Maratón 1/2

Louis abre los ojos con pesadez cuando escucha que alguien abre la puerta de su habitación. Frunce el ceño antes de mirar en su dirección. Se sorprende cuando ve que se trata de Harry, inmediatamente se ruboriza porque Harry está aquí, en su habitación, y él no tiene camisa porque siempre duerme sin camisa.

—Buenos días, Louis, te traje desayuno. —Dice el menor, mostrando una pequeña sonrisa tímida mientras avanza con pasos cortos cargando la bandeja de comida en sus manos.

—¿Harry? ¿Qué? Es domingo, ve a descansar, deberías estar durmiendo. —Se frota los ojos, incorporándose en la cama, dejando al descubierto su pecho desnudo. Harry se muerde el labio y enseguida aparta su mirada.

—Quería disculparme. —Louis lo mira confundido.

—¿Disculparte? Harry, soy yo quien debe disculparse. —Harry sacude la cabeza antes de colocar la bandeja en la mesa de noche a un lado de la cama.

—No, yo no debí actuar como lo hice. Me alteré por algo muy tonto. —Se encoge de hombros. Louis ladea un poco la cabeza, deleitándose con el inocente y hermoso rostro de Harry, con sus mejillas rojas a más no poder, y esa mirada avergonzada y tierna.

—No, yo no debí haber dicho tal cosa. No sabía que te sentías de esa forma con respecto a los hombres, no todos somos iguales, tal vez tuviste una mala experiencia con tu primer novio, pero eso no significa que tenga que repetirse con tus futuros novios, no todos van a estar contigo sólo por sexo, se estarían perdiendo todo lo bueno de ti, porque tienes un gran corazón y eres una hermosa persona por dentro y por fuera. Ni todo el sexo del mundo podría compararse con tu personalidad animada y contagiosa. Si algún chico te busca simplemente para satisfacerse, no saben todo lo bueno que se pierden, y honestamente no se lo merecen, no se merecen nada de ti. Y a tu primer novio quisiera romperle la cara por ser tan imbécil y no saberte valorar. Maldición, más que eso, quisiera atropellarlo con un camión gigante y asegurarme de que no quede vivo... —Louis deja de hablar cuando escucha la risa fuerte de Harry. Y su corazón se hincha con adoración al verlo reír.

Está sorprendido de sus propias palabras, porque siempre ha sido un idiota con las chicas, suele verlas como un objeto sexual, nunca se ha interesado realmente en ellas, y ahora lo reconoce, no está bien jugar de esa manera con los sentimientos de las personas, y siente mucha impotencia de pensar que alguien pueda usar a Harry sabiendo lo vulnerable que es y lo fácil que puede ser ilusionarlo. No quiere imaginar a Harry con el corazón roto, porque entonces habrían dos corazones rotos.

—Gracias, Louis. —Dice con timidez después de terminar de reír, sin hacer contacto visual con Louis porque sabe que no será capaz de ignorar su pecho desnudo. Harry no es muy discreto y él lo sabe.

—De nada, Harry. ¿Ya desayunaste? —Pregunta tomando la bandeja de la mesa. Harry lo mira de reojo, preguntándose si sólo tendrá el pecho desnudo, o todo el cuerpo, aunque no se enfadaría si pudiera verlo completamente desnudo. Se aclara la garganta antes de hablar.

—Sí, me preparé una taza de cereal. —Juega con sus manos, un poco avergonzado, esperando que Louis no lo haya atrapado mirando su pecho.

—¿Podrías acompañarme a comer? —Harry levanta la mirada, perplejo cuando escucha la petición de Louis.

—¿Quieres que me quede? —Pregunta inseguro de lo que acaba de escuchar. Louis sonríe ampliamente antes de asentir con la cabeza.

No hay que ser un genio para saber que Harry quiere quedare, de lo contrario ya se habría ido si quisiera irse, pero después de dejar la bandeja sobre la mesa y quedarse allí de pie sin hacer nada, Louis supo que quería quedarse, y él no tiene ningún problema con tenerlo todo el día en su habitación si eso quiere.

—Sí. —Responde sin dejar de sonreír en dirección al rizado. Harry se sonroja mientras asiente.

—Bien, voy a quedarme. —Louis se muerde el labio para no reírse de la incomodidad que muestra el chico frente a él. Ladea la cabeza de manera divertida.

—Harry, no te vas a quedar allí de pie hasta que termine de comer, ¿cierto? —El menor hace una mueca, sintiéndose idiota, y quiere desaparecer de la vergüenza—. Ven aquí, siéntate conmigo.

Harry siente un cosquilleo en el estómago, pero avanza con pasos lentos hasta sentarse del otro lado de la cama. Se sienta en la orilla, dándole la espalda a Louis, y él puede ver lo rígido que está.

—Puedes subir las piernas y ponerte cómodo, no me molesta, mis amigos siempre saltan en mi cama y suben sus zapatos, ya estoy acostumbrado. —Lo anima, viendo como Harry apenas tiene medio trasero en la cama, y el resto fuera de ella—. Vamos, no te sientas cohibido, te estoy diciendo que puedes subir las piernas y recostarte, Harry.

—Bueno... —Dice con timidez, subiendo sus piernas sobre la cama para acostarse de manera diagonal junto a Louis.

Harry se siente muy incómodo en esta situación, acostado junto a Louis en su cama, y mucho más incómodo al pensar que tal vez está desnudo bajo las sabanas. No es la primera vez que Harry se sienta en su cama, pero el simple hecho de que Louis no tenga ropa cambia todo, nunca se había sentido tan nervioso cerca de un chico, o tal vez el deseo que siente por Louis es la respuesta de todo.

—¿Tienes algo que hacer hoy? —Louis rompe el silencio, comenzando a comer. Tostadas con huevos, pero lo que no sabe es que Harry lo preparó con sus propias manos después de suplicarle a Jimena que lo dejara hacerlo.

—Vienen Jennifer y Niall a visitarme. —Responde girando un poco la cabeza para ver a Louis.

—¿Los chicos que vinieron el otro día? —Harry asiente, viendo cómo Louis muerde trozos pequeños y mastica con calma. Sonríe inconscientemente, viendo lo hermoso que luce por las mañanas con su cabello revuelto y despreocupado. Le encanta esta imagen.

—¿Por qué? —El castaño se encoge de hombros, restándole importancia, aunque en realidad no le haya gustado la respuesta de Harry. Él tenía otros planes y ésta vez estaba seguro de que Brianna no arruinaría la cita.

—Quería invitarte a salir. —Responde simple después de tragar un bocado. Harry esquiva su mirada, ocultando la sonrisa tonta que se ha apoderado de sus labios, y luego frunce el ceño cuando la realidad lo golpea.

—¿Con tus amigos? Creo que tu amigo moreno me odia. No quiero estar cerca de él porque me hace sentir mal, y su presencia me incomoda. —Louis se muerde el labio con fuerza. Está agradecido porque finalmente Harry ha decidido ser sincero respecto a cómo se siente alrededor de Zayn, pero odia ver la triste expresión en su mirada.

—No entiendo por qué él actúa de esa manera contigo, no es una mala persona, lo conozco por muchos años y sé que puede ser idiota a veces, pero no es malo. Lo siento mucho. Igual no íbamos a salir con mis amigos, quería que saliéramos, ya sabes, tú y yo. —Confiesa. Harry lo mira perplejo, y su corazón late con mucha rapidez a causa de la emoción.

—¿Tú y yo? ¿Como una salida, uhmm, amistosa? —Pregunta inseguro.

Louis quiere decirle que no, que en realidad quisiera tener una salida romántica con él, pero aún tiene miedo de confesar sus sentimientos, nunca había sentido ese miedo antes, es muy difícil para él declararse a un chico por primera vez. Miedo de perder todo lo que tiene, de arriesgarse a ser rechazado por Harry, y miedo de decepcionar a sus padres al decirles que le gusta un chico. ¿Qué pensarán?

Sacude la cabeza alejando todos esos pensamientos tortuosos—. Sí, bueno, como una salida de dos chicos que salen a divertirse. Eso. —Harry se decepciona un poco al no obtener la respuesta que esperaba, pero no le sorprende porque sabe que él jamás le pediría una cita.

—Oh, claro, entiendo. —Baja la cabeza, jugando con sus manos.  Louis se maldice mentalmente, por segunda vez no pudo hacerlo.

—Pero si tú no puedes salir hoy, entonces supongo que puedo quedarme en casa y conocer mejor a tus amigos. —Sugiere. Harry vuelve a mirarlo, con una pizca de emoción.

—Sí, ellos te van a caer muy bien. Eso espero. —Se encoge de hombros.

—Todo lo que tenga que ver contigo me cae bien. —Dice Louis mirando la inseguridad reflejada en el rostro del menor.

Harry se siente confundido de repente porque no sabe si Louis está coqueteando con él, o su imaginación le está jugando una broma. Ha soñado tanto con que a Louis le gusten los hombres, que ya está comenzando a tener alucinaciones. Sacude la cabeza, sacando todos esos pensamientos de su mente. No debe ilusionarse con tonterías imaginarias cuando Louis trata de arreglar su relación con Brianna y obviamente no está interesado en hombres.

Él espera paciente a que Louis termine su desayuno, y luego se despide, volviendo a cargar la bandeja antes de salir de la habitación. No podía estar un segundo más allí sin arrojarse al cuerpo de Louis y trazar figuras en su pecho descubierto con sus dedos. Es una completa tortura no poder hacer nada y guardarse su deseo por tocarlo y acariciarlo. Harry sabe que tiene que controlarse, pero a veces Louis complica las cosas siendo tan perfecto.

                                ×××

Jennifer y Niall toman asiento en la mesa del comedor, Louis les sonríe amablemente cuando los ve entrar.

—Voy por las bebidas. —Anuncia Harry mientras sale corriendo hacia la cocina.

El ambiente se vuelve pesado cuando Jennifer observa a Louis con una mirada cargada de odio. Él traga saliva sin saber qué más hacer.

—Eres el chico que estaba en la competencia nacional de danza, te recuerdo, tú y tu grupo de amigos se burlaban de todos los bailarines que subían al escenario. Tu amigo negro se estaba riendo de Harry como si le estuvieran haciendo cosquillas. —Lo acusa. Niall aprieta su mano con fuerza para calmarla.

—Lo lamento, lamento todo el malentendido... —Jennifer suelta un bufido, interrumpiendo a Louis.

—No fue un malentendido, ustedes son unos malditos homofóbicos, y no voy a permitir que lastimen a mi mejor amigo. —Dice a la defensiva.

—Yo jamás lo lastimaría intencionalmente. A veces lo hago sin darme cuenta, pero no es mi intención, y lo siento. No soy homofóbico, de verdad. Me agrada Harry, mucho más que cualquier persona. No voy a lastimarlo, y tampoco voy a permitir que nadie lo lastime. —Asegura. Niall lo mira con desconfianza al igual que Jennifer.

—Mientes, Harry me contó que tu amigo lo hizo sentir como basura y también lo llamó marica delante de ti. Al menos debiste detenerlo si tanto te agrada Harry. —Louis frunce el ceño.

—Lo hice.

—Cuando ya era demasiado tarde y lo había insultado suficiente, ¿cierto? Sé que no tengo que decirte nada porque no tengo ningún derecho de opinar por él, pero aún así, él nunca te tendrá la confianza suficiente para decirte esto. Siento que tengo la obligación de proteger a Harry ya que soy como su madre. Alguien tiene que tomar ese lugar, y yo soy algo así como su representante hasta que cumpla la mayoría de edad. —Louis asiente, y de pronto siente que está pidiendo la mano de Harry porque todo es tan tenso y esta chica está muy alterada.

—Entiendo. —Dice, dándole la razón porque es lo único que puede hacer.

—Tienes que saber que Harry no ha madurado lo suficiente todavía, sigue siendo un niño en su interior, es muy sensible para algunas cosas, le gusta actuar como un niño casi siempre, le gusta ver caricaturas todo el día y gastar todo el dinero en golosinas, le gusta beber esos jugos de cartón miniatura y usar esos gorros de felpa de animales que nadie más usa, prefiere subirse al carrusel que subirse a una montaña rusa, le tiene miedo a los fantasmas y odia las películas de terror. Harry es un chico muy vulnerable y cualquier cosa mala que le digan lo recordará por siempre, porque así es él, tiene muy poca autoestima y confianza en sí mismo, entonces todos los insultos que recibe los cree, realmente los cree. Se volvió depresivo después de que su primer novio lo abandonó por una chica, él estaba muy enamorado y ese chico sólo le rompió el corazón y destruyó su confianza. Únicamente siente confianza cuando está sobre el escenario bailando ballet, eso lo hace feliz y le aumenta el autoestima... Pero entonces vienen idiotas como tu amigo a reírse de su baile y es simplemente inaceptable para mí porque no quiero que Harry pierda la poca confianza que tiene sobre el escenario también y quiera dejar de bailar para siempre. —Finaliza con un nudo en la garganta.

—No, no va a dejar de bailar, él es un excelente bailarín. —Jennifer asiente, de acuerdo.

—Lo es, y él no puede pensar lo contrario. Diariamente tiene que soportar el rechazo de sus compañeras de danza porque la instructora le da un trato especial por ser el mejor de la academia, Harry siempre llora por eso, y yo tengo que calmarlo diciéndole que todas son unas perras envidiosas de su talento. Siempre trato de animarlo para que olvide las cosas negativas que lo rodean... Y sé que te importa una mierda todo lo que estoy diciendo, pero debes saberlo porque Harry me habla sobre ti todo el tiempo, eres importante para él, y me preocupa que seas un imbécil igual que tu amigo. Tengo que advertirte sobre todo esto porque no quiero que él salga lastimado por tu culpa. —De repente se siente ofendido.

—Claro que no soy como Zayn, y claro que me importa todo lo que dices, es bueno saber cosas nuevas sobre Harry para no meter la pata tan seguido... —Niall lo interrumpe.

—¿Cuántas veces la has metido? —Jennifer le da un codazo.

—Niall por favor. —Él se queja, sobándose el brazo antes de responder.

—¿Qué? Hablaba de la pata. Que cuántas veces ha metido la pata. —Jennifer pone los ojos en blanco porque sabe cómo es Niall de imprudente.

—Muchas veces desde que lo conozco. —Responde Louis. Niall lo mira perplejo.

—¿Se la has metido muchas veces? —Pregunta impresionado, antes de recibir otro codazo de su novia.

—¡Niall! —Exclama la chica. Louis los mira confuso.

—Me parece que tienen un chiste interno, o... —Jennifer lo interrumpe, agradecida de que Louis no haya entendido a qué se refería Niall. Tal vez el chico no es de mente sucia como su novio, o es muy tonto para entender el doble sentido.

—No, claro que no. Mi novio suele ser muy gracioso a veces, sólo que nadie suele reírse de sus chistes. —Bromea, Niall frunce el ceño, pero Louis no les presta atención.

—Entonces... ¿Harry te habla mucho sobre mí? —Pregunta ilusionado.

—Uff muchísimo, parece que no sabe hablar de otra cosa últimamente... —Niall recibe un golpe más fuerte de Jenn—. ¡Auch! —Ella lo mira con advertencia. Louis trata de ocultar su alegría.

—¿Dice cosas buenas o cosas malas? —Pregunta con curiosidad. Jennifer pone los ojos en blanco.

—Harry nunca dice nada malo sobre ti. —Suelta un bufido. Louis sonríe ampliamente, ignorando la actitud de la chica.

—Así que Liam tenía razón. —Murmura sin dejar de sonreír.

Le gusto a Harry. Siente una extraña sensación cálida en su pecho, algo muy extraño pero agradable.

Están jugando al cuadrado de naipes en el comedor, y Jennifer da un salto cuando gana el juego.

—¡Bien hecho, Jenn! —Grita Niall, abrazándola con fuerza antes de besarla. Harry se siente incómodo siempre que se besan, y más cuando se besan frente a él y Louis.

—Harry, hagamos esto. —Louis le susurra en el oído y él se estremece de pies a cabeza cuando roza la punta de su nariz con su oreja.

—Están conspirando en nuestra contra, eso es trampa. —Niall los señala y Louis se aparta enseguida.

—No estamos conspirando, estoy planificando con mi pareja nuestra próxima jugada. —Y Harry deja de respirar por un momento. Eso se escuchó malditamente perfecto saliendo de los labios de Louis. Mi pareja. Pero lamentablemente todo se trata de un simple juego de cartas, en parejas.

—Bueno, dejen de planificar y jueguen. —Dice Jennifer de manera divertida viendo lo incómodo que se encuentra Harry. Su cara es un poema.

El menor se sonroja cada vez que Louis se acerca mucho para susurrarle cosas al oído, aunque sólo se trate de un juego, escuchar su voz tan cerca le provoca un cosquilleo que va desde el oído directamente hasta su entrepierna. A Louis le encanta ver sus mejillas rojas cada vez que le habla, pero no sabe que ese no es el único efecto que causa en Harry, hay un gran efecto entre sus piernas que no puede ver.

Jennifer los mira con curiosidad cada vez que Louis observa al menor, y no es discreto en absoluto cuando se detiene a mirar los labios de Harry con mucha atención mientras el chico juega su turno, y entonces se aclara la garganta para llamar la atención de Louis.

—¿Podemos hablar? —Pregunta la chica poniéndose de pie. Louis traga saliva antes de asentir.

—Claro.

—A solas. —Hace señas y Louis comprende de qué se trata.

—Oh. —Se levanta de la silla para seguirla, pero la voz de Harry los detiene.

—¿Jenn, qué haces? —La mira con advertencia. Ella se encoge de hombros, inocentemente.

—Conociendo a tu jefe. —Responde simple, antes de seguir su camino fuera del comedor.

Los dos se dirigen a otra sala de la gran mansión, y Jennifer se gira para quedar frente a Louis.

—¿Son interesantes sus labios? —Louis se congela, definitivamente lo tomó por sorpresa. Tose varias veces antes de responder.

—¿Qué? —Ella levanta una ceja.

—Dime, ¿te gusta Harry? Porque sinceramente tu actitud con él me confunde. —Louis no responde nada enseguida, así que Jennifer toma el silencio como una afirmación a su pregunta. Él esquiva su mirada.

—A mí también me confunde. Oye, quería preguntarte algo, ya que estamos aquí solos... —Jennifer lo mira incrédula.

—No te atrevas a coquetear conmigo, tengo novio. —Lo apunta. Louis sacude su cabeza con rapidez.

—Oh por Dios, no, no estoy tratando de seducirte, estoy interesado en Harry... —Abre los ojos como platos cuando escucha lo que acaba de decir—. Maldición.

—¡JA!, así que entonces tengo razón. Te gusta mi mejor amigo. —Se cruza de brazos mientras sonríe con gracia. Louis se muerde el labio antes de mirarla con ojos suplicantes.

—No le digas nada. —Ella lo ignora.

—¿Qué querías preguntarme?

—Bueno, en realidad quería pedirte algo...

—¿Qué cosa? —Lo anima.

—El número del señor Jackson. —Louis habla con rapidez.

—¿El número del...? Espera, sólo conozco a un hombre con ese apellido, y es el dueño del apartamento donde vivía con Harry. —Asiente con la cabeza.

—Si, necesito el número de ese señor cuanto antes. —Jennifer frunce el ceño.

—Pero ¿por qué?

—No es importante. —Ella lo mira con desconfianza.

—¿Quieres alquilar el apartamento? —Pregunta con curiosidad. Louis se ríe antes de responder.

—Claro que no. Sólo dame el número. —Insiste.

—Bien.

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Capítulo dedicado a:

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