Mi corazón siempre fue tuyo a pesar de que no debía amarte a ti.

Desde el inicio, nunca estuvimos destinados a estar juntos.

Aquel alfa que era mi destinado, que era mi otra mitad, con quien debía compartir mi vida me dejó cuando se enteró de que era estéril. No podía darle los cachorros que él deseara, pero si todo el amor que necesitara, pero eso a él no le bastaba.

Cuando creí morir en la agonía del abandono... llegaste tú.

Cabello negro, ojos oscuros y luminosos y la encantadora sonrisa que me sacó del vacío con el amor que mi destinado no estuvo dispuesto a darme.

Yo era una basura defectuosa, pero me hiciste creer que no te importaba.

Y así, con cada palabra que me susurraste, me enamoré perdidamente de aquel alfa que me hizo creer que la vida sería mejor y distinta a su lado.

Me mudé contigo, hice una vida a tu lado y me entregué en cuerpo y alma. Incluso mi lobo se sentía feliz a tu lado.

Luego, te fuiste. Según dijiste; un viaje de negocios.

La marca que dejaste en mi cuello dolía ante tu ausencia y el corazón aún más, ni siquiera las cartas que recibía proclamándome amor sirvieron para callar el dolor que estaba sufriendo.

Y un día, ya no recibí noticias de ti. Estabas demasiado lejos, mi lobo no sentía el tuyo. Creí que iba a morir.

Sin embargo, regresaste.

Me encontraste rodeado de toda la ropa que dejaste que aún conservaba tu aroma completamente hecho pedazos.

Pero no podía estar feliz, no cuando el aroma de otro omega estaba impregnado en ti. No había forma de sacarlo, no importa cuántas veces te toqué, te besé y me entregué a ti... Su aroma no se iba.

—Maldito Jungkook, ¿me engañaste?— Te pregunté una vez, cansado de sentir ese aroma en ti.

Tú solo sonreíste de lado y me respondiste: —No digas bobadas, Taehyung, nunca podría hacerlo— Te acercaste y acariciaste mi rostro con tus cálidas manos. —Estoy atado a ti—

Y yo, como torpe ingenuo, te creí y seguía y seguía enamorándome más y más de ti.

Hasta que llegó ella, un viernes en la noche, con un cachorro en brazos asegurando que era tu hijo. Y no podía estar mintiendo, tenía que aceptar la realidad cuando esa criatura tenía tus ojos.

Lloré de impotencia. Me habías engañado.

—Y aunque fuera así, ¿qué importa? Te traje un cachorro que no podías engendrar, ahora críalo como si fuera tuyo—

Pero no podía, no era mío, fue fruto del acto carnal que tuviste con otra persona.

No podía quererlo, pero lo acepté por ti.

Tú, quien dejó de lado las palabras bonitas y se volvió un controlador. Tú, quien dejó de tocarme con amor y que solo me usabas para darte placer. Tú, que, a pesar de todo, seguías diciendo que me amabas.

Me volví tu esclavo por el amor ciego que nació en mí.

Tan dulce, y tan amargo cada uno de sus besos.

Tan maravilloso, y tan dañino cada vez que me tocabas en una noche donde la temperatura subía en nuestra habitación.

Ese es el amor que hiciste en mí, en eso me convertiste y ya no hay vuelta atrás.

Porque yo sé que me amas, y algún día regresará el Jungkook que conocí.

El dulce alfa a quien amo más que a nada en este mundo.

El alfa por el cuál estoy dispuesto hacer lo que sea.

Incluso... matar.

Como a esa zorra a quien embarazaste.

El grito de dolor y su último suspiro fue lo más glorioso que he escuchado luego de tu suave voz.

¿Ves? Yo haría cualquier cosa por ti.

Después de todo, somos dos tóxicos que no pueden abandonar al otro.

[Hi. Yo no sé qué es lo que escribí, pero quería intentarlo dknsks

La verdad, nunca había escrito en primera persona, así que no sé qué tan bien haya quedado.

Espero que les haya gustado y recuerden; la toxicidad no es buena, gente.

Muchas gracias a afrikiboy por la portada y los separadores 💜💜

Nos leemos, bye~]