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₁₂

Había sido cerca de una semana desde la última vez que compartió con Taehyung. Ni un mensaje, ni un llamada, el pequeño omega castaño se había desaparecido de su vida de la forma más extraña y difícil de describir.

¿Lo extrañaba? Tal vez, era lo único fuera de su rutina de ir al trabajo, volver a casa y repetir. Apreciaba el pequeño cambio que le daba a su vida diaria cuando aparecía, no iba a negarlo. Pero en ese momento lo que más le inquietaba era las extrañas sensaciones a lo largo de aquella semana. Estaba caliente sin razón, con erecciones repentinas y un muy mal humor. Su lobo a veces podía ser demasiado extraño...

—Debería llamarlo —musitó para sí mismo al sacar su almuerzo del vianda en la oficina que compartía con otros oficiales. No se veía apetitoso, el arroz había tenido demasiada agua y por ende estaba simple y muy pastoso, los vegetales estaban más crudos que cocidos y aquel bistec de carne parecía más una suela de zapato que algo comestible. Pero Jungkook no era un Master Chef y tampoco pensaba serlo, así que no sería tan exigente con sus mediocres dotes culinarios.

Por lo tanto se decidió a hacerlo en vez de seguirse torturando con el pedazo de carne. Marcó el número de Taehyung, lo cual debió haber hecho antes, y esperó a que cayera la llamada. Eran segundos incómodos mientras sorbía agua de su cooler, tamborileando luego sus dedos sobre la mesa hasta que una voz extrañamente femenina le atendió.

—¿Buenas?

—Oh, buenos días —sus orejas se enrojecieron, removiéndose algo incómodo en su silla ante algunas curiosas miradas de sus compañeros a pesar de que hablaba en voz baja—. ¿Este es el número de Kim Taehyung?

—Ah, sí, soy su madre. Mi hijo en estos momentos no se encuentra disponible, ¿Es algo importante? —la voz era aguda y dura, si se basaba en eso definiría a la madre de Taehyung como una mujer determinada y de poco humor.

—No, no, solo quería saber si estaba bien... —mantuvo un tono de voz suave, poco reflector de su clasificación como alfa. Algo le decía que a la mujer no le gustaría saber que su hijo tenía contacto con un alfa que no fuera su esposo, y ciertamente deseaba equivocarse. No era un estilo de vida atractivo, o al menos no para él.

La mujer se suavizó completamente, o eso pudo notar en la forma más tranquila y serena que adoptó su voz. —No te preocupes, cariño. Taehyung esta pasando su celo nada más, no es nada grave por lo que debas preocuparte. En cuanto esté más lúcido le diré que alguien lo llamó, ¿Bien?

—Oh- Oh, bien, bien, sí- mil gracias, señora Kim —carraspeó, tratando de cortar la llamada lo antes posible con sus mejillas teñidas en rojo por la vergüenza. Había sido criado alrededor de omegas. Su madre, su hermano mayor, sus dos hermanas menores... y siempre había sido inculcado la prudencia y el pudor hacia temas como celos y demás. El haberse inmiscuido demasiado en algo tan privado le daba repelús, su comida resultando incluso menos atractiva ahora que la veía nuevamente.

Pero si Taehyung estaba pasando el celo con sus padres, eso significaba que Yoongi lo había vuelto a rechazar... aquello le generaba una incomodidad indescriptible por dentro, pero también cierto alivio. El omega se merecía más que ser tocado por manos que ansiaban a otro.

De todas formas debía ponerse un alto. Desde que conoció a ese omega sus pensamientos y preocupaciones se revolvieron en torno a él. Ni siquiera había tenido el duelo necesario tras su separación a la persona que más amaba, todo porque en su mente solo habitaba el sufrimiento de Kim Taehyung. Y eso necesitaba parar. Se estaba ahogando con problemas que no le incumbían.

Pero nuevamente recordó que él era el único que podía quitarle la venda de los ojos. Aquello generó un nuevo malestar en su estómago.


El momento en que Taehyung recuperó por completo su lucidez fue un mayor alivio de lo que algún otro momento habría pensado, fue como salir a la superficie luego de haber estado mantenido ahogado bajo el agua sin ningún tipo de control sobre sí. Fue sentir el ardor en su piel y el vacío en su cuerpo, incapaz de controlar el dolor y la falta de nudo en su interior. Fue despertarse bañado en líquidos pegajosos y no tener el poder de limpiarse o siquiera moverse.

Taehyung estaba pálido, con bolsas bajo sus ojos y con unos kilos menos gracias a la falta de alimentos en toda esa semana. Comió tanto del almuerzo que la mujer de servicio llevó a su habitación que estaba a punto de vomitarlo todo. No había nada peor para un omega que su lobo tuviera un alfa y este faltara en su celo. El dolor era insoportable, y tenía heridas de uñas en sus brazos.

—Tú y yo tenemos que hablar, señorito —dijo su madre al entrar, sus brazos cruzados antes de desdoblarse mientras se acercaba. Lanzó su teléfono a su cama, este rebotando peligrosamente pero no pudo importarle menos—. ¿Qué hiciste para hacer enojar a Yoongi?

—Yo no hice nada —suspiró, su voz ronca gracias a los quejidos y gritos que había proferido inconscientemente—. Ni siquiera era época de mi celo... apareció de repente...

No mentía. Sabía muy bien la fecha de sus celos, por algo los evitaba con uso de supresores. Pero una semana atrás su celo simplemente apareció, y Yoongi lo empujó a su camioneta para dejarlo en casa de sus padres con tanto apuro y frustración que dolía. —Taehyung, los celos no aparecen de repente. ¿Acaso has estado suprimiendo tus celos? ¿Es por eso que Yoongi no ha podido preñarte?

Preñarte. Sonaba tan vulgar y ofensivo a la vez, ¿Era acaso ese su único propósito, lo único que importaba? Si fuera, la luna no lo quisiera así, infertil, ¿Su valor como omega se vería comprometido? Estaba cansado de eso... —No ha podido porque no ha querido, mamá —la castaña omega avanzó hasta él, sus manos con manicure francesa y perfecta tomando su rostro con una dura delicadeza extraña.

—Te hemos criado durante toda nuestra vida para ser lo que cualquier alfa desearía. No, no cualquiera, alfas de renombre. Eres hermoso y complaciente, hijo, no hay alfa que no desearía tener cachorros contigo. Así que el problema aquí no es de tu esposo, es de lo que tú has hecho.

Sus ojos escocieron, bajando a fuerzas la mirada aunque su madre no se lo permitía. Su aroma a granadina de repente se tornaba insoportable. —¿Quieres que Yoongi te deje por un omega más lindo y útil que tú, Taehyung? —negó con su cabeza, ahogando un hipido—. Entonces déjate de payasadas y empieza a servir para algo. Tu padre piensa invertir demasiado en esa familia para que tengas a un alfa respetable y no nos vas a hacer perder el tiempo y el dinero.

Su sangre hervía, pero no era suficiente para hacerlo responder. Respetaba a su madre, y jamás pensaría en siquiera responderle mal o ser grosero con ella. Cuánto dolieran sus palabras era algo con lo que podía lidiar, estaba acostumbrado a ello. —Estoy cansado...

—Oh —su madre sonrió, acariciando su mejilla aunque en vez de una caricia de su piel fue el leve rasguño de sus uñas antes de alejarse rumbo a la puerta—. Somos omegas, hijo, nuestra vida nunca es fácil. Ahora báñate, hueles a puro semen y sabes que me da náuseas.

Sus mejillas se sonrojaron, tomando su teléfono que no había detallado antes. Al menos habían tenido la decencia de cargarlo, estaba casi por la mitad y tenía muy pocas notificaciones. Unos mensajes de Namjoon, otros de su hermano y nada de Yoongi. Pero había una llamada de Jungkook, una que había sido atendida, y aquello le llenó de pánico. ¿Acaso sus padres...? Por la luna.

Marcó su número, esperando a que repicara varias veces antes de que la voz de Jungkook respondiera. —¿Taehyung? Por fin se de ti.

—Lo siento, estaba ocupado... Y vi tu llamada —apegó el teléfono a su oreja, mirando de reojo la puerta casi por inercia. Esperaba no ver a su madre de nuevo, menos a su padre.

—No era por molestar, pero... Mira, te fuiste sin decirme nada y no me gusta eso. Podrías al menos escribirme para saber que habías llegado bien a tú casa Tae—

—¿Tú también piensas que soy un inútil que no puede cuidar de sí mismo? —se rió, un sonido débil y algo amargo—. Porque ya se les está haciendo costumbre, a todos —hubo un silencio en la línea, uno que Taehyung no sino interpretar de ninguna manera—. Pero bueno, ¿Necesitabas algo?

—... Me preocupaste, solo quería saber si estabas bien —Jungkook suspiró—. Al menos acepta una salida. Quiero verte— ya sabes, para asegurarme de que estes mejor.

Su corazón se apretujó en su pecho, un cálido y agradable sentimiento que lo hizo ablandarse notablemente. Era demasiado extraño sentirse importante de esa forma para alguien, y más aún que ese alguien fuera Jeon Jungkook, el alfa al que tanto le había desagradado en un principio. Podía recordarlo, sus expresiones, sus comentarios hirientes. Todo el desagrado que ahora le brindaba una amistad demasiado abnegada para ser real. —Está bien... Este viernes, pasado mañana en la tarde.

—Te pasaré a buscar, ¿Bien? Gracias... gracias por aceptar —el alfa se sentía aliviado por el tono en su voz, y aquello hizo sonreír a Taehyung.

No entendía la ansiedad por verle. Solo sabía que se sentía algo culpable por enternecerse con ello.


Volver a verlo después de la fatídica última vez era algo extraño, del mal tipo. Aquella forma de extraño que le hacía sentirse incómodo por dentro y apenado, sobretodo apenado. Había sido tan grosero y molesto aquel día que no le sorprendería ser recibido con odiosidad por parte de Jungkook.

Pero no era así. El alfa le sonrió a medias a penas se subió al auto, vestido casual pero de alguna forma seguía viéndose intimidante. Era eso o su aroma, aquel que le hizo contener el aliento una vez estuvo dentro. —Te ves mejor que la última vez que te vi.

Se encogió de hombros, jugando con un mechón castaño de cabello. Estaba ya muy largo, pronto debía cortárselo. —He bajado de peso. Supongo que es eso.

—No me refería a eso —Jungkook frunció su ceño, retrocediendo fuera del estacionamiento de su casa para tomar la vía principal—. Hablaba de tu salud. Estás menos pálido.

—Creo que me hizo bien tener un celo después de tanto tiempo —cerró su boca inmediatamente. No había querido ser tan directo, de hecho no quería seguir atosigando al pobre alfa con sus problemas. Cuando este fijó su mirada sobre él lo hizo encogerse aún más en su asiento.

—¿Estabas suprimiendo tus celos, Taehyung? —Jungkook tenía una mueca, apretando el volante como si lo fuera a quebrar en ese mismo instante—. No es sano, por eso estabas tan enfermo, tu esposo me va a escuchar—

—¡No, no! No es por Yoongi... es decisión propia —suspiró, recostando su cabeza en el cabecero de su asiento. Quizás había sido mala idea salir con él...—. No quiero hablar de eso, Jungkook, en serio.

El alfa suspiró de igual forma, y ninguno de los dos dijo nada más luego de ello. Se limitaron a mantener un cordial silencio mientras el menor manejaba, el trayecto siendo un misterio para Taehyung. No sabía a dónde quería ir el alfa, así como tampoco sabía de qué quería hablarle. Últimamente todo con Jungkook era extraño y curioso, una situación fuera de su alcance y control. Solo le quedaba relajarse y esperar en silencio.

Finalmente Jungkook estacionó al costado de un parque, lo conocía bastante bien. Solía ir cuando era mucho menor a comer helados y ver a bailarines callejeros a espaldas de su madre. El pensamiento lo hizo sonreír mientras Jungkook salía del auto y él lo seguía.

—Quería un lugar fresco —dijo el alfa, desabotonándose un poco la camisa hasta dejar a la vista sus clavículas y una fina y delicada cadena plateada—, recuerdo que me dijiste que te gustaban.

—Paso todo el tiempo encerrado, me gusta mucho estar al aire libre —asintió, su nariz moviéndose como la de un cachorro mientras olisqueaba la mezcla de aromas en el ambiente.

—Deberías irte de campamento de vez en cuando, o a la playa...

—¿Me estás invitando?

—Tal vez —el alfa se rió, tomando su mano con delicadeza. Una a la que Taehyung estaba acostumbrado, tal vez, pero la calidez en su estómago era nueva. Ladeó su cabeza, observando cómo Jungkook subía la manga de suéter color crema hasta su muñeca, la cuál acercó a su boca y lamió con parsimonia por un segundo—. Espero que no te moleste, pero aún hueles muy fuerte y no es seguro con tanto alfa suelto.

—Creo que tendré que empezar a cargar perfumes supresores del aroma cada vez que me veo contigo, ¿Huh? —mantuvo su cabeza ladeada, confundido, pero pronto retiró su mano y comenzó a caminar—. No es por mi celo, esta es mi esencia de siempre.

—¿Ah? —el alfa se apresuró a seguirle el paso, su ceño fruncido en curiosidad—. Pero es muy fuerte...

—Desde antes de presentarme era así. Los doctores dicen que mi lobo es muy sensible a los aromas, y por eso intensifica su propia esencia —se encogió de hombros, restándole importancia mientras metía ambas manos en el bolsillo delantero de su suéter—. Se controla con perfumes y supresores, pero acabo de salir de mi celo... y bueno.

El alfa asintió, pero pronto cambió su expresión por una mueca. —Qué idiota soy, estás débil por tu celo y yo vengo y te invito a caminar...

—No soy una muñeca de porcelana, Jungkook —Taehyung giró su rostro hasta mirarle, mechones de cabellos castaños cubriendo sus cejas. Había cierta sobriedad y cansancio en sus ojos, un brillo que continuaba desapareciendo cada vez que lo veía y el alfa temía que llegara a dejar de existir más rápido de lo que pensaba—. Se que todos piensan eso, se que pensaste cosas peores cuando me conociste. Hasta yo lo he pensado. Pero últimamente he sobrellevado tantas cosas horribles... Creo que soy más fuerte de lo que creía.

—Me alegra que lo veas de ese modo. No eres un omega tonto y frágil —suspiró, peinando los cabellos ajenos con sus manos—, aunque esa sea la impresión que des. Mientras tú mismo te des el valor que tienes no importa lo que piensen o crean los demás.

Taehyung soltó una pequeña risa.

—Quizá ese es el problema... quizás me importa demasiado

Nota: Lo prometido es deuda, espero que hayan disfrutado de este maratón, una vez más me disculpo al tardar, creo últimamente he estado mas delicada de salud por mi estómago, así que eso me retrasaba mucho, en fin, nos vemos en otra actualización, cuídense y gracias por los bellos comentarios que dejan y por darle tanto apoyo a esta adaptación ❤️.

Pd: ¿Cómo conocieron esta historia? ¿Se las recomendaron?

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