Capítulo 53.
Harry se despierta asustado, la almohada está húmeda y sus mejillas también. Había estado llorando en sus sueños, y ha despertado sintiendo un miedo irracional y crudo. Los latidos de su corazón están acelerados, es un completo caos de lágrimas y mocos. No le había pasado esto desde hace más de un año cuando Jacob lo dejó.
Su cuerpo tembloroso gira sobre la cama, con la esperanza de encontrar un consuelo en los brazos de Louis, pero se lleva una sorpresa cuando descubre que el chico no está a su lado. Su miedo crece, siente como todo su cuerpo se estremece, y salta fuera de la cama con una rapidez increíble, tropezando con su propio peso ya que sus músculos están agarrotados. Sus ojos no dejan de derramar lágrimas, Harry no sabe la razón de su injustificado llanto, pero no puede detenerlo.
—¿Lou? —Dice con voz quebrada. Abre la puerta del baño dentro de su habitación, esperando encontrar al ojiazul, pero está vacío. Harry sorbe su nariz, y mira su reflejo en el espejo, sintiendo lástima de sí mismo al ver su desagradable aspecto. ¿Cómo ha llegado a este punto?
Está solo. Odia ese sentimiento. Odia sentirse solo. Odia a Jacob. Odia que sea capaz de hacerlo llorar incluso en sueños.
Enciende la televisión, esperando que las caricaturas ahuyenten todo miedo que invade su mente. Se acurruca en la cama, y pronto se entretiene con el programa de Tom y Jerry, arropado con la cobija hasta el cuello, con un puchero el cual no tiene en cuenta.
Por otra parte, Louis se siente aliviado. Aliviado porque siente que se hizo justicia, claro, no se hizo la justicia completa, pero por ahora está satisfecho con su castigo para Jacob.
Al llegar a casa, lo primero que Louis hace es correr hacia el baño antes de que alguien pueda ver sus nudillos ensangrentados. Lo último que quiere es dar explicaciones sobre lo que sucedió, y mucho menos quiere preocupar a Harry o hacerlo enfadar. Vamos, no han podido disfrutar de su noviazgo como merecen, tantos problemas que rodean a Harry desesperan a Louis.
Después de lavarse las manos, rechinando los dientes cuando el agua roza las heridas, se dirige a la habitación del menor. Sonríe ampliamente cuando lo ve echo un ovillo entre la cobija mientras ve caricaturas. Louis quiere besarlo hasta deshacerlo... Deja de sonreír al instante que Harry gira la cara en su dirección y nota esos ojos llorosos y lastimeros.
—¿Qué pasó, amor? —Pregunta muy preocupado mientras camina rápidamente hacia él.
Harry levanta la mirada cuando Louis se detiene a la orilla de la cama.
—Una noche. Sólo te pedí una noche, Louis. Quería amanecer contigo por un día, pero lo volviste a hacer. Abrí los ojos y ya no estabas aquí. —Forma un ligero puchero, y Louis siente como su corazón se oprime dentro de su pecho—. ¿Crees que te lo hubiese pedido si no lo necesitara?
—Chiquito, lo siento, lo siento mucho. Tuve que salir con prisa esta mañana. Esta noche dormiré contigo y no me iré hasta que hayas despertado. —Promete, limpiando la franja de lágrimas en las mejillas del menor.
—Pero sólo lo necesitaba hoy, Louis, ya no será igual esta noche. Y espero que no lo sea, anoche estaba hecho un caos, me sentía muy triste... —Louis frunce el ceño, aún sintiendo rencor hacia Jacob.
—Harry, perdón. Lo compensaré, lo juro. Mañana voy a despertar contigo. —Harry asiente, sin muchos ánimos de seguir discutiendo por algo que ya no tiene remedio.
—¿A dónde fuiste? —Pregunta después de un tiempo. Louis suspira profundo.
—Uhm, tuve asuntos que resolver. —Se encoge de hombros. Harry lo mira con atención, esperando que diga algo más, pero Louis no dice otra palabra.
—Oh, bien. —Es todo lo que dice, un poco decepcionado. Él le cuenta sus cosas a Louis, o casi todo... La nota no cuenta porque ni siquiera logró leerla. Ignorando eso, Harry le cuenta todo a Louis. Las cosas más importantes al menos. Está confiando más en él, eso es un gran paso.
—Harry, no te cuento todo lo que hice porque no quiero preocuparte. —Responde al ver la expresión triste del menor. Harry no estaba preocupado, realmente no lo estaba, pero definitivamente esas palabras han logrado preocuparlo, aunque trate de disimularlo. Si Louis no le quiere contar, está bien. Harry de verdad no está de ánimos para interrogarlo como usualmente lo haría.
—Está bien, sólo quiero saber qué fue tan importante como para dejarme. —Louis se sienta en la orilla de la cama, rodeando el cuerpo de Harry en un abrazo y besando su cabeza.
—Soy caprichoso, lo sabes. Tenía que resolverlo. Era ahora o nunca. —Dice con calma. Harry deja salir un suspiro de alivio, disfrutando el contacto. Siempre está tan necesitado de Louis.
—Sí, eres caprichoso, sólo a veces. —Se burla. Louis suelta una risita.
—No tienes moral para decir eso, gatito. Si hablamos de caprichosos, tú estás liderando la lista. —Harry frunce el ceño, y se remueve para zafarse del abrazo, aunque realmente su intento por zafarse es mínimo, Harry no quiere salir de sus brazos. Louis lo abraza aun más fuerte, sin dejar de reír.
—Eso no es verdad. —Se queja.
—Oh, sí lo es. —Louis alborota su melena rizada—. Pero así de caprichoso y alterado, te amo.
Harry sonríe ante eso, levantando el mentón y estirando sus labios. Louis no tiene que ser un adivino para saber lo que quiere decir, y sonriendo, junta sus labios con los del menor, atrapando su labio inferior para luego acariciarlo con su lengua, remarcando los labios rellenos de Harry, quien suelta un gemido bajo ante la sensación. Louis sonríe en medio del beso, notando lo fácil que es calentar a Harry. Él no es más difícil de calentar, por supuesto que no, Louis no puede decir nada al respecto, se calienta incluso con el olor corporal de Harry. Ugh, no puede olvidar lo duro que se puso después de olfatear la lycra de Harry aquél día después de clases. O aquella vez que Harry se subió al carro usando solamente el leotardo y las mallas. También está aquella otra vez cuando lo vio en ropa interior, enseguida se había empalmado... O cuando comenzó a lamerse la paleta con expresión provocativa. Y un sin fin de ocasiones en donde Louis no ha podido controlar sus hormonas.
El beso y los pensamientos se detienen cuando Johannah comienza a gritar desde el pasillo.
—¡Mark! ¡Date prisa!
Harry se aparta de Louis, mirándolo con curiosidad. El mayor se encoge de hombros, antes de ponerse de pie para salir de la habitación para encontrarse con su mamá al final del pasillo, justo donde comienzan las escaleras.
—¿Qué pasó, mamá? ¿Por qué gritas? —Pregunta confuso. Su madre lo mira, y Louis piensa que se echará a llorar.
—Alguien causó daños en la tienda de chocolates Candy Place. Daños por millones de euros. Al parecer intentaron robar la tienda y el dueño intentó defenderse, pero terminó herido por el perpetrador.
Los ojos de Louis se amplían al escuchar la noticia. No puede creer que haya dañado uno de los tantos locales de su madre. ¿Cómo iba a saber que su madre era la dueña de aquél lugar?
—Madre yo... —Ella lo interrumpe.
—Ahora el local estará cerrado por varias semanas, y eso bajará la producción. Debo viajar a Londres para finalizar un negocio con la empresa de tecnología y fármacos, y ahora esto me causará problemas. El viaje estaba pautado para mañana... —Esta vez Louis la interrumpe.
—Debes terminar tus negocios con Candy Place. —Johannah levanta una ceja, sorprendida por el repentino arrebatamiento de Louis.
—El alquiler de ese local vale mucho dinero, Louis. No sabes nada de negocios. —El chico sacude la cabeza.
—Por favor, mamá. Nunca te he pedido que cierres ninguna tienda. Tienes muchos locales alquilados al rededor del país, puedes mandar a desalojar esa tienda sin ningún problema. —Johannah lo mira con molestia. El hecho de que Louis no entienda la importancia de la situación, le molesta.
—¿Por qué tienes tanto interés en cerrar esa tienda? —Louis se muerde el labio, bajando la cabeza como si acabase de reprenderlo.
—El perpetrador fui yo, ¿okay? —Confiesa. Johannah queda boquiabierta, trata de decir algo, pero vuelve a cerrar la boca—. Lo siento.
—¿Hablas en serio, Louis? —El chico responde con un asentimiento de cabeza—. ¿Pero qué demonio se te metió al cuerpo? Vi los vídeos de seguridad, ¡golpeaste a ese chico como si intentaras acabar con su vida, Louis! —Asiente nuevamente.
—Él se lo merecía. Simplemente hice lo que debía hacer. —Johannah lo mira, intentando descifrar las palabras de su hijo, pero se le hace imposible.
—¿Podrías explicarme de qué se trata todo esto? —Louis toma aire, antes de asentir.
—Ese chico dañó a Harry. Lo dañó física y mentalmente. Jugó con él a su antojo, lo manipuló, lo humilló, abusó de él, lo traicionó y luego lo tiró, dejándolo en pedazos. ¿No son esas suficientes razones para pedirte que cierres la estúpida tienda?
Johannah lo mira fijamente, viendo el dolor reflejado en esos ojos azules, viendo la impotencia en sus facciones, en ese ceño fruncido y su mandíbula apretada. Ve la desesperación y la suplica detrás de sus palabras. Y sí, ella no sabía la importancia que tenía Harry en la vida de su hijo hasta ese momento. Que tonta fue al creer que todo era cuestión de curiosidad, cuando la verdad está allí, los sentimientos de Louis están a flor de piel, más expuestos que nunca.
—Perdóname por dañar la tienda, pero ese chico intenta seguir dañando a Harry y no lo voy a permitir.
Johannah suspira profundo, y finalmente rompe el silencio.
—Te he dicho que el trabajo no se mezcla con la familia. —Louis la mira con reproche.
—Mamá, sólo una vez. —Ella hace una mueca, incapaz de ignorar aquella suplica.
—Veré lo que puedo hacer. —Dice finalmente. Louis deja salir el aire que no sabía que estaba reteniendo hasta ahora.
—Gracias.
—No vuelvas a atacar ninguna tienda, por lo que más quieras. —Louis sonríe, con agradecimiento—. Igual tendré que salir de viaje mañana. Tu padre vendrá conmigo, te harás cargo de todo. Cuida de Ross y, Louis, no interfieras en el trabajo de Harry, por favor. Déjalo trabajar. —Lo reprende. Louis pone los ojos en blanco.
—Bien. —Dice, dándose por vencido.
El día pasa tranquilo, no hay rastros de Jacob, y Louis lo agradece. Harry ha estado muy necesitado y extremadamente cariñoso, aprovechando cada ocasión para abrazar a Louis, o frotar su cara en su hombro. Se ha comportado de esa manera durante todo el día, sacudiendo sus pestañas hacia Louis, y poniendo esa mirada seductora y adorable que logra confundir al mayor. Tímido y coqueto, esas características que Louis ama tanto.
—Quiero darte una sorpresa. —Dice, mientras se sienta en el regazo de Louis, ignorando la película que se reproduce en la televisión de la sala, donde ambos han estado mirando películas desde tempranas horas de la tarde.
Louis coloca sus manos suavemente en la cintura del menor, rodeándolo. Harry muestra sus adorables hoyuelos cuando sonríe en su dirección. Entonces Louis acerca su nariz hacia la suya, causándole cosquillas.
—¿Cuál sorpresa? —Pregunta, antes de lamer la punta de la nariz de Harry, quien arruga sus facciones de manera graciosa.
—Asqueroso. —Se limpia la nariz, hundiendo la cara en el cuello de Louis, para lamer de igual manera en esa zona. El mayor se retuerce y sus brazos se tensan al rededor de su cintura.
—Estás jugando con fuego. —Harry sonríe, todavía con la cabeza hundida entre el hombro y el cuello de Louis.
Los padres de Louis no se encuentran en casa, ya que fueron invitados a una cena de negocios, entonces los chicos se han dedicado a mostrar su afecto el uno por el otro. Besándose, acariciándose y mimándose. Jimena no ha salido de su habitación para interrumpirlos, y los chicos lo agradecen.
—Te mostraré. —Dice con emoción, dejando el regazo de Louis para correr hacia las escaleras.
Louis se queda sentado en el sofá, mirando con diversión como el chico desaparece por las escaleras, meneando el trasero más de lo habitual. Louis se ríe entre dientes mientras disfruta la actitud coqueta de su novio. Es admirable de observar.
Centra su atención en la película, sin borrar esa sonrisa de su cara. No sabe cuánto tiempo transcurre hasta que escucha un grito de Harry. Entonces se pone de pie con rapidez.
—¡LOUIS!
Louis corre por las escaleras, preocupado hasta la mierda, pensando lo peor. Pero cuando abre la puerta, su respiración se detiene.
Harry está frente a él, usando solamente unas bragas, o calzoncillos con lentejuelas, lo que sea. Louis levanta la mirada hacia esos orbes verdes, hiperventilando. Harry está mordiendo su labio inferior, mientras lo mira a través de sus gruesas pestañas, con sus mejillas tan rojas como un tomate. Louis quiere reír ante su timidez, es descaradamente coqueto y ahora parece arrepentido y avergonzado. Irónico bebé.
—S-sólo quería mostrarte éstas nuevas que hice. —Habla cabizbajo, cubriendo su pequeño bulto—. Creo que son bastante lindas. —Dice, refiriéndose a las bragas.
Louis sonríe ampliamente. No puede soportar a este chico, su ternura, su atrevimiento, su manera de ser él.
—Son hermosas, chiquito. —Dice, sin apartar su mirada de su rostro apenado. Harry levanta la cabeza para sonreír en su dirección.
—Por detrás son más lindas. —Dice con orgullo.
—No lo du... —Sus palabras quedan atrapadas en su boca cuando Harry se da la vuelta.
Las malditas bragas tienen grabado su nombre con lentejuelas rojas mientras el fondo es negro. Las palabra "Lou" resalta el centro de la ropa interior, justo en el medio. Louis traga saliva, tratando de humedecer el interior de su boca para poder articular palabras.
—¿Te gusta? —Pregunta, sin voltear, colocando una mano en su cadera. Louis no puede dejar de mirar su lindo y pequeño trasero, llamativo, sin duda.
—Me encanta. —Se aclara la garganta cuando su voz sale ronca. Harry se gira para quedar frente a él, sonriendo de manera tímida.
—Son para ti. Y esta no fue la única que hice, te mostraré... —Louis lo interrumpe.
—¡NO! —Exclama. Harry lo mira sorprendido—. Digo... No. Ya es suficiente, ya vi suficiente, gatito. Yo, uhm, debo... —Se rasca la nuca, y jura que quiere ahorcarse con el cuello de su camisa.
Harry lo mira con esa cara inocente, y esos ojos brillantes. Parece un poco decepcionado cuando agacha la cabeza mientras juega con sus manos.
—Consiénteme, Louis.
Traga saliva nuevamente. Le pican las manos, por supuesto, a este paso ya tiene un gran problema es sus pantalones, pero no quiere hacerlo, no de esta manera.
Louis le da la espalda, caminando hacia el gabinete del menor, buscando un lindo pijama para él. Harry lo mira con asombro, sintiéndose frustrado.
¿Por qué Louis no quiere tocarlo?
Cuando finalmente saca un pijama, se acerca a él, y coloca la camisa por encima de su cabeza. Harry levanta sus brazos automáticamente para dejarse vestir.
—¿Por qué haces esto? —Pregunta cuando Louis termina de colocarle la camisa.
—Porque me pediste que te consintiera. Eso hago. —Responde, dejando un beso en sus suaves labios. Harry lo mira perplejo.
—Pero... —Louis lo interrumpe con otro beso.
Le entrega la parte inferior del pijama antes de apagar la luz de la habitación, dejando la pequeña lámpara encendida. Camina hacia la cama para acostarse en ella, y Harry sigue perplejo.
—No entiendo.
—Ven acá, chiquito. —Louis lo llama, dando palmadas en su pecho. Harry sonríe antes de colocarse el pijama, emocionado por la invitación del chico.
Se sube en la cama, y se posiciona sobre el cuerpo de Louis, quedando pecho con pecho, escondiendo su cabeza en el cuello del ojiazul. Louis lo abraza, apoyando su mentón en la cabeza de Harry, deleitándose con el olor de su perfume. Harry disfruta mucho esta posición. Pero cuando intenta frotarse con Louis, éste lo detiene instantáneamente.
—Harry, hoy no. —Dice, no con molestia, al contrario, lo dice con cariño. Harry no puede entenderlo—. Créeme, también quiero hacerlo, pero cuando te sientas preparado.
—Estoy preparado ahora, Louis. —Su voz suena necesitada. Louis sabe que miente, sin embargo.
—Sólo quieres sacarlo de tu cabeza. Te vi esta mañana. Vi cómo sufrias. No quiero hacerlo cuando te sientes así, cuando sus recuerdos te siguen atormentando. —Harry no responde ante eso, sus manos recorren el pecho de Louis, por encima de su camisa, soltando el aire por la boca, aferrándose con fuerza a la tela de la camisa—. Lo sé. Estarás bien, estaremos bien.
Lo abraza más fuerte, sosteniéndolo contra su cuerpo, mostrándole afecto. Besa su cabeza unas cuantas veces antes de tomar la cobija, sin apartar a Harry, para cubrir ambos cuerpos sin cambiar de posición. Y Harry se relaja después de mucho tiempo, admirando a Louis, y agradeciendo a Dios por tener un novio tan dulce y protector.
Cierra los ojos, y con un suspiro se queda dormido rápidamente.
—Buenas noches, novio. —Susurra Louis, cerrando los ojos con una sonrisa nostálgica en sus labios.
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Capítulo dedicado a:
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¿Parte favorita?
Gracias a todos los que se ofrecieron a ayudarme con el inglés. Ya pueden encontrar la traducción de Houseboy en mi cuenta ❤
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