Las primeras semanas en la casa de su madre, o al menos de la mujer que le había dejado todo, fueron extrañas, todo en ese lugar tenía un aire de nostalgia, pero al mismo tiempo de abandono. Las paredes se veían cubiertas por retratos antiguos, cuadros que mostraban a una mujer que Namjoon nunca había conocido, pero cuya imagen parecía estar en todas partes.

El pueblo no ayudaba a que su mente se sintiera en paz., cada vez que salía al mercado o daba un paseo por la plaza, las miradas lo seguían, podía oír murmullos a su alrededor, las voces bajas que se deslizaban entre la gente, como si él no estuviera ahí. "Es igualita a ella..." Decían. "Increíble el parecido que tiene con su madre."

La primera vez que escuchó un comentario así, Namjoon se quedó parado en medio de la plaza, desconcertado. A medida que pasó el tiempo, se dio cuenta de que no era un comentario aislado. Todo el mundo parecía tener algo que decir sobre su aspecto. "Es la viva imagen de su madre", "Nunca pensé que vería algo así". Pero lo más inquietante era la manera en que lo miraban, no con cariño ni nostalgia, sino con un temor sutil, como si su presencia perturbara algo en ellos.

Cuando regresó a la casa, se encontró con Jungkook en la sala, mirando una foto vieja de la mujer que en su mente se convertía más en una figura fantasmagórica cada día. La expresión de Jungkook, al verlo entrar, se tornó seria.

—Te pareces mucho a ella -Dijo Jungkook en voz baja, sin voltear a mirarlo.

Namjoon no sabía qué responder, su hermano se había estado diciendo tantas veces y aquello lo ponía incómodo, como si estar cerca de Jungkook le hiciera sentir que estaba invadiendo un espacio que no le pertenecía. La tensión entre ellos se había vuelto palpable desde su llegada, aunque nunca se lo dijo directamente, había algo extraño en la forma en que Jungkook lo observaba, como si lo analizara, estudiara, buscando algo. ¿Qué estaba buscando?

—Es solo una coincidencia -Respondió Namjoon finalmente, intentando suavizar el ambiente, aunque no estaba convencido ni de sus propias palabras.

Jungkook soltó una risa baja, casi burlona, y por fin giró su rostro hacia Namjoon, sus ojos eran fríos, demasiado fríos, y por un momento Namjoon sintió un escalofrío recorrer su espalda.

—No es una coincidencia -Dijo Jungkook, ahora con voz más firme —Es el destino. La gente lo dice todo el tiempo. Eres... igualita a ella, ¿no lo sientes? Como si fueras una parte de ella.

Namjoon se quedó en silencio, mirando a su hermano mayor, algo en sus palabras lo perturbaba, algo en su tono no sonaba bien. Estaba claro que Jungkook no solo veía en él a un hermano perdido, sino algo más, algo que no podía definir.

Jungkook lo observó un largo rato, su mirada llena de una intensidad que lo hizo sentirse pequeño, vulnerable. Finalmente, sin decir nada más, se levantó y salió de la habitación, dejando a Namjoon solo con sus pensamientos.

Namjoon respiró hondo y se acercó a una de las paredes, donde había un espejo antiguo, al mirarse en él, no pudo evitar pensar en las palabras de Jungkook. ¿De verdad se parecía tanto a su madre? Era un pensamiento que no lograba sacarse de la cabeza.

En ese momento, algo en la casa pareció crujir, como si el lugar mismo estuviera vivo, observando. Namjoon dejó el espejo y caminó hacia una de las habitaciones que aún no había explorado, se sentía atraído por ese espacio, como si algo lo estuviera llamando, tal vez, pensó, encontraría respuestas allí.

Cuando abrió la puerta, un fuerte olor a polvo lo envolvió, la habitación estaba vacía, salvo por una mesa antigua cubierta de papeles amarillentos, Namjoon comenzó a revisar los papeles, pero uno de ellos, un viejo sobre con el nombre de su madre escrito a mano, le llamó la atención, lo abrió con cuidado, y al leer las palabras en el papel, sintió que algo se rompía dentro de él.

"Espero que algún día puedas entender lo que sucedió. Nunca quise que todo fuera así, pero no pude detenerlo. Lo que hiciste, Jungkook… lo que pasó…"

Las palabras eran claras, pero lo que realmente lo estremeció fue la firma al final de la carta: "Siempre en tu corazón."

Namjoon sintió una presión en su pecho, una mezcla de confusión y miedo, las preguntas no dejaban de girar en su cabeza. ¿Qué significaba todo esto? ¿Qué había sucedido realmente? Y más importante aún, ¿qué tenía que ver Jungkook con todo eso?

Al levantar la vista, vio una sombra en el umbral de la puerta. Jungkook estaba allí, observando.

—¿Qué encontraste, Namjoon? -Preguntó, y la frialdad en su voz hizo que el aire se volviera aún más pesado.

Namjoon intentó esconder la carta detrás de su espalda, pero Jungkook ya lo había visto. Y en sus ojos, una chispa peligrosa comenzó a brillar.

—Es solo una carta -Respondió Namjoon con una sonrisa nerviosa, pero Jungkook no pareció convencido. La tensión en el aire era palpable.

Jungkook avanzó lentamente hacia él, y por un momento, Namjoon pensó que podría estar soñando. Su hermano lo miraba con una intensidad casi enfermiza, como si algo dentro de él estuviera por desbordarse.

—No te preocupes, Namjoon -Dijo Jungkook, su tono más suave de lo habitual, pero las palabras no tuvieron consuelo —Todo está bien. Pero... nunca olvides que ella está en ti, en cada parte de ti.

Namjoon no supo cómo reaccionar, lo que había empezado como una búsqueda de respuestas, ahora parecía convertirse en una pesadilla de la que no podía escapar.

En la quietud de la casa, una pregunta seguía dando vueltas en su mente: ¿Quién era realmente su madre, y por qué Jungkook parecía estar tan obsesionado con ella?

🐨Hasta aquí lo dejó, próxima actualización... En seis meses o más 😣🙃 no les gustan mis historias

14/11/2024