𝐄𝐗𝐓𝐑𝐀 𝐈𝐈: la tropa 104
⁹ ┈─❟ʾ extra:
❛el último verano.❜
Año 847
Leyna miró una vez más la barraca en la que debería instalarse, y su rostro no reflejaba auténtica alegría, ni siquiera podía disimularlo, estaba preocupada ¿Qué se supone que le diría a las otras reclutas? ¿Cómo haría amigas si su única interacción social y voluntaria fue con el chico rubio sentado a las afueras del comedor?
—Descuida, no olvides sonreir, a todo el mundo le gusta tu sonrisa—Marco Bodt palmeó el hombro de su mejor amiga.
—Oye ¿Vas a entrar o no?—Jean interrumpió causando aún mayor molestia en Leyna—. De todas formas tendrás que hacerlo algún día, no es gran cosa.
—Ánimo Leyna, harás muchas amigas, nos vemos mañana ¿Sí?—Marco la removió por los hombros una vez más antes de acompañar a Jean hasta las barracas de los hombres.
—¡Pero, Marco...!—la pelirroja trató de llamarlo de la forma más disimulada posible, pero no logró captar su atención nuevamente.
Leyna suspiró hondo, acumulando todo el valor que tenía para poder entrar al lugar que compartiría con sus compañeras por los siguientes tres años, era cómo decía Jean, tarde o temprano debía afrontarlo. La pelirroja caminó hasta la puerta, no tardó en escuchar un montón de voces, algunas reían o gritaban, se movían por todas partes.
Becker entró aprovechando que cada una se encontraba en sus asuntos, efectivamente, todas las chicas parecían disfrutar de su primera noche como cadetes, algunas intercambiaban risas, otras se conocían, pero era un ambiente cálido, diferente al que alguna vez conoció.
—Oye—una voz a sus espaldas hizo que la chica volteara a ver—. Házte a un lado.
—Discúlpanos, traemos a una chica muy agotada—la rubia más baja habló en un tono mucho más gentil.
Al notar que ambas chicas traían consigo a Sasha Blouse completamente dormida, Leyna se apartó enseguida para darles paso.
—Te lo agradezco, Leyna—dijo ella, regalándole una corta sonrisa.
—Christa, apresúrate, está pesada—protestó Ymir.
Por un instante Becker quedó sin palabras, esa amable muchacha recordaba su nombre, era una pena no saber el de ella, pero eso le dio una idea, era la oportunidad ideal para hacer amigas, quería demostrarle a Marco que era capaz de hacerlo. Una vez más, Leyna se preparó mentalmente para acercarse a las chicas y entablar una conversación.
—¿Ella está bien?—preguntó casi en un murmuro.
—¿Ah? No lo sé, no me interesa, solamente sé que a partir de ahora está en deuda conmigo—dijo la morena sin darle mucha importancia al estado de Sasha.
—No te preocupes, de seguro solo está cansada, pobre de ella, dio muchas vueltas al campo, deberíamos cuidarla hasta que despierte—agregó la rubia—. Por cierto, escuché tu nombre durante la formación, mi nombre es Christa Lenz.
—Hola—al recibir un trato tan amable, la pelirroja sintió que podía desenvolverse con un poco más de confianza.
El par de chicas volteó hacia la tercera, quién, ante la dulce mirada de Christa, no encontró mejor alternativa que presentarse.
—Ymir.
El sonido de un grito ahogado hizo que las tres dieran un brinco por el susto, Sasha había despertado de golpe, como si le hubiera faltado el aire.
—¡Una Diosa...!—la castaña parecía haber despertado de un sueño, pues miró a su alrededor y estaba rodeada del grupo de chicas—. ¿Qué pasó?
—Te desmayaste en cuanto te di un poco de comida ¿Cómo te sientes?—habló Lenz.
—¿Comida? ¡Entonces no fue un sueño!—la castaña volteó a ver a la muchacha sentada junto a ella—. ¿Usted también lo vio?
—Acabo de llegar—aclaró Leyna, frunciendo levemente el ceño ante la formalidad de Sasha.
—Creo que voy a tener problemas con el instructor—dijo Sasha con total agotamiento.
—Yo también...—murmuró la pelirroja.
—Han sido muy amables conmigo, agradezco su gentileza—continuó, esta vez adoptando un tono en su voz mucho más fino, causando curiosidad en Leyna—. ¿Cuáles son sus nombres?
—Soy Christa, ella es...—antes de poder presentarla, la chica de las pecas dejó la escena sin mucho interés, inmediatamente Lenz se dispuso a seguirla, pues no le gustaban ese tipo de actitudes groseras—. ¡Ymir!
Ambas chicas se quedaron nuevamente en soledad, confundidas por la escena que acababan de presenciar.
—Ah, soy Leyna.
—Sí, la chica que el instructor apodó ¿No?—ante la pregunta de Sasha, Becker apartó la vista algo avergonzada, ahora debía acostumbrarse al nombre de "cabeza de cerillo"—. Tiene mucho coraje.
—¿Ah?
—Fue la única que le devolvió cada uno de sus gritos, yo me habría muerto del miedo—soltó la castaña, haciendo que la expresión de Leyna se calme.
—¿Eso piensas?
—¡Pues claro! Hay que tener cierta valentia para eso—animó ella.
De un momento a otro, Leyna le dio una sonrisa sincera, la idea de hacer nuevas amistades ya no sonaba tan difícil.
• ━ ▪︎ ━ •
Pasados los primero meses, Becker sentía que iba progresando a su ritmo, el equipo tridimensional era mucho más pesado de lo que parecía, jamás creyó que era posible hacer tantas flexiones, y si volvía a comer otra ración de comida como las que daban en el lugar seguro enloquecería.
Aun así, no podía negar lo mucho que disfrutaba esr tiempo de entrenamiento, poco a poco comenzaba a conocer el verdadero carácter de sus compañeros, le gustaba verlos divertirse de vez en cuando. Mikasa era increíblemente pacífica, su voz tan suave y actitud serena le daba la confianza de poder hablar, por otro lado Sasha agotaba toda su energía, la "Chica Papa" se convirtió en su compañera de travesuras, ya que, de alguna forma, siempre terminaban en la oficina de Shadis para ser regañadas (La mayoría del tiempo por las ideas de Sasha y el impulso de Leyna).
Eren Jaeger era extremadamente competitivo, especialmente si se trataba de Jean, las peleas que tenían ocasionaban que Becker perdiera los estribos, pero era divertido cuando no tenía gran importancia. Ymir y Christa eran un caso muy especial, dos chicas completamente distintas la una a la otra, Christa era un auténtico ángel, hermosa en todo aspecto, bondadosa y carismática, esa bella actitud siempre lograba que Leyna se sonroje, por otro lado, Ymir, solo estaba interesada en la charla cuándo hacia un comentario grosero o sacaba beneficio del asunto, aún así, Becker no la veía como una mala persona. Más de una vez, Leyna consideró la idea de acercarse a Annie Leonhardt, la joven rubia era intimidante en todo sentido, su mirada frívola y presencia siempre la ponían de nervios, pero algo imposible de negar, su habilidad como soldado era admirable en todo aspecto, Becker tenía la mentalidad de que una persona como Annie sobreviviría a cualquier adversidad, sin embargo, su actitud vergonzosa no le permitía decírselo, ni siquiera se atrevía a mirarla a los ojos.
Una de las muchas cenas que compartió con su tropa, la joven pelirroja se encontraba sentada junto a Armin, habían terminado un arduo entrenamiento, Becker estaba tan agotada sue cayó rendida en la mesa dónde Eren, Mikasa y Armin solían reunirse para comer, con algo de pena pensó en levantarse para buscar a Marco, pero de un momento a otro, Eren comenzó a hablar con ella.
—Quisiera tener tu resistencia, Leyna, cada vez que el instructor cortaba tu soga, estabas volviendo escalar a los diez segundos—soltó Jaeger—. Por otro lado, yo tardé demasiado en levantarme.
Leyna ladeó suavemente su cabeza recordando la práctica que tuvieron por la tarde, consistía en trepar un peñasco mientras Shadis cortaba las sogas al azar para ver quién reaccionaba con el equipo tridimensional, no era tan alto como para matar a quién cayera, pero si lo suficiente para causar golpes dolorosos, era por eso que Leyna tenía un par de moretones alrededor de su cuerpo.
—Te golpeaste la cara varias veces, es normal que tardes en reaccionar—trató de animar ella—. Y yo también me caí, muchas veces.
—Solamente fueron tres—agregó Mikasa.
—Pero si tu no caíste ni una vez—contradijo la pelirroja—. Igual que Reiner y Annie.
—Eso es por que los reflejos de Mikasa son extremadamente buenos, siempre ha sido así—dijo Armin levantando la vista de su lectura.
—¡Eso es cierto! Todavía no entiendo como lo hace—agregó Sasha, que iba pasando con su plato de comida para buscar un lugar dónde sentarse.
—¡Dinos tu secreto!—pidió Connie a la par.
—No tengo un secreto.
—¡Eso es mentira, nadie podría!
Mientras Eren, Connie y Sasha hablaban acerca de la fuerza de Mikasa y buscaban alguna explicación razonable para la misma, Leyna desvió la vista nuevamente hacia Armin. El rubio estaba muy concentrado en su lectura, por mera curiosidad, la chica comenzó a leer de igual forma, era un libro acerca del paso de la legión y su evolución con los años, habían dibujos del equipo tridimensional, varios datos al respecto, incluso le pareció leer que existió un escuadrón médico, todo aquello captó su atención.
Armin no tardó de sentir la mirada curiosa de Leyna sobre su hombro, a pesar del poco tiempo compartiendo con ella, habían aspectos en la pelirroja que no podía ignorar, uno de ellos era que Leyna era bastante penosa, siempre se reía cubriéndose el rostro completo u ocultándolo en el brazo de Marco, por lo que escucharla era complicado, jamás la había visto utilizar una prenda de mangas cortas, y jamás pedía algo, a menos que lo necesitara con urgencia.
Le resultaba curioso, a sus ojos, Leyna Becker era un absoluto misterio, como si una chica enérgica y escándalosa se escondiera tras esa penosa y algo malhumorada personalidad.
De todas formas, ya había llegado a la conclusión de que Becker no le pediría cambiar de página, así que se limitó a esperar hasta que la chica diera alguna señal, esta apareció cuando la pelirroja se acercó un poco más examinando si no había nada más escrito en la página, fue entonces que Arlert cambió, así ambos podrían continuar con la lectura.
Ninguno de los dos imaginó que ese hábito de lectura solo sería el inicio, y se mantendría por el resto de sus vidas.
• ━ ▪︎ ━ •
Año 848
La chica miró nuevamente los raspones que cubrían sus brazos, estaba segura que tenía varios iguales en las piernas, el entrenamiento cuerpo a cuerpo era más difícil de lo que creía, pero no pensaba rendirse, quería llegar a ser tan buena como Annie o Mikasa, igual de inquebrantable.
—¿Te dieron una paliza?—la voz de Ymir a sus espaldas causó que subiera su chaqueta con rapidez, ya que sus brazos llegaban a avergonzarla, con o sin heridas.
—Fue durante el entrenamiento.
—Se lo toman muy en serio, si dejaras de esforzarte tanto por una calificación que ni siquiera tendrá influencia en tu puntaje final no tendrías nada de eso.
—Da igual, después de todo...—Leyna pensó nuevamente lo que estaba a punto de decir, exponer más sobre su vida era algo de lo que quizás se arrepentiría después—. No, solamente quiero la calificación, o Shadis terminará expulsándome.
—Oye ¿Por qué haces eso?—la morena hizo un gesto de disgusto, como si fuera a criticarla.
—¿Hago qué?
—Estás a punto de decir algo y cambias el tema, o dejas de hablar—explicó.
La pelirroja apartó la mirada con algo de vergüenza, juraba que nadie lo había notado, lo último que quería era verse patética, pero dadas las circunstancias y su comportamiento su plan no estaba funcionando del todo.
—Alto déjame adivinar—comentó Ymir con algo de burla—. Buscas impresionar a alguien ¿No es así?
Aquel comentario causó que la pelirroja volteara a verla, fue suficiente detonante para Leyna.
—¿De quién se trata? Uno de tus amigos, imagino, ya que apenas intercambias palabras con alguien de la tropa que no sean ellos—pensó—. Quizás Eren... o Armin.
—¿¡De qué estás hablando!? No quiero llamar la atención de nadie—contestó con molestia.
—¿Entonces por qué te esfuerzas tanto en aparentar ser alguien completamente diferente?
—No sé de que hablas.
—Puede que tu actitud engañe a todos, pero no a mí ¿Crees como apenas hablas con el resto?De hecho, esta es la primera gran conversación que tenemos, tu temperamento es nato, pero hay algo que no cuadra, eres una niña casa ¿No? Seguro huiste de tus padres.
—Eso no es de tu...
—Estás tan avergonzada de tu auténtica personalidad, crees que fingir ser intimidante como ser una cretina como el resto es la única manera de vivir.
Leyna no encontró forma de responder, no quería envolverse en más problemas iniciando una pelea contra ella, mostrar que tan temperamental podía complicar todo, ya había pasado por eso antes, los niños del pueblo no charlaban con Becker por eso, y ya no deseaba volver a pasar ese tipo de rechazo.
Al no recibir ni una mirada por parte de la chica, Ymir suspiró cansada para luego picar el rostro de la pelirroja consiguiendo finalmente llamar su atención.
—¡Ay! ¡Que te pasa!
—Leyna—dijo la morena acercándose a su rostro con el fin de intimidarla, pero Becker no retrocedió un solo contimetro—. Eres estúpidamente terca, eso te ha traído a donde estás ahora, no me digas que te da vergüenza, será mejor que empieces a comportarte como en realidad eres ¿Oíste? No toleraré que sigas a la defensiva ¡Maldición, sé tu misma! Detesto a las personas con actitudes falsas, ese cuento niña ruda es insoportable, si quieres ser risueña, juguetona y estúpida entonces házlo, nadie va a decirte que no lo seas, si alguien lo hace entonces dale una golpiza, eres fuerte por una razón.
Ante tal comentario, Leyna sintió como sus mejillas se tornaban rojas a más no poder, la actitud de Ymir sea grotesca, pero su mensaje no era malo.
—¿Acabas de darme un consejo?—soltó finalmente.
—Tómalo como quieras, solo te advierto que no aguantaré otra de tus actitudes fingidas, me sacan de quicio—Ymir se alejó de la chica dispuesta a ponerse su chaqueta, la razón por la que regresó a las barracas.
Leyna pensó que era mejor dejarla irse, su poca habilidad social le imploraba que hiciera eso, pero algo era seguro, y era que Becker siempre preferiría tener la última palabra.
—¡Oye! ¡Ymir!—la pelirroja alcanzó a Ymir en la puerta, comenzando a caminar a su par—. ¿En serio crees qué soy fuerte?
—He visto como golpeas tu cabeza hueca contra el suelo incontables veces, y aún así continuas con el entrenamiento.
Becker pensó mejor si debía continuar preguntando, lo cierto era que ya había perdido el orgullo frente a Ymir, así que otra pregunta no haría la diferencia.
—¿Y... lo hago bien?
—¿Ah? ¿Por qué sabría eso? No me interesa, solamente me importa el desempeño Christa—contestó con simpleza—. Pero, si tuviera que elegir a los diez mejores, es probable que estés entre ellos.
—¿¡De verdad!?—soltó, mostrando su entusiasmo.
—Maldición, a esto me refiero, algo me decía que una vez que dejes de ser tan penosa hablarías hasta por los codos—soltó—. Solo busca algo que hacer, no creas que por haberte puesto en tu lugar eres mi amiga.
Leyna regresó su vista al frente, apretando sus labios con algo de picardia, estaba segura que Ymir era naturalmente insensible o grosera, pero no le importaba, ya que siempre buscaba la forma de hacer que Christa sobresalga, se preocupaba por ella.
—Ahora que lo pienso, tu también buscas impresionar alguien—comentó la pelirroja.
—¿Eso crees? No seas idiota.
—Me pregunto que diría Christa de nuestra charla.
—Probablemente dará otro de sus sermones... espera ¿Vas a decírselo?
—Estará encantada de saber que eres tan dulce y amable de aconsejarme—bromeó, la chica se adelantó con una sonrisa juguetona, ya sabía como se ponía cuando se trataba de Christa Lenz.
—¿¡Qué fue lo que dijiste, amable contigo!? ¡Becker, regresa aquí ahora mismo! Voy a darte una patada.
La pelirroja no volteó, e Ymir ni siquiera la persiguió, pues estaba segura que esa era su forma de agradecer ante su reproche.
Esa noche, durante la cena, Leyna se vio más confiada, todos en el comedor lo notaron, o al menos quienes la rodeaban, podía apreciarse en que ya no solamente hablaba con Jean y Marco, fue capaz de reir junto a Connie, Sasha, Eren, no se sentía juzgada en lo absoluto, no había razón para estar a la defensiva. Marco no comprendía por que se estaba comportando de ess forma, pero nada le daba más alegría que ver como su mejor amiga comenzaba a hacer amigos.
Nadie nunca supo de la charla entre Ymir y Leyna, pero era algo que Becker no podría olvidar nunca.
• ━ ▪︎ ━ •
Año 850
Apenas concluyó la ceremonia de graduación, los jóvenes cadetes se dirigieron al comedor principal, donde les esperaba una merecida cena.
—¡Lo lograste, jamás dudé de ti!—dijo Leyna abrazando a Marco, el muchacho de las pecas reía entre toda su felicidad.
—Muchas gracias Leyna ¡Míranos, somos soldados! ¿No crees que es momento de escribirle a tu familia para darles la noticia?
La expresión de Leyna cambió a una de desagrado en cuestión de segundos—¿Estás loco? Estoy segura que mi madre ya debe darme por muerta, prefiero que se mantenga así.
—No seas tan dura con ellos, nunca sabes cuándo serás la última v-
—Marco, querían enviarme a Stohess a trabajar como panadera con tal de impedir unirme a la legión, de no ser por que escapé contigo estaría cubierta de harina y entregando hogazas a aristócratas—dijo—. No necesito su aprobación, ni su decepción.
Bodt ladeó la cabeza mientras ambos tomaban asiento, conocía esa expresión en su mejor amiga, en realidad, Leyna temía decepcionar a sus padres con su elección, y por eso no deseaba verlos.
—Algún día volveremos a Jinae—dijo—. Y cuando lo hagamos, tú tendrás el honor de haber consagrado tu corazón para proteger a la humanidad ¿No crees que ellos saben lo qué vas a lograr?
La pelirroja lo miró de reojo, antes de suspirar y darle un suave empujón— ¿Cómo puedes ser tan positivo siempre? El día que volvamos todos en ese horrible pueblo verán que el chico pecas se convirtió en uno de los mejores policías militares.
Marco agachó la cabeza levemente sonrojado, la pelirroja rio antes de apoyar su cabeza en el hombro de Bodt, el chico dejó un corto beso en la cabeza de la chica.
—No hubiera tenido el valor de venir por mi cuenta, gracias por esto, Leyna—dijo el chico—. Llegamos lejos ¿No es así?
—Y falta mucho más.
Becker sonrió tímidamente mientras una idea se formulaba en su cabeza, quizás escribir a sus padres no sería tan mala idea.
El momento se vio interrumpido luego de que Jean pasó por el lado de ambos, lo suficientemente molesto como para ignorar su presencia, el par cruzó miradas con algo de confusión, Marco fue el primero en ponerse de pie para ver que había ocurrido, mientras que Becker rodó los ojos para luego seguirlo.
—Oye Jean ¿Todo está en orden?—Bodt palmeó el hombro del chico, pero solo obtuvo que Kirschtein se zafara.
—Sí, ya déjalo.
—¿Y aguantar tu espantosa cara el resto de la noche?—dijo Leyna, ganando que Marco la codee.
—Ese idiota de Eren, cree que con su estúpido discurso lleno de libertad podrá convencer a todos los que quieren unirse a la tropa de guarnición—soltó el castaño con molestia.
—Ni siquiera en la graduación pueden dejar de llevarse como perros y gatos, maldición Jean, solo ignóralo—dijo la pelirroja queriendo restarle importancia.
—Incluso con esa maldita idea en su cabeza llegó a obtener el quinto puesto—agregó Kirschtein.
—Pero tu obtuviste el sexto ¡Es bueno! ¡Yo estaría tan...!—Becker calló inmediatamente, pues había prometido no volver a lamentarse por no haber terminado en los diez primeros.
Marco y Jean levantaron la vista hasta su amiga, por más que ella quisiera mostrar indiferencia, era obvio que en el fondo realmente anhelaba ser parte, tener la oportunidad de mostrar su potencial bajo el titulo de una de las mejores en su clase.
El trio se sentó nuevamente sobre la mesa, en un corto silencio.
—Oigan, más vale que se mantengan juntos ahí adentro—soltó finalmente la pelirroja.
—De eso no hay duda ¿No?—el chico de las pecas miró hacia el costado, dándole una sonrisa a Jean—. Y tu vendrás a vernos seguido.
—Supongo que sí.
—Tu vida sería mucho más fácil si te unieras a la tropa de guarnición.
—En tus sueños—respondió ella con algo de burla—. Creo que debemos aceptar que este momento llegaría.
—Oye, estás actuando como idiota, no es una despedida.
—No, no lo es, me aseguraré de hacerte la vida imposible incluso si te vuelves policía militar.
—Creo que lo que más extrañaré son sus discusiones—añadió Marco en el tono amigable que tanto lo caracterizaba.
Jean y Leyna se dieron miradas de disgusto, pasarían muchos años antes de admitir que se querían.
• ━ ▪︎ ━ •
Año 853
Leyna bajó el espejo completamente horrorizada, aún no podía creer lo que había pasado, y sentía que ella era la auténtica culpable, por un lado estaba desesperada, necesitaba cortar su cabello con urgencia pues no lo toleraba largo, pero por otro ¿Quién en su sano juicio dejaría que Jean, Connie y Sasha la ayuden a cortar su cabello?
Blouse y Springer hinchaban las mejillas para evitar que las risas escaparan, mientras que Jean apretaba los labios fingiendo toda la seriedad posible.
—Digan la verdad.
—Es horrendo—dijo Kirschtein ganando que Sasha lo codee.
—Es horrendo—repitió Leyna.
—Es innovador—añadió Connie.
—No mientan.
—¡No lo hacemos!
—Me veo como una escoba—reprochó la pelirroja, aún lamentándose de lo ocurrido.
—No... no te ves como una escoba—trató de decir Jean, sin lograr continuar por la corta risa que escapó de sus labios.
—¡No te rías!
—¡Pero está bien!—Sasha tomó los hombros de su amiga tratando de animarla.
—¡No está bien! ¡Debo reunirme con el capitán Levi en un par de horas! ¡Va bajarme de rango!—exclamó Becker.
—¡No pueden bajarte de rango por tu corte de cabello!—dijo Connie, antes de acercarse a Jean para susurrar—. No pueden ¿No?
—¿¡Qué va a decir Armin!?
—Ya lo conoces, él nunca dice algo malo, mucho menos de ti.
—¿Pero las pensará?
—¡Connie ya cállate!
—Solo hay una forma de solucionar esto—Sasha tomó nuevamente las tijeras, mientras desataba su cabello castaño.
—¿¡Qué haces!?
—Es lo menos que puedo hacer por haber arruinado tu cabello—dijo Blouse, ganando una mirada de extrañeza por parte de sus amigos—. Si todos tenemos un cabello desastroso nadie notara específicamente a Leyna, Connie, sujeta a Jean.
—¿¡Enloqueciste mujer papa!? ¡Aléjate de mí!
—Coopera Jean, es por un bien mayor—dijo Connie, resignándose.
—¡Lo dices por que a ti no te cortarán nada!—exclamó Leyna sujetando fuertemente a Sasha, para evitar que cometa otra idiotez.
El caos de los cuatro amigos se vio interrumpido cuando el sonido de la puerta irrumpió, Sasha sujetó el cabello de Leyna con el fin de que no se notara el desastre, pero los mechones más cortos seguían escapando.
—Escuché gritos—la voz de Mikasa hizo que se relajaran.
—No es nada, Sasha calculó un mal corte y...
—¡Shhh!—exigió Jean, al sentir la mirada asesina de Leyna sobre ellos.
La chica Ackerman pudo notar las miradas extrañas del grupo, especialmente de su par de amigas, Sasha sonreía exageradamente, mientras que Becker pedía ayuda a gritos con esa sonrisa falsa.
—Leyna, tu cabello—Mikasa notó inmediatamente el desastre en el suelo, lleno de cabellos rojizos.
—Es... yo...—Leyna no encontró palabras para el vergonzoso momento.
Mikasa se mantuvo serena, antes de pensar en la propuesta que haría.
—Puedo cortarlo si quieres.
—¿Puedes?—dijeron Sasha y Leyna a coro.
La Ackerman tomó las tijeras en señal de que se haría cargo, al no tener mayor alternativa, Becker tomó asiento nuevamente mientras Connie, Sasha y Jean se amontonaban en una esquina de la habitación.
—Mikasa lo arreglará, los buscaré luego—dijo Leyna, al notar que su grupo de amigos no pensaba moverse—. Y alejen a Sasha de cualquier objeto con filo.
—Todavía creo que la mejor solución era cortarnos el cabello en conjunto—dijo Blouse caminando hacia la puerta de la habitación.
—Sasha, eso no tiene sentido—agregó Jean.
La voz del trio se perdió en el pasillo, haciendo que Leyna suspire agotada.
—¿Por qué les dejaste hacerlo?
—Supongo que soy impulsiva.
—Es la primera vez que te escucho admitirlo.
—Eso no me hace sentir mejor.
—Perdona—la Ackerman miró la melena pelirroja, jamás comprendió por que Leyna detestaba tanto el color de su cabello , si era tan brillante—. Todavía hay forma de igualarlo.
—¿En serio?—la chica Becker sintió alivio, mientras su amiga comenzaba a cortar en silencio—. Mikasa, ¿Tu cortaste tu cabello?
—Sí, así puedo entrenar mejor—soltó la azabache.
—Es un corte lindo—admitió Leyna, recordando que Jean mencionó cuánto le gustaba el cabello de Mikasa, inmediatamente la intriga volvió a invadir su mente—. Estará más corto ¿No es así? ¿Crees que Armin note la diferencia?
—Sí, el no deja escapar nada, mucho menos si se trata de ti—dijo la joven, haciendo que Leyna sienta algo de preocupación—. Pero seguro le gustará, y si no es así, tu no le debes nada.
—Tienes razón ¿Qué estoy diciendo?—Becker suspiró hondo—. Cuándo era niña, mi abuela me dijo que mi cabello sería mi única belleza, irónicamente siempre fue objeto de burla, así me convertí en "Cerillo".
—Tú abuela no sabía lo que decía—intervino la Ackerman.
Mikasa era de pocas palabras, la mayoría del tiempo se limitaba a escuchar a Sasha y Leyna, aún así, no permitiría que Becker se deje influenciar por palabras del pasado.
—Sí, la mayoría del tiempo no entendía lo que decía—admitió la pelirroja, haciendo que la azabache dibuje una suave sonrisa en sus labios.
Leyna miró a través del espejo a su amiga, todas las chicas de su tropa eran bonitas, Sasha tenía sus enormes ojos caoba, Historia era una auténtica representación de la belleza, pero, a los ojos de Leyna, Mikasa Ackerman parecía sacada de un libro de cuentos, desde sus ojos rasgados hasta el oscuro color de su cabello, todo en ella se le hacía bonito. Quizás pensaba así por la manera en la que Jean hablaba de ella, o tal vez se debía a la forma en la que todos la miraban, pero era inevitable pensarlo constantemente, Mikasa era hermosa, jamás tendría que preocuparse por ello.
—Ya está—habló Ackerman, despertado a Leyna de su pensamiento.
—No puede ser—soltó Becker, estupefacta—. ¡Casi no se nota!
—La teniente Giselle ayudó a Armin con su corte, si necesitas ayuda búscala, y no dejes que Sasha se te acerque con unas tijeras.
—No es necesario, creo que a partir de ahora recurriré a ti—dijo Leyna.
El par de chicas se dedicó a limpiar la habitación, al cabo de una hora, ambas caminaban por las instalaciones sin decir nada, pero Becker se veía bastante contenta, no sentía incomodidad ante el silencio de Mikasa, sabía que ella era así, y en realidad lo disfrutaba, le otorgaba paz.
—¿Qué tienes?
—Creo que nunca hemos estado a solas tú y yo, solo pensaba en eso.
—Es cierto—dijo Ackerman, pensándolo de igual forma.
—Mikasa.
—¿Sí?
—Gracias—la pelirroja miró a su amiga con una sonrisa—. Por ayudarme a pesar de lo estúpido que resultó ser al final.
La joven asiática le dio una mirada. Siempre creyó Eren y Armin serían sus únicos amigos, pero todo cambió tras conocer a la tropa, y cuándo Sasha y Leyna invadieron su paz, simplemente no pudo evitar sentir alegría, por finalmente tener a un par de amigas.
Sabía que no necesitaba muchas palabras para mantener el lazo que tenían, estaba agradecida por ello.
—De nada.
—¡Oigan!—la voz de Jean llamándolas hizo que ambas se dirigieran a ellos.
La tropa 104 se encontraba reunida a las afueras del complejo de la legión, Sasha y Connie levantaron el pulgar hacia Becker al notar que su cabello se veía bien.
—Cortaste tu cabello—comentó Armin al tener a Leyna junto a él.
—Oh, sí... recibí algo de ayuda—la pelirroja miró a un costado, donde Mikasa se encontraba hablando con Eren.
—Está algo más corto de lo normal.
—Tuve un par de complicaciones—dijo la chica algo apenada—. ¿Y te gusta?
—Mientras seas feliz, tú siempre te verás hermosa.
Las palabras de Arlert hicieron que Leyna suelte una sonrisa casi involuntaria, la joven volcó la vista hacia su grupo de amigos, otorgándole una mirada de agradecimiento a Mikasa, que fue respondida.
La tropa 104 continuó su tarde, Sasha y Connie bromeaban como de costumbre, Mikasa caminaba en silencio junto a Armin y Eren, mientras que Leyna y Jean se encontraban discutiendo por algo olvidarían en los próximos minutos, el grupo de amigos se limitó a vivir el momento, sin saber cuanto anhelarían volver a vivir ese último verano.
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puedes dejarlo ir
puedes hacer una fiesta
con todas las personas que conozcas
puedes formar una familia
que siempre te dará amor
no pidas disculpas por haberte ido
y crecer.
Matilda ; Harry Styles.
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Jiji, holi.
SISI ya sé que dije que actualizaría lunes de la anterior semana JAGDJAHA lo siento ya no puedo manejar mis tiempos por la u.
Me tomó más tiempo del que creí ya que siempre me largaba a chillar al escribir jj pero finalmente está aquí, me hace muy feliz mostrarles que a pesar de la personalidad de Leyna si fue capaz de convivir con la mayoría de sus compañeros hasta el momento que tuvo que despedirse.
Con esto termino los extras, es probable que tenga más ideas en el futuro, y tomando en cuenta que Shingeki termina el próximo año, creo que continuaré editando.
-Lala, 2022, se niega a soltar este fanfic.
Ah ya, pero aprovechando el momento quiero comentarles dos cosas:
1. El fanfic de Hange y Giselle "Lost on You" será actualizado el lunes, pero sus lecturas están bajando bastante, si hay alguien que busca un fanfic de Hange ahí ta el mío, y les comentó que también tiene un interés amoroso para Erwin, jj ojalá les guste.
2. YA SÉ QUE DIJE QUE NO PUEDO CONTROLAR MIS HORARIOS PERO EL IMPULSO DE IDIOTEZ ES MAYOR, si hay una persona interesada en un fanfic de Jujutsu Kaisen específicamente de Nanami, mantengan el ojo al charque, creo que finalmente me animaré a subirlo.
Eso sería, nos vemos luegoo. ♡
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