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xli. ataque sorpresa

capítulo cuarenta y uno:
ataque sorpresa.

Leyna no había dicho una sola palabra desde que fue encarcelada con sus compañeros, Armin la miraba lleno de preocupación, jamás había visto esa expresión en ella.

Becker tenía una mirada de agotamiento, sus ojos no brillaban como solían hacerlo, estaban apagados y llorosos, pero no demarraban una sola lágrima. La pelirroja miraba a un punto fijo en el suelo de la celda, estaba sentada en una de las mesas con las manos sobre la misma, totalmente acabada.

Y Arlert se sentía totalmente culpable de aquello.

—¿Nos quedaremos aquí sin hacer nada?—preguntó Connie de brazos cruzados.

—Es té ¿Quieres un poco? —el señor Blouse se acercó a Leyna quién ni siquiera volteó a verlo al principio—. ¿Leyna?

Ante el segundo llamado, Becker parpadeó repetidas veces saliendo del trance mental en el que se encontraba, todos la miraron con preocupación.

Mijita, tómese el té, parece alma en pena—el señor Blouse palmeó su espalda antes de volver a sentarse con su familia.

—Oye ¿Necesitas algo?—Armin tomo la mano de la pelirroja sin obtener respuesta, ni siquiera correspondió el agarre como siempre lo hacía.

—Leyna, no has hablado desde que llegaste aquí, necesito saber la razón—dijo Jean—. También por qué Eren golpeó a Armin.

El rubio apartó la vista—Hirió a Mikasa, y luego a Leyna.

—¿Qué cosa?

—Bueno, él...

—Basta—intervino Ackerman con frialdad en su mirada—. Está bien.

—No lo está, quiero que me lo digan—exigió Kirschtein—. Leyna ¿Él les hizo algo?

Becker, quien aún tenía su mirada perdida solamente podía escuchar la voz de Eren en su cabeza, repitiéndose como si de una tortura se tratara.

"Eres la segunda opción, incluso de la persona que más amas".

Mientras Jean y Connie comenzaron a hablar dejándolos de lado, Armin volteó una vez más a mirarla.

—Por favor Leyna, dime algo—el rubio no había soltado su mano—. Escucha, nada de lo Eren haya dicho es verdad, yo jamás...

—Lo sé, Armin—finalmente, Becker habló, en un tono empapado de tristeza—. Ya lo sé.

Arlert no supo que responder ante aquello, ella decía una cosa, pero su mirada reflejaba otra, era como si su mente no pudiera coordinarse con sus palabras, estaba perdiéndola.

—Cuánto tiempo sin vernos, Héroes de Shiganshina—la voz de Yelena afuera de la celda hizo que todos la vieran—. Me duele profundamente hablar con ustedes en este sitio.

—¡Si nos apoyan entonces sáquennos!—exigió Connie.

—Creo que pides demasiado—Onyakopon habló—. Hasta que Zeke y Eren entren en contacto ustedes deben quedarse aquí.

—Muy bien por ti Yelena—dijo Jean—. Debe ser genial que todo haya salido como planeaste.

—Les dimos avances tecnológicos, esta isla primitiva estaba atrasada un siglo.

—Solamente lo hicieron para gobernar Paradis.

—La culpa es de quién se la cree, así funciona Niccolo—dijo el soldado a lado.

—Ahora eres la rata de Yelena, asqueroso traidor.

—No, el verdadero traidor eres tú—dijo el hombre—. Te la pasabas babeando por esa engendro.

—¡Te voy a matar, infeliz!—gritó el cocinero intentando agarrarlo.

—No te cansabas de hablar cada noche de ella, creí que recuperarías la cordura tras la muerte de esa demonio—continuaba—. ¡Te lo voy a expresar con claridad! Esa maldita y asquerosa mujer no era más que una inmunda-

El sonido de una bala disparándose hizo que Leyna reaccionara, volteando a ver como el hombre que maldecía a su difunta amiga estaba en el suelo en un charco de sangre, la familia Blouse pegó un grito del susto.

—Me disculpo por su descortesía—Yelena hizo una reverencia—. Esta isla no necesita a gente que los consideren demonios, por favor confíen en mí, no tendré más secretos así que planeo revelarles todo, el plan de eutanasia a los eldianos.

La tropa miró con atención—El objetivo principal del plan de Zeke, es eliminar de este mundo el sufrimiento que generan los titanes, es la única forma.

—¿Entonces evitarán que nazcan más niños?

—Así es—dijo la rubia de pelo corto.

—¡Es no tiene sentido, en un montón de años solo seremos ancianos, como vamos a defendernos de otros ataques!—protestó Jean.

—Respecto a eso seguiremos con el plan, el uso del retumbar servirá para disuadirlos por eso necesitamos un heredero real para el fundador, por fortuna la reina Historia tendrá un sucesor, si el pueblo de Ymir conserva al fundador hasta que ese heredero muera—dijo Yelena—. Perfección, absolución, ninguna nación las tiene, sin embargo solo algo es seguro, la amenaza de los titanes, esto puede terminar con la ayuda de Eren y Zeke, no sé cuantos miles de años durará la humanidad, no cabe ninguna duda ese par de hermanos serán recordados sin importar los milenios, y aunque mueran serán recordados como salvadores de la humanidad.

La mujer fue interrumpida por el sonido de un sollozo, Armin había comenzado a llorar de forma profunda.

—¿Pasa algo malo?

—Es solo qué... esas nobles intenciones—Armin se quitó la mano del rostro—. Me conmovió de corazón.

Los ojos de Yelena se cristalizaron ante la emoción, sin embargo Leyna miraba a Armin de reojo.

Había algo imposible de negar, y era la perfecta capacidad de su novio para manipular a la gente a su antojo.

—Me alivia que puedas comprender...

—¡Yelena, ven de inmediato! ¡Hay un intruso!

Ante aquello la voluntaria salió del lugar corriendo, dejando a todos en la celda desconcertados, pasados unos minutos lo siguiente que escucharon fueron varias explosiones, como una transformación.

—Ya están aquí, los titanes entraron en acción.

Onyakopon se acercó a la celda con las llaves dispuestos a liberarlos.

—¿¡Qué está ocurriendo allá afuera!?

—El ejército de Marley está aquí con sus dirigibles, estimo que son quinientos soldados—dijo el hombre—. Eren está enfrentándolos solo.

—No resistirá mucho más, si pierde Marley robará al fundador, por favor apóyenlo.

Al salir de la celda la tropa se ahorró las discusiones, debían evitar la caída del fundador a toda costa.

—Niccolo, sal de inmediato con la familia Blouse—Leyna tomó el arma de Yelena del suelo para lanzársela al cocinero—. Haz lo que sea necesario.

Algo asustado el marleyano dejó el lugar junto a toda la familia de Sasha, hecho esto la tropa 104 siguió a Onyakopon.

—Debemos liberar a todos los soldados detenidos...

El sonido de unas armas recargándose frente a ellos hizo que pararan, se trataban de un montón de jaegeristas, sus uniformes destacaban que aún eran cadetes en entrenamiento, por lo tanto, bastante débiles.

—¡Quédense quietos, o nos veremos obligados a disparar!—gritó uno, harta del momento Leyna se abrió paso para sujetar de la camisa al muchacho causando miedo en todos sus compañeros.

—¡Ya me cansé de toda esta mierda de los jaegeristas, escúchenme bien montón de inútiles si tanto aprecian la vida de ese cabrón será mejor que se quiten den medio para que podamos volver a salvarle el trasero, y si no obedecen haré que lo lamenten de formas inimaginables! ¿¡Quedó claro!?—Becker soltó con brusquedad al muchacho.

—Es la líder del escuadrón de exploración—murmuró una de ellas atrás—. También fue entrenada por el capitán Levi.

—¡S-sí señora!—los cadetes se hicieron a un lado agachando la cabeza, por otro lado la tropa miró con incredulidad en sus rostros.

—Siempre supe que Leyna era explosiva... pero acabo de desconocerla—dijo Springer.

—Y no la has visto reprendiendo a su escuadrón—Jean codeó a Armin, quien inevitablemente se había sonrojado al ver a Becker.

Onyakopon comenzó a abrir las celdas de los prisioneros, al ver que todos salían Leyna se aproximó a revisar que no quedara nadie, se encontró con la sorpresa de ver a un hombre completamente golpeado sobre una de las camas.

—¿¡Instructor Shadis!?—Becker corrió a socorrerlo, ya que el hombre apenas podía ponerse de pie.

—Cabeza de cerillo...—murmuró el hombre—. Estoy bien, vete de aquí.

—Sus heridas, señor está todo golpeado.

—¿Dónde está Giselle?—preguntó Shadis apoyándose en ella—. Leyna, la teniente Ackerman fue torturada a punta de arma, temo que haya terminado peor.

—¿¡Qué!?—Leyna se espantó al escuchar aquello—. ¿¡Dónde está ella ahora, y la comandante Hange!?

La lluvia que parecía pronto desaparecer caía sobre ella, siendo la capa lo único que la cubría, Giselle tenía la vista baja, Floch había tomado la decisión de detener el sangrado en su hombro, quería acabar con ella junto a Levi para que ninguno tuviera la duda de si el otro realmente está muerto, además pensaba que herida y con la vida de Hange en peligro, la Ackerman no haría nada para rebelarse, se sentía patética, pero al menos su amada y su primo seguían con vida, o eso quería creer.

El sonido de una explosión hizo que su cabeza se levantara inmediatamente.

—¿Qué fue ese sonido?—preguntó Floch—. ¿Un trueno?

La comandante miró con preocupación—Una lanza relámpago.

Sin más el grupo de soldados se aproximó al lugar encontrándose con una escena sumamente desconcertante, un carruaje explotado, un titán puro, y muchísimos rastros de sangre.

—No...

A pesar de sentir un gran dolor en el brazo, Giselle bajó del caballo al ver que había alguien tirado en un montón de pasto cerca de un rio, los jaegeristas apuntaron, pero en cuanto Hange se aproximó de igual forma, tuvieron que ceder.

La teniente Ackerman volteó el cuerpo, encontrándose con el rostro ensangrentado y malherido de Levi, por un instante sintió como todo el mundo paraba, el hombre no se movía, no daba señal alguna de vida.

—Levi...—la azabache susurró sujetando la mano del hombre, que había perdido dos dedos, la imagen causó una terrible desesperación en Giselle.

Hange se ocupó de cubrirlos—¿Está...?

La Ackerman se acercó al pecho de su primo apretándolo con algo de fuerza contra su oído, sintió un verdadero alivio al escuchar el corazón de Levi, latiendo suavemente, y como signo de consciencia, apretó la mano de Giselle con suavidad.

—Hay que dispararles en la cabeza, nuestras dos mayores amenazas están desangrándose—dijo uno de ellos.

—Está muerto—soltó Giselle sin mirarlos, abrazando aquél cuerpo ensangrentado, todos quedaron sin palabras—. Estaba muy cerca de la explosión, no puedo sentir su pulso, ni sus latidos.

—Déjame revisar—dijo Floch, por un largo instante, el chico no recibió respuesta alguna, perdiendo la paciencia apuntó su arma contra la cabeza de Giselle—. Giselle, entrega a Levi.

—Adelante, acaba con esto, si tienes el valor—soltó Giselle sin siquiera voltear a verlo—. Pero si te atreves a poner un dedo sobre mi hermano, mientras yo viva, haré que lo lamentes hasta tu último aliento.

Floch dudó por un instante, de no haber sido por el hecho de que Zeke Jaeger estaba emanando del cuerpo del titán puro, quizás los hubiera matado. Fue cuando Hange dirigió su mirada a Giselle, ambas mujeres se miraron a los ojos, la castaña tomó aire preparándose para lo que haría.

—Perdón...

Sin pensarlo dos veces, Hange empujó con todas sus fuerzas a Giselle al rio, que iba a una gran velocidad, la azabache no tuvo tiempo de reaccionar ante aquel empujón, lo único que pudo hacer fue contener la respiración y proteger a Levi por encima de todo. Para cuando los seguidores de Eren notaron la escapatoria, Hange ya se encontraba nuevamente sobre un caballo, huyendo lo más rápido posible.

—¡Vayan por los Ackerman, no dejen que vivan!






Holaaa, que emoción todo.

A partir de ahora empezará la adaptación del manga (118 - 139), no será completa, ni concisa ya que rescataré lo más importante para esta trama por lo que probablemente necesitarás haberlo leído o saber que pasa para entender ciertas cosas, si quieres evitar spoilers eres libre de dejar de leer, muchas gracias por haberme acompañado hasta aquí. ♡

Y sin más nos vemos la próxima semana.

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