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Capítulo 7.

Michael ha estado yendo a la academia de danza para admirar a Harry en sus clases toda la semana, y Harry está feliz con eso, porque gracias a él se esfuerza más, y trata de perfeccionar sus pasos para impresionar al chico. Además de que le gusta sentirse apoyado por alguien, alguien a quien realmente le importa lo que hace. Se siente muy bien cuando alguien te apoya y te aplaude, y eso es lo que ha hecho Michael toda la semana que ha visitado a Harry.

Brianna sin embargo está muy celosa porque también quisiera que su novio asistiera a sus prácticas de ballet, así como ella asiste a sus prácticas de fútbol cada jueves, pero éste no es el caso porque su novio no es amante del ballet, y le importa una mierda ir a verla bailar en clases. Esa es la dura verdad.

¿Por qué Harry siempre consigue todo lo bueno? La instructora le da un trato preferencial por ser un excelente bailarín, tiene un novio atento que le compra regalos todos los días y lo acompaña a sus clases de ballet, tiene amigos que lo cuidan y lo quieren de verdad. Todo lo que Brianna no tiene. Se puede decir que ella tiene: amigas falsas, novio falso, y digamos que el ballet no es su fuerte, por esa razón la instructora la pone al fondo de cada baile. No es justo en absoluto. Él es un chico, ¿acaso nadie puede darse cuenta?

Ese día Brianna decide visitar a Louis para tener una "charla de novios" muy necesaria. Apenas él abre la puerta de su habitación, y ella le salta encima, dejando besos por toda su cara, marcando a Louis con su excesivo labial rojo.

—Cariño aléjate, sabes que no me gusta que me llenes la cara de besos con tu lápiz labial, también soy alérgico a eso, y ya tengo suficiente con la comezón que me provoca tu perfume. —Dice, restregando su cara para eliminar las marcas de labial.

—Pero amor, llevo puesto el perfume de mi mamá esta vez. —Dice ella con una mueca, pero Louis no se queda callado.

—Bueno, ese perfume es mucho peor que el tuyo, no lo uses. —Le guiña un ojo. Brianna simplemente lo ignora.

—Lou, ¿puedes venir a mi clase de mañana? —Pregunta jugando con un mechón de cabello de Louis. Él pone los ojos en blanco.

—¿Cuál clase?

—La clase de ballet, amor. ¿No quieres verme bailar? —Comienza a parpadear de forma coqueta. Louis hace una mueca, buscando una buena excusa para no ir.

—Tengo que ir a la universidad para llevar algunos ensayos en los que he estado trabajado. —Brianna se cruza de brazos, indignada.

—Siempre tienes algo que hacer cuando te invito a mis clases. No es justo, Louis, no eres atento conmigo, necesito que seas atento. —Comienza a protestar y Louis no tiene ganas de comenzar otra discusión con ella, ya van tres discusiones en la semana.

—Bri, no me gusta el ballet, me gustan las bailarinas, por supuesto, pero no me gusta el ballet. Me aburre sinceramente. No voy a estar en una clase de dos horas viéndote bailar, lo siento mucho.

—Sólo quiero sentir que me apoyas, Louis, yo siempre te apoyo en cada juego y en cada práctica de fútbol. —El castaño hace una mueca mientras la chica lo mira con el ceño fruncido.

—Y te lo agradezco, amor, en serio, porque las novias de mis amigos siempre están presentes en cada práctica y en cada juego, y me sentiría mal si yo no pudiera presumir a mi novia de la misma manera. —Se encoge de hombros.

—¿Sólo para presumir? ¿Para eso me pides que vaya? —Bufa realmente incrédula.

—No, tú sabes que disfruto los momentos contigo. —Él sabe a qué momentos se refiere, pero ella no puede recordar ningún momento emotivo junto a Louis.

—Esta relación no va a ningún lado, Louis. Nunca me haces regalos, ni me consientes, ni me llevas a citas.... —Es interrumpida a media oración.

—Alto allí. En primer lugar, yo sí te hago regalos, como cuando te compré ese costosísimo perfume, que por cierto tú rechazaste de la peor manera. Sí te consiento, eso es una cruel mentira porque de vez en cuando yo te abrazo y también te digo cosas lindas como; te ves muy sexy el día de hoy. Y sí te llevo a citas, siempre que terminamos una práctica con el equipo te llevo a McDonald's a comer esa ensalada desabrida que tanto te gusta. —Brianna no puede creer cuánto cinismo tiene Louis.

—¿Lo ves? Ni siquiera te esfuerzas. Hemos estado repitiendo la misma rutina desde que comenzamos nuestra relación hace dos años. Yo te acompaño a tus prácticas, tú me llevas a McDonald's con tus amigos, porque de hecho nunca salimos solos, luego tenemos relaciones, y tú me envías a casa en un taxi.

—Suena como la relación perfecta para mí. —Brianna deja salir un gruñido exasperado.

—Para mí no lo es, Louis. También quiero presumir a mi novio frente a mis amigas, ya están comenzando a creer que eres producto de mi imaginación. Escúchame con atención, tendremos una competencia nacional dentro de un mes, quiero que vayas, o de lo contrario terminaremos nuestra patética relación para siempre. ¿Qué te parece eso?

—Brianna, no... —Lo interrumpe, levantando una mano frente a él, con molestia.

—¡Eso fue todo, no quiero escuchar otra jodida excusa, llevo escuchando tus asquerosas excusas por más de dos años! Tú decides si quieres recuperarme o no. Merezco algo mucho mejor. —Brianna le da la espalda y camina hacia las escaleras sin despedirse.

Louis maldice en voz baja antes de gritar— ¡ALLÍ ESTARÉ!

Él no puede perder a su novia, todo lo que hacen sus amigos es presumir a sus perfectas novias todo el tiempo. Zayn es novio de una despampanante modelo, y la novia de Liam es una preciosa actriz, claro aún no ha actuado en ninguna filmografía, pero igualmente Liam presume de ella como si se tratara de Angelina Jolie. Pero son chicos, y eso es lo que hacen los chicos a su edad, presumir a sus novias, presumir sus autos, presumir quién tiene más dinero, presumir quién juega mejor al fútbol... Por más que Louis se aburra con el ballet, tendrá que asistir a esa competencia para demostrarle a Brianna lo mucho que le importa su relación... Y también sería buena idea invitar a Liam y a Zayn para que admiren a la hermosa bailarina profesional que es su novia. Sí, eso es exactamente lo que hará.

                              ×××

Harry sonríe como un adolescente enamorado, y eso es exactamente lo que es. Michael le ha demostrado en una semana que de verdad le importa. Le hace cumplidos cada cinco minutos, le compra algo diferente todos los días, y no es que a Harry le importe mucho las cosas materiales, pero Michael igualmente lo hace. Globos, chocolates, flores, osos de peluche, pulseras, Harry tiene una colección de todo lo que ha recibido del chico, y aún no son novios.

—Ten un buen día, lindo. —Dice con su característica sonrisa. Harry se acerca a su mejilla para plantar un beso allí, pero Michael gira la cabeza en un segundo y sus labios se chocan. Las mejillas del rizado se encienden a medida que retrocede, y suelta una risita nerviosa.

—Oops. —Michael se ríe igualmente, y de verdad piensa que Harry es muy adorable.

—Te veo mañana. —Se despide, soltando su mano después de acariciarla.

Están frente a la mansión donde Harry trabaja, y son menos de la 1:00 pm. Harry no se quiere despedir todavía, pero tampoco lo puede invitar a pasar porque no es su casa por más que quisiera vivir allí.

—Sí, también te deseo un buen día. —Termina diciendo.

No es como si Michael no tuviera nada qué hacer, él trabaja en una zapatería como cajero en un centro comercial, y prácticamente tiene el mismo horario que Harry, sólo que entra a las 2:00 pm y sale a las 8:00 pm, sí, honestamente su horario es más justo que el de Harry.

Al entrar a la mansión lo primero que encuentra es el televisor de la sala encendido en el canal de deportes, pone los ojos en blanco antes de apagarlo ya que no hay nadie viéndolo. Toda la semana anterior logró evitar a Louis, desde aquella vez que lo abrazó accidentalmente y curiosamente fue correspondido por el ojiazul. Desde esa vez no ha podido mirarlo a la cara sin sentir vergüenza. Aún no puede sacar esa imagen de su cabeza, el cuerpo de Louis, su aroma, y el perfume de la perra. Ugh. Por suerte Louis no volvió a quitarse la ropa frente a él.

Los padres del chico siempre están trabajando, llegan antes de las 9:00 pm, por lo que siempre pueden coincidir con Harry. El señor Tomlinson es un hombre muy cordial, aunque de pocas palabras, todo lo contrario a la señora Tomlinson, a quien le gusta hablar demasiado. Harry se siente como en casa, ya ha dejado de sentirse cohibido, aunque cuando se trata de Louis sigue sintiéndose igual de torpe, y en cuanto a Ross se refiere, sigue ocasionándole alergia al segundo de verlo, por lo que Louis se encarga de encerrar al perro en su habitación cinco minutos antes de que el rizado cruce la puerta de la mansión diariamente, lo cual Harry agradece pues nadie más en la casa sabe que es alérgico.

Después de hacer su trabajo y no encontrar nada más que limpiar, se sienta en el sofá y enciende la televisión. Justamente cambiando los canales, consigue un programa donde casualmente hay unas chicas bailando ballet clásico. Harry necesita practicar para la competencia nacional, así que decide dejar ese canal y aprender un poco de las chicas. Nunca está de más aprender cosas nuevas.

Está tan concentrado en el baile, que no siente cuando Louis se acerca por detrás del sofá.

—¡Te pillé! —Harry da un brinco con el corazón en la garganta, e inmediatamente cambia de canal—. No, déjalo. —Brinca encima del sofá, cayendo a un lado de Harry—. No te voy a juzgar por mirar chicas lindas en la televisión. ¿Te gustan las bailarinas, eh? A mí también. Tengo una cierta debilidad por las mucamas y las bailarinas. Creo que son sexys.

—¿Por las mucamas? —Pregunta curioso. Louis se muerde la lengua por no mantener la boca cerrada.

—Sí... Ugh no debí decir eso. Ahora seguramente te sientes incómodo. Lo siento, Harry, yo hablaba de las chicas, de las mucamas anteriores, por supuesto.

—Lo sé. Lo entendí. ¿Te gusta el ballet? —El castaño sacude la cabeza.

—No, claro que no. Pero adoro a las bailarinas, sobretodo adoro su vestimenta, que por cierto es muy escasa.

—Oh. Sí, es una vestimenta bastante incómoda. —Dice volviendo a cambiar de canal para seguir viendo a las chicas bailando.

—Pero sexy.

—Sí. —Está de acuerdo.

—Mi novia es bailarina. —Allí está de nuevo presumiendo.

—¿De verdad? —Louis lo mira levantando una ceja con diversión.

—¿Insinuas que es una bailarina de mentira?

—Oh no, yo sólo... —Lo interrumpe soltando una carcajada.

—Estaba bromeando, Harry. Sí, es una bailarina profesional, aunque nunca la he visto bailar para ser honesto. —Harry sonríe débilmente.

—Me alegro por ella, el ballet es un buen deporte.

—¿Deporte? Es basura. —Comenta negando con la cabeza

—¡No es basura! —Exclama el rizado.

—Está bien, pero tampoco es un deporte.

—Louis, el baile es una actividad física, por lo tanto es un deporte. No todos lo practican, pero eso no significa que debas hablar mal acerca del ballet.

—Bien, no debes enojarte, sólo hice un comentario. —Levanta sus manos en señal de paz, aunque sigue pensando que el ballet no es un deporte.

—Un comentario sin base. El deporte no se trata sólo de patear un balón y correr tras él. —Harry está muy furioso. Arruga su nariz igual que un niño cuando está enojado, Louis no puede discutir con él.

—Lo sé. Cálmate, no quise decir que lo fuera. Lo siento.

Ambos chicos se quedan en silencio, mirando la pantalla frente a ellos, hasta que un chico aparece en medio de las chicas, haciendo una maravillosa pirueta en el aire y cayendo en puntillas. Harry se queda embobado viéndolo, pensando que es maravilloso.

—Mira, un chico bailando ballet. Qué marica. —Ese comentario hiere a Harry en lo más profundo de su corazón. Quiere llorar, o golpear a Louis, pero simplemente se levanta con el poco orgullo que tiene y corre en dirección a las escaleras sin decir una palabra.

Louis no entiende el comportamiento de Harry, realmente no lo entiende. Lo único que quería era iniciar una conversación entre chicos, pero obviamente Harry no tiene su misma mentalidad y no apoya ninguno de sus comentarios machistas.

Lo había llamado "marica" indirectamente. No hay una palabra que Harry odie más en la vida que esa. Simplemente es una palabra muy ofensiva para referirse a los homosexuales. Él no quiere ser llamado de esa forma, nadie debería ser llamado de esa forma. Nunca.

Louis había ganado diez puntos con Harry cuando le pidió disculpas aquella vez en su habitación, pero ahora mismo acaba de perder todos los puntos con ese comentario cruel, el cual lastimó mucho el orgullo del ojiverde sin ser consiente. Sabe que Louis no es homosexual, pero igual debería saber que él sí lo es, al parecer está muy ciego para no darse cuenta que Harry no tiene ni una sola pizca de masculinidad en su cuerpo. Sí, debe estar ciego.

Apoya su cabeza en la mullida almohada y suspira profundo pensando en los dos chicos que lo tienen loco. Michael ya ha sumado más de cien puntos a diferencia de Louis que gana pocos puntos y luego pierde todo con una simple frase. No es como si el ojiazul estuviera compitiendo con Michael por ganar más puntos, pero eso es algo que Harry ha creado en su retorcida mente infantil. Ha decidido ignorarlo por completo a partir de ahora. No necesita seguir sufriendo por un chico que no está interesado en él. Debe dejar de ser masoquista y enfocarse sólo en Michael.

—¿Harry? —Rayos.

Harry no responde nada, en lugar de eso lo ignora, pero ha dejado la puerta abierta, así que no se sorprende cuando Louis da un paso dentro de la habitación.

—No sé qué dije para que salieras corriendo como lo hiciste. Sinceramente no sé qué sucedió, sólo estaba tratando de iniciar una conversación contigo, y tú me dejaste hablando solo. Eso es una falta de respeto, si acaso no lo sabías. —Harry levanta la cabeza de la almohada sólo para dirigirle una mirada de reproche.

—También es una falta de respeto referirse a una persona con el término que tú usaste. —Responde con molestia. Louis frunce el ceño sin entender nada.

—¿Cuál término usé?

—Marica. Llamaste a ese chico marica simplemente porque baila ballet. ¿Acaso le llamas a eso respeto?

—Pues...

—Entonces considerate respetuoso si es así, y llámame mal educado por no saber que esa es una palabra respetuosa. —Louis no sabe qué responder a eso. Su empleado le está enseñando modales, y prácticamente lo está llamando irrespetuoso. Debería sentirse furioso, sin embargo Harry tiene razón.

—Bueno sí, ya sé que no es una palabra respetuosa, pero... —Lo interrumpe.

—Si vas a seguir insultando al chico por tener diferentes gustos que los tuyos, entonces no quiero escucharte. Cierra la puerta cuando salgas, gracias.

—Bien.

Y sin decir una palabra más, el castaño sale de la habitación y cierra la puerta. Harry ha comenzado a llorar sin darse cuenta. Esperaba una disculpa, esperaba que Louis se arrepintiera de sus palabras, pero claramente su mentalidad no ha cambiado, él iba a seguir insultando a un chico que ni siquiera conoce, y que podría haber sido Harry ya que él también es bailarín de ballet, cosa que jamás le va a confesar a Louis por ser un chico de mente cerrada.

Definitivamente no puede decirle que es gay, no si quiere conservar su empleo. No sabe qué clase de insultos podría recibir de Louis si llegase a enterarse.


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¿No les pasa que quisieran golpear a Louis? *En la historia* ¿O a Harry?

Capítulo dedicado a: DarcyVanessa

Gracias por sus votos y comentarios ❤ besos xX

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