🕷 ───【2】HELP YOU
CAPÍTULO 2
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╭𝐀𝐘𝐔𝐃𝐀𝐑𝐓𝐄╮
Y ENTONCES MAY le confesó todo a Dean. Desde la historia de cómo su padre se había convertido en Spider-Man, hasta como Normie había intentado matarla una vez, el cómo fue cuando ella comenzó a presentar señales de haber heredado las habilidades de su papá y lo más importante e impactante para Dean, la verdadera razón de porqué May había llegado a la escuela a mediados de ciclo escolar el año pasado. A May se le estrujó el corazón al relatar como su padre se había sacrificado para que ella pudiese pasar por la brecha antes de que se cerrara. Y Dean no tenia idea en que creer, porque todo lo que le contó sonaba demasiado irreal, pero a la vez no, dado a lo que le estaba ocurriendo, él quería creerle, en serio quería, pero era demasiado para digerir en tan poco tiempo, y más con los ojos de May sobre él, lo ponía nervioso.
—Entonces... eres de otra dimensión. — Musitó detenidamente el chico.
—Sí, bueno, eso es correcto. Pero eso no es lo importante ahora.
—No puedo creerlo. — Susurró para sí mismo, se pasó las manos por el cabello y se levantó. —Esto debe ser una broma, lo es ¿verdad? ¿Hay una cámara escondida? ¿O solo lo haces porque lo disfrutas? — Preguntó con enojo, tal vez un poco de decepción. —Creí que eras diferente May, siempre que te veía por los pasillos o en clases ayudando a otros, pensaba: Oh, que afortunados son los amigos de May por tener a alguien tan buena y amable en sus vidas. Jamás imaginé que fueras tan cruel. — Definitivamente sus ojos y voz reflejaban decepción más que furia o enojo. Acto seguido, sin que May pudiera impedirlo, Dean salió de la casa lo más rápido que daban sus pies.
—No soy experto en esto de psicología humana, pero creo que no te creyó ni un poco. — Habló Normie, recargado el en marco de la puerta, cruzado de brazos, May soltó un gruñido.
—No me digas. — Dijo ella con sarcasmo, encaminándose a la salida. —Debo ir a buscarlo, explicarle todo.
—Deberías darle tiempo a solas, sabes que lo necesita, de no ser así, lo habrías detenido en primer lugar. Lo que le dijiste fue brutal, su pequeño cerebro está en la etapa de la negación, cuando este listo, y lo estará, regresará como cachorrito perdido hacia ti. — Se acercó hacia la pelirroja y pasó un brazo sobre sus hombros mientras con la otra mano hacía señales para explicar su punto. —Además, eres Mayday, nadie puede enojarse contigo.
—En serio creo que tengo que ir a verificar que este bien. — Musitó la muchacha, viendo hacia el exterior.
—Lo verás mañana en la escuela, sino lo haces, significa que algo malo pasó y dejaré que me golpees. Mientras tanto, ¿Te quedas o quieres que te lleve a tu casa? — Inquirió y observó a May negar lentamente con la cabeza, aun con la vista fija afuera.
—No y no, yo... quiero caminar, necesito pensar en lo que hice y en lo que voy a hacer. — Respondió alejándose de Normie y comenzando a caminar hacia el exterior, el chico la vio irse, preguntándose si debía acompañarla o no, pero era May Parker, la conocía a la perfección y en aquellos instantes ella quería estar sola, así que la dejó ir.
TANTO MAY COMO DEAN habían tenido dificultad para dormir esa noche, eso diciéndolo suavemente, porque a penas si durmieron, ambos pensando en las palabras del otro, sintiéndose culpables por lo que habían dicho. Dean estaba seguro de que no podría volver a ver a la cara a May, aun no creía en todo lo que le había dicho, pero parte de él se debatía entre si debía hacerlo o no, porque el dolor que miró en los ojos de May, porque ese tipo de dolor no se finge, entonces ahí es cuando comenzaba a sentirse culpable por lo que había dicho. Por otra parte, May estaba arrepentida de haber interferido prematuramente, debió dejar que Dean se enterara por cuenta propia de lo que podía hacer, y solo entonces intervenir, pero estaba emocionada y ya no podía negarlo, porque esa era su oportunidad de realizar una gran hazaña de verdad y de forma independiente, era algo que su padre hubiera hecho, pero él ya no estaba así que le correspondía a ella hacerlo.
A la mañana siguiente, la ruidosa alarma despertó a Dean, este en un intento de apagarla terminó por romperla accidentalmente, al igual que la tostadora y dos tazas, y es que no tenía conciencia o control de su fuerza, para su fortuna, su madre había salido temprano así que no estaba en casa para ver el desastre que estaba provocando su único hijo.
Al menos no se me hizo tarde. Pensó Dean al llegar a la parada del autobús y ver que había más alumnos de Midtown High esperando. Entonces una sensación apareció, como si una corriente eléctrica lo recorriera de pies a cabeza y lo obligara a girar su cabeza hacia la izquierda. May Parker venía caminando, con la mochila colocada descuidadamente sobre su hombro y la melena pelirroja desordenada por el viento, traía la vista fija en su celular mientras se colocaba un auricular. Dean era consiente de que May vivía en el mismo edificio que él, pero nunca se había preguntado como hacía para ir caminando a la escuela y arreglárselas para llegar más temprano que él. Recordó todo lo que habían dicho ambos el día anterior y entonces se ocultó detrás de una chica para evitar que la pelirroja lo viera, estaba avergonzado por tratarla de loca ayer, pero honestamente lo que le dijo, si que eres una locura.
Y sí, Dean pasó todo el día escondiéndose de May, mientras que ella hacia todo lo posible por buscarlo, pero siempre que lo veía doblando el pasillo, él era más rápido y se escondía entre la multitud, en clase hacia todo lo posible por mantenerse alejado de ella y cuando terminaban, salía como alma que lleva el diablo del aula. La chica jamás pensó que Dean podría llegar a ser tan... ¡escurridizo! Sí, esa era la palabra que May buscaba.
Las ultimas dos horas de clase llegaron, entonces May se dijo a si misma que Dean ya no iba a poder huir más de ella, si inconscientemente le estaba dando ventaja entonces ya no lo haría, ¡ella tenía años de práctica con el sentido arácnido! ¡Era imposible que un chico sin experiencia ni conciencia de lo que era capaz la lograra superar! Se concentró en cada sonido, en cada sensación transmitida por su extraordinaria habilidad, y entonces, solo dejó que sus pies la guiaran hasta que lo vio. Dean guardaba algunas cosas en su casillero cuando sintió la intensa mirada de May sobre él, lo cerró y comenzó a caminar al lado contrario, huyendo de lla nuevamente, pero May apretó la mandibula y apresuró sus pasos hasta alcanzarlo.
Dean no tuvo tiempo de procesarlo, cuando la pelirroja lo había arrastrado a un armario de limpieza y lo había aprisionado entre la puerta y su cuerpo, el chico tragó saliva cuando miró el ceño fruncido de May, casi sintiendo el enojo que la muchacha emanaba.
—¿¡Por qué estás evitándome!? ¡¿Sabes lo preocupada que me dejaste ayer cuando simplemente te fuiste sin siquiera dejarme explicarte?! — Gritó May exaltada, observó a Dean arrugar el entrecejo y de repente los lugares se vieron invertidos, ahora él la tenia confinada, con las manos sujetando los brazos de la chica sin ejercer fuerza para no lastimarla.
—¡¿Por qué no debería estar evitándote?! Aprovechaste que estaba inconsciente para secuestrarme y después me jugaste una broma pesada mientras que yo estaba en serio preocupado porque no sé que demonios esta pasando conmigo. Y honestamente ya ni siquiera sé si era una broma o enloqueciste, porque admítelo, todo lo que me contaste ayer suena a locura.
—Pero lo estás considerando ¿no? — Inquirió ella, con la vista fija en los ojos del chico, este soltó su agarre con lentitud y dio un paso atrás regresando a su actitud nerviosa.
—Puede que-- — balbuceó. —Puede que este considerando la parte de la mordida de la araña es la que me esta afectando, pero lo demás sigue siendo increíble, y no en el sentido de asombroso. Aunque lo de los poderes me parece improbable, creo que mi cuerpo se esta ahogando en adrenalina intentando contrarrestar el veneno o algo así como una reacción alérgica antes de que me termine matando. — Explicó, rascándose la nuca, dándose cuenta de lo cerca que estaba de May, a pesar de la poca luz del pequeño cubículo, pudo ver perfectamente a la chica alzar una ceja como si lo que acababa de decir fuera aún más extraño que lo que ella le había contado el día anterior.
—¿Sabes qué? En este punto ya no me importa lo que creas que es lo que te pasa, pero déjame ayudarte, Dean. Ya comenzó, ¿verdad? — Preguntó la pelirroja, notando como el chico volteaba a todos lados como si el más mínimo ruido fuera demasiado fuerte como para ser tolerado, este asintió, apretando los labios formando un mohín mientras cerraba los ojos con fuerza. May colocó las manos sobre sus hombros con delicadeza, su rostro se llenó de preocupación. —Dean, concéntrate en el sonido de mi voz, mírame. — Pidió en un tono suave. Dean hizo algo como un asentimiento mientras trataba de seguir las indicaciones de May, mirándola a los ojos. —Solo escúchame ¿ok? Bloquea todo lo demás, imagina una barrera entre tu y el resto del mundo, ¿bien?
Dean se enfocó en cada una de esas palabras, concentrándose puramente en el sonido dentro del armario, de pronto sintió el delgado cuerpo de May abrazándolo, transmitiéndole la calma que le hacía falta y la fuerza suficiente para acatar lo que la pelirroja le había pedido. Por supuesto, una vez que lo logró, Dean se sintió en el cielo, pues May Parker, la chica más bonita de la escuela sino es que del mundo (al menos desde su perspectiva) estaba abrazándolo, y no solo eso, lo había mirado autentica preocupación. De repente, todo lo que le había contado la pelirroja no parecía tan disparatado.
—May, lo lamento mucho, por todo lo que dije ayer. No creo que estés loca, creo que estas más cuerda que yo, en serio lo siento. También siento haberte gritado hace unos momentos, yo no debí-- — Habló Dean, sinceramente y arrepentido, May comenzó a menear la cabeza de forma negativa y lo interrumpió.
—No hace falta. Fue mi culpa, no debí soltarte una bomba como esa en tan poco tiempo, debí ir paso a paso, entiendo que aun no me creas o confíes en mí, pero quiero ayudarte, de verdad. No soy la mejor maestra, pero al menos se como concentrarme en todo y nada a la vez, puedo enseñarte a que todo sea menos... agobiante, ¿estás bien con eso? — May lo vio asentir tímidamente, dio un paso al frente para poder abrir la fuerza, Dean contuvo un suspiro cargado de ensoñación cuando May estuvo tan cerca de él que el aroma de frutos rojos del champú de la chica inundó sus fosas nasales. La ex–heroína salió del armario de limpieza y miró a ambos lados del pasillo, verificando que no hubiera nadie, entonces tomó la mano del chico y lo guió corriendo por los pasillos.
—¿A dónde vamos? Tenemos álgebra aun y... — Comenzó a decir, May se detuvo y posó su índice sobre los labios del chico, callándolo.
—Eres el primero de la clase, no va a pasar nada si no entramos. Tu y yo iremos a mi departamento, mi mamá no llega hasta las 6, lo que nos da casi cinco horas para explicarte todo lo que implica tener poderes arácnidos. — Explicó, reanudando sus pasos. May condujo a Dean por los pasillos vacíos de la escuela, hasta sacarlo por la puerta trasera del gimnasio que daba a los estacionamientos de autobuses. —Observa y aprende. — Dijo antes de soltar su mano y tomar impulso, entonces cruzó la reja con un salto mortal, cayó con gracia del otro lado y dejó a Dean boquiabierto.
—Yo... no creo que pueda hacer eso. Mejor solo intentaré... — Dejó la frase inconclusa y comenzó a trepar la cerca, al final, cuando casi toca el alambre de púas, balanceó su cuerpo con una sola mano de tal forma que logró cruzarla, solo que cayó de boca. May soltó una risita y viró los ojos, tendiéndole una mano para ayudarlo a levantarse, este la tomó y se quedó catatónico cuando las manos de May comenzaron a sacudir su ropa.
—Listo. — Le dio una sonrisa encantadora. —Ya aprenderás a hacer eso, te juro que es sencillo. ¿Nos vamos? — Hizo un ademán con la cabeza, Dean no hizo más que asentir embobado.
May no tenia ni idea del efecto que tenia en él, lo que cada sonrisa o roce le provocaba, ella ignoraba por completo el hecho de que el manojo de nervios que era Dean sentía dinosaurios en el estomago cada vez que lo miraba y le hablaba, la chica ni siquiera conocía su poder sobre él y aun así se las arreglaba para idiotizarlo cada vez más.
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