Capítulo 39.
Harry está ansioso y feliz porque Louis decidió salir del closet finalmente, por él. Lo hizo. No puede estar más feliz.
Se coloca la lycra rosada y sus zapatillas brillantes antes de caminar hacia el espejo, con la intensión de colocarse un poco de maquillaje para verse más hermoso para Louis. Harry está un poco frustrado porque Louis no logra entender ninguna de sus indirectas, y honestamente ha llegado a pensar que no lo calienta con nada, incluso con la paleta no logró nada. ¿Hay algo mal en él? ¿Acaso Louis no piensa que es sexy? ¿Por qué no se calienta?
Se mira en el espejo por última vez, haciendo un leve puchero con sus labios decorados con brillo labial, y suspira frustrado. ¿No es lo suficientemente lindo acaso?
—¡Harry, date prisa! ¡Te espero en el auto! —Grita Louis desde el pasillo, y Harry frunce el ceño. Pero eso le da una idea.
Sonríe con picardía frente al espejo antes de girarse un poco para observar su trasero y levantarlo un poco con sus manos. A veces no se siente conforme con él, piensa que es muy pequeño y poco atractivo, pero en la lycra siempre se ve mejor.
Toma una paleta de las sobrantes del día anterior, y sale de la habitación únicamente usando la lycra apretada a su cuerpo y sus zapatillas brillantes. Esta vez no llevará ropa para cubrirse, y está seguro de que Louis no se podrá resistir esta vez.
Louis observa su teléfono con atención cuando recibe un mensaje de Liam, invitándolo a salir con él y con Zayn. Se siente aliviado porque sus amigos volvieron a ser amigos. Antes de que pueda responder el mensaje de Liam, Harry abre la puerta del copiloto y sube en el asiento delantero sin decir palabras. El teléfono resbala de las manos de Louis, y comienza a toser de repente, ahogándose con su propia saliva sin poder evitarlo cuando lo ve entrar.
Harry lo observa de reojo, sintiéndose apenado. Realmente es tímido y no acostumbra a hacer este tipo de cosas, estar en esta situación con Louis es incómodo para él, pero tiene que probar algo. Saborea la paleta mientras mira a través de la ventanilla, y Louis no puede parpadear. El perfume de Harry ha impregnado todo el interior del vehículo y las fosas nasales de Louis.
—¿Harry, te das cuenta que sólo llevas lycra? —Pregunta removiéndose incómodo en el asiento, jugando con el volante. Harry no lo mira porque siente demasiada vergüenza para mirarlo.
—Sí. —Responde simplemente, jugando con la paleta en sus manos. Louis lo mira perplejo.
—¿Puedo saber por qué no te colocaste algo sobre eso para cubrirte? —Pregunta demasiado incrédulo. Harry agacha la cabeza, sintiéndose tonto porque no obtuvo la reacción que esperaba.
—Siento calor. ¿Está mal? —Louis observa su cuerpo de arriba a abajo, admirándolo, y se detiene en sus muslos perfectamente moldeados, aprovechando que Harry no está mirando en su dirección.
—No, pero esa lycra es casi transparente. —Comenta sin dejar de mirar sus piernas con descaro.
—Oh. No te gusta. —Harry se siente tan incómodo y tan ridículo porque Louis no ha dicho nada bueno de su ropa o maquillaje desde que subió en el auto. Todo su esfuerzo por calentarlo fue en vano.
—No, claro que me gusta. Pero no quiero que te exhibas en la calle, eso me desespera. —Explica con calma, y no puede evitarlo cuando coloca su mano sobre la pierna izquierda del menor, más arriba de su rodilla, apretando esa zona con suavidad porque fue imposible controlar su impulso por tocarlo.
Harry levanta la mirada rápidamente para mirarlo a los ojos, ignorando completamente las caricias de Louis sobre su pierna.
—¿Me veo muy feo? —Louis se ríe, sacudiendo la cabeza, indignado.
—No, jamás. Tú eres hermoso, y tu maquillaje también lo es. —Confiesa. Harry hace una mueca, inseguro.
—Creo que sólo dices eso para hacerme sentir bien. En realidad no piensas que soy lindo. —Louis frunce el ceño. Odia que Harry tenga tan baja autoestima, que sea tan negativo y depresivo en algunas situaciones.
—Eso es basura, desde que te conozco no he dejado de decirte lo lindo que eres. —Vuelve a apretar su pierna, y Harry finalmente observa su mano, sintiendo un cosquilleo en todo su cuerpo por el tacto del mayor. —Y no me cansaré de decírtelo diariamente cuando tengas dudas.
Harry no dice nada, ni siquiera respira, no puede apartar su mirada de la mano cálida de Louis sobre su pierna. De repente observa los zapatos del mayor, y sube la mirada discretamente hasta llegar a su entrepierna. Se sorprende por el bulto hinchado que se asoma en medio de sus piernas, y sonríe ampliamente, como si hubiese ganado la lotería, porque sí, logró calentarlo finalmente. No puede estar más complacido.
—Gracias Lou. —Dice con voz angelical, antes de saborear su paleta una vez más.
Louis puede sentir cómo toda la sangre de su cuerpo se acumula en un lugar en específico. Escuchar a Harry llamarlo "Lou" mientras sacude sus pestañas y saborea la paleta de manera obscena, es demasiado para Louis. Espera poder controlar sus hormonas en una situación como esta, pero la situación en sus pantalones se está saliendo de control.
Aparta su mano fuera de la pierna de Harry y respira profundo antes de encender el carro.
En todo el camino hacia la academia, Louis no se permite mirar al menor. No puede mirarlo, incluso no lo mira a través del retrovisor porque sabe que en cualquier momento puede estallar si logra verlo saborear la golosina como si se tratara de algo más. ¿Es su imaginación o Harry realmente lo está seduciendo con un dulce? Ya no sabe qué pensar de este chico.
Al llegar a la academia, Harry sale del carro antes de que Louis abra la puerta por él. Louis lo observa atentamente mientras sale del otro lado y coloca el seguro del vehículo. El menor se coloca frente a él y se da la vuelta para darle la espalda y levantar su trasero, acomodándose la ropa interior para evitar molestias desagradables cuando la tela se mete entre sus muslos internos. Louis abre los ojos ampliamente cuando ve sus movimientos, y esto definitivamente empeora su situación.
—¿Se ve mucho mi ropa interior? —Pregunta con inocencia, levantando el trasero mucho más. Louis trata de no mirar más allá de la tela, pero es imposible, la tela es muy clara y está desteñida.
—Uhmm sí, se ve un poco, ermm, las lentejuelas. —Dice, rascándose la nuca, nervioso y muy incómodo. Harry se muerde el labio, ocultando su sonrisa— ¿Por qué no te adelantas? Tengo uhmm, que arreglar algo en el carro, le falta aceite y mantenimiento a los combustibles.
Harry frunce el ceño y cruza los brazos—. Pero prometiste que entrarías conmigo a la academia. —Reprocha.
—Pero no puedo entrar así, Harry. —Responde con calma.
—¿Así cómo? —Y Louis está sorprendido porque Harry no ha notado su enorme bulto creciente, o simplemente lo está ignorando. No puede verlo bailar porque eso sólo va a provocar que su problema siga creciendo. Tiene que bajarlo.
—Uhmm, bueno, el carro necesita atención. No quiero accidentarnos en medio de la autopista. —Miente, encogiéndose de hombros. Harry inconscientemente cambia el ceño por un puchero.
—Pero no quiero entrar solo, no hubiese venido hasta aquí de no ser porque prometiste entrar conmigo, Louis. Se van a reír, y Brianna me va a humillar. —Louis hace una mueca, moviendo los pies, incómodo.
—Sí, lo siento, perdón. No puedo entrar en estas condiciones, entiende. —Harry lo mira con molestia.
—¿Cuáles condiciones? ¡Lo prometiste! —Louis suspira profundo, negándose a aceptar que el menor luce adorable incluso cuando actúa malcriado y hace rabietas en público.
—¿Harry, no te das cuenta? Tengo un jodido problema en mis pantalones porque has estado jugando desde que subiste al carro con esa paleta y esa lycra usada que deja ver absolutamente todo lo que hay debajo, sin mencionar que debiste usar la botella entera de perfume para venir. Realmente no comprendo de qué se tratan tus juegos, no quiero que todo el mundo vea lo que causas en mí. ¿Estás consciente de lo que me haces? —Explota. Y Harry se sonroja de sobremanera, sintiendo un poco de vergüenza por su actitud necesitada. Debe aceptar que llegó a los extremos esta vez.
—Uhmm, lo siento... —Baja la cabeza, apenado.
—Estoy tan confundido, Harry. ¿Lo estás haciendo de manera intencional, o no te das cuenta? Dime la verdad porque no entiendo nada de esto. —Mueve sus manos mientras habla, desesperado por entender la situación. Harry lo vuelve loco, literalmente.
—¿Estás enojado conmigo? —Pregunta con inocencia, mirando a través de sus gruesas pestañas, que gracias al maquillaje ahora lucen más pobladas.
—No, sólo quiero entender. Odio no ser capaz de leer tu mente. —Habla con más calma—. ¿Qué quieres?
Harry mira sus pies cuando dice—: Te necesito, Louis.
Y traga saliva, incapaz de mirarlo a los ojos después de su confesión.
—Oh. —Louis también se sonroja al entender el contexto de esas palabras.
—Voy a entrar. —Dice girando sobre sus pies para darle la espalda, pero Louis sostiene su brazo y se coloca frente a él.
—No, de ninguna manera vas a entrar solo. Espérame justo en la puerta del salón, estaré allí en diez minutos. —Le guiña un ojo antes de correr hacia el carro.
Harry camina hacia la entrada de la academia, resistiéndose a correr en dirección al carro, porque sabe que Louis no va revisar ningún combustible, era una excusa para estar solo y bajar su bulto. Y tal vez Harry podría haber ayudado con eso, pero él prefirió alejarlo, y se siente tan furioso por eso. Volvió a rechazarlo.
Arroja la paleta en la basura y se cruza de brazos frente a la puerta del salón para esperar a Louis, siguiendo sus indicaciones como el chico obediente que es.
Es sorprendido cuando alguien lo toma por los hombros. Se gira de manera brusca, y se relaja visiblemente cuando ve que se trata de su mejor amiga.
—¡Jenn! —Exclama con alegría, antes de lanzarse sobre ella, rodeándola en un abrazo.
—¿Harry, estás bien? —Pregunta la chica mientras se aparta. Harry la mira con confusión.
—Sí, ¿qué pasa, Jenn? —Jennifer suspira profundo antes de responder.
—Es que Louis, él me dijo que volviste a ver a Anne y que ella fue una perra contigo. —Harry baja la cabeza, recordando el horrible encuentro con su madre.
—Oh.
—¿Te sientes bien? —Vuelve a preguntar, y Harry asiente.
—Sí, no pasa nada. —Pero Jennifer no le cree ninguna palabra.
—Harry, no debes sentirte mal por lo que sea que te haya dicho. Ella no puede afectarte. Ella ni siquiera tiene derecho a hablarte y mucho menos a juzgarte. Ya lo ha hecho muchas veces, y.... —Harry la interrumpe.
—Estoy bien, Jenn. —Asegura.
—¿Ella está en Doncaster? ¿Por qué vino? —Harry se encoge de hombros, mostrándose indiferente.
—No lo sé. —Y Jennifer vuelve a abrazarlo.
—Eres tan fuerte, Harry. —Susurra en medio del abrazo.
Louis cierra los ojos y apoya la cabeza contra el asiento, respirando con mucha dificultad. Se siente liberado y mucho más tranquilo ahora. Y no puede creer que haya hecho eso pensando en Harry y en sus increíbles piernas. Es primera vez que lo hace pensando en él, y realmente se sintió increíble.
Después de calmarse y controlar su respiración, se encarga de limpiar todo el desastre con una toalla que siempre guarda en el carro para cuando tiene práctica de fútbol. Se peina un poco y sale del auto, como si nada hubiese pasado.
—Harry, tengo que contarte algo sobre el señor Jackson. —Comenta Jenn. Harry pone los ojos en blanco.
—Tendremos el dinero pronto, Jenn, no te preocupes por él. —Ella sacude la cabeza.
—Precisamente sobre eso quiero hablarte. —Harry la observa con curiosidad. Pero Jennifer guarda silencio cuando ve a Louis caminando en su dirección.
—Hola Jennifer. —Saluda el chico con una sonrisa radiante, antes de acercarse a Harry para besarlo en la mejilla—. Entremos.
Harry observa a su amiga con los ojos muy abiertos. El humor de Louis lo sorprende porque cambió tan rápido, y ahora es pura sonrisas y besos. Raro.
—Uhmm, yo me tengo que ir, el trabajo en la peluquería está fuerte esta semana. Te escribo en la noche, Harry. —Dice Jennifer antes de alejarse de ellos y salir de la academia.
Louis toma la mano de Harry, y entran juntos al salón de danza. Todas las bailarinas dejan de estirarse cuando los ven entrar. La mirada de Louis se encuentra con la de Brianna, la chica lo mira indignada, y luego observa sus manos unidas, haciendo una mueca de asco.
—Harry, sabes que las faltas son algo que no tolero en mis clases, y tampoco tolero las llegadas tardes. —Se queja la instructora.
—Lo sé, lo siento mucho señorita Collins, no volverá a pasar. —Se disculpa Harry, soltando la mano de Louis.
—Eso dice siempre. —Murmura Brianna, lo suficientemente fuerte para que todos escuchen. Harry no la mira, la chica logra intimidarlo y se siente cohibido bajo su mirada perturbadora.
—Comienza a estirarte con las chicas. —Dice la señorita Collins, y Harry se mueve con rapidez, obedeciendo.
Louis observa a la mujer con molestia, definitivamente no le gusta cómo le habla a su chico, pero decide no empezar una discusión porque Harry ha tenido suficiente de espectáculos y no quiere avergonzarlo.
Cuando comienzan a practicar realmente el baile, Louis no aparta la mirada de Harry en ningún momento, y Brianna se siente tan impotente porque todavía no puede creer que Louis haya terminado su relación de dos años por un chico como Harry. Siente vergüenza porque todas sus amigas saben que Louis fue su novio antes, y ahora es de Harry. No puede soportar tal humillación.
Brianna se acerca a Harry mientras bailan, y discretamente estira su pie lo suficiente para que el chico tropiece y caiga al piso. Todas las chicas a su alrededor comienzan a reírse entredientes, pero Harry se levanta con rapidez, simulando que nada pasó.
Todo está perfecto. Respira.
Siguen bailando con normalidad, hasta que otra chica vuelve a atravesar su pie en medio de Harry para hacerlo caer una vez más. Él no dice nada mientras se levanta con la frente en alto. Intenta seguir bailando aunque todas las chicas intenten hacerlo caer. Es cuando Brianna lo empuja fuertemente y a propósito, cuando Louis enloquece.
—¡Brianna, no vuelvas a hacer eso! —Exclama mientras se levanta de su lugar para acercarse a la chica.
—¿Qué hice? —Pregunta ella con fingida inocencia. Louis aprieta sus puños con fuerza a sus costados.
—Acabo de ver cómo lo empujaste y provocaste su caída. ¡Ya deja de molestarlo! —Grita con molestia. Y todos observan la escena con diversión hasta que la instructora decide intervenir.
—Ya es suficiente, no voy a permitir que mi salón se convierta en un salón de debate y discusión. La persona acompañante sólo puede entrar con la condición de observar en silencio sin distraer a los bailarines, de lo contrario tendrá que irse. —Louis suelta un bufido.
—No puedo quedarme en silencio viendo cómo todas maltratan a Harry, usted permite todo eso y no interviene cuando debería hacerlo.
Harry sacude su cabeza, haciéndole señas al mayor, pero Louis lo ignora por completo.
—Todas deberían madurar y ocuparse de mejorar su técnica en lugar de molestar al mejor de la clase simplemente por envidia. —Y Harry sigue negando con la cabeza, rogando que Louis cierre la boca, pero éste sigue hablando sin parar.
Sin decir ninguna palabra, Harry camina directamente hacia la salida del salón, con toda la dignidad que puede reunir. Louis maldice internamente antes de correr detrás de él.
Lo busca con la mirada, hasta que logra verlo sentado en el escalón fuera de la academia. Se acerca despacio hasta sentarse junto a él.
—No logro entender lo que quieres. Me pides que te defienda, pero cuando lo hago... —Harry lo interrumpe.
—No te pedí esto, no necesitaba que me defendieras esta vez. La vez anterior sí lo necesitaba porque Brianna me atacaba con palabras hirientes. Puedo soportar unas patadas y empujones, Louis, pero no puedo soportar insultos. —Explica con calma.
—Bueno, ahora lo sé. ¿Estás enojado conmigo? —Harry sacude la cabeza.
—No, tú nunca entiendes nada. No es tu culpa. —Louis lo observa con nostalgia.
—Lo siento.
—Está bien, ya me odian lo suficiente como para provocarlas aún más. —Le regala una sonrisa perezosa.
—No era mi intención, Harry.
—Dije que está bien, Louis. Olvídalo. —Louis se queda en silencio por un tiempo, antes de pensar en una solución.
—Hay muchas otras academias de danza en la ciudad donde sí sabrán valorarte, no tienes que soportar esta mierda, no lo mereces. —Harry se encoge de hombros.
—Es lo que puedo pagar. Además, es una de las mejores academias de danza, no puedo imaginarme en otra. —Louis hace una mueca.
—¿Quieres volver a casa? —El menor asiente, suspirando en derrota.
Cuando ambos chicos dan un paso dentro de la casa, el señor Tomlinson los espera frente a la puerta. Louis se atraganta con su propia saliva, no sabe qué hacer.
Harry simplemente se aleja despacio para desaparecer de la escena y subir a su habitación, cubriendo sus partes íntimas porque nunca planeó que su jefe estuviera en casa y lo viera usando sólo una lycra. No puede estar más avergonzado.
Louis agacha la cabeza, incapaz de mirar el rostro de su padre.
—Ahora hablaremos. —Dice con voz firme, y Louis traga saliva, sintiéndose acorralado.
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¡Hi! Esa no se la esperaban... ¿A quién le gusta el salseo? (͡° ͜ʖ ͡°)
Capítulo dedicado a:
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