capítulo treinta:
el mundo exterior.

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Año 851, muralla Sina
distrito Stohess.

—Saldremos hoy, esperamos encontrar alguna pista de tu gente, quizás de Reiner o el titán bestia—Leyna hablaba en aquella habitación, sin esperar una respuesta—. He venido aquí por un tiempo, al principio fue por Hitch—la pelirroja agachó la vista algo penosa—. Bueno, en realidad no lo sé... cuándo éramos cadetes me parecías alguien muy fuerte, creo que por eso estabas en la vista de muchos, me incluyo.

Leyna levantó la vista algo sonrojada por la vergüenza, encontrándose con el cristal que rodeaba a Annie, jamás creyó decirle que en el pasado llegó a admirarla, pero después de un año de visitas finalmente se decidió por hacerlo, corriendo el riesgo de que ella no la estuviera escuchando.

Todo empezó como visitas casuales a Hitch, poco a poco se sintió en la necesidad de hablar con el cristal de Annie, sin pensar en si ella la escuchaba o no, después de todo imaginaba lo sola que se sentía, uno de sus compañeros fue devorado, y el otro la había abandonado.

—Cómo sea—Leyna cambió de tema rápidamente—. Solamente espero que estés escuchando, a partir de ahora la misión de descubrir el mundo exterior será una realidad, es mejor que lo sepas.

Sin más, Becker dejó la habitación, encontrándose con Hitch de brazos esperando afuera.

—Eso no es justo ¿Ahora tú y Annie son amigas que se cuentan secretos?—dijo la policía militar—. ¿Qué es tan confidencial para no dejarme escuchar?

—No fastidies—Leyna le dio una mirada burlona—. Quería hablarle acerca de la misión, es todo.

—Ya veo.

—Sé que es el enemigo, pero vivir congelada en el tiempo es algo que asustaría a cualquiera, y si ella nos escucha...

—Entonces hemos hecho un excelente trabajo dándole algo en que pensar—Hitch apoyó su brazo en el hombro de la pelirroja—. Será mejor que corras antes que descubran que estás aquí.

—Y partiremos en poco tiempo—Becker palmeó el hombro de Dreyse—. Cuídate Hitch.

—Más vale que me traigas algo del mar, cabeza de zanahoria.

El sonido del mecanismo aplasta titanes dejó de oírse en el invierno, cuando la nieve empezó a derretirse la legión anunció la seguridad de María, las personas regresaron a Shiganshina ya había pasado un año después de la batalla.

Y así, seis años después del primer ataque del titán colosal la legión de exploración inició la primera expedición fuera de las murallas, se dirigirían a ver que tan lejos podían llegar.

Habían ocurrido tantas cosas en un año, Leyna fue evaluada por Levi, y de esta forma fue la primera cadete de la tropa 104 en subir de rango a líder de la brigada exploradora.

Su nueva misión consistía en tantear campo antes que la legión llevara a cabo cierta expedición, junto a Jean Kirschtein, de la misma forma ambos se mantendrían en el escuadrón de Levi.

Por otro lado, Armin se preparó para ser una de las mejores herramientas de Hange, quién junto a Giselle se encargarían de planear y vigilar desde primera línea las expediciones.

A pesar de tener cargos completamente distintos, Leyna se aseguró de siempre mantener a Armin junto a ella, de esta forma lo mantendría a salvo en las expediciones, por otro lado su pequeño romance adolescente (como Levi solía decirle) surgió en total normalidad, pasaban noches enteras juntos, días en los que escapaban de vez en cuando, todo parecía estar bien.

Leyna fue bien recibida por Eren y Mikasa, Jaeger sabía que Leyna era pura en sus sentimientos hacia Armin jamás podría traicionarlo o lastimarlo, por otro lado Mikasa comenzó a verla como una hermana, pues ella, Sasha y Becker formaron una amistad que Ackerman atesoraría el resto de su vida.

Leyna miraba el cielo, jamás esperó que ese momento llegaría con tanta simpleza, tanta belleza, todo lo que el mundo exterior le prometía ya estaba al alcance de su mano.

Y por encima de todo, tenía con quién compartirlo.

La legión de exploración continuó cabalgando por bastante tiempo, habían desiertos, y un gran muro de concreto.

Eren pudo reconocer el muro de sus memorias, pero el resto de la tropa se limitaba a observar con asombro.

Los soldados se acercaron hasta el barranco con Hange y Giselle dirigiéndolos, fue cuestión de tiempo para que justo frente a ellos, se encontrara la gran maravilla del mar.

Levi, Giselle y Hange miraban al frente, con llenos de asombro. Tras ellos Leyna y Armin miraban con brillo en sus ojos.

Becker pudo reconocer ese sentimiento, aquel que tuvo cuándo era una niña atrapada en sus sueños, la sensación de la brisa rozando su rostro, y ese maravilloso sonido de las enormes olas chocando unas con otras.

Todo era real, el paraíso fuera de las murallas que alguna vez soñó existía.

Por otro lado, la teniente Ackerman fue la primera en cabalgar cuesta abajo.

—¡Giselle!

Al estar frente a aquél manto azul, un sentimiento de emoción nunca antes experimentado recorrió el cuerpo de la mujer, con una gran sonrisa tan auténtica como su euforia Giselle volteó a Hange, quién no tardó en percibir ese sentimiento.

Poco después Hange, Levi, Eren, Leyna, Armin, Mikasa, Sasha, Connie y Jean bajaron hasta donde se encontraba la teniente.

—Esto... de verdad no tiene fin—Giselle murmuró ganando una mirada de curiosidad por parte de Levi.

—Y pensar que pudimos quedar bajo tierra—las palabras del capitán causaron que su prima le regalara una sonrisa.

Todos bajaron de sus caballos dispuestos a ver más de cerca.

Hange fue la primera en acercarse, quitándose las botas tocó el agua del mar, soltando una gran risa.

Armin fue el siguiente en entrar, sus ojos brillaban ante un sentimiento indescriptible, pronto su mirada se dirigió a Leyna, la pelirroja lo miraba aún asombrada por el paisaje, Arlert extendió su mano en señal de que se acerque, Becker la tomó sin dudar, en cuanto aquella agua clara tocó su piel no pudo evitar soltar un pequeño grito ahogado.

Inmediatamente levantó su vista hasta Armin, quien sonrió abiertamente, Leyna soltó una pequeña risa nerviosa antes de cubrirse la boca.

Poco después el resto de la tropa se unió, en cuestión de minutos todos disfrutaban del mar como niños entusiasmados.

—¡Ay, mis ojos!—gritó Sasha en cuánto Connie salpicó agua, el chico Springer rio.

—¡Ahg, sabe horrible, está salada!—dijo Jean después de tomar un sorbo—. ¡Oye Leyna, prueba un poco!

En un afán de molestarla, Jean pateó a su mejor amiga haciendo que Leyna caiga al agua, el chico Kirschtein soltó una risa, pero está desapareció cuando Leyna jaló su pierna haciendo que caiga junto a ella.

—Eres una infantil—se quejó el chico, antes de recibir un chapoteo de agua por parte de la pelirroja.

Connie y Sasha se unieron, los cuatro cadetes jugaban entre risas y chapoteos quedando completamente empapados, se sentían como niños otra vez.

—Gisy, no tengas miedo, es solo agua.

Hange llamaba a la teniente, quien a pesar de encontrarse en la orilla, retrocedía cada vez que las olas se acercaban.

—No tengo miedo ¿Pero y si hay algo vivo?—cuestionó la azabache, odiaría tener qué toparse con algun bicho desconocido—. ¿Existen los insectos de mar?

—Tch, llorona—de una suave patada, Levi la empujó hasta que finalmente Giselle se encontraba dentro del agua, su primer instinto fue correr hasta Hange, tomándola del brazo, la castaña rio.

—Tranquila, solo es agua salada, no dejaré que nada se te acerque... uy, hay algo aquí—Zöe soltó a su amada para acercarse a aquella criatura en el mar.

—¿¡Qué es, se mueve!?

—Oye Hange, no lo vayas a tocar puede ser venenoso—advirtió Levi—. Es más, quizás presenciarás por primera vez a Giselle llorando.

—¡Se está moviendo!—exclamó la azabache, en su afán de huir  tropezó dentro del agua, cayendo de espaldas.

Al momento de levantarse, Giselle se encontraba completamente empapada, haciendo que su cabello cayera por su rostro, cubriéndole los ojos.

Hange soltó una carcajada al verla, por otro lado Levi rio sarcásticamente por la nariz, la azabache se quitó el cabello del rostro para mirarlos mal.

—Pobre Gisy—la comandante Zöe se aproximó hasta Giselle para ayudarla a ponerse de pie, quien inmediatamente le dio la espalda cruzando los brazos—. ¡Giselle, otro va hacia ti!

—¿¡Dónde!?—Ackerman se puso de pie para abrazarse de Hange quedando prácticamente colgada de ella, ante esto Zöe volvió a reír.

Levi las miró por un instante más, a pesar de no querer entrar al agua realmente disfrutaba ver a Giselle gozar junto a Hange, después de todo sabía que la Comandante era su felicidad entera.

Leyna salió del agua una vez más luego de haber sido hundida por Jean, la pelirroja se movió la melena buscando a Armin con la mirada, se encontraba mirando al océano sin expresión alguna, Becker se confundió por un instante, esa no era la reacción que esperaba.

Sasha había conseguido animar un poco a Mikasa jalándola al resto del grupo, incluso Eren se había acercado, pero Armin estaba alejado.

Decidida a cambiar ese ambiente, Becker se dirigió hasta Arlert para tomarlo de la mano.

—Finalmente, estamos aquí —Armin la miró, la pelirroja le sonrió—. Leyna, tu sueño era real, ahora lo sabemos.

Armin había crecido en ese entonces, siendo de la misma estatura que Leyna, Becker pasó su mano por el rostro de Arlert, el chico la sujetó.

—En lo único que he pensado por un año es en este momento, conocer el mar—dijo ella—. Pero ahora lo veo, el mar siempre estuvo frente a mi...está en tus ojos.

Armin estaba consternado por lo que Eren le había dicho, pero todo problema, toda guerra parecía desaparecer cuando Leyna estaba a su lado, se sentía capaz de todo.

Púes tal cómo pensó desde el día que supo lo enamorado que estaba de ella, estaba dispuesto a ver todo lo que el mundo le preparaba, solo si Leyna estaba con él.

Arlert tomó suavemente la nuca de su pelirroja para atraerla, no soportaría un segundo más sin besarla, pero antes de poder acercarse lo suficiente Leyna lo empujó con tal fuerza que cayó al mar, siendo este lo suficientemente profundo para cubrir gran parte de su cuerpo sentado.

Becker soltó una carcajada, aquella risa que Arlert amaba tanto, sin dudarlo jaló el brazo de Leyna para atraerla haciendo que cayera encima de él, al salir nuevamente del agua la pelirroja aún se encontraba sobre él, pero ambos estaban entre risas.

Armin se acercó para depositar un corto beso en sus labios, Leyna jamás se cansaría de ese tacto, ni de sus ojos oceánicos.

Armin y Leyna habían cumplido sus sueños, antes de que el mundo los pusiera a prueba una última vez.⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀

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FIN DEL SEGUNDO ARCO.
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Bello el final de Shingeki.
Anyways, agárrense, ahora si comienza el arco de Marley.