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11.Recuerdos, heridas abiertas

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Al siguiente día, Hyunwoo y Jooheon, quien accedió gustoso a acompañarlos, se reunieron con Kihyun y Minhyuk en la casa de huéspedes y después de que la Sra. Hyunja les ofreciera, según ella, un "ligero desayuno" (llenó la mesa de comida), partieron hacia su destino.

A medio camino se encontraron con Changkyun comprando un helado en una tienda cerca del parque en el centro.

—¿A dónde van que no invitan?

—Vamos a la montaña —le contestó Hyunwoo sospechando que Kyun se había escapado de sus obligaciones en casa.

—¿Van a ver a la abuela Dodo? —preguntó con emoción, sin dejar de darle lengüetazos a su nieve de vainilla.

—¿Vienes? —le dijo Minhyuk pasándole el brazo sobre su hombro con confianza.

—¡Sí! —exclamó el otro y los siguió con su helado en mano.

Fue así como a la comitiva se agregó otro integrante más. Los cinco jóvenes emprendieron el trayecto hacia la colina. La vegetación se fue haciendo más y más espesa conforme subían la ladera, pero los primos parecían conocer muy bien esos lares y avanzaron con paso firme por las distintas veredas del camino.

Cuando llegaron, se encontraron con una construcción tradicional, bastante antigua y amplia. Cruzaron el umbral del arco de la entrada y caminaron hasta llegar a un gran jardín lleno de flores de ornato. Encontraron allí a la Sra. Dohee plantando en la tierra una hortensia azul. Volteó al sentir la presencia de otras personas y Kihyun se sorprendió al verla.

No era una ancianita que infundiera ternura, se viera indefensa o, al contrario, fuera huraña y prepotente. Era una mujer alta y delgada, cabello largo y entrecano, de porte elegante, con un aura de fortaleza que no se podía negar incluso en ese primer encuentro.

Enfundada en un precioso vestido escarlata y con un sombrero de ala ancha, en sus rasgos se podía notar lo bella que había sido de joven, lo seguía siendo sin lugar a dudas. Hyunwoo le había recomendado ser muy directo al hablar con ella porque no le gustaba andarse por las ramas.

—Hola, abuela Dodo.

—Hola, nietos míos —saludó con voz dulce, sorprendida por esa inesperada visita—, me alegra ver a los tres por aquí. Es un suceso poco usual. ¿Y ustedes son...?

—Mi nombre es Yoo Kihyun y él es mi primo Lee Minhyuk —hicieron una breve reverencia respetuosa—. Hemos venido a platicar con usted, si nos lo permite.

La señora los observó con curiosidad. ¿De qué querrían hablar unos jóvenes citadinos con una mujer como ella?

—Bien, entonces vayamos a la sala. Necesitamos estar cómodos si esta conversación se prolonga, ¿no es así?

Dejó su pala en la jardinera, se quitó los guantes y los condujo rumbo a la casa.

—Creo que será mejor que sólo ustedes tres estén en la sala —le comentó Hyunwoo a Kihyun antes de que entraran por la puerta corrediza de madera.

Los tres primos pensaban retirarse, pero Kihyun logró agarrar a Hyunwoo por la manga de su playera y lo jaló suavemente.

—¿Te puedes quedar con nosotros? —le preguntó porque deseaba tenerlo de compañía y que la Sra. Dohee se sintiera más en confianza con su nieto mayor estando allí. Necesitaba su apoyo.

—Quédate, Hyunwoo. Jooheon y yo los esperaremos aquí afuera —le dijo Changkyun—. Vamos a aprovechar para ayudarle a la abuela con el jardín.

—Bien. Al rato nos vemos.

Hyunwoo y Kihyun se sentaron sobre unas almohadillas que estaban en el suelo, con las piernas flexionadas, en frente de la Sra. Dodo, con una mesilla baja de por medio, mientras Minhyuk se mantenía de pie.

—De haberlo sabido, hubiera hecho un poco de té para darles de beber —puso su sombrero sobre la mesa y acomodó sus manos sobre su regazo.

—Así estamos bien. Desayunamos hace poco.

—Y bien, ¿de qué desean hablar conmigo? Es muy raro recibir visitas y más de unos jóvenes guapos como ustedes —dijo con una sonrisa amistosa.

—¿Usted conoció a un hombre llamado Hoseok? —le preguntó Kihyun directo al grano, sin vacilar.

—¿Hoseok? —la Sra. Dohee se puso a pensar, tocando su mentón y con el ceño fruncido. Sin embargo, ese nombre no se le hizo conocido.

—Lee Hoseok —le mencionó, pero al parecer la mujer no lo reconoció.

Mientras ellos conversaban, Minhyuk empezó a recorrer la sala. Vio varias fotos sobre repisas de madera e incluso unas cuantas colgadas de las paredes. La mayoría eran en blanco y negro, con marcos de madera, y se trataban de paisajes del pueblo, eventos importantes, retratos a tamaño grande, fotos de la bellísima Sra. Dohee de joven y otras más con sus múltiples familiares.

Hubo una que le llamó particularmente la atención. Se trataba de una bastante antigua, casi amarillenta, de un grupo de unas veinte personas formadas en frente de la fachada de un gran mucho de piedras calizas. Pasó su dedo índice sobre la superficie del vidrio protector y lo fue pasando por cada uno de los rostros de los retratados. Entre más analizaba la foto, más emocionado se sentía.

—Lo he encontrado —susurró, sin dejar de ver fijamente la foto—. ¡Lo encontré! —expresó en voz alta, haciendo que los otros tres se sobresaltaran y voltearan a verlo.

¿Qué había encontrado?

—Usted tiene una foto donde aparece nuestro abuelo —soltó Minhyuk y regresó a donde estaban sentados los tres, llevando en la mano la foto que había encontrado colgada de la pared—. Tal vez lo conoció —se sentó al lado de la Sra. Dodo, puso la foto sobre la mesita para que se inclinaran a verla y señaló en ésta a un hombre fornido parado entre el grupo de veinte personas formadas en frente al muro de piedra.

—Es él. Definitivamente es él —exclamó Kihyun desbordando emoción después de analizarla—. Déjeme enseñarle una foto que le tomaron, en los sesenta, cuando tenía unos treinta años.

La señora vio las dos fotos detenidamente y cayó en la cuenta de algo.

—No puede ser posible... ¿Ustedes son los nietos de Wonho? —pasó su mirada de uno a otro primo tapándose la boca con la mano.

—Nuestro abuelo se llama Hoseok —dijo Minhyuk bastante confundido.

—Yo lo conocí como Wonho, pero no cabe duda de que se trata de la misma persona. Esas facciones son inconfundibles, los ojos, la nariz, la boca, las orejas... —aseguró tomando entre sus manos la foto que había llevado Kihyun—. Ésta es la única foto que tengo de mi juventud y la conseguí con esfuerzo —agarró la otra foto que guardaba como un tesoro—. Nos la tomó el dueño de la hacienda donde fuimos a trabajar un verano. Era de los pocos que tenían cámara fotográfica en ese tiempo, un lujo que nosotros no nos podíamos permitir.

—¿Quiénes son los demás? —preguntó Minhyuk con curiosidad.

—De izquierda a derecha están mi hermano mayor Taec, Wonho, mi hermano menor Hyungwon y yo. De los demás francamente no me acuerdo.

—¿Cómo conoció a nuestro abuelo? ¿Nos lo podría contar?

—Por supuesto. Fue el inolvidable verano de julio de 1949 —sonrió con notoria nostalgia plasmada en su rostro—. Lo recuerdo bien. Mis padres nos mandaron a ese pueblo por la cosecha de manzanas. Llegaban jóvenes de todas partes del país porque era una buena oportunidad de aprender y ganar un buen dinero en pocas semanas. Ellos iban al campo a laborar y yo me quedaba en casa de la señora como ayudante en la cocina. Los tres nos hicimos muy buenos amigos de Wonho. Él era de la edad de Taec y a mí me trató con mucho cariño. Prometimos volver a reunirnos allí para el siguiente verano, en 1950, pero en ese tiempo estalló la guerra y mis hermanos fueron mandados a servir. Fue una época horrible y muy dura de pasar. Perdí a muchos amigos, familiares... —en este punto se le quebró la voz y suspiró pesadamente.

—Nuestro abuelo Hoseok, o Wonho como usted lo conoció, también estuvo en esa guerra pero siempre evita hablar sobre ella —prosiguió Kihyun—. Me dijo mi mamá que no tiene recuerdos muy gratos de esa época.

—Lo entiendo. A mí tampoco me gusta hablar sobre eso con mis familiares más jóvenes —le echó una mirada de soslayo a Hyunwoo.

Después de un breve momento, Kihyun decidió preguntar lo que más le interesaba y que moría por saber.

—¿Acaso usted estuvo enamorada de mi abuelo? —al ver la cara de asombro de la anciana, se apresuró a aclarar—. Si no quiere contestar, lo entendemos...

—¿Yo? ¿Enamorada de Wonho? —emitió una risita nerviosa—. No, no podía ser posible... —soltó un suspiro antes de continuar—, no cuando él estaba prendado de mi Wonnie.

—¿Wonnie? —repitió Kihyun aún más extrañado.

—Hyungwon, mi hermanito —y señaló en la foto al que irónicamente era el más alto y delgado de los cuatro, un muchacho de labios gruesos y mirada lánguida.

—¿Ellos... se enamoraron? —intervino Hyunwoo, ya bastante inmerso en la narración de los hechos que contaba su abuela. Era impactante saber cómo la vida de su familia estaba enlazada con la de Kihyun por la historia de amor de sus integrantes.

—Sí, intensamente. Fueron muy discretos con su relación, nadie en la plantación logró descubrirlos, no quiero ni imaginar qué les hubieran hecho si se hubiera sabido. Yo los vi una vez besándose bajo un árbol de manzanas. Nunca les dije, pero trataba de cuidarlos, de que su secreto no se revelara. Era fascinante percatarse de cuánto se adoraban. No podían ser muy expresivos al respecto por los prejuicios en esa época, pero había pequeños actos que transmitían esa sensación. Era amor, claro, un amor puro que nunca he vuelto a ver en dos personas... hasta ahora —comentó mirando con una sonrisa a Hyunwoo, quien discretamente había puesto una mano sobre la rodilla de Kihyun para brindarle apoyo.

—¿Dónde está él? —preguntó Minhyuk con ansiedad.

La mirada de la Sr. Dohee se ensombreció al escuchar esa pregunta y Kihyun tuvo un mal presentimiento. Era algo que creía muy probable que pasaría, pero se había negado a aceptar esa posibilidad. No podía ser posible...

—Murió hace muchos años, tantos años ya —dijo con tristeza y a Kihyun se le hizo un nudo en la garganta con esta revelación—. Todavía me duele su partida. Sucedió durante la Guerra de Corea, dos años después de conocer a Wonho —se le dificultó continuar y Minhyuk se acercó a ella para tomarla de la mano como signo de apoyo—. Fue acribillado durante una contienda y murió allí. Ni siquiera lograron devolvernos el cuerpo porque fue a parar a una fosa común, como muchos otros hombres que perecieron en batalla.

Con el semblante compungido, se incorporó para ir a sacar de una gaveta una cajita de madera y la acomodó delante de ellos.

—Uno de sus compañeros en batalla que sobrevivió logró guardar esto y me lo entregó porque fue la última promesa que le hizo a Hyungwon. Son algunas de sus pertenencias.

Adentro estaban los objetos personales del joven y la tía Dodo sacó de allí un rollito con varias hojas de papel ya un tanto amarillentas.

—Era el único de la familia que sabía leer y escribir. Era nuestro orgullo, nuestro inteligente Wonnie. Estas son cartas que no tienen destinatario, pero supe a quién iban dirigidas en cuanto leí una. Las escribió para su único amor, a su amado, y las guardé porque tuve la esperanza de volverlo a ver y entregárselas —hizo una pausa antes de seguir. Miró a Kihyun con inquietud—. ¿Cómo está él? ¿Cómo está... Hoseok?

Le contaron sobre la enfermedad de su abuelo, el estado delicado en que se encontraba en esos momentos y la existencia de esa carta que había escrito y por la cual estaban allí en el pueblo.

—Entonces volverán pronto junto a él —comentó después de escuchar la explicación—. Así debe ser porque estoy segura que se recuperará. Llévense estos papeles y la foto, quiero que él los tenga —se los entregó a Kihyun, quien los agarró con sumo cuidado—. Es importante que los lea, que sepa cuánto pensó Wonnie en él incluso en los momentos más difíciles.

—Gracias por contarnos todo —tomó sus manos entre las suyas y les dio un apretón—. De verdad se lo agradecemos.

—Gracias a ustedes por venir a verme. Espero que Hoseok mejore pronto. Ojalá pudiera verlo de nuevo, pero me basta y sobra con saber que sus nietos se preocupan tanto por él y han venido a visitarme. Ahora estaré más tranquila al saber que él podrá tener estas cartas.

Insistió en que se quedaran un rato más, prepararía un platillo para ellos, así que los seis se quedaron a comer con ella. Estuvieron platicando durante la comida y se pasó el tiempo volando. Cuando terminaron, le agradecieron por toda su atención, se despidieron de ella con un abrazo y volvieron al pueblo antes de que anocheciera.

En el camino de regreso Kihyun iba atrás de la comitiva, junto a Hyunwo, y los otros tres iban hasta adelante, parloteando.

—¿Estás bien? —le preguntó Hyunwoo porque lo vio muy callado.

—No voy a mentir, me duele saber lo que pasó con Hyungwon —suspiró con abatimiento—. Guardaba la esperanza de que mi abuelo se reuniera con su primer amor. Creo que fue muy importante en su vida —llevaba en las manos las cartas y la foto, y las miró con tristeza. No sabía cómo podría decírselo a su abuelo, cómo se lo tomaría dadas las circunstancias en que estaba.

—Piensa que tu abuelo podrá saber ahora qué pasó con él y no tendrá más esa incertidumbre. Tal vez no es lo que estaba esperando, pero puede que las cartas funjan como un consuelo.

Kihyun creyó que Hyunwoo tenía razón, pero eso no mitigó totalmente la sensación de tristeza. Continuaron bajando la ladera y Kihyun empezó a sentirse inquieto.

—Hyunwoo... —tenía que preguntárselo, no podía más con esa pregunta que le venía rondando en su mente.

—Dime.

—¿Alguna vez has pensado en irte a la capital, tener otro tipo de vida? —notó cómo aquél tensaba la mandíbula y miraba hacia el frente.

—Creo que hasta ahora no te lo había dicho... —frunció el ceño ligeramente—, viví casi cinco años en Seúl, así que tuve "otro tipo de vida" durante ese tiempo.

—¿En serio? —exclamó sorprendido por ese dato.

—Estudié mi carrera allí, pero al final regresé a este pueblo, decidí regresar a mis raíces y hacerme cargo de la propiedad de mi abuelo fallecido.

—Ya veo...

Kihyun no supo qué más decir y la sensación de tener un hueco en su estómago se hizo más grande conforme llegaban al pueblo. Pasaron el resto del trayecto en silencio, esquivando ese tema pendiente entre los dos, con una invisible gran muralla manteniéndolos separados.

Los tres primos pasaron a dejar a Minhyuk y Kihyun al Hyunja's Oasis. Changkyun y Jooheon se retiraron a sus respectivos hogares y Hyunwoo decidió aprovechar para ir a ver a su madre y hermana.

¦B&N*12/09/20¦

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