant", yendo más allá del centro de la ciudad.
—Vaya que puedes ser cursi—. Solté una risita.
—Realmente solo lo soy con la persona que me gusta—. ¿Por qué es tan franco? Me puso nerviosa solo con decir eso.
—Buenoooo... ¿Ya me mostrarás algo de lo que escribes?—. Así es, acabo de soltar algo al azar.
Merezco un golpe.
—¿Enserio quieres ver?
—¡Oh!—. No esperaba una respuesta. —¿Enserio?
—¿Por qué no? Igual ya conociste un poco con la canción de ayer—. Bueno, en eso tenía razón.
—La canción fue realmente hermosa...—. mis palabras son muy la simples justo ahora.
Juro que cuando escuché el tono suave, pero intenso de su voz. Sentí como si mi alma quisiera escapar y solo salir hasta encontrarse con la suya. Su voz, es jodidamente hermosa. Los latidos que resonaban en mis tímpanos al recordarla justo ahora pueden jurar que no miento.
—Cuando cantaste, sentí que tu voz era del tipo de música que se disfruta tanto, que la escuchas con los ojos cerrados.
Mire a él y tenía la misma expresión en su rostro que ayer, justo cuando lo esperaba en la entrada del edificio. Su rostro se había tornado totalmente rojo, y trataba de cubrir esa reacción tan adorable con su mano.
—¿Cómo puedes ser tan perfecta?
—No hagas eso—. Llevé mi mano hasta la suya y la retiré.
—¿Te acuerdas del día en que nos conocimos come libros?—. Me sorprendí un poco.
Como no me acordaría de la vez que lo conocí. Él no ha cambiado nada, pero es alguien diferente. Suena estúpido, pero así es justamente como se siente. El niño asustado que lloraba ese día estaría orgulloso de la persona increíble en la que se ha convertido.
—Lo recuerdo bastante bien... ¿Por qué la pregunta?—. Alcé una ceja en su dirección.
—Soñé con eso ayer... Te veías tan valiente ¿Qué te pasó?—. Ya se imaginan que se ganó un golpe.
—¡Auch!
—Tu te veías como un llorón, y vaya sorpresa... Y sigues igual.
—¡Oye!—. Te la merecías Adams, hay que admitirlo.
Después de recorrer por tanto el parque, al final tomamos asiento. Jayce se recostó en mi hombro, podía sentir el suave latido de su corazón. También su aroma impregnarse en mi, con lentitud.
—Eres igual que antes... Igual de valiente y determinada—. La voz de Jayce me gusta mucho.
—Nunca me ha gustado depender de alguien más... Me siento mejor cuando las personas pueden recostarse en mi hombro. Cuando puedo ser alguien indispensable en sus vidas.
Ayuda a impedir que se vayan...
—Bueno... Soy feliz dependiendo de ti come libros—. No lo había visto, pero Jayce realmente es ese niño asustado de antes.
Solo que... Más alto y guapo.
Lo rodeé con mis brazos, y él no tardó en pasar su mano alrededor de mi cintura. Susurró algo que no llegué a entender, y moría por preguntar pero mi teléfono interrumpió.
Rewriter the stars, cuando recordé el 10 de enero la canción se volvió mi tono de llamada, y la sonrisa de Jayce me hizo ruborizar.
—No quiero escuchar una palabra—. Mencione sacando el móvil de mi bolsillo y haciendo que él cerrará la boca.
—¿Quién es?—. Tapé su boca con mi mano. Pero ¿Qué te acabo de decir pesado?
Era Dennis.
—¿Hola?
—Enot linda ¿Cómo has estado?—. La voz de Dennis es muy linda. Suave y relajada.
—Bastante bien y ¿Tu Dennis?—. Jayce beso mi mano cuando me distraje. Solté una pequeño gritó por la sorpresa. También me puse roja por su mirada atrevida.
—Estoy bien cariño ¿Estas ocupada?
—Agh... ¿Irás a ensayar con la banda hoy?—. Jayce negó con la cabeza. —No estoy ocupada.
—¡Oye! ¡Si estás ocupada!—. Se quejó.
—¿Esta Jayce allí?
—Sip ¿Quieres hablar con él?
—No... Solo dile que tiene prohibido aparecer por aquí—. Solté una risa cuando Jayce hizo un puchero.
—Increíble— soltó dramático. —¡Me han echado de mi propia casa!
Ella lo ignoró.
—Y tú linda ¿Puedes venir a preparar un pastel conmigo?—. Con su tono suplicante, no me podría negar.
—¡Si, estaré en un rato allí!—. Lo pensé un momento. —¿Dennis?
—¿Si cariño?—. Su respuesta fue inmediata.
—¿Puedo llevar a mi amiga?
—Claro que si.
—Esta bien... Nos vemos.
—Nos vemos cariño—. Ella colgó.
Mire a Jayce al segundo guardando de nuevo mi teléfono. Se había cruzado de brazos y parecía estar absorto en sus pensamientos.
—¿Entonces quieres leer algo de lo que he escrito?—. Me acomode en la banca, y giré por lo menos unos 90 grados a él.
—Si quiero—. Trataba de contenerme un poco, la verdad la idea me emocionaba.
—Esta bien... Hoy antes de irte de mi casa esta tarde, ve a mi habitación y toma la libreta con la cubierta azul de estrellas... Puedes leer lo que hay en ella—. Empezó a desordenar su propio cabello negro.
Yo me levanté de mi lugar y me incline frente a él, tome con suavidad su rostro y dejé un beso cerca de su ojo izquierdo, lo que hizo que lo cerrará un poco.
—Eso haré... Y leeré cada detalle—. Si era escrito por él, seguro era hermoso.
—Enot...
Creo que... no es que me desagrade que me llame por mi nombre, es que realmente amo cuando lo hace. Y eso es un problema.
—Llévame a casa... Quiero tomar un baño antes de ir a ver a Dennis.
—Como ordené la señorita Miller.
(...)
—Iba a preguntar ¿Qué haces en mi casa? Pero realmente te necesito—. Suspiré al ver a Nora en el sofá.
—¡Hola Jayce!—. Si, si, yo no existo.
—Hola Nora—. Jayce le dedicó una sonrisa, y antes de que yo huyera sujeto mi mano, dejo un beso en mi mejilla.
—Nos vemos come libros—. Sonrió, y mi corazón latió diciendo "No te vayas".
—Nos vemos pesado.
—Música de enamoramiento—. Tome lo primero que encontré, que básicamente fue uno de los cojines del sofá y se lo aventé a Nora.
—¡Tu! ¡Te callas!—. Recordé que la necesitaba y trate de calmarme. —¿Quieres ir conmigo a casa de Jayce?
—No.
—Es que eres una egoísta... ¡Éramos amigas! ¡La traición, la decepción!—. Juro que me reí en mi cabeza.
—¡Oyeee! Déjame terminar... No sin que me prestes tu ropa.
—¡Oh! Adelante, además nunca la pides prestada.
—Buen punto.
(...)
—¿Lukas?
—Señorita Miller—. Estoy algo confundida como para contestar.
—Él nos lleva... Porque tu papá no dejo el auto ¿Okey?
—Por mi está bien... Hablaremos en un rato—. Tengo preguntas.
Había algo de tráfico, así que logré disfrutar un poco más el aire, también el ambiente cálido de la ciudad. El sol calentando mi piel por el auto deportivo de Lukas, ni siquiera sé que marca es, pero él y Nora parecen tener una buena conversación por lo que no quiero interrumpir.
Me hace feliz que Harris haya dejado de lado al chico que la iba al café a verla, también me preguntó si este no la ha buscado de nuevo. Supongo que es lo mejor, no quisiera que Nora sea arrastrada a un mundo de adultos, aún es joven, como para tener que lidiar con idiotas.
—Personalmente te pateare si le haces daño—. Ninguno me escucho. Pero me hice la Nora alias "madre protectora".
—Okey, vamos llegando chicas—. Sonreí al ver la casa, bueno, la entrada de la casa de Jayce al final de la calle.
—Si necesitan quién las lleve a casa... Solo necesitan llamar—. Cuando llegamos Lukas se mostró incluso más amable.
—¡Hey Nora! Guarda algo de pastel—. Sonrió hacia la rubia, mientras yo bajaba del auto.
—Lo comeré todo... Te escribo luego idiota—. Definitivamente aquí huele a amor.
O por lo menos a que lo están intentando.
—Nos vemos Enot—. ¡Vaya! Al fin se acordó de mí.
Caminamos hasta la entrada, donde esta vez no vi a Oscar, juraba que estaba de vacaciones. Me siento feliz por él, Jayce me menciono que saldría con su hija y la familia de su esposa.
—Vamos, creo que el portón está abierto—. Nora asintió.
Juntas pasamos nuevamente por el camino hasta la entrada de la casa, por lo menos hasta la puerta.
—¡Hey! ¿No hay nada que quieras contarme?—. Tome su brazo antes de que logrará tocar la puerta.
—¿Feliz enero?
—¿Quieres un golpe? Habló de Lukas demasiado amable—. Además de ellos coquetos, pero eso se lo preguntaré luego.
—Umm no hay mucho que decir... después de animar el partido me llegó un mensaje suyo sobre salir a comer, y como era comida gratis acepté—. Me dio una enorme sonrisa.
—¿Estas bien?—. Pregunta estúpida lo sé.
—Él es agradable, así que estoy más que bien—. Suspiré y luego fui yo quien tocó la puerta.
Pasos se escucharon hasta luego mostrar a Dennis, quién nos atrapó a ambos en un fuerte abrazo, haciendo que ambas pasáramos a su casa.
—Señoritas... ¡Que gusto!
—Hola Señora Adams, soy Nora Harris—. Nora quién te viera, tan educada cuando eres tan... Lo opuesto.
—Señorita Harris llámame Dennis—. Ambas se dieron la mano y yo aproveche a cruzar a la cocina.
—¿Y Claris?—. Uff hace unos días no veo a esa chica, me tiene en el olvido.
—Le dije que Jayce que pasará por ella... Estos días no han salido mucho juntos—. Ella tiene razón.
Yo lo estoy acaparando.
—¿Entonces haremos pasteles?—. Ahí donde ven a Nora toda emocionada, nunca antes ha hecho nada que tenga que ver con un horno.
—¡Así es! Realmente quería pasar tiempo con chicas—. Dennis empezó a sacar todos lo utensilios que seguro necesitaríamos.
El mesón de la cocina pronto se lleno de harina, mantequilla, huevos, algunas risas, pero sobre todo un momento inolvidable.
(...)
—¿Cómo van chicas?—. Al fin lográramos poner el recipiente en el horno, y eso que Nora trato de comerse la mezcla cruda.
Tuve ganas de dejarla hacerlo, pero talvez la necesite estos días.
—En la vida ¿O en el amor?—. Nora alzó una ceja.
—Ambas—. Mencionó Dennis tomando asiento a su lado.
—Hace poco llegué de mi ciudad natal... Y me he divertido mucho con los nuevos amigos de Enot—. Enserio quería decirle algo lindo, pero solo logré hacer una mirada de emoción.
—Ahh entonces han conocido al terremoto de Aspen, al cabeza fría de Marcus, y...
—¡A la banda!—. Dije cuando ella parecía estar indecisa sobre hablar o no.
—¡Ah! Cierto, también a Nick y Aron... ¿Escucharon cantar a Jayce?—. Recordé su linda voz.
Porque la música que creaba Jayce, era la única que subía el volumen de este loco corazón mío.
—Creo que más que eso, le dedicó una canción—. Escuche eso Harris.
—Vaya... Dime qué al menos lo hizo bien—. Dennis me miró con muchas ganas de una respuesta.
—Ha sido lo mejor que he escuchado en mi vida... Tu hijo tiene la voz más bella que haya escuchado—. No te pongas roja, no te pongas roja.
Muy tarde.
—Es bueno escuchar eso...— su expresión de satisfacción mostró que estaba feliz. —Se mato por muchas noches, incluso escribió y elimino muchas cosas... Realmente creí que se había vuelto loco.
Nora soltó una risa.
—Loco por Enot—. Te daré un golpe, tan fuerte como para revivir a la única neurona que aún te queda Harris.
—Buen punto Nora—. Ambas chocaron los cinco, y la sensación de nervios vuelve a mi.
—¿Realmente creen que le guste?—. A lo largo de mi vida he dudado de muchas cosas, quiero confiar, pero es difícil.
No quiero dudar de él.
—Enserio eres ton...
—Claro que le gustas... Solo alguien que está realmente cegado por el amor sería tan insistente, y ese idiota en cuanto se trata de ti siempre lo es. Se que te cuesta creer en él, no se las razones y respeto que quieras guárdalas. Pero como dice en "El Principito" no porque una rosa te haya lastimas debes odiarlas a todas, y no porque una persona te haya lastimado debes dudar de todas... Tu eres inteligente y hermosa Enot, ten cuenta eso.
No importa si antes me han lastimado, eso no significa que él pueda lastimarme.
—Joder pero tengo miedo—. Me sentí mal cuando pensé en aquello.
En mamá, y cuando dolor logro causarme como para dudar de esa forma tan patética de las personas. Aún en aquellas que no me dan motivos.
—Todos los tenemos cariño... Pero también somos dueños de decidir que hacer con ellos—. Dennis avanzó y me rodeó con un brazos.
—Tu nunca has sido de las huyen, o retroceden Enot Miller—. Nora se unió a nosotras.
Me sentí segura en los brazos de ambas, era la misma sensación que con Jayce. Yo confiaba en estas personas, porque sabía que, aunque les había entregado la posibilidad de romperme por completo, no lo harían.
(...)
—¿Ya se van?—. Creo que todas estábamos un poco emocionadas aún.
—¡Ah! Aún tengo que pasar por algo a la habitación de Jayce—. Dennis movió su mano, dando a entender que podía subir.
—Vuelvo pronto... Llama a Lukas—. Le guiñe uno de mis ojos inflamados.
—¿Así que la chica de la que habló Lukas eras tú?—. Reí internamente cuando Dennis empezó a interrogar a Nora.
Por traicionera.
Crucé las escaleras, y giré a la habitación. Me puse tan roja al ver de nuevo el letrero modificado. Esta vez no decía "No pasar" sino "Solo pasa si eres la come libros" este chico es todo un caso.
No recordaba tan grande el lugar, muchos menos el enorme estante lleno de discos y cassettes de the strokes, Apartment juraba que había sido extinta. Oasis, skillet, entre algunas que no reconocía.
Él tiene mejores justos musicales que yo.
Aún estaban los dos libreros que recuerdo perfectamente de la noche después de embriagarme por primera vez, merecía un golpe por eso. Pero además de que estos habían sido movimos, note que la repisa del medio de uno de ellos no tenía nada más que un libro junto con algunas luces de colores, podía reconocer ese libro.
Boulevard.
Es un exagerado como pudo colocar un letrero de "No tocar, esto es una reliquia" a un libro, seguro aquí tienes algunos mucho más costosos.
Sonreí, y al final note las muchas libretas sobre el escritorio no muy lejos de la cama, pero eso sí, fui solo después de observar algunos de los libros de Jayce. Entre ellos "Eso" una copia similar al regalo de navidad que me dio, (Por cierto, me desvele 4 días para acabarlo) también "Misery", "El día que dejó de nevar en Alaska", "Todo lo que nunca fuimos", "Chico invisible", creo que tiene todos los libros que compre la vez que me llevo a la librería.
Bueno, olvidando un poco, revise el escritorio, había varios lápices, ya fueran grafitos, o bolígrafos que parecían caros. Pero lo más importante eras las libretas apiladas, talvez eran unas 9 o 10. Y la primera era la que Jayce había mencionado, con la cubierta de estrellas, con un nombre curioso al medio.
Si las personas fueran posibilidades.
Lo tome, el nombre ya me había gustado. Cuando estaba a punto de marcharme, giré teniendo curiosidad sobre el libro debajo de este, también tenía el título en medio como el que estaba en mis manos, el título era "Los días hasta enamorarte".
Algo realmente curioso...
Tuve una semana productiva.
Así que si llegue a la actualización.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro