✾•Personalidad [07]•
POV Taehyung
[10 años]
Las campanas del techo sonaron al abrir la puerta de la entrada, el reloj daba las 6 PM en punto, justo cómo la maestra nos había enseñado durante está semana.
Aquella hora era mi favorita ¿Por qué? Porque mi padre llegaba a esa hora a casa, dejé caer a Optimus Prime en el jardín, para poder levantarme del pasto y sacudir mi overol azul que mi madre había comprado para el cumpleaños de papá.
Planche mi pancita, limpiando la tierra de mi dibujo de Bugs bunny que decoraba la pechera del overol. Necesitaba estar impecable para papá, quite la tierra de mis zapatos pero el reflejo en la puerta me hizo darme cuenta que mi rostro estaba sucio.
—No, mi carita, Tae te dije que era mala idea jugar a los soldados, ahora papá quizás esté decepcionado de nosotros.
Tae negó en respuesta, llevando mi mano a mi boca, lamí mi palma para poder restregar mi rostro y borrar el lodo de mis mejillas.
—V no estará de acuerdo en ésto, él me dice que es mejor lavar con jabón y agua mi carita, mami también lo dice.
—Tesoro, papá ya llegó. —El grito de mami se escuchó cerca, me apresure a limpiar mi carita hasta quitar casi por completo la tierra.
—¡Ya voy mami! —Alborote un poco mi cabello y di una última mirada a mi reflejo. —¡PAPÁ!
Entre con tropezones a la casa, buscando a papá en la sala, pero no estaba cómo siempre. Con el dedo en mi boca, pensé en dónde podría estar.
—¡La cocina! —Golpeando mi rodilla con la mesa de la sala, salí corriendo en dirección a la cocina. Y en efectivo ahí estaba. —¡Papi!
Mi corazón golpeaba mi pecho con fuerza, sentía que podría salir en cualquier momento. Caminé hasta papá, quién estaba dándole besitos a mamá.
—No, no, no hagas eso. —Empuje a mamá para poder meterme en medio de ellos dos, abrazando de la cintura a papá, solté un gruñido a mamá. —Papi es mío.
—Jaja tesoro, no debes estar celoso.
—Papi es mío, mío y sólo mío. —Hundí mi cara en el estómago de papá, escuchando su risa y sentir sus manos jugar con mi cabello.
—Si bebé, dime ¿Qué hiciste hoy? —Sonreí al ver a papá agacharse a mi altura, tomé sus mejillas para pegar mi boquita a la de él y dejar un pequeño besito.
Parecía que él le gustaban, ya que nunca me decía que no y siempre me regalaba una dulce sonrisa. Dónde sus encías rosadas se asomaban, y sus dientes blancos relucían cómo perlas. Mi estómago se revolvía con emoción y felicidad cada vez qué el sonreía, él era bonito, sus mejillas pálidas siempre se torneaban de rosadito cuándo le decía que era lindo.
—Tae y Vante jugaron conmigo hoy.
—¿Vante? —Papá pregunto confundido, pero aún así no apartaba la mirada de mí.
—Un nuevo amigo imaginario. —Mamá dijo mientras paseaba en la cocina con una charola en sus manos, Vante no era imaginario, él era real.
—Ya veo, y ¿Qué juego divertido te enseño?
—¡Jugamos a los soldados! Pero V se enojó, él no quería, porque dice que la tierra es sucia y nos íbamos a ensuciar, quizás debí hacerle caso.
La mano de papá cubría por completo mi rostro, por eso cuándo acariciaba mi mejilla, me gustaba sujetar su mano y poder sentir la calidez y delicadeza con la que sus dedos acariciaban mi mejilla, alcanzando cabello de mi oreja, era relajante.
—Dile a V que jugar con tierra de vez en cuándo, no es tan grave. Y además, si limpias tus manos y rostro... —Su pulgar rozó bajo mi ojo. —Con jabón y agua, estarás más que limpio.
Su dedo se mancho con un poco de tierra, mis mejillas se calentaron porque creía que había quitado por completo la tierra de mi cara, pero a papá nunca se le escapaba nada y eso era lo que más me gustaba, él siempre se fijaba en mis pequeños detalles.
—Papi es genial.
—Lo sé. —Limpio su dedo con una servilleta, para después tomar el pañuelo que siempre guardaba en su pantalón.
Mis ojos estaban pegados a él, guardando y prestar total atención a cada movimiento que él hacia, mojo un poco su pañuelo y regreso a su antiguo lugar, para acercar la tela a mi cara, tallando con cuidado de no lastimarme.
—Esto es vergonzoso papá.
—Nada de eso, hasta hace un año, no te quejabas porque hiciera ésto.
—Es porque ya soy un año mayor. —Infle mi pecho, llevando mis manos a mi cintura.
Papá soltó una pequeña risa, sin quitar su atención de mí. Cuándo terminó de limpiar, jaló ambas mejillas, haciendo que mi boca se abriera y mostrará mis dientes.
—¿Mh? ¿Y esa nueva ventilación? —Soltó mis mejillas para tocar mi mentón y tratar de abrir mi boca. —Abre la boca tesoro.
—Ahhh.
Su pulgar empujó mi labio hacia arriba, mientras sus ojos miraban de manera curiosa. Con cuidado presionó uno de mis dientes de frontales de arriba, moviendo esté de adelante hacia atrás.
—Auch.
—Lo siento cariño. —Alejo sus manos de mi boca, para levantarse y apoyarse en el umbral de la puerta.
Agache mi cabeza sintiendo un poco de decepción, llevando la mirada a sus zapatos negros, los cuáles siempre brillaban.
—Es extraño que haya cambiado primero sus colmillos, y su dientecito de enfrente, sólo se afloje y no lo pierda.
—Tae siempre ha sido especial cielo, ya lo cambiará.
Mamá siempre hablaba tranquila, podía sentir la dulzura de sus palabras cuándo se refería a papá, y eso de alguna forma me molestaba.
La mano de papá cayó sobre mi cabeza, revolviendo con diversión mi cabello, cerré mis ojos disfrutando de aquella caricia.
—Taehyung es especial, porque es el osito de papá.
Abracé su cintura, escondiendo mi rostro en su estómago. Su ropa olía todo el tiempo a flores, gracias al detergente que mamá compraba en el supermercado.
—Yoongi, deja de llamarlo así, ya tiene 10 años.
—Que molesta. —Descruzo los brazos de su pecho. —Vamos Taehyung, hoy me vas acompañar al supermercado.
Tomó mi mano entre la de él, dándome el primer jalón fuera de la cocina, mamá golpeó con fuerza la tabla de picar, asustándome un poco.
—Pero mamá y yo fuimos el lunes.
Tomó el saco del perchero, junto a mi chaqueta roja con rayas blancas, la sujeto de la capucha, ayudándome para que metiera mis brazos.
—Pero hoy irás con papá. —Tomó las llaves del florero y abrió la puerta, dejando que el aire de la noche golpeara en mi cara. —No, mejor iremos a comer hamburguesas.
—¡En serio! —Dejándome llevar por la emoción, tiré de su brazo para escuchar su respuesta.
—Muy en serio, mamá está molesta, así que seguramente no va a cocinar después de todo, y siendo sincero, yo tampoco tengo ganas.
Volvió a tomar mi mano, para salir de casa y caminar hasta el auto. El aire despeinaba mi cabello, haciendo que los pequeños rizos se deshicieran, la mano de papá era el doble de grande que la mía, la diferencia de color en nuestras pieles era muy diferente, él tez blanca y yo tez caramelo.
Papá siempre me presumía ante los ojos de las personas, porque aunque era un niño, los comentarios cómo «Seguro es adoptado», no pasaban por desapercibidos.
Él decía que no le importaba lo que las demás personas dijeran, pero cuándo estaba sólito, en ocasiones lloraba por mí, siempre repetía una y otra vez «Todo es por Taehyung»
¿Había hecho algo malo para que papá llorará? Quizás seguía enojado por haber usado su colonia y acabarme el frasco.
O quizás se avergonzaba de mi, y estaba cansado de escuchar aquellos comentarios de las personas, después de todo, parecía tener la culpa por no parecerme a él.
[11 años]
—¡Taehyung!
Mi carro choco con una tortuga, provocando una explosión, haciendo que Yoshi perdiera el control y quedará en último lugar, dejé el control de la consola en la alfombra, dejando que en la pantalla del televisor se fuera formando la lista de los puestos y puntajes dentro del juego.
Sin ver mi puntaje me levanté con prisa de la alfombra para salir de mi habitación y bajar las escaleras con prisa al escuchar a papá llamarme.
—¡Taehyung!
—Ya voy, ya voy papá. —Di un salto en el tercer escalón, colocando mis manos en el piso para evitar caer de cara en cuánto estuve abajo.
—Taehyung ¿No escuchas?
—Lo siento. —Baje la cabeza al escuchar a papá hablar de aquella forma.
Bajo la hoja que tenía en sus manos, dejándola en la mesa. Sus gafas se deslizaron un poco por su nariz mientras sus ojos me veían esperando alguna clase de respuesta de mi parte, pero respuesta ¿A qué?
—¿Sucede algo papi? —Me aventure a preguntar, jalando la silla al lado de él en la mesa, y poder sentarme.
—¿Qué pasó aquí? —Deslizo la hoja sobre la mesa, hasta quedar frente a mí.
¿Dónde la había encontrado? Se supone que había escondido mi tarjeta de califcaciones. Levanté mi cabeza, encontrando su ceño fruncido, papá estaba molesto por mi culpa.
—Lo siento.
—¿Sólo dirás eso? —Me apresure asentir. —¿Seguro? —Negué. —Te daré una oportunidad de explicarme ésto, antes que vaya a tu escuela y averigüe por mi cuenta.
—¡No!
No quería que papá supiera, el profesor de literatura había dicho que si le decía algo a papá, él seguramente me odiaría, yo no quería que papá me odiara, yo quería a papá.
—¿Qué sucede? Vengo hoy, encuentro ésto escondido en el baño, y me topo con que sacaste 2 en literatura.
—Yo... Yo... —Su mirada era demasiado seria para mí gusto, no me gustaba cuándo me miraba así. —L-lo siento papi, lo siento.
Jale su brazo, arrugando la tela de su camisa blanca, no sabía que decir, papá se enojaría conmigo, si decía algo, seguramente sería la verdad, no me gustaba mentirle y nunca le había mentido.
No a él.
—Bien, iré mañana a tu escuela entonces. —Soltó un suspiro, retirando la silla con sus piernas.
Abrí mis ojos al ver que aquellas palabras habían sido su último argumento, cómo si un balde de agua fría hubiese caído en mi cabeza, el terror invadió mi cuerpo.
—¡No, por favor! No vayas, papá no. —Me baje de la silla, apresurando mis pasos para alcanzarlo y colgarme de su brazo.
Sacudí mi cabeza en un intento de apartar las lágrimas de mis ojos, papá parecía no querer ceder a mis súplicas.
—Por favor no vayas papá, por favor no.
—Taehyung basta, te di la oportunidad de decirme la verdad y no quisiste.
Detuvo su camino, cuándo solté su brazo y me senté en el piso, enrollando mis brazos y piernas en su pierna, así impidiendo que siguiera avanzando.
—Por favor no vayas, te prometo que levantaré la nota, te lo prometo, estudiaré mejor y tendré un 10. Pero por favor no vayas.
Sentí un tirón bajo mis brazos, obligando a ponerme de pie. Saco su pañuelo del bolsillo del pantalón, pasando la tela por mis ojos y mejillas. Terminando en mi nariz, haciendo una suave presión para limpiar.
—Tus lágrimas no me van a convencer para no ir, si te aterra la idea que ya vaya, es porque sucede algo importante.
—No vayas.
—Este tema ya no se discute Taehyung, iré mañana quieras, o no.
Alborotó con cariño mi cabello, pasando a mi lado y dejarme sólo en medio de la sala. Sus pisadas se escuchaban subir uno por uno de los escalones, hasta llegar al último.
Estaba perdido, papá me odiaría a partir de mañana.
8:30 AM
—Papá te lo ruego, por favor no. Vete a tu trabajo.
—Basta Taehyung.
Por más que tiraba de su brazo, no era lo suficiente para detenerlo, mis pies se deslizaban por el cerámico del pasillo de la escuela, siendo llevado con papá en cada paso que daba.
Podía notar algunas miradas curiosas y hasta burlonas que daban los niños de las clases que estaban en aquel pasillo.
El traje de papá siempre se encontraba implacable, su corbata a juego con su camisa y sus zapatos relucientes, dándole un porte de superior, de un hombre intimidante.
Si no fuera su hijo, y lo viera en la calle, seguramente me daría miedo y hacerme sentir más chiquito de lo que era.
—Papi, por favor no, no quiero. —Ignorando mi berrinche, llegó hasta la sala de maestros.
—Disculpe. —La profesora de artes salió a la puerta para atendernos. —¿Dónde encuentro al profesor de literatura?
—Oh, el señor Dylan está ahora en el salón de segundo año.
—¿Tardará mucho? Es qué vengo corto de tiempo y me interesa hablar con él ahora. —Abrace a papá de la cintura, sintiendo cómo su mano comenzaba acariciar mi cabeza.
—En 5 minutos terminará el periodo, puede pasar y esperarlo aquí.
—Papá no, por favor. —Con un tono dulce e infantil, intenté persuadirlo, pero sólo fui ignorado.
—Ah, es el señor Kim.
—Si, Min Yoongi, el padre de Kim Taehyung. —La señorita EunJi vio de papá a mi y viceversa. —Él tiene el apellido materno, por eso.
—Ahh, entiendo. —Rodee mis ojos con fastidio, al ver aquella expresión tan estúpida.
Apreté más el abrazo, haciendo qué papá retrocediera un poco. No quería que estuviera tan cerca de la profesora, no necesitaba otra persona en la vida de papá, mamá ya me robaba demasiada atención de él, cómo para que otra mujer me robara más.
—Es una gran sorpresa que usted haya venido, normalmente veo sólo a la madre.
—Si, pero está vez creí que sería mejor que viniera yo.
El timbre sonó, anunciando el final y comienzo de un periodo. Escondí mi rostro en su pecho, mi cabeza quedaba bajo su brazo ahora.
La señorita EunJi entro nuevamente al salón de maestros, para salir a los segundos con unas carpetas abrazadas en su pecho.
—Nos vemos señor Min, el profesor no tardará en venir.
—Gracias.
—¿Te quedarás Tae? —Saque mi rostro de mi escondite, asintiendo, haciendo que la mano de papá se moviera también.
—Prefiero que se quede conmigo está vez, me aseguraré que se ponga al día después.
—Claro, nos vemos Tae, pídele copia a uno de tus compañeros ¿Está bien?
—Si.
—Nos vemos. —Se despidió con un movimiento de mano, para cruzar el pasillo y subir las escaleras.
Papá subió su brazo, supongo para ver el reloj de muñeca. Dando un suspiro, sin deshacer el abrazo en mi espalda, apoyo su cuerpo en la pared continuando con sus caricias en mi cabeza.
—Debería enviarte a clases, pero necesito tu versión.
—¿Mi versión? —Levante la cabeza apoyando mi barbilla en su pecho.
Con una sonrisa en sus labios, llevó su mano a mi frente para quitar los mechones y dejar así libre esa parte de mi rostro. Con su dedo, dio un pequeño piquete, haciendo que me sintiera más relajado.
—Claro cariño, creó en ti, por eso, se qué me dirás la verdad.
—La verdad. —Susurre aquellas palabras, mientras sentía una punzada en mi pecho.
Mordí mis labios nervioso, pensando en si decir o no decir que el profesor me acariciaba mis brazos y en ocasiones mis piernas, cosa que siempre me hacía sentirme incómodo, el profesor había dicho que aquello no era necesario decirlo a mis padres, mucho menos a papá. Según él, porque eso haría que me odiara, porque entonces papá pensará que mi cuerpo estaba sucio.
Pero, yo siempre me bañaba, a veces papá me regañaba por quedarme tanto tiempo en la tina con jabón, también me lavaba mis manos constantemente. Entonces ¿Por qué estaría sucio?
Sintiendo los nervios hormiguear mis manos y mis piernas, arrugue el saco en la parte de su espalda, abriendo mis ojitos para afrontar su mirada, no podía seguir mintiendo, no me gustaba ocultar cosas, mucho menos si se trataba de papá.
—Diré la verdad papá. —Alzo sus cejas al escuchar aquellas palabras de manera repentina.
—¿Ah sí? Bien, soy todo oídos. —Asentí, tragando saliva y así poder armarme de valor. Su mano viajo de mi frente hasta mi mejilla, dando un suave pellizco y hacer que mi ventanita del diente de enfrente superior que faltaba, se expusiera.
—Papá, la verdad es que el profesor ... —Las palabras murieron en mi garganta al ser interrumpido.
—¿El padre de Teo?
No ahora, cuándo había tomado el valor de hablar y contar lo que me hacía sentir mal, el profesor había llegado. Abrace más a papá, sintiendo repentinamente miedo, acompañado de las enormes ganas de echarme a llorar.
—Papá, vamonos por favor.
—¿Teo? —Las caricias de papá se detuvieron en mi cabeza, a la vez que su espalda se tensaba, podía sentir la molestia en su voz al escuchar la manera en la que se refería a mi. Aunque siempre le corregía, él nunca entendía y terminaba por llamarme de esa forma.
No me gustaba, mi nombre era bonito.
—Lo siento, mi error. Soy ingles, y aún me cuesta acostumbrarme a los nombres coreanos.
—Esa no es excusa para que le esté cambiando el nombre a mi hijo.
—Pero no están...
—No estuve buscando por 9 meses un nombre para que usted venga y lo llamé cómo se le pegue la gana.
Papá forzó más el abrazo en mi espalda, despegando su cuerpo de la pared y tomar su postura recta una vez más.
—Le pido nuevamente una disculpa señor Kim.
—Min Yoongi, el padre de Kim Taehyung. —Su voz hizo énfasis al pronunciar mi nombre.
—Realmente lo siento, no creí que lo fuera a ofender tan-...
—Olvidelo, sólo he venido a perder mi tiempo. —Papá se escuchaba molesto, muy molesto.
—Pero usted venía hablar conmigo ¿No?
—Ya no es necesario, vamos Taehyung, vas a faltar al colegio por hoy. —Saque mi rostro de mi escondite, parpadeando confundido por aquella repentina decisión de su parte.
Deshizo el abrazo, tomando mi mano para dedicarle una mirada bastante molesta al profesor Dylan, quién estaba confundido al igual, o quizás hasta más que yo.
—Pero, aún quedan clases.
—Me importa un cuerno, que tenga buen día.
Sin decir más dio un jalón a mi mano, pasando por un lado del profesor. Voltee a ver por encima de mi hombro, sintiendo un poco de curiosidad, el profesor Dylan seguía en el mismo lugar sin moverse.
Regresé la mirada hacía arriba, sintiendo ahora la curiosidad de saber el porque de su cambio de acciones, pero me sentía tranquilo y seguro teniendo mi mano resguardada por la de él, junto a su figura a mi lado, todo sentimiento de miedo se desvanecía.
—¿Papá?
—Está bien cariño, cualquier motivo que haya sido el de tu nota baja, lo vamos a solucionar, te ayudaré a estudiar, y si ese tipo de pacotilla te sigue llamando "Teo", házmelo saber, vendré a que se aprenda tu nombre correctamente.
—Si señor. —Infle mi pecho, llevando una mano a mi frente, como saludo militar.
Subimos las escaleras hasta llegar al pasillo de cuarto, quinto y sexto año. Conforme caminábamos, iba jugando con su mano, subiéndola a la altura de mi cabeza, para dar vueltas con ayuda de su brazo.
—Ve por tu mochila.
Acatando sus ordenes, solté su mano para correr hasta entrar a mi salón, la profesora me regaño por haber entrado de aquella forma, pero eso era lo que menos me importaba, estaba de buen humor, estaba más que feliz, de saber que papá no me odiaría y que antes que el señor Dylan pudiera decir algo feo a papá, él siempre prefirió mi versión, decidió creer en mi.
[12 años]
La campana resonó en cada uno de los pasillos de la escuela, dando aviso que las clases de ese día habían concluido por fin. La mayoría de mis compañeros se habían ido a los segundos de la campana, siendo uno de los últimos dentro del salón, al terminar de copiar lo del pisaron, comencé aguardar los libros en mi mochila con un poco de prisa, tirando sin querer el estuche de mis crayones en el camino.
—Rayos.
—¿Estás bien Tae? Hoy has estado un poco torpe. —Do Woon recogió el crayón morado que había caído cerca de sus pies.
—Gracias, es sólo que mi padre viene hoy por mi a la escuela. —Cerré el estuche, guardándolo en la mochila para poder cerrarla.
—¿Tú papá?
—¡Si! Mamá no podía venir, así que él iba a venir por mi e iríamos a su trabajo. —Coloque los tirantes de mi mochila en cada hombro, para ajustar el cinturón.
Con curiosidad, me asome a la ventana, corriendo las cortinas. La multitud de otros alumnos subiendo al autobús, complicaba un poco el poder ver si papá estaba ahí. Hasta que vi el toyota corolla 2010 azul.
—¡Ya está aquí!
—¿Dónde? —Do Woon se colo a mi lado, entremetiendo su cabeza cubriendo mi campo de visión.
—El corolla 2010 azul.
—Oye, ya salio, ya salio y viene hacía la entrada. —Busque una silla, colocándome atrás de Do Woon y subir a esta para poder ver mejor. —Esta entrando, esta entrando.
—¡Entro! ¡Papá viene por mi! —Salté de la silla, para comenzar a correr entre los escritorios, Do Woon siguió mi paso, podía escuchar el chinchineo de sus cascabeles de la mochila.
Llegué hasta la puerta chocando mi nariz contra algo duro, haciendo que cayera sentado, y mis manos resultarán raspadas. Do Woon jalo de mi mochila, ayudando a ponerme de pie y sacudir mi uniforme, hoy de todos los días, tenía que tener mi uniforme lo más limpio que podía.
—¿Cuántas veces debo decirle que no se debe correr en los salones de clases? Kim. —El profesor Dylan colocó una mano en su cintura, sujetando una carpeta en su otra mano.
Camino hasta tomar asiento en el escritorio y abrir aquella carpeta, Do Woon me vio alzando sus hombros, quizás iba hacer revisión de examen y nosotros seguíamos aquí. Así que por educación decidimos despedirnos y salir del salón.
—Taehyung, ven acá.
—Pero... Pero ya es salida.
—Necesito hablar contigo, ahora. —No ¿Por qué? Justo cuándo papá venía por mi. Hice una pataleta en mi lugar, hasta quitar la mochila de mi espalda y tomar asiento de mala gana en el escritorio que estaba frente al profesor. —Hasta mañana Do Woon.
—Hasta mañana, le diré a tu padre que estás aquí Tae. —Se despidió con un movimiento de mano, y yo agradecí al escuchar aquello.
Había pasado un año desde el día en que papá se había enfrentado con el profesor Dylan, después de ese día, creí que el profesor me diría algo, pero dejo de llamarme Teo, y su trato hacía mi comenzó hacer más indiferente, y en verdad agradecía aquello. No me gustaba sentirme incomodo, y entendí el porque, después de una charla que nos dio un agente de policía ¿Debí decir algo sobre lo pasado?
Aquel silencio dentro del salón comenzaba a ser demasiado asfixiante para mi, el profesor Dylan estuvo buscando algo entre su carpeta, hasta sacar una hoja. Mi mejilla estaba apoyada en mi mano de manera aburrida, me sentía irritado, si no estuviera aquí, justo ahora ya estaría prendido en la cintura de papá en un abrazo.
—Bien Tae, en la prueba que hice la semana pasada, se trataba de el uso de tiempo dentro de nuestra vida cotidiana, y vi algo muy curioso.
—¿Qué cosa? —Bufé desviando la mirada hacía la puerta del salón, el que estuviera abierta me dejaba un poco tranquilo.
—En la serie tres, pregunta cinco ¿Cómo me veo en 10 años? —Aquello llamo mi atención, haciendo que volviera la mirada a su rostro.
Sus ojos me veían con intensa curiosidad, quizás con algo de diversión o burla, no sabía, pero esos ojos verdes, sentía que estaba juzgando mi alma, a pesar de estar en la misma posición, sin hacer ningún movimiento, mi cuerpo sentía la pesadez de tenerlo encima mio. No quería estar más tiempo aquí.
—Tengo que irme profesor, papá me está esperando.
Tomé con nerviosismo mi mochila, sintiendo mis piernas flaquear al momento de querer caminar, el salón se lleno con el sonido de una silla siendo corrida, seguido de unos tacones de zapatos caminar con pesadez, firmeza.
Cómo si fuera de una pesadilla, mi cuerpo quedó inmóvil al ser cubierto por una sombra más grande, así bloqueando mi paso.
Llevando mi mirada hacía arriba con cierto miedo, retrocedí al toparme con el profesor frente a mí, dándome una sonrisa que mostraba todos sus dientes y sus ojos se arrugaban un poco en los costados. Papá ¿Por qué no vienes?
—Es curioso que lo menciones, porque justo en esa pregunta, hablas de él.
—N-no es nada malo hablar de papá.
—¿Papá? o ¿Papi? Cómo lo llamaste aquí. —Su mano se levanto en el aire, sosteniendo una hoja, siendo está mi examen. —Dime, Teo.
—Taehyung.
—Estás enamorado de tu padre ¿No es así? —Abrí mis ojos aterrado por la manera en que lo había dicho, cómo si fuera una rata de laboratorio, retrocedí mis pasos, chocando con la mesa del escritorio. —¿Por eso te aferrabas tanto a él ese día? ¿Qué pensará tu papi, si se entera que su hijo está mal de la cabeza?
—Y-yo... Yo...
—A papi no le gustará saber que su hijo adorado, está perdidamente enamorado de él, eso es algo muy enfermo Teo.
Su cabeza se movía de una lado a otro, negando con su dedo mientras se iba acercando cada vez más a mí.
Eso no era verdad, no era malo que yo amara a papá, que lo quisiera tanto, no era malo que le diera besos en los labios, yo no estaba enfermo, papá me amaba, todos los días me lo decía, tomaba mi mano sin importar que ya no tenía 5 años, a mi me gustaba tomar su mano, abrazarlo y oler su ropa con aroma a flores.
—Sentirá asco por ti en cuanto lo sepa.
Dio un paso hacía mi, chocando mi espalda contra la pared. Esa fue la alarma para querer salir huyendo de ahí, viendo un espacio libre a su izquierda, intente colarme por ahí para poder salir.
Pero su brazo fue más rápido al atraparme y hacer que chocara mi espalda contra la pared de nuevo, estaba aterrado, mis piernas parecían no querer responder.
—Déjeme ir... Por favor. —Cómo último intento, sujete su brazo para apartarlo del listón que estaba atado en el cuello de mi camisa.
—¿Por qué tiemblas Teo?
—Papá.
Dejé mi mirada clavada en la puerta con la esperanza de que alguien pasará por aquel pasillo que ya hacia vacío.
Cerré mis ojos, estirando mi brazo al sentir el listón ser suelto, los botones de mi cuello fueron abriéndose uno por uno.
—No, no ¡No!
Su mano cubrió mi boca, haciendo que mis gritos quedarán ahogados, sus dedos se deslizaron por mi cuello, bajando con lentitud por mi pecho, el cuello del chaleco impedía bajar más.
—No le digas a papá nada de esto, o él pagará los daños.
Abrí mis ojos al sentir miedo por sus palabras, solté un sollozo dándome por vencido en aquella lucha. Lo único que quería era salir de ahí, debí haber pedido copia mejor a Do Woon y haber salido mucho antes del salón.
—¡Taehyung!
Levanté un poco mi cabeza, para limpiar mis ojos con la manga del suéter azul, sintiendo el ardor en mis párpados por el constate frote brusco que había estado dando.
El eco en el pasillo se fue acercando hasta que papá entró agitado al salón.
—Cariño.
—Papá. —Mi voz había salido en un susurro, con pereza me levanté del escritorio, tomando el cordón de mi mochila.
—¿Esperaste mucho? Creí que te vería en el camino ¿Qué pasó?
Negué mientras colocaba los tirantes de mi mochila en mis hombros, caminé con pasos pesados hasta quedar frente a él y rodear su cintura, hundiendo mi rostro dentro de su saco, a la altura bajo su brazo.
—Estaba copiando lo del pizarrón.
—Pero no era mucho. —Llevo una mano a mi cabeza, dejando caricias en mi cabello.
Sus dedos se enredaban con suavidad en los rizos de mi cabello, su saco olía a Jazmines y violetas, un aroma adormecedor a mí criterio. Restregue mi nariz en su camisa, inundando mis pulmones de ese aroma suave.
—Buenas tardes señor Min. —El otro brazo de papá rodeo mis hombros, haciendo que mi cuerpo se inclinará más hacia él. —Taehyung tenía dolor de estomago, lo quise llevar a la enfermería pero el insistió en querer quedarse a esperarlo.
—¿Mh? ¿Taehyung?
—No quería preocuparte papá. —Mordi mi labio al sentir las lágrimas llegar al borde de mis ojos.
—¿Te duele mucho? —Asentí, simplemente para darle fin aquel momento y querer salir lo antes posible de aquel salón. —Lo siento, el director me hablo justo cuándo venía para tu salón.
—No importa, sólo vayamos a casa.
—Está bien, vamos cariño. —Sus labios chocaron en mi cabello, haciendo que aquel acto de cariño me hiciera sentir culpa y asco por mi mismo. Junte mis manos en su espalda, arrugando la tela de su saco. —¿Qué pasa cariño?
—Vamos a casa por favor, papá, vayámonos de aquí.
—¿Seguro que sólo era un dolor de estomago? Profesor. —La voz de papá sonó tan ronca y fría, saqué mi rostro de su saco, viéndolo de manera suplicante.
—Vayámonos, me duele mucho en serio.
—Ya lo escucho, los dejo. —Volví a esconder mi rostro, tratando de fundirme en el cuerpo de papá, quería esconderme y ya no salir nunca más. La mano rechoncha del profesor acaricio mi cabello, haciendo que un arcada llegara mi garganta. —Nos vemos luego Tae.
Papá soltó un pequeño gruñido, cubriendo mi cabeza con su brazo y pegarme más a su cuerpo si era posible.
—Ahora mismo nos iremos cariño.
Sorbi mi nariz para alejar mi rostro de mi escondite y así quitar las lágrimas que amenazaban con querer salir.
Papá sin deshacer del todo el abrazo quito mi mochila para llevarla a su hombro izquierdo, rodeando mis hombros con más libertad, brindando suaves caricias en mi brazo.
—¿Quieres que te lleve al hospital?
—No, sólo quiero ir a casa.
—Esta bien, llamaré a mi secretaria para informar que iré contigo a casa ¿Te parece? —Con una pequeña sonrisa asentí, sujetando su saco con una mano.
—Nos vemos mañana Tae, y recuerda lo que estuvimos hablando.
Mis pies se detuvieron al llegar a la puerta, cubriendo mi boca con mi mano al sentir un sabor agrio viajar de mi estómago a mi garganta.
—¿Taehyung? —Papá me abrazó con más fuerza al sentir mi cuerpo querer caer al piso. —Será mejor llevarte al hospital.
—N-no papá... —Negue con mi cabeza, pero mis palabras no salieron con la seguridad que deseaba.
Mis pies dejaron de tocar el piso, cuando papá abrazo mi espalda y metió un brazo bajo mis rodillas para poder levantarme.
—Yo estoy aquí cariño, ya todo está bien.
Dejó un beso en mi frente para comenzar a caminar por el pasillo, cruce mis manos tras su cuello, viendo hacia atrás y ver al profesor Dylan llevar un dedo a sus labios.
—«No le digas a papá.»
Aquellas palabras resonaron en mi cabeza, haciendo que escondiera mi rostro en el cuello de papá, dejando fluir mis lágrimas y llorar lo más silencioso que podía. Mi pecho dolía y mi estómago estaba revuelto, haciendo que mi boca tuviera un sabor amargo.
Después de todo, tuvo razón. Yo estaba sucio.
«...Esa es la parte más triste de la infancia, realmente. Cuando ese delgado velo es arrancado por algo horrible y te quedas con la verdad sin adornos. Cuando el mundo deja de ser seguro y ves su lado horrible...»
—Sherrilyn Kenyon.
Capítulo dedicado a:
cheong412
Gracias por tu apoyo y brindarle la oportunidad a esta historia, tocaya ✌️💜
Cómo había dicho, estaré más seguido por aquí.
¿Sus teorías cambiaron o alguna pensó en una tercera persona? Vamos en cuenta regresiva con esta historia, gracias por darle la oportunidad 💜
Les recuerdo, cuídense mucho por favor, el virus está viajando demasiado rápido, mi país era uno de los que se habían librado, pero el viernes 13 fue viernes negro para Guatemala, con la llegada del virus.
Por eso cuídense mucho, laven sus manos constantemente, eviten exponerse a las aglomeraciones. Guarden cuarentena si tu país así lo dictaron, si hay toque de queda, cumplelo.
Todo sea por el bienestar de todos y todas, ayudemos con cuidarnos para que está situación no se siga expandiendo y siga cobrando vidas de inocentes.
Cuiden a los de la tercera edad, ellos son los más propensos a sufrir, muchas personas no les importa esto y no les dan los cuidados que ellos merecen cómo tú o cómo yo.
Quédate en casa si no tienes nada que hacer en la calle, y no olvides lavar tus manos, cuídense mucho y que Dios bendiga a cada uno, sin importar la religión o que no creas en él.
Hay cosas que no tienen lógica o una respuesta científica, a veces sólo es cuestión de creer.
✌️♥
Publicado:
21/03/2020
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