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xiii. captura de la titán hembra


capítulo trece:
captura la titán hembra.


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Habían pasado un par de días desde la expedición, como era de esperarse, fueron recibidos por la población entre lágrimas y abucheos, lo siguiente era entregar a Eren a la policía militar, o al menos eso era lo indicado.

En la base de la legión los soldados se encontraban formados en descanso, Leyna y Armin se encontraban en la cocina preparando la cena de la tropa, honestamente no era la gran cosa, un par de patatas hervidas con pan y agua.

—Estás callado hoy—musitó la pelirroja terminando de lavarse, el rubio volteó a verla.

—Lo siento, estoy preocupado por Eren—contestó—. Sin embargo hay algo que ronda en mi cabeza, que no me deja ni pestañear.

—¿De qué se trata?

—Quizás no sea prudente decírtelo, pero pensándolo mejor de ser verdad no tardará en saberse.

La pelirroja volteó con el ceño fruncido ante la confusión—Armin, me estás asustando ¿Qué tan grave puede ser?

Arlert se quedó en silencio por un pequeño instante—Creemos saber la identidad de la titán hembra.

—¿Y de quién sospechan?—preguntó inmediatamente, Armin la miró con una expresión de preocupación.

—Annie.

Leyna abrió los ojos con algo de sorpresa antes de apartar la vista, pronto comenzó a relacionar todo, recordaba muy bien a aquella chica rubia que  siempre la hizo sentir algo insegura por todo lo que era, era mayor a Leyna, tenía unos ojos azules enormes y fríos como su personalidad.

Todo su tiempo como cadete quiso conocerla, pero sentía que al igual que hizo con el resto, la rechazaría inmediatamente.

Pero lo que más miedo le causaba era su habilidad de combate, no tardó en darse cuenta que era muy parecida a la titán hembra.

—Maldición, tiene sentido.

—Me apena pensarlo—Armin agachó la vista—. Ella se veía muy amable, siempre lo fue conmigo...

—Nadie es lo que aparenta—cortó Becker quitándose el mandil—. Mucho menos en tiempos como estos.

—Soldados, tienen orden de formar al frente —la llamada de un soldado captó la atención de ambos se miraron con confusión antes de seguir la orden.

Al llegar al frente vieron que todos sus compañeros de tropa ya estaban formados, el rubio y la pelirroja se acoplaron.

—Ackerman, Arlert, Kirschtein, acompáñenme—dijo el comandante Smith.

Leyna cruzó miradas con Armin antes de ver como se iban.

—¿Alguien entiende que es lo que está pasando?—susurró Connie, la pelirroja encogió los hombros.

Poco después, tres uniformados se hicieron presentes bajando de sus caballos.

—Soldados—saludó el primer hombre—. Soy el subteniente Mike Zacharius, componemos el escuadrón de la teniente Giselle.

Los reclutas miraron cuidadosamente, podían reconocer un par de rostros.

—Por ordenes de ella, tengo que escoltarlos hacia el sur de la muralla Sina—explicó Mike—. Lleven ropa de civil, los esperaré para partir en unas horas, preparen lo necesario.

Dentro de la base, Giselle y Levi esperaban la llegada de Erwin.

La azabache miraba la taza, removía la cucharilla sobre la misma, pero no le daba un solo sorbo, a diferencia del capitán, quien iba por una segunda taza, Giselle no tocaba el té.

Levi conocía perfectamente esa mirada disimulada en el rostro de su hermana, la mujer llevaba días sin comer apropiadamente, ni siquiera tomar agua, todo esto a forma de castigo, un castigo que ella misma se había impuesto tras la muerte de Petra.

—Giselle—llamó el capitán, haciendo que la azabache reaccione, Giselle no espero ninguna palabra más por parte de su hermano—. Toma el té.

—Estoy tomándolo.

—Anda, no quiero tener que decírselo a la cuatro ojos—dijo, ante aquello, Giselle suspiró agotada.

—Odio que me chantajees de esa forma...—murmuró la mujer tomando un sorbo de su taza—. Y el té es horrible.

—Tienes el paladar de una niña de cuatro años, además, no me dejas opción—soltó el hombre—. Ya olvídalo, era inevitable.

—Es lo que siempre dicen.

La charla de los hermanos se vio interrumpida por la entrada de Eren al lugar, el muchacho tomó asiento junto a los hermanos.

—¿Todavía nada?—preguntó Giselle, recibiendo una respuesta negativa por parte de Jaeger—. Es extraño, Erwin no es así...

—¿Por qué están tardando tanto? A este paso la policia militar llegará antes—dijo Levi tomando de su té—. Debe tener estreñimiento.

Eren rio inevitablemente, mientras Giselle negó con una leve sonrisa—Si tan solo Erwin te escuchara hablar así.

—¿Haría algo al respecto?

—A veces te crees mucho, hermanito.

—No vuelvas a llamarme así—dijo Levi—. Soy mayor que tú ¿Lo olvidas?

—Muchos dicen que yo soy la mayor—se burló Giselle—. Eren ¿Tú que opinas?

—Por un instante creí que eran gemelos.

—¿Ya ves Levi? Nuestro parecido es indiscutible.

—No nos parecemos en nada.

—Me gustaría decir lo mismo, pero temo que no podemos desligarnos por más que lo quieras—soltó Giselle aún bromeando.

—Con todo respeto, son bastante entretenidos estando juntos—dijo Jaeger—. Hoy lo noto muy hablador, capitán.

—No seas duro, normalmente me gusta hablar.

—Por supuesto, Levi habla hasta por los codos—Giselle guiñó el ojo al menor.

El hombre sintió un dolor en su pierna lesionada, apretando la zona, Giselle lo miró con preocupación.

—Hey—su hermana tocó su hombro—. ¿Quieres que busque ayuda médica?

—Ya me dieron una baja, no hay nada más por hacer.

Eren los observó una vez más, por un instante sintió una conexión autentica entre los hermanos, por más rudos e invencibles que llegaban a verse, podía notarse lo importantes que eran el uno para el otro, una vez más, Jaeger sintió como la tristeza lo invadía nuevamente.

—Capitán, teniente, quiero decirles que lo lamento, lo del bosque no habría pasado si hubiera tomado la decisión correcta.

—Ya te lo dije, no había forma de saber cuál era la correcta—intervino Levi, por un momento quedaron en silencio.

—Petra quería casarse—soltó Giselle, Eren sintió una gran culpa al escuchar aquello, mientras que Levi le dio una mirada de reojo—. Hablé con su familia, no pude evitarlo, estaban tan orgullosos de ella ¿Sabes Eren? Todos vamos a morir algún día de forma heroica o no, lo único que nos queda es honrar su memoria, y tomar las medidas correctas para hacer que sus sacrificios tengan sentido ¿Está bien?

El soldado Jaeger asintió, aún apenado.

—Lamento la demora—el comandante Erwin se hizo presente, a lado llegaban Mikasa, Armin y Jean—. Creemos saber la identidad de la titán hembra.

—¿Ropa de civil? ¿Qué está ocurriendo?

—No lo sé, pero si son del escuadrón de la teniente no los cuestionaré, son aterradores—dijo Sasha—. Aunque me hubiera encantado cenar.

Tras un par de horas, los soldados se encontraban preparados para partir.

Leyna miró a Jean salir, rápidamente se dirigió a él.

—¿Qué pasó?

—Ya... sabemos quién es la titán, o al menos se sospecha que sea-

—Annie—murmuró la pelirroja, Jean la miró —. Armin tenía razón, entonces también asesinó a los experimentos, pero no comprendo pasó la prueba de equipos.

—Usó el equipo de Marco.

Leyna levantó la vista—¿Qué?

—Creemos que lo encontró después de...

Leyna asintió, sacudió la cabeza ante la estúpida que cruzó por su cabeza ¿Cómo Annie tendría algo que ver con Marco?

—¿Y tú qué tienes que ver en todo esto?

—Yo...—Jean apartó el rostro, sentía vergüenza de decirlo—. Me haré pasar por Eren, mientras él será la carnada para sacar a Annie de su escondite.

Leyna levantó una ceja—Pero no te pareces en nada a Eren...

—¡Ya lo sé Leyna!—dijo molesto—. Solo queda esperar que se lo crean, escuché que escoltarán a todo el escuadrón ¿Qué pasará con ustedes?

—No lo sabemos, debemos ir como civiles.

—¿Civiles?—cuestionó Jean.

Nuevamente sus superiores estaban ocultando cosas, y sólo sería el comienzo.

La captura de la titán hembra, Annie Leonhardt, fue la operación que pondría en la cuerda floja la reputación de la legión de reconocimiento, ya que había costado la vida de incontables civiles en el distrito Stohess.

Más consiguieron una especie de victoria, tras una batalla entre Eren y la titán, Annie no tuvo escapatoria alguna, iba a ser devorada por Jaeger de no haber logrado su cristalización y la intervención de Levi a tiempo.

Parados frente al cadáver del titán de Eren, los superiores analizaban cuál era la situación, rodeando el cristal de Leonhardt mientras Mikasa y Armin cuidaban el cuerpo inconsciente de Jaeger.

Jean golpeaba el cristal con su cuchilla lleno de ira—¡Tantas muertes, tanto sacrificio en vano! ¡ANNIE SAL DE AHÍ PAGA POR TODO LO QUE HICISTE, COBARDE!

—Suficiente, Kirschtein—ordenó Giselle parada junto a Hange.

Jean paró aún consternado, su propia compañera los había traicionado.

—¡Hagan un red y llévenla al cuartel!—dijo la líder de escuadrón antes de lanzar un suspiro—. Todo ¿Para qué?

—Los superiores vamos a pagar muy caro esto—Giselle miró a su hermano, quien estaba parado junto a Erwin—. Nuestra única opción por ahora es confiar, ya deben tener un plan.

—¿Un plan en base a esto?

—Tenemos a la chica encerrada en un cristal—Giselle ganó la mirada de Hange—. No tardarán en venir por ella, y para entonces estaremos listos.

El distrito Stohess estaba destruido, las bajas por parte de los civiles y policía eran muchas, la legión y Eren serían puestos en suspensión hasta nuevo aviso, la custodia de Annie fue entregada a la legión.

Solo quedaba esperar un buen resultado.

Cerca a la muralla Sina, los cadetes de la tropa 104 se dirigían a una zona de aislamiento.

Leyna cabalgaba junto a Bertholdt y Connie, todo el mundo estaba lleno de confusión, pero había algo en particular que no les permitía estar en paz.

No saber quien era el verdadero enemigo.

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Quien pille la referencia a una canción le debo una dedicatoria. 👁

AHH SE ACABÓ EL PRIMER ARCO.

Estoy muy feliz de que hayan personas que me lean así sean pocas personas neta son importantes para mí por que me estoy esforzando muchísimo en este fic. ♡

A partir de ahora veremos un poco más del lado humano de Leyna, sus inseguridades, defectos, su desarrollo con el resto de la tropa y por supuesto con Armin.

También comenzaré a mostrar más la participación de Giselle, es un personaje con el que me siento muy relacionada, incluso le escribí su Ova AHH-

Bueno espero se queden por que esto está empezando, lxs amo mucho.

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