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A Leo le encantaba estar con su "gemelo", cómo le suele llamar a Donnie, siempre habían sido muy unidos, pero Splinter le prohibió ir con ellos a la superficie así que pasaba menos tiempo juntos.
Le pareció extraño que solo fue a Don a quien condenaron a permanecer en las alcantarillas en lugar de a los cuatro, es decir, todos desobedecieron ese día y por eso el caparazón blando salió herido. Sin embargo, Splinter creyó prudente mantener a Morado en casa para evitar que se lastimara ya que los otros podían cuidarse bien solos, o algo así, ya no recuerda muy bien.
Pero si recuerda una discusión que tuvo con Donnie una vez que tocó el tema, estaban en su laboratorio cómo de costumbre, Don trabajaba mientras Leon leía uno de sus comics favoritos haciéndole compañía. En algún momento mencionó que entre los dos podrían vencer a un grupo de canguros espaciales sin problemas, claro, a raíz del tema de su historieta, pero tal vez Donnie estaba de malas ese día o quizás el cableado que manipulaba se le puso muy testarudo, pero le gruñó un -Cállate Nardo, eso nunca va a pasar!- en respuesta, Leo estaba demasiado pasmado como para molestarse por su agresividad.
-¿A qué te refieres?- estaba más que claro que no esperaba una respuesta inclinada a las habilidades de los canguros espaciales.
-No podemos pelear juntos, ni siquiera puedo ir con ustedes a las misiones- contestó arrugando la nariz, sujetaba los cables con fuerza y se negaba a mirar a Leo para no tener que ver su expresión.
-Tal vez no por ahora, pero algún día, si...si entrenas lo suficiente! tal vez papá-
-No, jamás será suficiente ¿Qué no entiendes? Soy débil
-Tu no eres débil Donnie- dijo Leo apoyando una mano sobre el hombro de su hermano, pero Donnie lo quitó de un manotazo.
-¡Mírame!- gritó con ojos llorosos y afilados- ¡Mira mi caparazón, mira mis manos!- Leo no pudo evitar apartarse un poco del susto, nunca lo había visto actuar de esa forma, notó las suaves escamas de sus manos y las viejas cicatrices de quemaduras y cortes que aún no terminaban de sanar, vio el borde de su caparazón y la manera en que se pegaba a su nuca y espalda casi sin sobresalir tras sus hombros, vio esos ojos intranquilos y oscuros, incluso con su pañuelo puesto se notaban unas ojeras acumuladas por varias noches en vela, vio lo mismo que veía todos los días, pero debilidad no era precisamente la palabra.
-...Dee- Leo lo abrazó fuertemente antes de que tuviese la oportunidad de decir algo más y Donnie se derrumbó, llorando silenciosamente con los brazos a los lados del cuerpo y el rostro escondido en el cuello del orejas rojas- no eres débil, solo tienes muy mala suerte- Don rió desganado negando con la cabeza- eres brillante, peligrosamente inteligente ¿sabes cuanta gente puede hacer todo lo que haces tú? -escuchó a Don murmurar algo, pero su respuesta se perdió contra su piel- precisamente, eres único en el mundo- Leo comenzó a trazar suaves círculos sobre el caparazón de su gemelo mientras se mecía de lado a lado- esa es una fortaleza, ojalá papá pudiese apreciarlo un poco.
-jmp...-Don se apartó del abrazo para mirar a Leo- quisiera poder ir con ustedes, pero Rafa no me dejaría por nada del mundo.
-Sabes cómo es...
-Y todo por culpa de mi tonto caparazón.
-Tu caparazón no tiene nada malo, es parte de ti- le sonrió-...aunque, ¿has pensado en hacerle un escudo?
-...
-...digo, se supone que por eso-
-ERES UN GENIO
-No, bueno, espérate, espérate
-Vete, tengo que comenzar a planificarlo!
-¿Por qué me tengo que ir? Puedo ser asistente
-Gracias, pero no gracias- y así cómo así, lo sacaron del laboratorio.
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Donnie le pidió a él y a sus hermanos que le trajeran materiales de la superficie (cómo siempre lo hacía), pero sobre todo láminas de metal. Rafa pareció sospechar de algo por las especificaciones que dio, pero aceptó en traerle lo que pudiesen encontrar en el camino. Una vez obtuvo los materiales se desapareció en el laboratorio todo el día y toda la noche, podían escuchar unos ruidos extraños viniendo de ahí, pero nadie se atrevía a entrar, su hermanito genio estaba en pleno proceso creativo y al igual que con Mikey, interrumpirlo durante un momento de inspiración era peligroso para la salud.
Un tiempo después, mientras desayunaban pacíficamente los panqués que Mikey preparó, Donnie se apareció en el marco de la entrada con el prototipo de su primer escudo y una sonrisa radiante, era un dispositivo tosco y rudimentario, la promesa conceptual de algo mucho mejor a futuro.
-Amm, Donnie ¿Qué traes puesto?- preguntó Rafa bajando el tenedor de regreso a su plato, Donnie pasó a sentarse junto a Leo sin borrar su sonrisa.
-Es un escudo protector, por supuesto- soltó como si fuese la cosa más obvia del mundo. Mikey ladeó la cabeza hacia un lado mientras Rafa y Leo observaban el trozo de metal de arriba a abajo- claro que solo es un prototipo, planeo construir uno más flexible y cómodo, tal vez de color morado.
-¿Y no te duele?- preguntó el mayor.
-¿Por qué me dolería?- Donnie le dio una mordida a sus panques tranquilamente, no podía ver el rostro preocupado de Rafa.
-Es que es de metal y se ve muy...am.
-¿No te molesta?- preguntó el más pequeño- se ve pesado- Mikey tocó el escudo metálico con ambas manos, pero Don se sacudió.
-No, además cumple su función- añadió orgulloso. Leo, que había sido el de la idea, ahora estaba algo conflictuado, no es precisamente lo que había imaginado. Luego de desayunar fueron a jugar en las tuberías del alcantarillado no muy lejos de su hogar, caminaban a un lado del torrente sin ninguna prisa, Raph siempre adelante viendo que fuese seguro.
-¿A qué quieren jugar?-preguntó el rojo.
-¿Qué tal una carrera?-sugirió Leo.
-Nooo, tu siempre haces trampa- dijo Donnie.
-Eso no es cierto.
-Si lo es.
-Yo quiero jugar a las escondidas!
-Escondidas con carrera!
-¿Cómo es eso?
-No lo sé, pero ya se me ocurrirá algo.
-Escondidas normales puede ser- dijo Rafa con una sonrisa- pero no se vayan muy lejos, y recuerden alejarse del agua rápida-advirtió el mayor con ambas manos en la cadera.
-¿Quién cuenta?-preguntó el azul.
-Yo no quiero contar- respondió Mikey con un puchero.
-Yo tampoco- agregó Don- tú preguntaste tú hazlo.
-¡¿Qué?! No
-Basta chicos, yo contaré esta vez, calma- se interpuso Rafa- pero el primero que atrape tendrá que contar luego- todos parecieron estar de acuerdo con la medida y corrieron a esconderse.
Las alcantarillas son oscuras, pero a este nivel de profundidad las rejillas del drenaje dejan entrar suficiente luz como para ver el camino. Aún es de día, las luces doradas y calurosas que se cuelan desde la superficie contrastan de una manera extraña con la oscura frialdad del subsuelo. Se separaron, pero después de tantos años ya conocen de memoria estos parajes subterráneos, Mikey se apresuró a buscar un buen lugar dentro de las tuberías, cabía a la perfección, era casi invisible, Leon y Donnie corrían hombro con hombro, conscientes de que sus pisadas hacen eco en las paredes, Rafa podía escuchar a dónde iban, pero luego (como siempre) tomaron direcciones distintas, así Rafa no sabría a quien está siguiendo y lograrán despistarlo.
Cuando Rafa terminó de contar se destapó los ojos, miró a sus alrededores con una sonrisa juguetona que pronto desapareció, no vio un alma siquiera, las gotas que caían del techo de vez en cuando y el bullicio lejano de la ciudad eran todo lo que oía. Y por alguna razón, por primera vez en su vida, se sintió completamente solo.
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Mikey se cubrió los labios con sus manitas cuando escuchó los pesados pasos de su hermano mayor acercarse, trataba con todas sus fuerzas de no reírse, porque si llegaba a escapársele una sola carcajada de seguro sería el primero en perder, Rafa preguntó por su nombre y el de los gemelos, su tono de voz era algo tembloroso, casi como si estuviese asustado, pero Mikey creyó que era una trampa para hacerlo salir de su escondite, pronto Rafa se había ido y ya estaba fuera de peligro, sólo entonces la tortuguita de caja se asomó discretamente y pudo ver como su hermano mayor arrastraba los pies y la cola a un paso torcido.
Un par de vueltas después Rafa camino cerca del escondite de Leo, él, siendo quien era, se metió al agua quieta a un lado del camino dejando solo su cabeza fuera, pero muy cerca del borde, cosa que quien pasara no pudiese verlo fácilmente, Splints ya lo había regañado por meterse en el agua sucia, pero el orejas rojas haría cualquier cosa por ganar un juego.
Rafa pasó de él, ni siquiera lo notó, una vez le dio la espalda, Leo se levantó un poco, acallando una risita traviesa. Sin embargo había algo raro en el caminar de su hermano, se veía casi sonámbulo-tal vez está actuando-pensó Leo, no era raro de Raphie meterse en su personaje.
Por último, Donnie, le había costado esconderse, normalmente es casi tan bueno como Mikey para estas cosas debido a su naturaleza flexible y facilidad para pasar de ser percibido, pero en vista de estar probando su nuevo invento, su paso era ligeramente más lento, su figura más robusta y su flexibilidad estaba comprometida, haciéndolo tan maleable como el trozo de metal en su espalda.
-No importa- susurró tras su tercer intento por caber en uno de los tubos del drenaje, si sus hermanos vivían cada día con caparazones fuertes, él podía hacerlo también ¿Qué es un pequeño juego de escondidas?
Donnie siguió caminando por el área, tratando de no alejarse mucho de sus hermanos, pero simplemente no encontraba un buen lugar, no quería perder y eso lo llevó cerca de los rápidos. Escuchó los pasos pesados de Rafa detrás de él y miró hacia todos lados apresuradamente, vio asqueado el fango del drenaje, una abundante asquerosidad, musgo y tierra no eran precisamente la materia prima de la porquería que salía de las tuberías, pero su hermano mayor estaba tan cerca que no tuvo otra opción.
Donnie brincó al fango, cubriéndose con él, la sensación en sus sensibles escamas y el olor lo hicieron arrepentirse en un instante, pero ya era muy tarde y mejor será que este dolor valga la pena (Al menos su caparazón estaba cubierto).
Los pasos de Rafa precedieron su presencia, Dee aguantó la respiración, solo sus ojos y nariz sobresalen, podía ver a su hermano pero, según sus cálculos, esta área del túnel estaba demasiado oscura como para que él lo pudiese ver. Donnie notó como la silueta de Rapha se le acercaba, no podía ver la expresión de su rostro al estar en contra luz, pero asumió que la tortuga mordedora estaba buscando con la mirada.
Rafa hizo retumbar de su garganta un gruñido, lo cual perturbó la fantasía infantil que es este juego de "cazador y presa". Donnie se recogió sobre sí mismo, algo andaba mal...
-Hmm...- Escuchó a Rafa murmurar, ese leve movimiento, ese escalofrío, había hecho el fango deslizarse, el sonido húmedo habría sido imperceptible de no ser porque no se escuchaba más que el agua corriendo (y Raph ya se había adaptado a ese ruido de fondo), así que lo oyó, no podía verlo, pero ya sabía en dónde estaba. Don creyó haber perdido entonces, con algo de suerte su hermano mayor habrá visto a alguno de sus hermanos primero y no tendría que contar.
Dee suspiró y se levantó un poco a modo de rendición, asqueado por el lugar de su escondite, escupió y se sacudió, pero ese barro verdoso simplemente no quería quitarse.
-Okay, okay, ya se- Donnie dijo, a pesar de que Rafa no le había hablado siquiera- encontraste a alguien más al menos?-preguntó-...-Raphie no le respondió, si no que dio un paso atrás y bajó la cabeza-hmm?
Raph gruñó de nuevo y caminó hacia su hermano menor-Monstruo...de alcantarilla- el rostro de Donnie era pura confusión.
-Perdón?- Raph corrió hacia él y lo golpeó en el pecho, no tan fuerte como para realmente hacerle un daño, pero si para empujarlo al agua, a los rápidos.
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Leon escuchó a su gemelo gritar su nombre, aunque había posibilidad de que estuviese ayudando a Rafa a buscar, no quiso arriesgarse y brincó del agua en dirección al ruido.
-Rafa!- Leo exclamó al encontrarse a su hermano mayor, este lo volteo a ver con la mirada perdida- Rafa ¿Qué te pasa?- Leo lo sacudió preocupado, lentamente recuperó la conciencia.
-Leo? Leo, se suponía que tenías que esconderte-dijo su hermano mayor. Leo le dio una mirada confundida.
-¿De qué hablas? ¿Dónde está Donnie?!
-Leo!- Donnie estaba sujetado de una de las paredes, enterrando sus uñas en los relieves de la tubería porosa, para que la corriente del drenaje no se lo llevara. El orejas rojas se espantó y corrió por el borde de la cañería hasta estar lo más cerca posible.
-Dame la mano- Dijo Leo con urgencia, Donnie trató, pero al soltarse sintió inmediatamente la fuerza del agua que lo arrastraba.
-No puedo-dijo asustado.
-Rafa! Rafa ven a ayudar!-exclamó el azul, aun intentando alcanzar a su hermano. Rafa seguía desorientado, como si no supiera que hacer- ¡Rafa!
-Ah! sí, voy- al fin contestó saliendo de su transe, sostuvo el caparazón de Leo para que este pudiese inclinarse más cerca de Donnie.
-Las manos!-exclamó nuevamente, Donnie estiró una de sus manos nuevamente, agarrando rápidamente la de su hermano-Eso, la otra- Don se soltó completamente de la pared y se agarró de las manos de Leo, la corriente lo empujaba- suelta eso!
-Qué? que cosa?- Donnie preguntó agitado.
-Tu escudo! ¡Pesa! -Rafa los habría tirado hacia atrás para sacar a Dee del agua, pero no había espacio para una maniobra así.
-No quiero quitármelo-alegó.
-Donnie!- su hermano mayor exclamó, asustado, Dee no tuvo opción más que soltarse para que Leo pudiese flexionar sus brazos y sacarlo del agua-¿Qué pasó? ¿Qué hacías en el agua?- preguntó Rafa abrazando a Donnie.
Morado frunció el ceño, a fin de cuentas fue él quien lo había empujado y llamado "monstruo de alcantarilla"...pero, ¿por qué? y porque parecía no recordarlo ahora?
-Tu me empujaste- contestó su hermanito, Rafa lo apartó.
-¿Qué?
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Regresaron a casa tras encontrar a Mikey, Dee regresó en silencio y fue directamente a bañarse una vez llegaron, Leo apestaba también, pero estaba más preocupado por el miedo en el rostro de su hermano mayor, había perdido la conciencia por quedarse solo, cómo había sido eso siquiera posible.
Esa tarde Leo, y solo Leo, fue a hablar con su padre, la rata estaba viendo televisión desde su sofá cómo siempre lo hacía, pero al ver a Leo con ese rostro consternado supo que algo no andaba bien.
-¿Qué tienes azul?- preguntó bajando el volumen de su monitor
-Paso algo malo hoy-comenzó a hablar tratando de subir al sofá.
-¿Tus hermanos están bien? ¿es morado de nuevo?-preguntó algo preocupado.
-Estamos bien-dijo azul- pero estábamos jugando a las escondidas y a Donnie casi se lo lleva el agua del drenaje- le soltó velozmente.
-¿Qué?- Splinter parecía querer ponerse de pie e ir a sermonear a su hijo, pero Leo se apresuró a calmarlo.
-No, no, está bien, no es eso lo malo, malo- dijo Leo, Splints giró la cabeza levemente- es Rafa, el...se puso raro y empujó a Donnie.
-...Rojo?-Leo asintió- ¿a propósito?
-Cuando lo dejamos solo empezó a actuar raro y nos...desconoció?- dijo Leo algo dudoso.
-Oh...mmm, cuando Rojo era pequeño a menudo mordía y hacía cosas raras, siempre le costó un poco aprender a hablar y a leer- dijo la rata-...creo que es algo de él.
-...-Leo no entendía bien ¿Cómo podría? solo es un muchachito.
-No es maldad, es solo su mente Azul- La rata vio la duda en el rostro de Leo y supo que no entendía de qué hablaba, y que no podría explicar mejor-...escucha Leonardo- su nombre- asegúrate de que no esté solo fuera de casa, es grande, pero también hay que cuidarlo.
-¿Pero por qué...?
-Solo hazlo Azul, así esto no volverá a pasar...
-...Okay.
-Eso es...vete ya- dijo bajando a la tortuguita con cuidado del sofá, la rata suspiró- y Azul, ya le pedí esto a rojo y te lo pediré a ti, cuida a Morado, él no puede hacer lo que tú y los demás- Leo frunció el ceño levemente.
-Sí puede, Dee es más fuerte de lo que crees- alegó, pero Splints no cambió su expresión.
-Se que es lo que quieres creer, se que amas a tu hermanito, Azul- Splinter acarició su cabeza gentilmente- yo también lo hago, por eso te estoy diciendo esto, Morado es frágil, muy inteligente, pero fácil de romper ¿lo entiendes?
-No, no, Donnie está trabajando en eso, él hizo un escudo para cubrir su caparazón, el puede- respondió el orejas rojas.
-Leonardo!- Leo se sobresaltó- no, no es solo su caparazón, es su cuerpo entero, su sistema inmune, su mente, tu hermano es muy inteligente, pero si juegan rudo saldrá lastimado y no podemos llevarlo a un hospital si enferma o se lastima- dijo con cierta angustia.
-...s-si lo dejas entrar a los entrenamientos se hará fuerte, el puede ser fuerte- Splinter suspiró y se pasó una mano por el rostro.
-Azul...si decides poner a tu hermano en riesgo y se lastima, no será culpa de Morado, pero será el único que sufrirá las consecuencias, si de verdad te preocupas por él, lo alejarás del peligro-...¿Quién le pide a un niño algo así?
Esa noche Leo fue en búsqueda de Donnie y lo encontró en su laboratorio, trabajando en la segunda versión de su escudo. Leo se apoyó contra la entrada y suspiró pesadamente.
-¿Qué tal Dee?-preguntó tranquilamente.
-Oh, Leo...¿Qué es ese olor? apestas.
-Si alguien no hubiese pasado 2 horas en el baño tal vez me habría bañado- Donnie rodo los ojos y sonrió.
-No importa, mira lo que estoy haciendo, tras la prueba de hoy es obvio que tengo que aligerar el peso, tal vez agregar subdivisiones para mayor flexibilidad- Donnie hablaba entusiasmado pero Leo no mostró la misma energía.
-See...Dee, no creo que vaya a servir, la verdad...fue una idea tonta- Donnie dejo de mover el destornillador y volteó a verlo con media sonrisa incrédula.
-¿Qué quieres decir? Es una gran idea, tu lo dijiste, así podre-
-No podrás, Dee, no será suficiente- Leo lo interrumpió con el rostro serio- no bastará con un escudo.
-No será solo un escudo, tendrá más funciones, estoy pensando en alas o brazos, para-
-Donnie, no puedes reemplazar cada parte de tu cuerpo con máquinas- Leo dijo acercándose a su hermano, Donnie hizo una mueca.
-Pero tu dijiste...
-Me equivoque- Leo puso sus manos en los hombros de Donnie- es demasiado riesgo- Donnie tenía una expresión dolida, decepcionado y algo traicionado. Le habían dado esperanzas y ahora la misma persona se las quita- Lo siento Donnie- Leo lo abrazó fuertemente- lo siento mucho, mucho...
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*Se hunde en el agua del drenaje*
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