23.Recuentos de la vida en el campo
❦ ˚ · ⚘
· •. ⸙ . • ·
•. ☼
༄ · . ·
☁
❀˚ · . ♡
❦ ˚ · ⚘
· •. ⸙ . • ·
•. ☼
༄ · . ·
☁
❀˚ · . ♡
❦ ˚ · ⚘
[🚜🍊🚲🌾🐻]
Me levanté antes de que sonora la alarma del reloj en la mesilla de noche. Era algo recurrente eso de despertarme cuando todavía la habitación estaba en penumbras y los gallos del establo apenas comenzaban a cacarear su agudo canto matinal.
Salí de la cama estando aún desnudo, estiré los brazos por unos segundos para desentumecer mis músculos, busqué a tientas bajo la cama mi bóxer para ponérmelo rápidamente y andar en puntillas rumbo al baño, tratando de no tropezar en el camino con la ropa desparramada en el suelo.
Cuando terminé de hacer mis urgentes necesidades, tuve que encender la luz del cuarto para buscar mi ropa de trabajo en el armario, sin embargo, a pesar de que traté de hacer el menor ruido posible, Kihyun se removió bruscamente sobre el colchón, dando señales de haberse despertado.
Pronto se incorporó para sentarse hecho todavía un ovillo entre las sábanas blancas que lo rodeaban. Como un bollito, pensé al sólo poder ver entre el cúmulo de tela la cara adormilada de mi pequeño capullito, con unos mechones de pelo celeste enmarcando su forma ovalada.
Había decidido dejar atrás su cabello negro y aclarárselo un poco, de ese tono azul que ahora se estaba convirtiendo en gris por la falta de retoque.
—Disculpa, no quería despertarte —fue lo primero que le dije al voltear a verlo.
—No hay problema, creo que dormí lo suficiente —soltó un largo bostezo y pestañeó debido al destello de la luz del foco—. Aunque me duele un poco la espalda baja por el exceso de... — disimuló una sonrisita de satisfacción— ejercicio de anoche.
—Mi culpa, no lo pude evitar —traté de disimular una sonrisa y Kihyun me correspondió el gesto enarcando una ceja con picardía—. Lo bueno es que hoy tienes tu día de descanso. Buscaré una pastilla en el botiquín si persiste el dolor. Te aconsejo que no entres todavía al baño —seguí diciéndole mientras elegía una camisa de franela, del montón que tenía, pantalones de dril y ropa interior. Kihyun puso los ojos en blanco y frunció la nariz.
— ¿Ya desayunaste? —prefirió saber antes de yo saliera de la estancia.
—Pensaba meterme a bañar y luego ir la cocina.
—¿Vendrás a la hora del almuerzo?
—No creo que me dé tiempo. Hoy iré al terreno cerca del lago porque el Sr. Do llevará a sus vacas para que pasten entre el rastrojo que quedó después de la cosecha de maíz.
Eso había pasado apenas una semana atrás y Kihyun todavía conservaba en la alacena unos cuantos elotes que solía hervir para comerlos en las tardes cuando los dos nos juntábamos a platicar bajo la sombra del árbol del patio, esperando la puesta del sol.
—Te haré un café y prepararé la comida mientras estás en el baño—dijo con resolución, pero parecía todavía reacio a salir de la cama conmigo presente, incluso si yo estaba distraído acomodando en mi hombro la ropa que había elegido para ese día. Me di cuenta de inmediato y esbocé una media sonrisa.
—¿Por qué no sales de la cama? ¿No quieres que te vea desnudo? —enarqué mi ceja izquierda con incredulidad y vi cómo Kihyun se ponía rojo como granate. Todavía me parecía increíble que actuara con tanto pudor para algunas situaciones íntimas—. Ayer te sostuve entre mis brazos, desnudo, te besé, desnudo, te...
—¡Lo hago por ti! —me interrumpió antes de que continuara—. Me temo que si me ves así no querrás ir a trabajar.
Me incliné hacia él con la intención de ponerlo nervioso.
—No me importaría dejar plantado al Sr. Do... —enarqué mi ceja izquierda, observando su reacción.
—Sabes que no lo harías —me contestó con una mirada desafiante—. Eres muy responsable cuando se trata de los terrenos.
Era cierto. Me conoce tan bien. Ya había pospuesto ese trabajo anteriormente y ya no podía hacerlo, no cuando Kyungsoo era estricto con nuestros acuerdos laborales y no le gustaba la impuntualidad. Nos ayudábamos mutuamente cuando hacía falta y no era conveniente posponerlo más. Di un largo resoplido antes de enderezarme y empezar a caminar hacia el baño.
—No me tardo.
[👒🍒📷🌱🐹]
Hyunwoo cerró detrás de sí la puerta del baño y pude por fin levantarme de la cama y ponerme mi ropa para ir a la cocina. Ya estando allí, me di cuenta de que ya no había huevos en la canasta, por lo que fui al establo, a la parte donde teníamos a las gallinas, y saqué con cuidado unos cuantos de los nidos.
Luego de esos meses de vivir allí, había dejado de tener miedo al hacer esa acción y ya no salía despavorido por el aleteo y cacareo de las aves de corral. Al sentir mi presencia en el patio, Hyunki salió de su casita y me siguió. En ese vi que el tío Hyunjoo traspasaba el portón y lo saludé con una breve inclinación de cabeza. Era un hombre en apariencia hosco, de pocas palabras.
Al principio pensé que era de difícil trato, pero no tardamos en congeniar en cuanto encontré un buen tema de conversación (le fascinaban los juegos de mesa y me enseñó a jugar al baduk –go-, e incluso al ajedrez).
—Buenos días, tío Hyunjoo.
—Hola, Kihyun. ¿Sigue Hyunwoo aquí?
—Sí. Nada más desayuna y se va al terreno.
—Te manda esto Sora —su esposa—. Te agradecemos por haber ayudado con la organización de la fiesta de Hyungwon—su nieto menor, nombrado así en honor al fallecido joven Hyungwon, había cumplido siete años pocos días antes.
Me alargó un gran tarro de la famosa mermelada casera que hacía la señora, que yo tomé como si fuera un gran tesoro.
—¡Gracias! Fue un gusto ayudar. Procuraré visitarla en este fin de semana junto con Hyunwoo.
—Le diré. Hyungwon estará feliz de verlos. Los demás trabajadores no tardan en llegar. Voy a empezar con las labores —se despidió de mí y entró al establo.
Luego de esa breve conversación, Hyunki me siguió hasta la cocina, donde se echó en el suelo mientras yo preparaba el café y unas rebanadas de pan con la mermelada de naranja, además de la provisión de comida que Hyunwoo se llevaría en su fiambrera.
Éste no tardó mucho en entrar en el comedor para desayunar con algo de prisa porque se le hacía tarde. Cuando terminamos de comer, fue a lavar las tazas y los platos en el fregadero. Luego se acercó para despedirse de mí.
—Me voy. Regreso como a eso de las cinco. ¿Vas a reunirte con Min y Joo? —Changkyun había entrado a la universidad a principios de marzo, por lo que sólo lo veríamos algunos fines de semana y durante sus vacaciones.
—Sip, después de hacer la limpieza. Iremos a ver a la tía Dodo.
—No llevaré mi celular —muy pocas veces lo usaba en el campo—, pero por cualquier cosa sabes que le puedes pedir al tío Hyunjoo que me mande un recado.
Se acercó para darme un beso en la mejilla izquierda, un beso tronador que me dejó con las orejas ardiendo en rojo, sintiendo una cosquilleante sacudida en mi estómago. Era de esos momentos especiales en la mañana en los que nos encantaba actuar de manera melosa porque era lo que realmente nos hacía feliz, compartir esos minutos de mimos antes de separarnos por unas cuantas horas.
—Oh, no... —exclamé exageradamente con el ceño fruncido, sobándome suavemente la mejilla sonrosada.
—¿Qué pasó? —Hyunwoo se veía preocupado por mi repentina actitud, justo la reacción que esperaba para lo que había planeado hacer—. ¿Estás bien?
—No es nada malo. Sólo creo que... —desvié la mirada y carraspeé un poco antes de continuar— mi mejilla derecha se puso celosa —me toqué la mencionada mejilla con mi dedo índice, con aparente inocencia, y Hyunwoo se mordió el labio inferior.
Él bien sabía que yo no era tan propenso a mostrar mi apego de manera tan abierta, esa parte que antes consideraba "cursi", y que ahora aceptaba y demostraba de manera natural, sin sentirme incómodo. Ese tipo de acciones ponían de buen humor a Hyunwoo y las atesorábamos como pepitas de oro, eran de gran valor sentimental. Qué mejor manera de darle ánimos en su rutina laboral.
—Entonces hay que arreglar ese problema —se acercó de nuevo a mí y esta vez me plantó un beso en la mejilla mencionada —. No se podía quedar sin su beso, ¿verdad?
—Oh, no... —volví a repetir, siguiendo con lo que ya me había atrevido a decir—. Creo que mi boca también necesita su beso matutino.
Hyunwoo sonrió con ternura y ver ese gesto en su bello rostro hizo sentirme feliz.
—Hay que evitar más riesgos de celos.
Acto seguido empezó a repartir besos por mi frente, mi nariz, otra vez mis mejillas, mi mentón y mi boca. Sonreí al sentir cosquilleos placenteros cuando unimos nuestros labios en un beso que se prolongó bastante, sin que tuviéramos ánimos de separar nuestras bocas, sumergidos en un vaivén de lenguas en contacto. Mis labios terminaron hinchados y sonreí al notar lo rojo que se habían puesto los de Hyunwoo. Éste es el momento más difícil del día. Tener que separarnos.
Antes de salir, acarició la cabeza de Hyunki acostado sobre la alfombra de la sala.
—Nos vemos, Hyunki, cuidas a Kihyun mientras no estoy.
Cuando la silueta de mi pareja montando su bicicleta desapareció detrás del portón, volví adentro. Las siguientes horas me la pasé haciendo la limpieza de la casa, lavando ropa acumulada en la canasta, tendiéndola al sol, y preparando de antemano la comida que le llevaría a la tía Dodo y la que comería Hyunwoo regresando de trabajar.
Regué las plantas del pequeño huerto que Hyunwoo me había ayudado a planear un mes atrás. La tierra era muy fértil, por lo que pude sembrar sin problemas chiles, cebollas, camotes, algunas hierbas aromáticas, y frutas como las fresas.
Ese día jueves pasaba Soonyoung, el joven cartero del pueblo, a dejar la correspondencia. Con esa energía que lo caracterizaba, me dijo "hoy sí recibió algo, Sr. Yoo". Me dio un sobre que había estado esperando desde hacía varios días.
Luego de despedirme del muchacho, abrí el sobre no sin cierto nerviosismo y lo que leí me dejó con un gran sabor de boca.
"Sr. Yoo Kihyun, me complace poder anunciarle que sus fotografías han sido aceptadas para la exposición Colors of Korea, la cual se llevará a cabo en el mes de julio. Su participación ha sido agendada, por lo que en los próximos días recibirá un correo electrónico con toda la información permitente al evento..."
¡Lo había logrado! Participaría en mi primera exposición colectiva y sabía que era un gran paso hacia mi sueño de tener mi propia exposición personal en un futuro próximo. No podía esperar para contárselo a Hyunwoo. Él me había dicho que estaba seguro de que me aceptarían aunque yo seguía dudando, un tanto inseguro porque era la primera vez que enviaba mis fotos para revisión. Estuve toda la mañana de muy buen humor continuando con el aseo.
Cuando menos me di cuenta, mi primo y Jooheon ya estaban esperándome para ir a ver a la tía, así que me apuré a arreglarme, dejé a cargo al tío Hyunjoo y me llevé a Hyunki conmigo.
El trayecto se me hizo mucho menos pesado ahora que ya conocía muy bien el camino y la tía Dodo nos recibió con la calidez propia de su persona. Estuvimos acompañándola por unas horas, comiendo con ella, ayudándole con su preciado jardín y escuchando sus entretenidos relatos.
Min y Jooheon decidieron quedarse esa noche con ella, así que yo regresé con Hyunki a nuestra casa antes de que dieran las cuatro, en el momento justo en el que tío Hyunjoo y los tres trabajadores se retiraban.
—Terminamos por hoy —se inclinó a acariciar a un enérgico Hyunki que reclamaba su atención—. Más tarde me comunico con Hyunwoo para decirle los pormenores de lo que hicimos hoy.
—Gracias por su esfuerzo, tío Hyunjoo —me despedí de ellos con una breve inclinación de cabeza.
Fui a recoger la ropa ya seca del tendedero para doblarla y acomodarla en el armario, y decidí recostarme un rato sobre el sofá de la sala, a descansar mientras esperaba a mi pareja.
Eran cuarto para las cinco cuando Hyunki empezó a ladrar y a mover la cola enérgicamente. Eso significaba una cosa...
Nada más abrir la puerta, apareció ante mí Hyunwoo sonriéndome, aún con el sombrero puesto y la frente sudorosa.
—Ya vine —ni bien terminó de hablar, me lancé a sus brazos y me aferré a su torso mientras Hyunki saltaba a nuestro alrededor.
—¡Bienvenido!
—Espera, Kiki —me dijo con pena—, apesto a sudor, deja que me bañe...
—¿Crees que me importa? —amaba abrazarlo nada más llegar porque en su ropa estaba impregnado el olor de sus horas en el campo. Él nada más rio meneando la cabeza y me tuvo que llevar casi a rastras por la puerta hacia la sala.
De allí las horas se fueron desgajando minuto a minuto en su compañía, y cuando miré el reloj ya eran las siete, el sol se había ocultado y el cielo se pobló de estrellas.
Nos metimos a bañar, demorándonos un poco más porque usamos la bañera y mezclamos las sales relajantes, y luego de comer lo que ya había preparado, nos pusimos a conversar lo que restó de la noche hasta caer rendidos de sueño, con un Hyunki acostado abajo de la cama, agotado también por toda la actividad del día.
Felicidad pura. Así podía describir mi relación amorosa a esas alturas de mi vida.
Quién iba a pensar que esa armonía familiar se iba a ver amenazada por los sutiles cambios que noté en el comportamiento de Hyunwoo en los siguientes días, y lo que eso me hizo temer por nuestra relación...
¦B&N*25/09/20¦
*
*
*
Hola!
Me emociona darme cuenta que la versión corta de este fic llegó a los 19 capítulos y aquí ya estamos en el 23. Ojalá lleguen, por lo menos, a los treinta sin que les resulte aburrido.
⸙
Quiero aprovechar para dar una gran felicitación a YourRamen quien, por lo que me dijeron (ya sabrás quién jojo), hoy viernes cumple años :3.
Espero que te la pases muy bien en compañía de tus seres queridos y que comas deliciosa comida.
♥
Igual a todos los que cumplen en este mes, mis mejores deseos, y el aniversario de Monbebe!
☀
Bye!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro