Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 3.

Llega a la cocina respirando con dificultad, apoya sus manos en sus rodillas y suspira profundo, tratando de calmar su corazón acelerado.

—Hola, tú debes ser Harry. —Levanta la cabeza para encontrarse con una mujer que aparenta más de cincuenta años. Ella le sonríe amablemente y Harry hace un esfuerzo para devolverle la sonrisa.

—H-hola. —Responde sin aliento. Ella nota lo cansado que está y no duda en servirle un vaso con agua fría.

—Veo que tienes problemas en tu primer día. ¿Puedo ayudarte en algo? —Pregunta, acercándose a él con el vaso en sus manos.

—L-Louis... Habitación... Limpieza. —Balbucea y la mujer se ríe.

—Así es Louis. Ten, toma un poco de agua. —Sus manos tiemblan mientras toma el vaso que ella le ofrece, y bebe el líquido.

—Muchas gracias. —Dice cuando termina de tomar el agua y se siente más calmado.

—¿Cuántos años tienes? —Pregunta ella, recibiendo el vaso que Harry le devuelve.

—Diecisiete. —Se sorprende, abriendo la boca.

—Vaya, eres muy joven. ¿Qué hace un niño como tú trabajando de mucamo en una casa como esta? —Harry se muerde el labio.

—Necesito el dinero para cubrir mis gastos. —Responde con timidez. Ella parece entenderlo, y le regala una sonrisa.

—Entonces bienvenido, espero servirte en lo que necesites. —Él sonríe agradecido.

—Gracias. —La mujer asiente.

—¿Qué necesitas ahora? Te noto perdido. —Harry observa todo a su alrededor.

—Uhmm, sí, necesito una escoba, un trapeador, una cubeta llena de agua, aromatizantes, y guantes de limpieza. —Ella lo mira atónita.

—¿Vas a limpiar la habitación de Louis? —Asiente con la cabeza, la mujer hace una mueca. —Él odia los aromatizantes, más te vale saber eso. Si usas cualquier producto que deje un aroma agradable en su habitación, no dudará en echarte.

—Oh... Entonces, ¿qué puedo hacer? ¿Con qué puedo limpiar su habitación? ¿Qué le gusta? —Pregunta preocupado. Jimena se cruza de brazos, suspirando en derrota.

—Nada. No le gusta nada, ningún producto de limpieza. Es muy delicado con los olores fuertes. Simplemente pasa la escoba y recoge su ropa sucia para despejar el paso. —Él guarda la información en su memoria.

—Ya. Entonces sólo necesito la escoba... Y guantes.

Harry espera que la mujer busque la escoba y los guantes, luego le agradece con una sonrisa.

—Suerte. —Escucha su voz antes de atravesar la puerta, y se da vuelta para mirarla.

—¿Uh? —Ella ríe, negando con la cabeza. Harry no entiende cuál es el motivo de su risa.

—Con Louis. —Frunce el ceño, aún más confundido.

—¿Con Louis? —Repite. Jimena da pasos largos hasta llegar a él.

—Debes saber que todas las mucamas anteriores han renunciado por su culpa. —Harry se muerde el labio, intentando mantener sus preguntas al límite y no parecer muy interesado.

—¿Qué les hace? —Pregunta nervioso.

—Sólo las ahuyenta, de una manera... Peculiar. Pero tú eres hombre, intentará ahuyentarte seguramente, pero no de esa manera.

—¿Cuál manera? —Pregunta curioso.

—Él acosaba a las pobres chicas, es normal, tiene las hormonas alborotadas a su edad. Pero ellas eran muy grandes para él, ninguna le correspondió, por eso renunciaron. No lo soportaban. Dime, ¿quién en su sano juicio quisiera soportar a un adolescente romántico-seductor-acosador con fama de mujeriego? Supongo que nadie, por esa razón te contrataron a ti. Las mucamas duran muy poco en esta casa. —Él parpadea, reteniendo la información.

—Oh. Claro. Entiendo. No debo preocuparme. Yo soy hombre. A él le gustan las chicas. —Parece tranquilo, pero en el fondo está decepcionado. Y Harry sólo hace ese tipo de pausas cuando está tratando de convencerse a sí mismo sobre algo.

—Aparentemente. —La voz de Jimena lo saca de sus pensamientos.

—¿Qué?

—Le gustan las chicas aparentemente. —Ella se encoge de hombros, y Harry no logra entender el significado de la palabra.

—¿Por qué dice eso?

—Tiene una novia muy linda, a la cual no soporta. —Harry sonríe inconsistentemente. Jimena no lo ve, y sigue hablando—. Lleva más de tres años saliendo con ella, pero su relación es inestable, parece forzado a estar con ella. Es complicado.

—Sí, me imagino. —Dice entre dientes, y lucha por no sonreír como un tonto.

—¡MUCAMO! —Louis grita desde el piso de arriba, y ambos de sobresaltan.

—Ve. —Dice Jimena animando a Harry, quien toma la escoba y corre fuera de la cocina.

Tiene miedo de entrar a la habitación después de tener esa charla con la cocinera-nana. Pero después de tomar una respiración profunda, abre la puerta y entra, tropezando con la escoba, pero evitando caer al piso. Maldice por lo bajo, sin atreverse a mirar a Louis quien permanece en su cama tendido.

—¿Qué pasa contigo? ¿Te has perdido en la cocina? —Harry sacude su cabeza.

—No, yo sólo... —Louis lo interrumpe antes de que diga otra palabra.

—Bien, entonces comienza a limpiar, está muy sucio aquí, no hay tiempo para desperdiciar en habladurías.

—Sí señor.

—Louis. —Lo corrige.

—Louis. Lo siento. —Se encoge ante la mirada de Louis sobre él.

Harry comienza recogiendo toda la ropa del piso, doblando la ropa limpia, y arrojando al cesto la ropa sucia para después meterla en la lavadora. El televisor está encendido en el canal de deportes, pero Louis no lo está viendo, él está muy distraído observando todos los movimientos de Harry alrededor de la habitación. No lo observa por otra razón que no sea asombro, es casi sorprendente ver a un chico limpiar, y mucho más sorprendente ver que lo hace bien, dejando todo reluciente. Sus movimientos nada masculinos tampoco pasan desapercibidos.

—He terminado. —Dice girándose en su dirección, atrapando la mirada de Louis sobre su espalda. Sus ojos encuentran los suyos al instante.

—Sí, eso veo. Eres rápido. ¿Dónde aprendiste a limpiar así de bien? ¿En la escuela de mucamos? —Harry frunce el ceño.

—No. Lo aprendí en mi casa observando a mi madre. Sólo sé lo necesario, no soy experto.

—Pero sí eres rápido. —Harry no sabe porqué se siente tan nervioso. Sólo están conversando.

—Sí. ¿Qué debo limpiar ahora? —Cambia el tema con rapidez para escapar de allí.

—Los baños. Están muy sucios, nadie los limpia desde que la mucama anterior se fue. —Explica con tranquilidad. Harry asiente con la cabeza, tomando el cesto de ropa sucia y la escoba para marcharse—. ¡Espera!

Harry se gira para encararlo. Louis arranca una hoja de una libreta y comienza a escribir algo sobre ella.

—Es una lista de mis alergias, si vas a trabajar en mi casa deberías memorizarlas. —Explica sin dejar de escribir.

—De acuerdo. —Observa su manera de escribir y cómo sus delgados y pequeños dedos toman el lápiz con fuerza mientras traza letras con rapidez. Está embobado cuando Louis termina de escribir y le tiende la hoja.

Harry parpadea dos veces, y deja el cesto de ropa sucia en el piso antes de tomar la hoja en sus manos y observar las letras garabateadas en ella. Su caligrafía es bonita, sin embargo. Ni siquiera le importa tanto leer lo que escribió, sólo observa las letras y lo bonitas que son.

—Léela. —Louis parece darse cuenta de que el rizado no está leyendo la lista, más bien parece idiotizado con otra cosa de lo que no quisiera enterarse. Harry se pone a leer inmediatamente.

« Soy alérgico a las uvas, a las fresas, a las almendras, a las nueces, al perfume de mi novia, y a ti. »

¿Es una broma? Ni siquiera están enumeradas en una lista. Harry frunce el ceño, levantando la mirada para ver los ojos burlones de Louis. Parece muy satisfecho por la molestia que desprende Harry.

De repente su letra ya no le parece tan bonita.

—Asegurate de memorizar toda la lista. Puedo morir si mi cuerpo ingiere cualquiera de los alimentos mencionados allí. —Explica serio.

—¿La última es una broma? —Pregunta, aún con el ceño fruncido. Louis sacude su cabeza en negación.

—No. No quiero que te acerques a mí o a mi habitación, a menos que sea para limpiar. No quiero que me busques, a no ser que sea por algo de suma importancia que requiera toda mi atención. —Harry ni siquiera estaba pensando en ser su amigo. ¿Qué se cree este chico?

—¿El perfume de tu novia te da alergia? —No puede evitar preguntar. La curiosidad lo consume. Louis suspira ruidosamente y luego suelta todo el aire por la boca.

—Sí. Comienzo a sentir una extraña comezón y ardor en todo mi cuerpo cuando estoy a su lado. Su perfume me repugna, a veces lo recuerdo y siento náuseas. —No parece enojado al responder la pregunta tan personal, Harry se siente aliviado por eso, pensó que le saldría con groserías.

—¿Estás seguro de que todo eso es a causa del perfume que usa? —Pregunta como si estuviera hablando con su mejor amigo, o alguien con quien tiene mucha confianza, pero a Louis no le molesta.

—Sí, lo es. Huele asqueroso, tienes que olerlo. —Responde con toda honestidad. Harry no cree que sólo se trate del perfume, sin embargo.

—¿Por qué no le pides que lo cambie por otro? —Pregunta con cautela para no ofender a Louis. Él suelta un bufido de repente.

—Porque ya lo ha hecho, ha cambiado de perfume varias veces, pero todos me repugnan más que el anterior. —Y con esa respuesta Harry está seguro de que el perfume que usa su novia no es el problema, él no quiere estar cerca de ella sin importar el perfume que use. Es imposible que todos los perfumes le provoquen comezón y ardor. No hay manera en el mundo de que eso sea posible.

Eso es una esperanza, ya entiende de lo que hablaba la cocinera.

—Ya... Entonces podrías ir a la tienda y comprarle uno tú, de esa manera podrás elegir uno que te guste, y podrás comprobar que el perfume no te causará alergia cuando ella lo use cerca de ti. —Decide seguir su juego, ocultando la conclusión que ha sacado. Louis lo observa con atención, y asiente con la cabeza.

—Sí, esa parece una buena idea. Lo haré, gracias. —Sonríe de una manera cálida y agradable por primera vez.

Harry no vuelve a cruzarse con Louis en todo el día. Se ha ocupado de limpiar los cinco baños del piso de arriba, y de meter la ropa sucia de Louis en la lavadora. Jimena le ofreció galletas cuando entró en la cocina, y hablaron un poco de los empleos que ha tenido Harry durante su vida. Ella es muy agradable.

Cuando son las 9:00 pm, Harry sube a su habitación y toma sus cosas para volver a casa. Johannah, la madre de Louis, lo interviene cuando está saliendo de la habitación.

—¿Te vas? Pensé que habías dicho que te quedarías a dormir aquí. —Harry juega con sus manos, buscando una escusa para escapar, recordando las palabras de Louis.

—Sí, pero mi mamá me envió un mensaje, quiere que vaya a cenar con ella esta noche. —Una gran mentira.

Excelente, Harry. Se aplaude mentalmente.

—Oh, bueno, ¿te veré mañana? —Parece preocupada, tal vez porque todas sus mucamas se han ido y no han regresado. Pero no es el caso de Harry, él sí quisiera quedarse, pero no quiere discutir con Louis. Él asiente sonriendo en su dirección, y se despide de Johannah gentilmente.

                             ×××

Llega cansado, pero Jennifer lo recibe con la cena lista. Huevos fritos con pollo horneado. Huele muy bien. Toda la tensión abandona su cuerpo al entrar en el apartamento.

—Cuéntame todo. ¿Cómo te fue en tu primer día? —Pregunta ella sirviendo café para ambos. Se sienta frente a Harry en la mesa del comedor y lo escucha suspirar profundo.

—Me ha ido muy bien, la casa es perfecta, todo es bellísimo... El único problema es mi jefe. —Jennifer frunce el ceño.

—Siempre tienes problemas con todos tus jefes. —Pone los ojos en blanco.

—Sí, pero éste es insoportable. Quisiera prepararle un pastel de fresas y llevárselo ahora mismo. —Jennifer no entiende nada.

—¿Es un gran problema para ti, pero quieres llevarle un pastel? —Harry mastica y traga antes de responder.

—Es alérgico a las fresas, a las almendras, a las nueces, y a las uvas. Cualquiera sirve. —Ella lo mira atónita, y Harry no se da cuenta de que ha memorizado la lista completa de las alergias de Louis.

—¿Cómo recuerdas que es alérgico a todo eso? Harry Styles, tú me estás ocultando algo. —Él se encoge de hombros, en modo de disculpa.

—Él es muy lindo. Es hermoso. Pero es malo. —Jennifer sonríe ante lo primero, pero se vuelve seria al escuchar lo último.

—¿Malo? ¿A qué te refieres con malo? —Suspira antes de responder.

—Es cruel. Malo cruel. —Su amiga aprieta los puños, y se inclina sobre él.

—¿Qué te hizo? Joder, si te hizo algo malo voy a su casa y lo castro con las tijeras que usas para podar su jardín. —Harry se ahoga con la comida y comienza a toser.

—¡No! Tampoco fue tan malo, sólo es... Él es... Simplemente es heterosexual. —Responde finalmente.

—Oh. ¿Eso es todo?

—También me juzgó por mi apariencia. No quiere que ocupe el lugar que debería ocupar una chica, y se enfadó porque su madre me contrató. Por ser chico. Se enfadó porque soy un chico. Parece que le molesta mi falta de vagina. —Baja la cabeza, esquivando la mirada de su amiga.

—Harry, no dejes que te afecte. No dejes que un maldito comentario te afecte. No estás mal, él está mal. No está mal que seas un chico. ¿Sabes qué? No debes escucharlo. No debes mirarlo siquiera. Ignóralo, sólo cumple con tu trabajo en esa casa, él no puede hacerte sentir mal. Vales mucho, no dejes que nadie te haga pensar lo contrario. Ya hemos hablado sobre esto. —Él asiente.

—Lo sé. No dejaré que me afecte. —Responde sin levantar la mirada.

—No podrá afectarte si tú no quieres. Todo está en ti.

—Pero él... —Lo interrumpe.

—Ya sé. También me parece difícil ignorar a un chico cuando está malditamente bueno, y sexy, pero tú puedes hacerlo. Por Dios, no le digas a Niall que dije eso. Siempre trato de ignorar a los chicos sexys cuando estoy con él, y es muy complicado porque ya sabes como es Niall de posesivo, si me pilla mirando a un chico me deja de hablar por un mes. —Su comentario hace reír a Harry.

—Lo sé.

—Harry. ¿Qué te he dicho sobre enamorarte de chicos heterosexuales? —Él juega con el tenedor.

—Que no debo hacerlo. Está prohibido. —Responde como un niño que ha roto las normas.

—Exacto, pero eres un jodido adolescente hormonal que prefiere ignorarme por completo y sufrir por amor antes de escuchar consejos. ¿Acaso eres masoquista? —Harry levanta la mirada frunciendo el ceño.

—No estoy enamorado. Sólo dije que es hermoso. No puedo enamorarme en un día. —Jenn lo observa acusatoriamente, con expresión seria—. Bueno sí, sólo pasó una vez, pero te juro que esta vez no estoy enamorado. Aprendí la lección aquella vez.

—Entonces no dejarás que te afecte su indiferencia, ¿cierto?

—No me afectará más. —Dice finalmente, prometiendo no volver a enamorarse de alguien a primera vista.

Pero ya lo hiciste, tonto. Se reprocha a sí mismo.

>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>

¿Alguna vez se han enamorado a primera vista? Yo sí, muchas veces porque idiota se nace kdcrles xD

¿Les gustó este capítulo? Voten, comenten ❤

Copyright © yafanfiction

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro