Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

xxxi. parte de vivir


capítulo treinta y uno:
parte de vivir.





Año 854, muro María,
bosque de árboles gigantes.

UN GRUPO DE SOLDADOS cruzó el bosque gran velocidad utilizando el equipo de maniobras, la muchacha fijó sus ojos sobre el objetivo pintado en el árbol a algunos metros de ella, su cabellera naranja flameante se levantaba por el viento, y con la concentración adecuada, apretó el gatillo, haciendo que la bala saliera contra el tronco marcado.

Leyna Becker, de 19 años, disparó su arma dándole al punto exacto. Poco después, el escuadrón que la seguía comenzó a imitar a su líder. Las balas no pararon de sonar hasta que todos y cada uno de los puntos marcados tuvieran una bala.

El escuadrón de exploración tocó el suelo completamente agotados, pero mantuvieron la disciplina en todo momento.

Becker aterrizó frente a ellos minutos después, al ser líder de un escuadrón, debía mostrar seriedad absoluta, lo cual se le dificultó bastante en un inicio, nada que un poco de entrenamiento por Levi Ackerman no solucionara.

—Todas los blancos tienen una bala—dijo Leyna causando miradas de euforia en los presentes—. Han mejorado su puntería, buen trabajo, sin embargo...

La pelirroja comenzó a caminar frente a cada uno de los cinco integrantes.

—Ginny, eres mi mano derecha en el escuadrón, necesito que te concentres en notar los detalles que yo paso desapercibidos, todos los blancos a los que disparaste eran altos, permanece atenta al suelo, cuando utilices el equipo de maniobras no sabes de dónde llegará la siguiente bala.

—Sí, líder de escuadrón—respondió Ginny Ritcher, la mayor del grupo, joven transferida de la policía militar y segunda al mando.

—Axel, más velocidad, que te formes al final no quiere decir que debas mantenerte lejos de nosotros.

Axel Albretch asintió luego de pronunciar un "Sí", el chico era bastante serio, un soldado de pocas palabras, sin embargo, tenía gran habilidad para cuidar a su escuadrón.

—Dominic, creí haberte dicho que mantengas la vista en el frente, mira nada más el raspón que te hiciste con el árbol—regañó Becker al notar que el chico tenía la cara raspada nuevamente—. Todos estamos cuidándonos mutuamente, si alguien requiere tu ayuda, lo sabrás.

—Comprendo, líder—soltó el castaño, un joven de dulce sonrisa y mirada tierna.

Dominic Koch era uno de los pocos soldados del ala médica, gracias a la iniciativa de Hange, el escuadrón de doctores resurgió tras años de mantenerse inactivo, Dominic era un salvavidas nato, pero eso causaba que se preparara demasiado en el resto.

—Milenka, si vuelves a presentarte en el frente sin haber recargado tu arma, nadie te cederá su tiempo para verte recargar las balas.

—¡Sí, lo siento mucho líder de escuadrón!—se disculpó la azabache, Milenka Hoffman, una muchacha recién graduada de la tropa 105.

Leyna posó su vista en la última soldado posada en la fila, la más joven del grupo, la primera de su clase en la tropa 105, Mallory Lange.

Una rubia con tanta energía como un rayo, cosa que causaba muchos dolores de cabeza a Becker.

—Mallory, volviste a romper la formación—dijo la pelirroja—. Al igual que tus compañeros, eres indispensable en el escuadrón, pero no la única, no importa cuantos enemigos derribes ni cuantos blancos atravieses si no cuidas de los tuyos ¿Me entiendes?

—¡Sí!—exclamó Lange, avergonzada una vez más por haberse dejado llevar por su entusiasmo.

—Trabajen en sus observaciones—dijo Leyna al grupo entero—. Si queremos sobrevivir fuera de la isla, comprenderán que no basta con matar titanes ¿Quedó claro?

—¡Sí, líder de escuadrón!

El sonido de unos caballos aproximándose causó que Becker desviara su atención, una pequeña sonrisa de alegría se reflejó en su mirada apenas reconoció a Sasha Blouse, acompañada del capitán Levi.

—Eso es todo por hoy—soltó la pelirroja—. Vayan a casa.

El grupo de soldados hizo la despedida militar posando sus puños en el pecho, hecho esto, se dirigieron a sus caballos entre charlas y risas.

—Líder...—dijo Mallory, despertando la curiosidad de Leyna—. Prometo mejorar mi disciplina, lamento haberme dejado llevar hoy, otra vez.

—Mallory, esa disculpa se la debes a tus compañeros, no a mí—aclaró Leyna—. Y no te tortures con eso, todos hemos tenido faltas de disciplina.

—¿Incluso usted?

—¿¡Bromeas!? ¡Leyna se la vivía en la oficina del instructor! Shadis nos odiaba a muerte ¿Recuerdas Ley...?—exclamó Sasha metiéndose a la charla, pero calló de inmediato al notar la mirada asesina en su amiga—. Pero yo era peor, claro está.

—Hablaremos luego, por favor ve a descansar—dijo Becker a la soldado menor—. Y me refiero a descansar adecuadamente, Lange, nada de entrenamiento solitario.

—Sí, líder—soltó la rubia con una corta risa, antes de correr hacia su grupo nuevamente.

—Leyna, necesito el informe de tu escuadrón—dijo Levi.

—Claro, lo traigo aquí—dijo la pelirroja, entregándole el pergamino que preparó una noche antes.

—¿Cómo estuvo el entrenamiento?

—Hemos tenido mejores, pero mantienen el ritmo—admitió ella—. Si me permite decirlo, considero a mi escuadrón apto para misiones externas, capitán.

—Espero que así sea—contestó el hombre, con la frialdad característica de su tono—. La comandante quiere verte mañana por la tarde, se te asignará tu puesto en la misión.

—Sí señor.

—Largo de aquí, ambas, pueden disponer el resto de su tarde—dicho esto el capitán tomó las riendas de su caballo para dirigirse al palacio, donde se encontraría con su hermana.

Leyna vio al capitán Levi alejarse, una parte de ella agradecía que él fuera quien le enseñara todo sobre dirigir un escuadrón, el soldado Ackerman era duro con sus palabras, casi nunca aceptaba faltas en sus filas, pero eso ayudó bastante a Becker, ya que la actitud fría de Levi era la más adecuada para lidiar con alguien como Leyna.

A sus ojos, era un mentor increíble, pero jamás podría decírselo, el simple hecho de mirarlo a los ojos le daba miedo. La pelirroja regresó su vista a Sasha Blouse, sin comprender la razón de su presencia.

—No importa cuanto pase con ese hombre, siempre me pone los nervios de punta—Sasha se mantuvo en su caballo—. Oye Leyna, ¿Quieres acompañarme al distrito? Niccolo comprará cosas para la comida que llevaremos a tu casa.

—Me encantaría, pero...

—Ni lo menciones, verás a Armin ¿No es así?—Leyna encogió los hombros con una risa, para luego subir a su caballo—. Ay, chiquilla enamorada, hiciste que viniera hasta aquí en vano ¡Siempre me haces lo mismo!

—Lo dice la que vive babeando por el cocinero—la pelirroja comenzó a imitar la voz de su amiga—. ¡Ohh Niccolo, eres un genio! ¡Niccolo esto, Niccolo aquello!

—¡Yo no sueno así! —Sasha mostró incomodidad en el rostro acompañada de un pequeño rubor, haciendo que Becker riera.

—No olvides invitarlo hoy.

—Lo hice, pero es más terco que asno—suspiró Sasha frustrada—. Insiste en que "su comida hará mejor presencia que él".

—Tu novio es extraño.

—¡No es mi novio!

—¡Te veo al rato, chiquilla enamorada!—dicho esto Leyna comenzó a cabalgar en dirección contraria.

• •

El muchacho de cabellos rubios caminaba por la base de la legión de reconocimiento junto a Mikasa Ackerman, ambos con preocupación en el rostro.

—Entonces, tenemos entendido que Eren está en Marley ¿Pero por qué?—Armin levantó su vista hacia su amiga.

—No lo sé—la chica Ackerman murmuró—. De todas formas, la comandante ideará algo para comenzar su rescate...

—Tienes razón—respondió Arlert—. Me tengo que ir, quizás pueda recoger a Leyna de su práctica.

Mikasa lo miró de reojo, habían pasado cuatro años desde qué él y Leyna comenzaron una relación formal, y lo veía tan enamorado como cuando la conoció en el día de reclutamiento.

—¿Cuándo le pedirás matrimonio?

—¿¡Qué!? ¡M-mikasa!—Armin sintió sus mejillas arder–. Creo que te estás apresurando, todavía somos muy jóvenes, además ¿Qué pensarán los superiores?

—Hange y Giselle son pareja.

—No es igual, ellas llevan muchos años juntas, son adultas ¿¡Y el capitán Levi!? Está muy al pendiente de Leyna ¿Y si cree que la perjudico? ¿¡Qué pensarían sus padres!? Ni siquiera sé si les agradé-

—Armin, era una broma—Mikasa tomó su hombro causando que Armin se calmara un poco—. Yo también me voy.

—¿No vendrás? Ella quería que estuvieras ahí.

—Por ahora no me siento cómoda entre tanta gente—murmuró la muchacha—. Es mejor así.

—Está bien, te veré luego.

Poco después de que su amiga se fuera, Armin continuó caminando hasta las afueras de la base, donde fue tomado por sorpresa tras recibir un fuerte abrazo por la espalda.

—¡Leyna!

—Logré librarme de Levi más temprano—la pelirroja asomó su rostro por el hombro de su amado—. ¿Te interrumpo?

—Para nada, justo iba a verte—el rubio se volteó para abrazarla de frente dejando un corto beso en su frente.

—¡Consigan un cuarto!—la voz de Jean Kirschtein los sacó del momento juto a Connie.

—Y tú consíguete una vida.

—Piérdete Becker—Leyna le dio una sonrisa.

—Te veremos por la noche ¿Puedo llevar bebida?

—Hazlo con orgullo, Connie.

—Excelente ¡Vivan los novios!—Springer levantó los brazos eufórico antes de salir de la escena, Armin soltó una risa nerviosa.

Leyna se separó para tomar su mano—Bien, vámonos de aquí antes que Hange vuelva a encerrarte en esa estúpida oficina.

Armin la miró totalmente enamorado, parecía haber pasado una vida junto a su Leyna, ahora no se imagina algo sin ella, por lo tanto quizás debía considerar la idea de en algunos años casarse, después de todo no viviría mucho más, hasta entonces debía tomar la relación con madurez, por lo menos dar el primer paso.

—Leyna—la pelirroja volteó a verlo—. ¿Y si vamos a Jinae ahora?

Becker levantó la ceja confundida—¿Eso por qué?

—Quizás necesiten ayuda con algo, no quiero que tu padre vaya a lastimarse—Armin se mantuvo en en silencio—. ¿Te parece si vamos antes?

Leyna aún estaba bastante desconcertada, pero nada la hubiera hecho más feliz que esa propuesta.

• •

—¡Mi pequeña cabecita de baya, regresaste antes!—Erika Becker abrazaba fuertemente a su hija, prácticamente aplastándola por completo.

—Mamá... aire.

—Erika, dale espacio a nuestra hija—Anton habló apoyado en su bastón.

—¿Has crecido o son las botas? ¿Dónde fueron tus mejillas? Niña ¿Has estado comiendo?—la mujer examinó de pies a cabeza a su hija, a quién no veía en casi un año—. ¡Además estás erguida! Ya puedo notar que tienes pech-

—¡A mi también me da gusto verte!—cortó inmediatamente—. Lamento la sorpresa, Armin sugirió venir antes.

—¡Armin, que milagro!—Erika se aproximó eufórica hacia su nuero, examinándolo de igual forma—. Eres todo un hombre, bueno, siempre lo fuiste, ¡Te cortaste el cabello, y mira esos hombros! Mi hija agarró un gran soldado.

Leyna palmeó su frente avergonzada, el rubio sólo rió ante la ternura.

—Me da gusto verla señora Becker.

—Bienvenido hijo—Anton se acercó abrazando fuertemente al rubio, quien aguantó emitir un sonido ante la fuerza del hombre mayor.

—Gracias señor, espero no les moleste mi presencia— habló con el poco aire que tenía, antes de ser soltado.

—Su llegada es una bendición ¿Y tus amigos?

—Nos alcanzarán luego—dijo Leyna.

—Toda la familia ansía verte—Anton se sujetó del brazo de su hija para ir adentro.

—¡Ohh estarán tan felices de conocerte!—Erika tomó la mano de Armin para guiarlo de igual forma.

Leyna miró a Armin con algo de incomodidad, el rubio solamente le sonrió, no había sentido calor de hogar en muchísimos años.

La casa de los Becker estaba repleta de gente, niños que corrían de un extremo a otro, tíos, sobrinos de todas las edades.

Pronto Leyna y Armin se vieron rodeados, el rubio sintió demasiados nervios recorriendo su cuerpo por lo tanto su único gesto fue tomar fuertemente la mano de su novia, al notarlo Becker sonrió con ternura, no había cambiado.

El resto del atardecer fue igual, la familia Blouse no tardó en aparecer, al igual que Jean y Connie, habían postres de todo tipo, de una familia de panaderos ¿Qué se podía esperar? No podían faltar las bebidas alcohólicas, por otro lado Armin logró acercarse bastante a los tíos de Leyna, aquellos con los que viviría si se iba a Stohess.

Leyna miraba desde otra mesa aún enternecida.

—Se ve como un buen chico—la señora Bodt habló, Leyna y ella se encontraban en la misma mesa.

—Sí, lo es—la pelirroja sonrió regresando la vista a la madre de su amigo.

—Es el portador del titán colosal, ¿No es así?—preguntó la mujer, Leyna asintió algo decaída.

Odiaba tener que recordar eso, tan solo le quedaban ocho años juntos, aún así se prometió disfrutarlos completamente, pues quería darle a Armin una vida que vaya más allá que ser un recipiente.

—Estoy segura que has sido de gran apoyo para él.

—Al contrario, de no ser por él, yo habría muerto en vida hace mucho tiempo—Leyna sonrió con tristeza.

—Por eso siempre será bienvenido, con tu familia y conmigo.

—Sonó idéntica a Marco.

—Y sabes que él querría verte tan feliz como yo lo quiero—la señora Bodt apretó su mano—. Querida Leyna, la vida es muy corta para vivirla con la pena del futuro, disfruta lo que tienes ahora.

Leyna la miró en silencio, siendo interrumpida por un montón de gritos.

—¡Esto no ha terminado, los quiero en el centro es hora de bailar!

—Oh no—dijo Leyna con pena.

—Claro que sí—Sasha, quien se encontraba con Kaya, tomó del brazo a la joven pelirroja para llevarla hasta el centro.

De igual forma Armin fue jalado por la tía de Leyna siendo obligado a bailar con ella, mientras su novia danzaba con su amiga.

Pronto el ambiente se llenó del sonido de los instrumentos y los aplausos de la familia, los pequeños formaban rondas, el padre de Leyna aplaudía desde un asiento junto a la señora Bodt.

Leyna fue jalada por Jean para bailar, ambos rieron siguiendo la melodía mientras Connie y Sasha los imitaban torpemente.

De un momento a otro Leyna terminó en los brazos de Armin.

—Tu tía baila excelente—dijo el rubio—. Pero creo que la decepcioné, jamás he oído esta canción.

—¿Has bailado antes?—preguntó Leyna, él solo negó—. Muy bien, dame tu mano.

El chico Arlert obedeció, Leyna hizo que la posara en su cintura apegándolo a él, mientras sostenía fuertemente su otra mano, al tenerla en esa cercanía, Armin sonrió completamente enamorado, jamás se cansaría de verla de esa forma.

—¡Bien, no te sueltes y sígueme!—pronto, la pareja se envolvió entre la multitud bailando.

—¿Lo hago bien, no te estoy lastimando? Quizás me pongo algo torpe, discúlpame—Armin miró a su novia, quién solo rio enternecida.

Pronto el ritmo de la música fue más rápido aumentando la intensidad del ambiente, la gente bailaba con mayor velocidad por lo que Armin pudo agarrar mayor confianza, sin separarse de Leyna dieron una vuelta por toda la sala envueltos en aquella melodía tan enérgica.

—¿¡Armin qué haces!?

—¡Confía en mí!—el rubio sujetó a Becker con todas sus fuerzas alzándola en medio del baile, sus familiares miraron con
ternura en medio de la ronda.

—¡No hagas eso sin avisar!

—¡Descuida, jamás te dejaré caer!—continuaron su animado baile entre risas y aplausos de todos.

—Ellos van a casarse ¿Verdad?—preguntó Kaya a Sasha.

Mija, no pregunte lo que es obvio.

—Si no se casan hasta finales de este año volveré a raparme—dijo Connie.

—Hecho—respondió Jean.

Por primera vez en casi nueve años, Armin sintió que tenía un hogar, y sin importar donde fuera, solo podría sentirse así si Leyna estaba con él.

• •

La noche llegó antes de que pudieran notarlo, lo que para la familia Becker significaba la hora alegre (mucho alcohol, ningún niño). Armin y Leyna no tuvieron más opción que acoplarse, Arlert se sorprendió ante la gran resistencia de alcohol por parte de su novia, imaginaba que era algo de familia.

—Quisiera que Mikasa esté aquí, quizás se hubiera distraído un poco—soltó Leyna.

—Ella te aprecia mucho, pero todavía no quiere estar alrededor de muchos...

—Lo entiendo—la expresión de Leyna se iluminó al recordar la velada—. No puedo creer que hayas bailado con mi tía, esa mujer tiene las manos más fuertes de la familia.

La chica caminaba por la pradera cerca a su hogar de la mano de su novio, aún podía escucharse el escándalo en la casa de los Becker.

—Ella es muy amable, tiene historias interesantes, y unas manos muy fuertes—contestó el rubio con una risa—. ¿No te sientes mareada? Puedo llevarte si quieres.

—Estoy bien—respondió, mientras tomaba el rostro de su amado—. Tus mejillas están ardiendo ¿Ya se te subió el alcohol?

—Un poco—el chico la atrajo abrazándola por la cintura—. Toda tu familia es maravillosa Leyna, te agradezco que me hayan recibido.

—¿De qué hablas? Ellos siempre te recibirán.

—¿Incluso... sabiendo lo que soy?—respondió, nuevamente esos horribles pensamientos inundaban su mente.

Leyna desvió su mirada llena de decepción, desde la batalla de Shiganshina, Armin había recibido incontables opiniones innecesarias de la gente, algunos lo comparaban con Erwin Smith, otros lo odiaban sin fundamento alguno, mientras que muchos le temían por ser el portador del titán colosal.

—Armin.

—Yo no quiero decepcionar a tu familia, mucho menos a ti—el rubio alzó la vista—. Sé que nadie en Paradis espera grandes cosas de mí, y no me quedan ni diez años de vida, aún así, lo único que quiero es darte lo mejor que pueda hasta-

Armin fue interrumpido por la mano de Leyna sobre sus labios, mientras ella tenía una mirada severa.

—Ya para—Leyna quitó la mano de la boca de su novio—. Lo que piense la gente de Paradis, la legión, incluso mi propia familia ¡No importa, pueden irse al diablo! Quiero pasar estos ocho años contigo, sin importar qué, incluso si dejaras de amarme yo solo-

Las palabras de Leyna se vieron cortadas por los labios de Arlert, quien pasó una de sus manos por el rostro de su amada mientras con la otra la atraía por la cintura.

Al separarse, Leyna soltó un suspiro entrecortado, olvidando por completo todo lo que iba a decir.

—Yo jamás dejaría de amarte—Armin la miró directamente a los ojos—. Puede que no te de una vida juntos, puede que mañana tú o yo aparezcamos muertos, incluso si un día decides irte de mi lado yo lo entenderé, pero jamás podría dejar de amarte, lo supe desde que tengo quince años, y así será hasta el final de mis días.

Becker lo miró sin poder articular una sola palabra, el rubio suspiró ocultando su rostro en el cuello de su novia.

—Lo lamento, no quería incomodarte.

—¿Estás ebrio?

—Un poco ¿Hablé de más?

—No, solo apestas—la pelirroja soltó una risa separándose de él—. Anda, vámonos antes de que Sasha vuelva a llevarte adentro.

—Tal vez un poco más...

—No más alcohol para ti.













Un capítulo feliz, pidan un deseo.

Holaa ¿Les está gustando? Este último arco será probablemente el más importante de todo el fanfic, acuérdense que siempre estoy leyendo los comentarios y me hace muy feliz que estén pendientes. ♡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro