Decisión
De un golpe las puertas del gran salón se abrieron, las gaitas comenzaron a sonar mientras miles de hombres invadían aquel lugar con paso marcado. Aquello era sumamente extraño para Hiccup, al menos cuando se trataban de visitas lo hacían sin provocar un escándalo como tal; aunque no era de extrañarse que el poco silencio se terminaba en cuestión de segundos.
-Oh diablos-continuaba murmurando la pelirroja entre dientes.
A la vista se dejó ver cuatro estandartes que eran sujetados por un hombre en particular, cada uno de ellos vestía y lucia diferente a las personas que había visto Hiccup.
Aquellos símbolos bordados en la tela los conocía muy bien la pelirroja, lamentablemente eso solo podía significar problemas.
-Merida por favor...-Merida entendió lo que su madre decía al solo observarla por lo que asintió.
-Creo que es mejor retirarnos-tomo el brazo del castaño-Sígueme-
-Pero que pasara con tu...-más Hiccup no logro terminar su oración.
-Su majestad-interrumpió un hombre de cabellera azabache y rebeldes-Lamentamos venir con poco tiempo de anticipación, pero creo que tenemos un tema que discutir-al voltear aquel hombre se encontró a Merida e Hiccup.
A pesar de sus esfuerzos por salir desapercibidos del lugar no funciono. Hiccup solo se encontraba confundido mientras que Merida maldecía su suerte.
-¡Ah princesa!-exclamó mientras Merida sonreía forzadamente-Me alegro que esté presente, ya que será esencial su participación-sin embargo la vista de Lord Macintosh se desvió en Hiccup-¿Qué hace el enemigo aquí?-señalo.
De su lado se hicieron presentes otros dos hombres, uno era rubio y robusto mientras que el otro era de estatura baja y sumamente poco agraciado.
-Yo...-la pelirroja buscaba una excusa decente -Bueno....-
-¡Exigimos una explicación!-gritaron los tres hombres.
Las protestas por parte de los grandes líderes junto con sus acompañantes se hicieron presentes, algunos pedían que se le matara en ese instante mientras otros buscaban alguna respuesta en la reina. Aun por muchos intentos de hablar, Elinor no lograba controlar a los clanes.
-¡Cállense!-grito Merida a todo pulmón.
Nuevamente Merida había logrado tener el control de la situación, algo que no les pareció muy agradable a los Lord's pero eso no la iba a intimidar; pues en el pasado ya se había enfrentado a ellos y esta ocasión no sería la excepción.
-Caballeros-aclaro su garganta la pelirroja mientras adoptaba una pose un poco más erguida-Con mucho gusto aclararemos la situación, solamente pido una cosa... cierren el pico y no hablen a la vez-
Aunque las palabras no eran las adecuadas Elinor observaba con orgullo a su hija, en parte le recordaba al comportamiento bruto que tenía su esposo en estas situaciones. Hiccup por su parte conocía otra faceta de la pelirroja, por primera vez encontraba coraje y fuerza ante aquellos hombres.
¨Digna actitud de una mujer vikinga¨ pensó.
-Hiccup por favor retirarte, en cuanto esto termine te buscare-hablo en voz baja la chica-Por nada del mundo salgas de donde estés-
-¿Qué pasara contigo?-pregunto el castaño un poco preocupado-¿Estarás bien?-
-Nada que no pueda controlar-levanto sus hombros con una sonrisa-El precio de ser una princesa, te buscare cuando esto termine-
Tras darle unas palmadas en su espalda y una mirada de confianza Hiccup acepto y comenzó a retirarse, Merida por su parte regresaba a lado de su madre para sentarse en el trono de lado izquierdo.
-Vikingos-replico Lord Dingwall-Sumamente una peste-
-Yo diría que son una plaga peor que la peste-comento Lord MacGuffin.
-Menos replicaciones y más motivos por su visita-interrumpió la pelirroja-Si solo han venido para hacer reclamos sin justificaciones, les pediré que se retiren. Pero si lo que quieren es discutir alguna inconformidad entonces les atenderemos-
Como Merida le había comentado el castaño salió de la habitación, realmente le molestaba el hecho de escuchar esos comentarios sobre su pueblo, pero sabía que no debía intervenir. Pues la situación parecía bastante delicada, como siempre su curiosidad pudo más por lo que se colocó cerca de la puerta para escuchar.
-Mis señoras-hablo Lord Macintosh-El consejo ha estado analizando la situación de su repentina decisión por la paz para su reino, pero me temo que no podemos continuar con esto-
-Mi señores-se levantó elegantemente de su lugar Elinor-Me parece que deje muy en clara la situación en la que estamos, no estoy dispuesta a seguir perdiendo hombres por algo que se puede arreglar con tan solo hablar. El jefe de Berk me ha dado su palabra y confió plenamente en él-
-Con todo respeto mi señora reina-interrumpió Lord MacGuffin-No tenemos seguridad de que ellos mantengan su promesa ¿Acaso debemos recordarle lo que sucedió hace miles de años atrás? o creo que revivir cierto suceso, les ayudaría en su juicio contra esos vikingos-
Elinor estaba nerviosa por el rumbo que estaba tomando la situación, no le fue difícil a Merida de que era momento de intervenir; ya que aquel comentario había sido un golpe duro para la pelirroja.
-Aquello solo fue una mala jugada-repuso la pelirroja-Además el futuro jefe ha jurado mantener su promesa en cuanto le sea entregado el cargo, por lo que yo creo en su palabra. Mi madre y yo estamos seguras de nuestra decisión, no enviaremos más hombres a una guerra sin sentido-
-Entonces no nos queda de otra-se acercó Lord Dingwall mientras desenrollaba un pergamino-Por el poder y decisión de los clanes unidos Macintosh, MacGuffin y Dingwall, se destituye al Clan Dunbroch de su régimen y derecho al trono-
Ambas mujeres estaban atónitas mientras que los hombres no mostraban algún rastro de duda, en su mente la pelirroja sabia por lo que estaban haciendo esto. No solamente era por el hecho de la guerra o el temor de la traición, esto era un rencor más allá de lo político.
-¡No puede hacer eso!-protesto la princesa-Ustedes mismo nunca se opusieron al mandato de mi padre, especialmente cuando eligieron hacerlo su rey-
-Y por eso mismo podemos quitarle el cargo-recalco el hombre menor-Aun seguimos inconformes con la idea de que una mujer reine sin un hombre a su lado. Nadie puede confirmar la seguridad del reino en manos de una mujer, se necesita de la mano dura de un hombre para gobernar esta nación-
-Se atreve a decir que yo como princesa y heredera al trono ¿No soy capaz de guiar a mi gente con el liderazgo que lo hizo mi padre?-con brusquedad Merida se levantó de su lugar-¿No son esas su exactas palabras?-
Los puños de Merida se cerraron con fuerza, era claro que la venganza estaba inmiscuida en todo el asunto. Aun no perdonaban la situación de que una mujer los humillara públicamente, ya que lo que hacían era un golpe bajo para toda su familia.
-El solo hecho de tener a una escoria alojada en el palacio no da mucho que decir-se cruzó de brazos Lord Macintosh-No podemos esperar nada bueno de su reinado con esa decisión, y mucho menos esperar algo de esa peste vikinga-
-Le recuerdo Lord Macintosh y Dingwall que fui yo la que tomo el cargo de las tropas en la batalla-hablo Merida- Ya que su hijo-señalo al hombre con canas-No fue capaz de tomar su responsabilidad y dirigir a su gente, en cambio yo tome ese poder y la responsabilidad porque también son mi gente. Un líder lucha a lado de su pueblo, no se esconde como un cobarde bajo la falda de su padre-
El silencio se hizo presente, el comentario no fue de gracia para el Lord por lo que Merida se había anotado un punto a favor y eso la reconfortaba un poco.
-Princesa, creo que debo recordarle el resultado de aquella batalla-sonrío con satisfacción el hombre-Principalmente porque como usted lo ha dicho, tomo la responsabilidad de ello-
-Eso no cambia mi parecer-gruño con enojo-El jefe de Berk Estoico el Vasto, prometió firmar el tratado. Mi decisión es firme, nadie atacara a los vikingos o al menos todos aquellos que habiten en ese lugar-sin decir más Merida retomo su lugar.
Los insultos no se hicieron esperar, la madre al igual que la hija se encontraban rodeadas sin ningún escape o punto a favor. Todo se encontraba lleno de injusticia, sin embargo alguien no lo soporto más.
-¡Basta!-grito una voz haciéndose presente-¡Es suficiente!-
Aquellas puertas se abrieron con brusquedad dejando a plena vista al castaño, su semblante estaba serio y con el ceño fruncido. Todos notaron como camino sin temor hasta llegar con los presentes, pero las que estaban más preocupadas por su bienestar eran Elinor y Merida.
¨Si sale vivo de esto juro que voy a matarlo¨ pensó la pelirroja.
-Caballeros-se dirigió Hiccup a los tres hombres-Se que ustedes tienen una mala imagen de mi pueblo, pero puedo jurar por mi honor que cumpliré el trato que su majestad Elinor ofreció-
-¿Un vikingo hablando de honor? Ja-todas las personas siguieron su burla hacia el chico-Tu especie solo es traicionera y ruin-
-Eso no es...-sin embargo fue interrumpido.
-Todo mundo sabe que los vikingo son una peste que invade las costas-agrego Lord Dingwall-Se expanden y reproducen al igual que ratas-
-Nuestra intención nunca ha...-más fue interrumpido nuevamente.
-Tú al igual que tu gente son unos viles ladrones y barbaros-agrego Lord Macintosh.
Todos los ataque e insultos eran dirigidos hacia el castaño, aun por mucho que gritara Merida para interrumpirlos no se detenían. Hiccup estaba molesto y a punto de soltar miles de cosas, no le importaba lo que pudieran decir de su comportamiento vikingo pero fue en ese momento que la puerta se abrió.
-¡¿A quién llaman ladrón?!-grito la voz de un hombre-¡¿Quién se atrevió a insultar a mi hijo?!
¨¡Por Odín! No ahora, por favor¨ suplicaba el castaño que no fuera verdad lo que sus ojos veían.
A plena vista se dejaron ver dos figuras, una era tosca y con paso firme, mientras que la otra caminaba a lado suyo.
-Señor Estoico-hablo finalmente Elinor con tranquilidad-Me alegra que haya llegado y recibido mi carta cuanto antes-suspiro aliviada Elinor-Mis señores creo que recordaran al señor Estoico y a la señora Valka de nuestra visita-
Ambos jóvenes se devolvieron la mirada en busca de alguna explicación, pero como era de esperarse ninguno tenía respuesta alguna del suceso.
-Como recordaran el joven Hiccup vino en representación de sus padres y su pueblo-argumento-Él ha demostrado que son de confianza y que por ningún motivo estarían dispuestos a provocar un disturbio en Dunbroch, mi hija la princesa Merida puede respaldar lo que digo-
-Es verdad lo que dicen-de su lugar se levantó Merida-A pesar de tener diferencias por nuestros pueblo ha demostrado ser alguien de confianza-
-Incluso me atrevo a hacer oficial que la isla de Berk forma parte del consejo-agrego Elinor con confianza-Señor Estoico ¿Tiene el pergamino listo?-
-Por supuesto-Valka con mucho cuidado le entrego un viejo pergamino a su esposo. Después de darle un pequeño beso Estoico se arrodillo ante Elinor para extender su mano y dejarle a su alcance el pergamino-Majestad-bajo la mirada.
-Esto solo prueba la unión de ambos gobiernos-tras desenrollarlo dejo ver los sellos de ambas familias.
Debajo de la escritura por ambos se encontraba una marca color carmín con la figura de un oso, mientras que a su lado se veía una en forma extraña.
Sin embargo eso no detuvo la discusión que inicio nuevamente, la furia de los tres señores estaba a plena vista por el anuncio. Más aún tenían un As bajo la manga.
-Le recuerdo su majestad que no está en derecho de proclamar nada-hablo el hombre de canas-Especialmente cuando el consejo ha decido su destitución como soberana-más una sonrisa de sus labios salió-Aunque eso puede arreglarse- con cierta duda los dos hombres voltearon a ver a su compañero-Si usted decide retomar la vieja tradición que dictaron los sabios antes de nosotros, dejaremos que continúe con su cargo. Sería lo más prudente y claramente apoyaríamos con facilidad su decisión, sin omitir el futuro reinado por su primogénita desde luego-
Ambas mujeres estaban perplejas por lo que escuchaban especialmente Merida, pues nuevamente aquella pesadilla del pasado se hacía presente después de tanto tiempo.
-¿Y si me niego?-reto con la mirada.
-Me temo que tendrá que dejar su cargo, no quisiéramos tener que usar la fuerza-frunció el ceño-¿Están de acuerdo caballeros?-
Llena de coraje Merida cerraba sus puños mientras los dos hombres asentían, esto era una trampa muy bien planeada. Elinor estaba perpleja ante la situación y por la reacción de su hija, su deber como madre era intervenir ya que no permitiría que su hija fuera obligada nuevamente a esa decisión. En el pasado había sido obstinada y rebelde pero llego a comprender que aún era muy joven, el verla enfrentarse a los clanes en aquella ocasión le había demostrado que era capaz de reinar con sabiduría, con o sin un hombre a su lado. La fuerza y fiereza de un oso habitaban en su alma, pero la de un corcel indomable y libre era la que regían en ella.
-De acuerdo-respondió Merida llamando la atención de los presentes-La tradición se retomara-con un suspiro de pesar y enojo hablo.
-Me niego-Elinor se levantó con prisa para ver a su hija-Merida-con preocupación observo los ojos azules de su pequeña-No tienes que hacer esto, buscare la forma de arreglarlo sin que pases por esto otra vez-hablo en voz baja pero decidida.
-Se lo que hago madre-inflo su pecho para ver nuevamente a los representantes de cada región-Yo, la princesa Merida Dunbroch, primera en mi nombre, futura señora y soberana de la montañas altas y protectora del valle-trago un poco de saliva antes de continuar-Retomare con la tradición que se rompió hace 5 años atrás-
La sonrisa de satisfacción salió de ambos hombres, mientras que la pelirroja sentía como su espíritu era quebrantado. En todos los años que había tratado con los líderes de cada clan, esta era su primera derrota.
Por su parte Hiccup noto como aquellas palabras eran tan pesadas al momento de decirlas, ya que claramente se notaba que era del compromiso que conto en aquella tarde. Claramente la figura que estaba ante sus ojos demostraba un sentimiento de derrota, pero sobre todo de decepción y dolor.
-Majestad-la mirada del trío dirigió su mirada hacia la mujer castaña-La princesa ha aceptado, solo falta que usted lo diga-
Al voltear a ver a su hija vio como con una sonrisa al punto de quiebre ella asentía, una vez más no había evitado aquel evento.
-Como reina y señora de Escocia-suspiro con pesar-Declaro que la antigua tradición sea retomada por palabras de la princesa de Dunbroch-
La sonrisa de aquel hombre era enorme, mientras que la familia Haddock estaba perpleja y confundida a su vez.
-¡Estupendo!-exclamo con mucha alegría-Si no le importa mi señora me encantaría poner la fecha para unos días después del cumpleaños de la princesa-
-Alto Lord Dingwall-replico la reina-He proclamado que la tradición se retomaría, más nunca dije que su hijo se casaría con mi hija-
-¿Qué quiere decir?-protesto aquel hombre-Es justo que mi hijo sea el prometido de la princesa, el gano su mano limpiamente en los juegos-
Una vez más la discusión inicio, los otros dos señores protestaban por las palabras de Lord Dingwall. Era injusto para ellos que solo el hijo de aquel hombre recibiera los beneficios, especialmente cuando fue Merida la que los había desafiado y derrotado al tener tres tiros perfectos.
-Lo que quiero decir Mi señor-remarco lo último con enojo-Es que ahora hay un candidato que no ha participado en los juegos, si declaro a su hijo ganador estaríamos faltando a las reglas-
-Yo que recuerde nuestros hijos participaron-argumentaron los dos señores.
-Como bien lo dije antes, el clan Haddock pertenece ahora al consejo-argumento Elinor-Por lo que el hijo de Estoico está en su derecho de participar en los juegos al ser el heredero y primogénito de su clan-
-¡Eso no es posible!-gritaron el trío- El clan nunca aceptaría tal cosa-
-De hecho-uno de los hombres se acercó a la reina para traer un pergamino. Cuidadosamente lo desenrollo y dejo a la vista de los presentes-Ustedes aceptaron-sonrío triunfante-El día anterior para partir rumbo a Berk, yo los reuní para firmar unos documentos. Claramente les pedí que los leyeran y discutiéramos si había alguna inconformidad, pero al no haber respuesta y no leerlo solo firmaron y colocaron su sello en aceptación a la proclamación. Por lo que cabe decir que esto no es más un tema a discusión-finalizo Elinor enrollando aquel documento.
En aquel momento el trío dejo de hablar, claramente la reina había ganado ese encuentro con un perfecto jaque mate. Sin embargo eso les daba una oportunidad, ya que si el hijo de su anciano compañero no ganaba habría oportunidad para alguno de sus hijos.
-Aceptaremos solo con la condición de que la princesa no interfiera esta vez-bravo el hombre mayor-Solo así sabremos que será una justa competencia-
-Considero que eso no es...-
-Concuerdo con mi compañero-agrego el hombre rubio-Si en tal caso esto no se arregla iremos a la guerra-
Elinor no se iba a permitir que las libertades se tomaran por su parte, puesto a que la única solución para salvar a su hija es que ella participara.
-Lo hare-una vez más la miradas se fijaron en la pelirroja-Cumpliré con mi parte, siempre y cuando el clan Haddock no sea sacado del consejo en base al resultado-menciono cruzada de brazos.
-Bueno majestad-hablo Lord Macintosh-Solo falta que los padres del joven y claramente el candidato acepten la propuesta, si es que demuestran ser dignos de un puesto en el consejo-
Con elegancia Elinor camino hasta la familia, ambos adultos estaban atónitos pero el más confundido era Hiccup
-Hiccup-coloco su mano en el hombro del chico-No puedo obligarte a esto si no quieres, estoy consciente de tu situación. Por lo que si decides decir que no todo estará bien, solo te pido que si las cosas no se solucionan prométeme que protegerás a Merida-
Los ojos de Elinor mostraban desesperación, era obvio que no estaba de acuerdo con la decisión de su hija. Pues no era la Merida de hace un rato, aquella figura se veía más frágil y débil ante sus ojos. Todo estaba pasando tan rápido en su mente que no sabía cómo actuar o que decir en esa situación, no era para nada justo que el estuviera involucrado en algo que no era su problema; pero era más injusto que Merida estuviera siendo obligada nuevamente.
-Hiccup-se acercó su madre-No tienes que hacerlo si no quieres, deja que tu padre y yo nos encarguemos ¿sí?-sonrió maternalmente.
Estoico y Valka hablaban con Elinor, esperaban que hubiera alguna solución ante el problema que estaban presenciando. Era claro que ambos estaban preocupados por el comportamiento de su hijo e involucrarlo en un compromiso, no era precisamente una buena idea.
-Elinor no creo que esto sea buena idea-comento Estoico-Creo que debo negarme en nombre de Hiccup, el... simplemente no está en condiciones de tomar este tipo de decisiones-
-Lo entiendo perfectamente-asintió Elinor con elegancia-Bueno, supongo que es momento de anunciarlo-
Ante la mira de todos los presente Elinor regreso a su lugar, con un vistazo rápido observo que su hija trataba de sonreír como una vez le había dicho. Era sumamente doloroso para una madre ver como su hija se sacrificaba por su familia, ella una vez lo hizo y como resultado formo una familia con un hombre justo y honrado. Pero el caso de su hija era muy diferente, los hijos de los caballeros no provocarían el mismo resultado.
-Caballeros la respuesta del Clan Haddock ante la competencia ha sido...-
-Acepto-hablo Hiccup.
La voz del joven vikingo atrajo toda la atención y a su vez quedaba a la vista de todos.
-¿Disculpa?-pregunto la reina confundida.
-Su majestad, Yo Hiccup Horrendous Haddock lll, primogénito del clan Haddock, tercero en mi nombre y heredero de las tierras de Berk –con determinación y sus manos cerradas en dos puños-Acepto entrar a la competencia por la mano de la princesa de Dunbroch-concluyo sin titubear y lleno de determinación.
Baia baia 7u7 pero que sucedio aqui? XD ok si se pero me gusta hacerme la que no se ¿Qué les parecio el capitulo de hoy? ¿Creen que Hiccup se retracte de su decisión? ¿Como lo tomara nuestra pelirroja favorita? Como siempre espero escuchar sus teorias o cometarios sobre la historia. Si me es posible subire más tarde la siguiente parte, si la quieren antes dejenmelo saber en sus comentarios.
¡Nos leemos luego!
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