Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

₂₇

La sensación de que todo se estaba derrumbando era avasallante, imposible de sacudir y también de ignorar. Cubrir todo lo que estaba sintiendo y todo lo que le estaba afectando era como querer cubrir el sol con un solo dedo.

Cada fracción de decepción que Taehyung experimentaba dolía más que la anterior, y difícil era pensar cómo podía pasar de encontrarse tan bien a estar llorando en su auto mientras manejaba sin rumbo en la autopista. Terminó dirigiéndose a una dirección que no frecuentaba hacía meses ya, porque sabía más que bien que no encontraría un mejor consejo que con su vieja amistad.

Namjoon había sido amigo de Yoongi en su adolescencia, y raramente el único que hizo el intento de hablarle en sus tardes en la mansión de los padres de este. Taehyung siempre frecuentaba la piscina, sentándose en las sillas reclinables a observar las luces del agua por su cuenta. Si bien adoraba estar con la hermana de Yoongi, a veces necesitaba estar solo.

El alfa era también un alma solitaria. Y de vez en cuando se sentaba a su lado a hablarle sobre el clima, o sobre las tonterías que hacían Yoongi y los otros, hasta el punto en que la confianza se acrecentó y Namjoon terminó siendo su amigo y solo un conocido de Yoongi.

Había sido pésimo en mantener el contacto, lo sabía, ni siquiera yendo cuando Namjoon tuvo a su hija con su esposa. Se había casado casi tres años antes con una amable omega de clase media; Taehyung la conoció solo un par de veces. Vivaz, muy pequeña pero llena de energía. Compensaba a la perfección al pensativo y relajado alfa.

Supuso que al casarse con Yoongi se había distanciado de todo lo demás, y ese había sido un grave error.

Por eso se sintió apenado al llegar a la dirección. La casa era modesta en tamaño, pero se veía morderna y estaba ubicada cerca de un centro comercial y una gran plaza. Era una buena zona, Namjoon debió encargarse de ello.

Cuando lo recibió, casi llora de la pena al ver la genuina sonrisa de su amigo, como si realmente se lo mereciera. Abriendo la puerta por completo era fácil observar su apariencia, y darse cuenta de sus horribles sandalias y su camisa enorme a par de sus bermudas desaliñadas. No, no había cambiado del alfa adolescente. En su adultez Namjoon seguía igual, quizás incluso más relajado y pleno.

—¿Es navidad, cuando acontecen milagros? —bromeó el más alto, y es que cada vez lucía aún más grande. O quizás él se hacía más pequeño.

—Joon... —sonrió, y no era una mueca forzada. Se hallaba honestamente feliz de poder verlo cuando más necesitaba a alguien en quien confiar—. Te he extrañado.

—No parece, casi tenía que enviar un equipo de rescate a ver si Yoongi no te tenia secuestrado. Ya casi ni respondes mis mensajes —claramente, era el peor de los amigos. Su mirada avergonzada lo delató—. Solo bromeo, Taehyung. Pasa.

Fue recibido con un brazo por sus hombros, atrayéndole en medio abrazo hacia el alfa. Su aroma a té verde lo invadió, haciendo que su omega buscase confort en la cercanía familiar. —Perdóname el desorden. Yunah es la bebé con más energía que he visto.

La bebé debía tener ya unos siete u ocho meses, supuso. Suficiente para gatear, supuso. Y es que la sala estaba regada de juguetes, desde un xilófono pulcro, arena para moldear tirada en una esquina y peluches coloridos con muchos botones.

El ambiente era tan familiar que fue golpeado con rudeza en el pecho, sin darse cuenta habiendo soltado un sollozo. Se sentía sofocado, ante sus ojos había algo que nunca podría tener, y ya ni siquiera podía culpar a su esposo. La culpa era suya, y aún así saliera de su relación con el alfa seguiría sirviendo para nada. Ni siquiera para poder gestar, algo tan básico en un omega.

El aroma a chocolate caliente invadió su nariz, relajante y sereno. Al menos lo suficiente para evitar que se lanzase a llorar de un momento a otro. —¿Taehyung? —una mano amigable acarició la parte trasera de su cabeza, rasgando sus cabellos con suavidad. El olor de alfa se acrecentó, Namjoon estaba intentando relajarlo con sus feromonas—. ¿Quieres sentarte? Voy a hacernos café con leche, tengo galletas, tú espérame aquí.

Asintió débilmente, siendo guiado por el más alto al sofá de dos puestos. Era de tela rojiza y aterciopelada, rasgaduras similares a las de un gato en las patas si se fijaba la vista allí. El hogar de su amigo se veía como si una familia realmente viviese ahí, al contrario de la suya, donde la apariencia de casa de revista jamás había desaparecido. Fría, y definitivamente sola.

Su teléfono estaba vibrando, y al levantarlo pudo ver que era Jungkook. Si bien no fue suficiente para hacerlo sonreír, sí logró calmarle un poco y calentar su pecho. La sensación era bienvenida mientras revisaba los mensajes del alfa. Era su dirección desde el gps, junto con un sticker de osos abrazándose. A veces podía ser demasiado adorable.

—Tienes mejor cara —acotó Namjoon mientras se sentaba junto a él, tenía una bandeja azulada con dos tazas blancas y grandes llenas de café con leche, además de un plato con varias galletas de mantequilla. La dejó en la pequeña mesa frente a ellos, tomando su taza de inmediato para soplarla—. Pero te sigues viendo triste.

—Oh, Joon... —Taehyung suspiró mientras bloqueaba su teléfono, observando su taza con desánimo. Pero quizás tener algo en el estómago lo haría sentir mejor, así que la tomó—. Estoy triste.

—No soy adivino, pero siento que esto tiene que ver o con tus padres, o con Yoongi.

—Es... todo. La verdad es que todo me hace sentir mal. Todo se me está viniendo abajo —por sus labios surcó el sabor dulzón del café gracias a la leche y al azúcar, un perfecto balance sin resultar demasiado dulce. Namjoon nunca había sido bueno en la cocina, pero sus batidos y cafés eran otra cosa. Este le miraba, instándole a continuar—... Creo que- quiero separarme de Yoongi.

Los ojos de su amigo se abrieron de par en par, resultando hasta cómica la expresión forzada en su rostro. Dejó su taza en la mesa mientras cruzaba sus piernas bajo su cuerpo, toda su atención de lleno en él. Eso lo reconfortaba. —Eso es fuerte, Taehyung.

—Nunca estuvimos destinados, por mucho que me ilusionara en creerlo. Ya no funcionamos y estar con él cada vez me lastima más —bebió de su taza, dejando que su rostro se humedeciera. Estaba lagrimeando y no hacía el esfuerzo de detenerse—. Nunca nos vemos, y cuando lo hacemos solo nos gritamos. Me reprocha cosas, me humilla, y... hoy me dijo que yo era infertil.

—Taehyungie... Mierda —Namjoon balbuceó, sus manos apretándose en un agarre de un cojín marrón que reposaba sobre sus piernas—. ¿Lo dijo para insultarte, o...?

—No. Digo, estoy seguro de que lo dijo para herirme —acomodó un mechón de su cabello castaño tras una oreja, cabizbajo—. Pero no mentía... Yoongi puede ser muchas cosas, pero no sabe fingir. Yo- Ya ni siquiera sé... No creo que sea capaz de inventarse algo así, además tiene todo el sentido del mundo.

Suspiró, sorbiendo antes de dejar su taza también en la mesa y tomar una galleta. El sabor del azúcar y la mantequilla le quitó un poco la sensación amarga que se había pegado a su paladar. —Mis padres nunca me dejaban entrar cuando el doctor les explicaba lo relacionado a... mi condición con mi aroma. Solo me explicaban ellos después que debía cuidarme, porque mi lobo era sensible, los aromas eran demasiado fuertes para mí y mi aroma por eso también lo sería...

—Hueles mucho más fuerte que antes, en realidad —Namjoon elevó ambas cejas, preocupado.

—No cuido mi aroma como antes. Creo que- me siento más seguro últimamente, aunque no te niego que me asusta que un alfa pueda propasarse...

—No es tu responsabilidad que piensen con su nudo y no con la cabeza, te lo he dicho. Pero sí deberías cuidarte, aunque no sea lo ideal —Namjoon palmeó su rodilla, antes de acomodarse y sentarse como una persona normal—. Bien, pongamos el asunto sobre la mesa. Eres Taehyung, un omega y no puedes tener hijos.

—Básicamente...

—¿Y qué? Taehyung, eso no te define. Tu valor como persona no lo define si puedes gestar o no. Hay omegas fértiles que no tienen hijos porque no quieren, o porque están con otro omega, ¡Y es válido! Hay omegas infertiles que adoptan y siguen siendo una familia, siguen siendo padres
—Namjoon movía sus manos a medida que hablaba, luciendo casi exasperado y claramente preocupado—. Si un alfa te dice que no eres suficiente por no poder tener hijos, el que no es suficiente es él. No tú.

—Joon, siempre he soñado con poder ser papá. Desde que tengo memoria ha sido lo que he preparado en mi mente, mi ideal de vida, y ya ni siquiera puedo tener eso —limpió con el dorso de su mano su mentón húmedo por las lágrimas, dejando su espalda recostarse por completo en el sofá—. Antes era culpa de Yoongi, era él el que no me permitía cumplir mi sueño. Pero ahora soy yo el que no sirve y no aguanto lo mucho que me duele.

—¿TaeTae, es tu sueño porque realmente lo quieres, o porque es lo que se te ha instruido? Porque jamás se ha ido la oportunidad de que seas papá. Solo- han cambiado las circunstancias.

La respuesta era algo que ni siquiera él sabía, y el vacío en su pecho no le permitía pensar correctamente. De cualquier forma se encogió de hombros, no quería hablar más sobre aquel precario tema. No si quería dejar de llorar.

—Y... bueno, dejando eso de lado, ¿Estás seguro de dejarlo con Yoongi? Nunca fue alguien amoroso contigo, al menos no para mí, pero era algo que sobrellevabas de todas formas.

—Es que ya no quiero sobrellevarlo, Joon. Quiero que Yoongi me ame, quiero tener un matrimonio perfecto con él, no decepcionar a nadie, ¡Pero no puedo hacerlo! Porque... Yoongi no me ama, nunca lo ha hecho y no puedo culparlo. No puedo obligarlo a que sienta por mí lo que yo siento por él... —ofuscado, se llevó una mano al cabello, lanzando todos los mechones hacia atrás—. De hecho- ha estado conmigo pudiendo estar con alguien que ame de verdad. No lo culpo por explotar últimamente.

—No victimices a Yoongi, nada justifica que te trate como lo hace.

—Y conocí a alguien, Joon... me hace sentir muy bien, y quiero eso. Quiero estar con alguien que me quiera —dejarlo salir, podérselo decir a alguien era como quitarse un gran peso de encima. Liberador. Rápidamente estaba sonriendo aunque las lágrimas seguían recorriendo sus mejillas—. Me hace reír, me dedica tiempo, disfrutar estar conmigo y me confía sus cosas, me dice todo como es y sin miedo a dañarme. Todos me mienten, de una u otra forma, y él no lo hace.

Namjoon parpadeó, entreabriendo sus labios antes de torcerlos. —Taehyung, sabes que eso me alegra... Pero no me parece que-

—Lo sé, se que nada justifica que esté con él mientras estoy con Yoongi. Pero ya no aguanto, Joon, estoy cansado de vivir esta situación. Y no sé cómo lo haré, pero voy a separarme. Es lo justo.

—Y voy a apoyarte si decides hacerlo. Ya no hablamos como antes, pero siempre vas a ser como un hermano para mí —Namjoon tomó su mano, apretándola entre las suyas—. Si esa persona te hace feliz, no pierdas el tiempo con alguien que te resta, que no te suma nada positivo. No pierdas ni un solo minuto de poder estar con quien amas. ¿Lo amas?

—Aún no lo- no lo sé... —acarició con su pulgar la piel de la mano del alfa, limpiando con la otra su rostro—. Se que me estoy enamorando, se identificar esas cosas aunque me haya dado cuenta hace unos días, pero creo que eso es suficiente.

—Entonces está dicho. Solo... no vivas una mentira, TaeTae. No juegues con los sentimientos de este chico si no te has decidido en dejar a Yoongi.

—No hay mucho que decidir, realmente. Fuera de lo que pueda tener con Jungkook, Yoongi es un ciclo que en serio necesito terminar —suspiró, dejando caer su cabeza en el hombro de su amigo—. Lo que piense mi mamá es algo que prefiero ignorar por ahora. Es mejor cortar por lo sano antes de que me hiera de verdad, aunque me duela dejarlo. Porque lo quiero, Namjoon, quiero a Yoongi, fue... mi primer amor, y esto me duele. Pero si quieres a alguien debes dejarlo ir.

Namjoon siempre entendía, y siempre sabía tocar los temas con un perfecto balance de apoyo emocional y razonamiento. Era realista y optimista a la vez, cualidad que Taehyung admiraba. Se sentía más seguro de alguna forma, aunque el dolor en su pecho no lo soltase.

Necesitaba hablar con sus padres. Aclarar las cosas era primordial, o al menos con su hermano.

Pasó el resto del día con Namjoon. No había logrado conocer a su hija, lamentablemente, ya que había partido con su abuela materna en la mañana. Chaeyoung estaba en el hospital, y el alfa había sido más que críptico con el tema. —Chae no está bien... Nada bien. Iré a quedarme hoy en la noche, necesitaba venir a la casa a recoger tanto desastre. Tuviste suerte de encontrarme aquí.

—¿Tan grave es? —balbuceó Taehyung, sus cejas alzándose en par.

Namjoon chasqueó la lengua. —Algo así. Estará bien... tengo fé de que todo estará bien. Yunah estará con su abuela hasta mañana, y luego el viernes vuelve con ella. Así es como estamos haciendo.

Se sentía más que culpable de no haber compartido con Namjoon cuando más lo necesitaba, y recién se aparecía cuando era él quien necesitaba algo. Debía proponerse en cultivar la amistad que había dejado marchitar, por mucho que el alfa lo abrazara y le dijera que todo estaba bien entre ambos. Era una buena persona, demasiado noble, y Taehyung se negaba a aprovecharse de eso. Había sido un buen amigo e iba a compensárselo.

A la hora de partir el cielo empezaba a marchitarse, indicando que pronto anochecería. Siendo las seis y pico era de esperarse, y Namjoon lo miró con inquisición mientras el omega recogía sus cosas. —¿Iras a tu casa?

Casi se rió al respecto. —No, no terminaría bien, aunque dudo que Yoongi vaya. Voy a... me voy a ver con Jungkook. Iré a su casa —musitó con sus mejillas enrojeciendose, indicativo de lo mucho que el tema le importaba. Aquello hizo sonreír a su amigo.

—Entiendo... Ten cuidado, ¿Sí? Pórtate bien.

Taehyung rodó los ojos, envolviendo al más alto en un fuerte abrazo. Nunca fallaba en hacerlo sentir mejor, y es que el omega era una persona sumamente táctil, todo roce humano le era bienvenido y más aún los abrazos de sus seres queridos. —No haré nada que tú no hagas, sí, sí.

—Te quiero, enano —Joon suspiró, soltándolo para acariciar sus cabellos claros. Su mirada era oscura, pero digna del aroma que lo caracterizaba, achocolatada y cálida—. Taehyung, te lo dice alguien que está perdiendo al amor de su vida: no pierdas tiempo. No te quedes con la persona incorrecta por mucho que le ames, quien te haga constantemente infeliz no es el indicado.

Namjoon besó la coronilla de su cabeza, y Taehyung se dirigió a su auto con una sonrisa y sus ojos cristalizados.

La dirección enviada por Jungkook lo guiaba a una serie de edificios varios, precisamente a uno de apariencia clásica y quizás algo viejo. Pero lo suficientemente apropiado para tener un portero, quien con solo decirle el nombre de Jungkook le dejó entrar y tomar el ascensor al cuarto piso. Era peligroso, en realidad, cualquiera podría entrar sabiendo el nombre correcto, pero decidió no pensar demasiado en ello.

Cada piso tenía seis apartamentos, tres de un lado, y tres del otro. El de Jungkook era el 4-B, y tocó el tiemble dos veces exactas. En menos de un minuto ya estaba Jungkook en la puerta con una sonrisa. —Viniste.

Se encogió de hombros con una pequeña sonrisa, mientras el alfa le permitía pasar y le quitaba su bolso para dejarlo sobre la encimera de la cocina. El apartamento era moderno y pequeño, con tonos de blanco y negro con colores brillantes como el rojo y amarillo en las decoraciones. Quizás algo desordenado, ya que podía ver zapatos tirados cerca del sofá, mientras que los suyos los había dejado cerca de la alfombra en la entrada. También había una toalla sobre una silla de la mesa, y una bolsa de papas por la cocina.

La sala era corta, con muebles y junto a una mesa de cuatro puestos. A su derecha podía encontrarse la cocina con barra para desayuna y banquitos de color rojo. Se veía un pasillo con tres puertas, supuso que serían dos cuartos y un baño.

—Casualmente estaba... recogiendo —a decir verdad, Taehyung no le creía mucho. Pero la casa olía a perfume, así qué tal vez le daría eso a su favor—. También iba a preparar de comer, pensé que tenía pasta, pero nope. Creo que pediré algo. Perdón.

—Está bien, relájate —Taehyung se rió, avanzando lo suficiente para acariciar el cabello oscuro de Jungkook. Tenía una camisa de vestir blanca, y unos pantalones deportivos grises. Extraña mezcla junto a sus sandalias—. Me gusta tu casa.

—Es linda, la conseguí a muy buen precio —Jungkook sonrió orgulloso, antes de devolver su atención a él—. Pero no hablemos de mi casa. Dijiste que hoy hablarías con Yoongi... ¿Estás bien?

—Necesito sentarme para hablar de eso —el omega suspiró, siendo guiado de la mano hacia los muebles del más alto. Eran blancos con cojines rojos, bastante acogedor y con... polvo del suelo encima. Al ver como Jungkook cruzaba las piernas con sus sandalias puestas no le sorprendió—. Yo- La verdad es que no sé si pueda afectarte, o si no te importará, no lo sé...

—¿Te dijo algo? —el alfa enarcó una ceja, visiblemente preocupado por cualquier cosa que fuese a salir de sus labios.

—No estaba solo cuando fui a su oficina. Estaba con tu ex esposo —musitó casi en un susurro, atrapando posteriormente su labio inferior entre sus dientes.

Jungkook palideció, soltando incluso el agarre en su mano. —¿Ellos... los viste...?

—Claro que los vi —Taehyung estaba hablando en voz baja, como si alguien pudiese escucharlos, y el mohín en sus labios era casi imperceptible. Pero allí estaba—. Estaban, no sé, hablando sobre un trabajo. Y cuando Park Jimin se fue, Yoongi me dijo que estaba embarazado.

Si antes estaba pálido, ahora su rostro carecía de todo color. Aquello solo lograba apretujar el corazón del omega. Pensar en que Jungkook aún pudiese sentir cosas por Jimin hacía que su pecho doliese, y era una más que amarga sensación. Aquello sería el colmo, y pronto se vio envuelto nuevamente entre las acrecentadas inseguridades.

—Ese... ese desgraciado —Jungkook se había cubierto el rostro, jalándose la piel con aprehensión. Podía ver a través de sus ojos que estaba dándole mil vueltas a las cosas dentro de su cabeza—. ¿Te dijo de quién?

—No, yo asumí que sería de su... ya sabes, con quién te fue infiel. Pero no se mucho porque no fue el tema que traté con Yoongi —Taehyung se encogió de hombros, repentinamente quería largarse de allí—. La verdad... al principio pensé que pudiera ser tuyo, pero no debe tener mucho y ustedes terminaron hace meses.

—Sí... es imposible, créeme que ni siquiera me pasó por la cabeza. Jimin y yo terminamos hace como cinco meses, y dudo que tenga cinco meses de embarazo —Jungkook habló más para sí mismo que para él, luego girándose a mirarlo ya que casi le había dado la espalda—. Olvida el tema. Yoongi, ¿Te dijo algo por que salieras?

Taehyung soltó una amarga risa. —No, ni siquiera le importa. Tal vez te mande un mensaje de agradecimiento, quién sabe —le restó importancia, terminando por chasquear la lengua—. Solo me gritó por algo, empezó a decirme cosas, me- ... sabes, viéndolo por ese lado, ni siquiera debo preocuparme en que no nos hayamos protegido ayer.

Jungkook le observó como si hubiese perdido la cabeza, por lo que se dedicó a explicar. —Yoongi me dijo que soy infertil. No puedo tener hijos, y aparentemente toda mi familia lo sabía excepto yo.

El alfa lucía escéptico en un principio, pero pronto su expresión cayó a una tenue lástima que Taehyung habría preferido no tener que ver en su rostro, jamás. —Lo siento, TaeTae...

—No necesito tu lastima.

—No es lástima, Taehyung. Es que- ni siquiera se que decirte. ¿Me duele? No lo sé, pero me duele por ti, porque se cuánto lo deseas...

—Por favor, no, lo último que me faltaría sería que tú también pienses que no sirvo-

—Jamás pensaría eso. Si crees que tu 'fertilidad' es algo que me importe, el equivocado y el que debería irse a ordenar sus sentimientos eres tú, Taehyung —allí estaba, quizás plasmada en un solo segundo, la razón por la cual jamás apreciaría a alguien como apreciaba a Jungkook. Podía hacerle enojar, podía sacar toda su amargura interna, y a la vez tratarle como a un igual. No a alguien que debía cuidar, a alguien que podría romperse—. No me duele lo que es, sino que te afecte, porque me importas.

—Lo siento... —sus manos estaban temblando, y fueron sujetadas por las más grandes del alfa. Quizás así dejarían de hacerlo—... de verdad.

—No te disculpes, yo sé que esto debe ser difícil para ti —el tono dulzón que Jungkook empleaba hacia él estaba devuelta, y quizás era reconfortante, o quizás lo alentaba a dejar que sus sentimientos florecieran en lugar de reprimirlos—. ¿Solo te lanzó esa bomba, sin más?

—No fue- empezó porque... Me dijo que él no me debía nada, que era yo el que debía estar agradecido por que él se casara conmigo. Porque todo nuestro círculo sabía que yo no podría tener hijos, y ningún alfa querría eso.

—Ese desgraciado... Sabía que era una basura, pero jamás pensé que llegaría a tanto —el alfa se levantó del sofá, su lengua empujando su mejilla interna mientras se estiraba con un chasquido después—. Me va a escuchar. Ya me cansé de su jueguito.

—¿¡Eh!? No, no, no, nada de eso —el omega se levantó de inmediato, como si la tela del sofá le irritase. El aroma a hierbabuena de Jungkook estaba descontrolado, y no de manera agradable; podía sentirse la rabia en cada resquicio de sus feromonas. Y en vez de hacer que su omega chillase por la fuerza, Taehyung desprendió propio aroma tal como ya le era costumbre para calmar al alfa—. Jungkook, en serio, no te metas.

—¡No es eso, es que...! No puedes permitir que te trate así. Si no es capaz de respetar a su esposo, yo mismo voy y le enseño-

—¡Que no! Dios, ni que estuviéramos en jardín de infantes. No todo se resuelve así —Taehyung rodó los ojos, jalando al alfa de su brazo hasta obtener toda su atención—. Te estoy hablando en serio.

—Yo también hablo en serio, TaeTae. Debes pegarle.

—No.

—Entonces lo hago yo —bromeó, podía verlo en el brillo en sus ojos, y ahí sabía que su aroma lograba relajarlo. Pero no lo suficiente para sacarle la expresión de enojo del rostro—. Taehyung, te quiero, y quiero verte feliz como ayer, como en mi casa en los buenos ratos. No así, oliendo a omega rechazando y haciendo que me sienta impotente de no poder hacer nada.

—No necesitas hacer nada, porque yo mismo lo voy a resolver. Jungkook... se que soy idiota, pero tengo mis límites, y Yoongi los ha sobrepasado —Taehyung suspiró, sintiendo las manos de Jungkook posarse en su cintura—. No puedo seguir así, cada vez me siento peor, ¿Crees que no se los efectos que su rechazo puede tener en mi omega? No soy tonto. Y entendí que debo separarme, salir de ahí.

—¿Vas a pedirle el divorcio? —los ojos del alfa se abrieron más de la cuenta, quizás demasiado alegres detrás de su fachada estoica para la ocasión.

—No lo sé. Una cosa es querer, pero no sé cómo hacerlo y cómo lidiar con mis padres. Pero la iniciativa está, ¿No? Y eso es lo que importa.

El agarre en la parte baja de su espalda se cernió, siendo atraído hacia el torso del alfa. Podía respirar y llenarse del aroma a hierbabuena, que poco a poco estaba regulándose a niveles mucho más normales. Mientras lo hacía, perdió el momento en que Jungkook se acercó lo suficiente para besarlo.

Sin ser delicado, pero tampoco brusco, los besos del alfa siempre le debilitaban las piernas y lo hacían querer perderse en el momento. Le sostenía con firmeza y reclamaba su boca sin mesura, delineando con su lengua la comisura de sus labios hasta lograr obtener acceso.

Pero pronto fue alejado por él mismo, la pregunta habiendo danzado en su cabeza lo suficiente. —¿Aún sientes algo por Jimin? Te afectó que te dijera que estaba embarazado...

El alfa soltó un risa entre sus dientes, haciendo que el pecho bajo sus manos vibrara de forma hipnotizante. Sentirse observado por sus ojos saltones y oscuros le resultaba demasiado, no le sorprendía estar sonrojado. —Estás muy mal de la cabeza si crees que siento algo por alguien que no seas tú a estas alturas.

Aquello era suficiente para que quisiera llorar, así que en lugar de decir algo fue él quién inició un beso de nuevo.

Hola, ya he vuelto finalmente después de muchas promesa rotas, esta vez vine para quedarme, gracias por la espera tan larga, los tqm 🫶🏻.

Avísenme si hay algún error, puesto que hace mucho que no actualizaba y se me borró caset de los personajes y muy probablemente tendré que volver a leer 💀 ( a menos que ustedes me ayuden para agilizar más rápido las actualizaciones).

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro