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xxxvii. la bala asesina


capítulo treinta y siete:
la bala asesina.


—¡Soldados protejan la nave de los enemigos, y no escatimen en municiones para retenerlos!—ordenó Jean.

—¡Líder de escuadrón, hemos revisado el perímetro entero, recogimos a todos los posibles!—dijo una de los exploradoras, Ginny.

—¡Excelente, apoyemos a Jean!—dijo Becker a sus soldados.

—Leyna, retírate del campo, yo me encargó desde aquí—dijo Kirschtein, la pelirroja solamente lo miró—. Completaste tu misión con éxito.

Al escuchar aquellas palabras, Becker sintió un verdadero alivio, sin protestar asintió.

—Él sabe que subirás primero, apresúrate.

—¡Escuchen, obedezcan a Ginny! ¡Respalden a Jean!

—¡A la orden!

Sin decir más, la pelirroja se enganchó al dirigible para subir, viendo como el resto de sus compañeros comenzaron a unirse, al estar colgada del dirigible notó como la puerta señalada se abria, inmediatamente sintió una alegría que llenó sus ojos de lágrimas.

Armin se agachó para sujetarla, Leyna se lanzó a sus brazos siendo su amado lo único que la sujetaba del vacío, con todas sus fuerzas Arlert la alzó abrazándola hasta que pisara la nave, sin dudar un segundo más tomó el rostro de la chica depositando un profundo beso. La pelirroja no se contuvo ante la emoción, sintiendo como las lágrimas rodaban por sus mejillas Leyna no soltó su agarre por los hombros del rubio.

—Lo sabía... siempre supe que volverías—Arlert se separó para mirarla a los ojos, limpiando todo rastro de lágrimas en el rostro de Becker—. Bienvenida, Leyna.

La pelirroja lo tomó del rostro, acariciándolo con suavidad, las marcas de titán aún podían apreciarse notoriamente, pero no le importaba, Leyna volvió abrazarlo con todas sus fuerzas, sintiendo que por un instante estaba a salvo.

—Esto es tan romántico, y a la vez incómodo—una tercera voz se hizo presente, se encontraba sentado en una esquina mientras su cuerpo se regeneraba, era Zeke—. Esto le rompería el corazón ¿No crees Leyna?

—Oye—una voz femenina salió de la cabina principal—. Cierra la boca mono, ella ya te aguantó por mucho tiempo, a partir de ahora te prohíbo dirigirle la palabra a mis soldados.

Giselle Ackerman, uniformada de la misma forma y con una larga trenza sujetando su melena dirigió su mirada a Becker—Hola Leyna.

—Teniente, capitán Levi—saludó la muchacha.

—Buen trabajo mocosa—soltó Levi.

El sonido de un equipo de maniobras enganchándose llamó la atención de todos, era Mikasa, quién subía a Eren, Leyna se mantuvo en silencio hasta que el chico subió por completo.

—Mikasa—Becker se aproximó a abrazarla, siendo correspondida de forma corta.

—¿Te encuentras bien?—preguntó la asiática, Leyna asintió.

—Que espantoso te ves, es como si hubieras salido del estiércol—dijo Levi mirando al muchacho—. Eren...

—Capitán...—respondió con frialdad.

Levi lo miró por un instante, antes de patearlo con tal fuerza de estrellarlo contra la pared, Mikasa reaccionó inmediatamente, pero fue detenida por Armin, mientras que Leyna se limitó a mirar al suelo sin poder hacer nada al respecto, Giselle levantó la cabeza de Eren jalandolo del cabello, mientras con otra mano apuntaba un arma para evitar que se mueva.

—Serás arrestado—informó la teniente—. Levi hablará contigo después.

—No tengo problema con ello, pero estoy seguro de que todo salió como Leyna lo describió en las cartas.

Giselle y Levi miraron el rostro de Eren, sintiendo como un viejo sentimiento salía a flote.

—Que decepción, Eren—soltó la Ackerman—. Míralo, es como ellos.

—Como la maldita escoria de la ciudad subterránea—completó Levi.

—Iré a ver al resto—murmuró Leyna a Armin una vez más antes de irse.

—Ella es agradable muchacho, un poco temperamental—dijo Zeke.

—Segunda advertencia, cara de mono—amenazó Giselle mirándolo de reojo.

Leyna se mezcló entre los soldados de la legión esperando reencontrarse con sus amigos. En cuestión de segundos, los cinco soldados exploradores rodearon a la joven.

—Líder de escuadrón, nos da mucho gusto verla nuevamente—la voz de Ginny llamó la atención.

—Mallory casi llora de la emoción al verla acoplarse a las filas—Milenka soltó bromeando, causando que la mencionada la mirara con desprecio.

—¡No es verdad!—exclamó la rubia.

—¿Están todos?

—Así es, el escuadrón explorador no tiene bajas—dijo Axel, otro integrante del escuadrón—. Nos alegra verla de nuevo.

Leyna miró a los jovenes que la rodeaban, no había forma de expresar su gratitud ante el escuadrón que tenía; Ginny Ritcher era quién estaba a cargo cuando ella no estaba, Axel Albretch siempre cuidaba la espalda de sus compañeros, Milenka representaba la inocencia que aun residía en ellos, Dominic salvaba más vidas de las que podían imaginarse gracias a su habilidad médica, mientras que Mallory Rogers, la menor del grupo, destacaba por su gran habilidad militar, lo cual la llevaría a ser una excelente soldado élite, algún día.

—Igualmente, no bajen la guardia.

Leyna sonrió antes de notar como Jean subía al dirigible, se abrió paso entre sus soldados para aproximarse a sus amigos, Connie y Sasha.

—¿Ya subieron todos?—preguntó Kirschtein.

—Esperamos a un escuadrón más—informó Connie.

—Bien—dijo Jean, antes de mirar a Leyna con una suave sonrisa para luego apretar su mejilla—. No te dije cuanto me alegra verte de nuevo, cabeza de antorcha.

—Lo mismo digo Jeanbo—dijo la pelirroja apartando su mano.

—Hasta el momento contamos seis muertos—añadió Sasha.

—¡Sin embargo no es nada comparado al daño que sufrió el enemigo, fue una gran victoria!—dijo Floch comenzando un griterío en la cabina—. ¡Esta noche celebraremos a nombre de los seis caídos!

Leyna rodó los ojos restándole importancia—La primera batalla ¿Hasta cuándo seguiremos así?

Connie volteó a verlos, antes de lanzarse hacia su grupo de amigos-Lo bueno es que seguimos con vida, y Leyna está de regreso, me siento mal por nuestros compañeros... pero ustedes son importantes para mí.

Becker sonrió mientras que Sasha palmeó su mano.

Jean se mantuvo en silencio, antes de apartarlo—Háganse a un lado idiotas, no me gusta que se me cuelguen con todo ese metal encima.

—¿Qué demonios dijiste? ¡El idiota aquí eres tú por preocuparte por ese feo intento de barba que tienes!—protestó Springer.

—¿Qué?

—Él tiene razón, además para que la quieres-Sasha lo miró divertida.

—Sí, te ves como si tuvieras entre quince a cuarenta años—bromeó Leyna.

—¿¡QUÉ!?

—Oigan ¿Cuándo comeremos?

—Hasta que lleguemos a la isla, aguántate.

—No puedo creer que nos tocara un líder tan baboso.

—Da igual, comería hasta esas asquerosas porciones más tiesas que una roca—dijo Becker poniéndose de pie, mientras se abrazaba de Connie.

—Por cierto ¿Cómo has estado comiendo? Seguro que la comida marleyana es mejor a la de la isla—preguntó Springer revolviendo el cabello de la más baja.

—¡Es verdad, Leyna tienes que contarme todo!—dijo Sasha tomándola de los hombros por detrás.

—No me lo vas a creer...—comenzó a contar la pelirroja sosteniendo la mano de su amiga—. Había mucho helado más del que comimos la primera vez, unos pedazos de masa cubiertos de salsa de tomate y queso.

—¿¡Y no me trajiste nada, dime tanto me odias!?—exclamó Blouse ofendida.

—No iba a cargar con eso tanto tiempo—dijo la pelirroja haciendo que Connie riera, Jean se paró atrás de ellos escuchándolos con una suave sonrisa.

Pronto todo el vagón se llenó de risas y charlas, pero Sasha volteó por instinto tras escuchar como algo golpeaba el dirigible, Leyna la miró.

—Oigan, creo que oí algo—dijo la cazadora.

—¡Soldados no hagan tanto ruido!—ordenó Jean.

—¡Eso es, griten más fuerte esta es nuestra primera victoria!—contradijo Floch, haciendo que Becker comenzara a molestarse.

—¡Escuadrón, a callar!—pelirroja se acercó a su equipo de exploración haciendo que se callen, pero no todos en el vagón.

Detrás de ellos, Gabi Braun terminaba de subir a la nave, su mirada se posó directamente en la primera persona que tuviera a su alcance, la niña apuntó su arma haciendo que la bala salga disparada contra el abdomen de aquella soldado.

Al escuchar tal estruendo, Leyna volteó a ver, Sasha tenía la mirada perdida mientras se tambaleaba, todo ocurrió en un segundo, Becker ni siquiera pudo moverse cuando su amiga cayó contra el suelo.

—¡Sasha!—exclamó Connie arrodillándose frente a ella.

El sonido del arma recargándose hizo que Leyna reaccionara de forma instintiva, viendo como la niña apuntaba a Jean, la joven pelirroja se puso en medio jalándolo lo suficiente como para que la bala de Gabi rozara su cuello de forma veloz, mientras que Falco protegía a Gabi del disparo de Jean.

Toda la tropa se dirigió a los niños dispuestos a masacrarlos a punta de patadas y puñetes, aprovechando el momento Leyna y Jean se aproximaron a Sasha en el suelo.

—¡Sasha, por favor resiste!—imploraba Connie tomando el rostro de su amiga.

—Ya cállense, Leyna no ha terminado de hablar...—soltó la castaña en un hilo de voz—. Oigan ¿Aún falta para comer?

—¡UNAS VENDAS, RÁPIDO!—ordenó Leyna antes de devolver la vista a su amiga—. ¡Sasha, escúchame, resiste hasta la isla!

—Car... ne—soltó la castaña.

Apenas llegaron las vendas, Becker se encargó de enrollar el abdomen de su amiga mientras las lágrimas se deslizaban sin control por su rostro.

—Este par subió hasta aquí con el equipo de Lovob—informó Floch sosteniendo la cabeza de ambos—. Los arrojaremos por la borda.

Leyna levantó la vista, encontrándose con los ojos de Gabi y Falco, por un instante sintió como todo iba en cámara lenta, y el nudo en la garganta se hacía presente.

—Ámbar...

—¡Inmunda traidora, debiste ser la primera en morir!—exclamó Gabi haciendo que Forster la jalara aún más.

—Ámbar ¿Cómo, por qué lo hiciste?—soltó Falco con lágrimas en los ojos—. Colt... él te quería ¡Él confió en ti! ¡Yo confié en ti!

—¡Ya cierren la boca!—gritó Jean apuntándoles con su arma—. Maldición ¿Qué se supone que haremos con ellos?

Leyna agachó la vista mientras apretaba las vendas con mayor fuerza, lo siguiente que hizo fue acercarse al oído de Blouse—Te lo imploro, no te vayas...

Dentro de la cabina principal, los superiores se encontraban hablando de lo ocurrido en la misión, ignorando el escándalo de afuera.

—Oye ¿Hasta cuándo seguirás usando esa cosa?—preguntó Levi mirando a Yelena.

—¿Qué? Creí que les gustaba como me veía—dijo la mujer quitándose la barba falsa.

—Eres atractiva con o sin ella, Yelena—dijo Giselle haciendo que Levi la mire—. ¿Qué? Tiene bonito rostro.

—Esos solados continúan con su alboroto—dijo el Capitán al escuchar el otro vagón.

Poco después Jean entró con Gabi y Falco amarrados, todos voltearon a ver estupefactos.

—¿Gabi, falco, por qué están aquí?—preguntó Zeke.

—¡Sigue con vida! ¿¡Por qué permitió que lo capturaran!?—exclamó Gabi.

Giselle se aceró hasta ellos—¿Quiénes son estos niños?

—Mataron a Lovob, usaron su equipo para subir—informó Jean—. Y esta niña le disparo a Sasha... no creo que ella logre sobrevivir.

Dicho esto, Mikasa y Armin salieron disparados del lugar a ver a su amiga.

La teniente se agachó hasta la altura de los dos, mirándolos fijamente—Mira nada más, no deben tener ni quince años y sus manos desbordan sangre, lo justo sería cobrar una vida con otra ¿No lo creen?

Falco tembló al escucharla hablar, mientras que Gabi la miraba con ira.

—Ustedes dos, son los inhumanos de Paradis—dijo Braun recordando la historia que Reiner contó acerca de los Ackerman—. Sé creen muy fuertes, pero al final son igual al resto de los demonios, y los mataré de igual forma.

Giselle mantuvo serenidad dirigiendo su vista a la niña, antes de soltar una risa sarcástica.

—Los inhumanos de Paradis-dijo la teniente—. ¿Oíste eso Levi? Ese apodo me gusta.

La mirada fría de Levi se acompañó de un simple "hm" dirigido a su prima.

De la primera cabina salió Hange, haciendo que Giselle voltee a verla—¿Y bien todo salió conforme a tu plan, Zeke Jaeger?

—A grandes rasgos supongo que sí, pero tuvimos imprevistos...

—¿Quiénes son esos niños?

—Un imprevisto.

—¡Yelena dijiste que neutralizaste al mandíbula y carguero, mis compañeros murieron innecesariamente!—gritó Jean.

—Fue mi culpa, señor.

—Entonces fue por eso que el titán bestia lanzó más piedras de lo acordado-dijo Levi—. Y tampoco te contuviste al atacar a mi hermana, ¿No, maldito simio?

—Oye no me guardes rencor Levi—dijo Zeke, cruzando una mirada con Giselle, analizándola de pies a cabeza—. Por otro lado, fue un placer finalmente haberme enfrentado a Giselle, cumpliste todas mis expectativas, pero creo que te contuviste ya que sé que anhelan matarme.

—Es porque soy el tipo de persona que le encanta dejar lo mejor al final, la venganza se sirve mejor fría—dijo Levi.

Giselle se acercó al rubio, mirándolo sin expresión en su rostro.

—Créeme, solo sigues con vida por que así me lo ordenaron—dijo la teniente—. De ser decisión mía, tu cabeza sería el trofeo de la legión de exploración.

—Que directa—respondió Jaeger—. Tu hermano ya lo dijo, la venganza se sirve mejor fría.

—Escucha Eren—comenzó a decir Hange—. Cada vez que te capturan todos nos arriesgamos para salvarte, sin importar cuantos mueran, y a pesar de ser consciente de ello mantuviste tu posición, tuvimos que poner la vida de Leyna en riesgo solo para asegurarnos que no te mataran.

—Sabemos que confías en nosotros—Giselle lo miró—. Pero nosotros ya no en ti.

Abriendo la puerta en silencio, Connie se hizo presente, mientras una lágrima rodaba por su mejilla.

—Sasha... está muerta.
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