Capítulo 3
Harry hunde su rostro contra las sábanas de su habitación y deja que los débiles rayos del sol hagan de las suyas y lo hagan sentir más miserable que nunca, porque la cuestión es que el mundo está en contra de Harry en todo momento, porque no es justo que su cita no haya salido como lo planeado, no porque hubiese terminado en un desastre o que Eliot resultara ser un tipo desagradable o que la noche no fuese agradable, fue todo lo contrario, y eso es lo que lo hace sentir miserable, porque el hombre fue atento en todo momento, dulce y en cierta parte romántico, pero no logró sentir aquella electricidad que mostraba la química que estaban sintiendo. Harry sabía que no iba a poder engañarse a sí mismo diciéndose que podría sentir algo por Eliot a medida que el tiempo pasaba y lo conocía mejor, no era justo para ambos esperar e ilusionarse de esa manera, tanto que fue honesto.
No es justo que tenga un corazón roto, sea viernes y tenga que ir a trabajar. No es justo que Louis siempre esté cerca y se sienta cómo un planeta girando en órbita al sol, en este caso vendría siendo Louis, ni mucho menos es justo que Florence esté jalándole las sábanas para obligarlo a levantarse. Lo único bueno que puede ver de todo esto es que es viernes y tendrá dos días para estar en la cama el resto del día, no importa que tan tarde sea, y claro, hoy entra más tarde que no ha tenido que correr a la empresa para llegar a tiempo, pero si que le cuesta levantarse de la cama después de la cita con Eliot que resultó ser un completo desastre si es que se lo preguntan a su corazón.
No quiere ir a la empresa y ver a Eliot y darse cuenta de que lo que más ha deseado se ha cumplido; que todo se haya tornado incómodo después de que lo rechazó. Tampoco quiere encontrarse con Louis y recibir burlas de su cita fallida, porque conoce tan bien al ojiazul, para su mala suerte, y sabe que se enterará de cómo resultó la cita y para ese entonces lo encerrará y le dirá que se lo dijo. Y no está de humor para recibir sus palabras burlonas ni su cercanía que altera por completo su corazón y lo obligaría a encontrar su autocontrol para no dejarse envolver y dejarse amar una vez más.
Es por eso que lloriquea demasiado temprano en la mañana y lucha contra su amiga para que lo deje en su miseria unos segundos más antes de ser un verdadero adulto y enfrentar cada consecuencia. Debió de seguir a su corazón y no aceptar esa cita, pero las cosas no sucedieron cómo lo planeado.
—Llegaremos tarde.
—Ve sin mi—pide alzando su rostro adormilado.
—Íbamos a desayunar antes, Niall nos va a ver ahí, ¿Recuerdas?
—Lamentablemente sí—murmura dándose la vuelta. Aunque muera por quedarse en la cama más tiempo y olvidarse del mundo por unos segundos, tiene que ir a trabajar—. Bien.
—¿Qué es lo qué sucedió en la cita? Creí que estaba yendo bien cuando me mandaste aquellos mensajes. ¿Qué fue lo que cambió?
Vuelve a dejarse caer cuando escucha respecto a la cita. Esto es lo que no quería, preguntas al respecto, darse cuenta de que tal vez tiene las expectativas un poquito altas gracias a cierta persona, pero eso es aparte del pasado. Y es que es casi mágico, cómo a pesar de que sea una cita agradable, se necesita de mucho para sentir la electricidad correr por su cuerpo, cómo incluso la persona influye en eso.
Ha tenido muchas citas para darse cuenta de eso.
—Fue agradable. Eliot es muy dulce y sería una increíble pareja, pero—lloriquea pasándose las manos por su rostro—. No sentí nada especial, no sentí la chispa, esa electricidad, esas ganas de que me besara al final de la noche. Sólo estaba pensando en cómo negarme si me lo pedía.
—Es entendible, Harry.
—Lo sé, pero aun así, me hace sentir un poco mal—confiesa con las mejillas rojas.
—Ya habrá muchas citas. Es más.
Harry se detiene frente al closet girándose un poco hacia su amiga cuando la escucha. Una sonrisa divertida cruza por su rostro y de inmediato sabe que podría ser una idea terriblemente mala o una buena, de verdad que quiere creer que va a ser la segunda, pero viniendo ella no sabe qué esperarse. Ya fue mucho con la cita de anoche. Niega volviendo su atención a encontrar la ropa adecuada para ir a trabajar y algo que eleve su humor. También necesita un poco de cafeína, aquel panecillo de frutos rojos que ama comer en aquel restaurante a unas cuadras de la empresa y tal vez así, esté listo para regresar a la normalidad.
Se detiene cuando Florence lo toma de los hombros y tiene una sonrisa grande.
—Tenemos que salir hoy.
—Flo-
Su amiga detiene cada clase de negación que estaba apunto de salir de su boca—. Hace tiempo no vamos al bar. Necesitas distraerte, divertirte, quizás un polvo.
De verdad cree que es una idea terriblemente mala, no sabe porque, pero tiene la sensación de que no es buena idea ir, sin embargo, se lo piensa mucho. Han pasado meses que no ha salido a divertirse y mucho más años sin estar soltero, nunca extraño estarlo, siempre ha sido amante del romanticismo y por consiguiente, le gusta tener a alguien quien lo sostenga, quien lo ame debajo de las sábanas y las citas, los secretos de pareja, y las escapadas, los chistes que sólo ellos dos saben. Louis le dio eso y mucho más, pero a medida de los últimos meses se fue desgastando al punto de que carecía.
Y quiere distraerse y divertirse un rato, salir de ese departamento que lo hace sentir un poco asfixiado. Ahora que se toma el tiempo para pensar y se remonta a sus épocas universitarias, había disfrutado tanto bailar y emborracharse un poco hasta que ya no podía estar de pie más tiempo, Incluso si aquello le ocasionaba un poco de cruda al siguiente día. Tiene ganas de estar rodeado de sus amigos y escuchar música en alto. No está seguro si quiere coquetear con alguien o tener un polvo de una noche, ya la ha pasado mal estás últimas semanas que no necesita acumular más cosas.
Nunca ha sido un hombre de cosas de una sola vez, es más del romanticismo, de las escenas cursis y las conexiones instantáneas, pero duraderas. Sólo irá a divertirse y olvidarse de sus problemas.
—Bien, está bien.
—¡Así se habla!—Florence aplaude para luego girar en la habitación—. La verdadera soltería ha tocado a tu puerta. Está noche será inolvidable.
—Eso espero.
—Niall aceptará al instante—dice sentándose en su cama—. Ahora tienes que apurarte. Debemos ir a desayunar antes de ir a la empresa.
—Lo haré, lo haré.
Suelta una risa entrando al baño para darse una ducha rápida para alejar el resto del sueño que permanecer adherido a su sistema, y cuando termina, logra vestirse para tener tiempo de arreglar sus rizos como a él le gusta antes de salir de su departamento acompañado de Florence para encontrar a Niall en el restaurante cercano a la empresa donde trabajan, así no llegarían tarde al lugar.
Obtiene un desayuno completo que le alegra el día, también aquel café y el panecillo de frutos rojos, Incluso le empacan uno para poder llevarlo y comerlo entre descansos. No hay ninguna pregunta acerca de su cita con Eliot y eso lo agradece. Simplemente quiere olvidar esa noche y centrar su atención en otras cosas. Al final del día, siempre habrá citas malas y buenas hasta encontrar a la persona indicada.
Florence y él, entran al ascensor entre risas con la promesa de encontrarse en el bar y divertirse. Harry va hasta su oficina encerrándose en el momento. Sin embargo, como creyó está mañana, parece que el universo tiene algo en contra suya, porque tiene una junta a la cual asistir en la que está seguro que debe estar Eliot y Louis en la misma habitación y no está seguro que podrá centrarse en otra cosa que no sea en la incómodo y tenso que será estar con ambos, a pesar de que no crucen palabras.
Se sienta en una silla disponible mientras los demás van llegando. De repente, todas las sillas están ocupadas y Eliot termina sentándose a su lado. Éste se inclina cerca con una sonrisa calmada. ¿Es qué ha olvidado la cita de anoche?
—Hola, Harry.
—Eliot.
—Siento haber sido un poco cortante anoche. Necesitaba pensar. No siempre un precioso hombre me rechaza—suelta Eliot. Harry se sonroja suavemente—. No te preocupes, sé que no estás interesado y lo comprendo. ¿Podemos ser amigos?
—Eso me gustaría mucho. También siento haberme apresurado y no decirte cómo me sentía antes. No quería causarte ningún tipo de dolor. Me encantaría conservar tu amistad, de verdad te lo digo. Eres interesante.
—Entonces, ¿todo olvidado?—Eliot pregunta extendiendo su mano.
—Todo olvidado.
Decir que se siente sumamente aliviado al tomar la mano de Eliot y estar en buenos términos, es quedarse corto, porque siente que su cuerpo se relaja y toda la tensión e incomodidad se ha esfumando, más cuando ambos se sonríen secretamente y sueltan sus manos. En ese momento, su mirada cae en Louis, está sentado frente a Eliot y no ha apartado la mirada de sus manos juntas hasta que lo dejan de hacer. La tensión de su mandíbula es visible y sus ojos son oscuros, siente que en cualquier momento saltará sobre ellos.
Le toma de sorpresa que lo mire suavemente y aparte la mirada, casi, ¿derrotado? Esto debería hacerlo sentir mejor, posiblemente Louis se olvide de querer una segunda oportunidad, pero el pequeño destello de tristeza en los ojos de Louis lo hacen hacer una mueca y sentir una presión en su pecho. ¿Tanta molestia le causa saber que Louis se ha rendido cuando ha querido que las cosas sean así desde el principio? Porque así las cosas habrían sido más fáciles, pero se ha equivocado un poco, quizás sea lo mejor de esa manera.
Aparta la mirada del ojiazul, incluso cuando desea buscar cada cosa nueva en el rostro de Louis. Suspira centrando toda su atención en la junta.
Florence sostiene su brazo con una sonrisa mientras salen del lugar—. ¿Estás listo para divertirte?
—Claro. Necesito desestresarme.
—Y lo harás. Será la mejor noche después de un tiempo—Florence dice siguiéndolo a su oficina—. ¿Entonces de qué hablaron Eliot y tú?
—Quedamos que seríamos amigos. Fue demasiado compresible.
—Eso es increíble—ella acepta sentándose en la silla de enfrente—. A Louis se le notaban los celos desde lejos.
—Lo noté.
—¡Cómo sea! Eso ya es historia pasada. Está noche nada de ex novios, sólo amigos y bebidas—Florence pone reglas.
Harry ríe suavemente. No es como si fuera a llamar a Louis en medio de la noche o sentirse miserable, está seguro que será una noche divertida y su mente estará tan ocupada como para no pensar en Louis y en lo que fue su relación. Ha decidido a dejar atrás lo que fue de ella y centrarse en sus amigos y en el trabajo, después de todo, eso es lo que al final terminó importándole más al castaño, así como que su familia se metiera en su relación, bueno especialmente el padre de Louis, porque no puede decir que toda su familia, porque adora a las hermanas de Louis.
Llega a casa alrededor de las cinco de la tarde, por lo que tiene suficiente tiempo para arreglarse antes de marcharse al bar. Termina arreglando unas cuantas cosas antes de entrar a la ducha. Llena una tina con agua calientita y aceites corporales. Su cuerpo desnudo se hunde en el agua y cierra los ojos suavemente, amando como los músculos de su cuerpo se van relajando.
Cuando llega al bar, tiene que mirar a su alrededor hasta encontrar a sus amigos en una esquina.
—¡Llegaste!
—Gracias por tenerme tanta fe—le dice irónicamente a Niall.
—Ven, te pedí un trago—Florence dice con una risa suave—. Hay que celebrar.
—¿Y por qué celebramos?
—Porque seguidos siendo los mejores amigos, duh—Niall dice con emoción—. Y porque estar solteros siempre es lo mejor del mundo. ¿Para qué complicarnos la vida con una pareja cuando la compañía de la amistad es lo mejor?
—Perdóname, Niall, pero yo tengo novio.
—Lo arruinaste—se queja el rubio.
Harry suelta una carcajada fuerte que inmediatamente calla, pero no llega a resonar por música fuerte. Sostiene su copa mientras bebe de la deliciosa bebida y se relaja. Incluso con su primer trago, ya se siente muy ligero y suelto, quizás esa ducha ayudó bastante a hacerlo.
El resto de la noche se la pasan sentados en la mesa hablando sin parar y soltando risas. La copa que tiene en su mano se llena tantas veces que ha perdido la cuenta de cuando ha tomado, pero no le importa en absoluto, merece ponerse ebrio como si no fuese un adulto responsable o como si pudiese lidiar con el dolor de cabeza mañana. De la misma manera ríe sin parar.
—Vamos a bailar.
—Sé mi pareja—Niall pide, levantándose para tenderle la mano.
—¿Florence?
—Ve. Diviértete. Iré por un trago—ella insiste.
Asiente y acepta la mano de su amigo que lo guía hacia la pista de baile entre tantos cuerpos. Harry se suelta del agarre de Niall y empieza a mover las caderas suavemente, con el mismo ritmo de la música que inunda el lugar y sus ojos se cierran dejando que las sensaciones abunden en su cuerpo. El calor se extiende a cada sitio, las luces cambiantes iluminan su rostro y la conversación de Niall lo hace sonreír.
Abre los ojos cuando Niall toma su mano y lo hace girar ocasionando que suelte unas risas suaves y se sienta tan flexible. Cuando siente los pulmones quemarle y las piernas dolerle, deja que Niall siga bailando y haciéndose rápidamente amigos de algunas personas de ahí y se apresura a llegar hasta la mesa con Florece a su lado mientras abre una botella de agua y la bebe de un trago.
Busca su teléfono entre los bolsillos de su pantalón cuando Florece dice que irá un momento al baño. De alguna manera sus dedos toman vida propia, su corazón bombea, y todos los deseos y recuerdos bailan encima de él.
H: Louis.
L: ¿Harry? ¿Estás bien, cariño? Me sorprendió tu mensaje.
H: Sí, quiero.
L: ¿Si quieres qué?
H: Intentarlo de nuevo. Te extraño tanto, Lou. Demasiado.
L: ¿Hablas en serio?
H: Sí.
L: Amor, no me puedes estar haciendo esto. Vine el fin de semana a visitar a mi familia, no puedo ir hacia ti.
Parpadea cuando su teléfono le es arrebatado de las manos, debe hacer un puchero para que Florence le devuelva su teléfono, pero sólo es en vano porque ella niega y dice algo de cero teléfonos y que no quiere que haga algo de lo cual pueda arrepentirse mañana temprano. Está a punto de protestar que debe contestar los mensajes de Louis, pero ella lo calla para pedir un taxi y puedan marcharse a su departamento. En algún punto, cuando estaba en todos sus sentidos, decidieron dormir en el departamento de Harry y así todos irían juntos en un taxi.
Termina derrotado y buscando sus cosas para luego ser guiado por Florence a la salida. Tiene demasiado sueño, está cansado y lo único que quiere en estos instante además de tocar su cama es ser sostenido por Louis. La manera en que envolvía su cuerpo contra el suyo y besaba sus hombros está quedarse dormido era casi mágico, esos momentos eran de sus favoritos. Y ahora que ha regresado con Louis va hacer que lo abrace con fuerza y no lo suelte nunca más.
También van a casarse y tener dos niños pequeños.
—Vamos, Harry.
—¿Sabías que Louis está con su familia?—canturrea cansado, ebrio y enamorado. Una combinación peligrosa.
—Shh.
—Lo extraño tanto, mucho. ¿Sabías que me regaló este collar en nuestro segundo año de aniversario?—dijo sujetando su collar—. Lo amo demasiado.
—Sí, lo sé.
—Tengo sueño y. —Bosteza con fuerza mientras se pasa un puño por sus ojos—. Mañana un buen desayuno.
Suben al taxi y Harry quiere recuperar su teléfono y mandarle buenas noches a Louis y decirle que lo espera con ansias, pero su cabeza se siente tan rara y su corazón de alguna manera no concuerda con su cabeza y también hace cosas extrañas, cómo sonrojarse al recordar los momentos que ha tenido con Louis, las cosquillas en la punta de sus dedos y el calor en su estómago. Desea tanto, que saber que el ojiazul está lejos hace que el deseo se acumule más de lo que ya es. Sin embargo, de algún modo, llegan a su departamento y tiene que luchar con encontrar la llave y cuando lo hace abre la puerta.
Se cambia de ropa a su pijama, su favorita. La de seda azul que es una camisa de mangas cortas de botones y unos shorts cortos y unas pantuflas del mismo color.
Después de una taza de té y haberse lavado el rostro, luego de haber acomodado la habitación de invitados para sus amigos, camina hasta su propia habitación para apagar las luces dejando que sólo la luz de la luna sea la única que bañe ligeramente el lugar y se hunde entre las sábanas. Intenta dormir, pero sólo puede pensar en Louis, en cómo se sentía dormir a su lado.
Aún se siente flotar, sólo que ahora no sabe si se debe gracias al alcohol que ingirió alrededor de la noche o si se debe a los mensajes intercambiados con Louis. Quizás tenga que ver con lo segundo, tal vez es porque sigue enamorado.
Pero maldecirá a lo primero, y no precisamente por el dolor de cabeza.
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