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[3.9] "Pánico"

Jungkook

- Hey, Kook. ¿Ya has terminado la práctica? -me preguntó Hobi tras abrir la puerta y encontrarme allí. Yo asentí.

No me gustaban ese tipo de días, pero me sentía extrañamente bien. Llevaba más de tres horas en la agencia, practicando con Jimin los últimos pasos, pues yo todavía no había ensayado la coreografía entera. Me encontraba agotado, con los músculos agarrotados y el ánimo un tanto alicaído.

Daba por sentado que aquel no era mi día, pero ya había terminado mis quehaceres, y eso significaba que podría pasar la noche con Maya. Su voz y su presencia tenían un maravilloso efecto en mí; conseguía relajarme, sentirme tan bien como en casa.

Maya era mi hogar. Y, estaba impaciente por llegar a ella.

Hoseok se llevó de nuevo la manzana que comía a la boca y le dio otro bocado mientras se dirigía a la cocina. Terminé de dejar mi abrigo en el perchero cuando lo vi hacerme un ademan. Quería que fuera con él.

Obediente como los perritos que corrieron a recibirme, seguí a mi amigo hasta allí y lo observé sentarse en una de las sillas. Fue raro ver a hyung así, con ese aura de incomodidad y preocupación rodeándolo.

- ¿Pasa algo, hyung? -yo fui, diligente, hasta el lugar vacío que había frente a él. Hobi tenía los ojos puestos en la fruta que comía, perdido en algo que no alcanzaba a comprender.

- Quería hablar contigo -siguió sin mirarme, poniéndome bastante nervioso-. Jungkook -carraspeó un poco y se removió en su asiento. Tragué saliva y me erguí en mi lugar, preparado para recibir una reprimenda sobre algo que escapaba a mi conocimiento-, tú ... ¿No ves a mi hermana rara?

Relajé los hombros al entender el tema que trataríamos y respiré profundamente.

Ya habían pasado unos días desde la conversación que mantuvimos Maya y yo, desde que se hizo ese corte en el dedo. No logré que me dijera qué era lo que realmente la atormentaba, pero tampoco la presioné más. Veía en sus ojos que lo estaba pasando mal, que la procesión iba por dentro y le estaba costando mucho soportarlo.

Me tomé unos segundos para pensar la respuesta, sintiendo la afligida mirada de Hoseok en mí.

¿Qué era lo que le ocurría a Maya?

Ella intentaba aparentar normalidad, pero la conocía tan bien que sabía que su estrategia era la de callárselo todo lo posible hasta que ... Hasta que explotase. No quería que lo hiciera. Hacía ... Hacía muchos años que no vivía esa situación y Hobi se había dado cuenta de que el patrón se estaba repitiendo. Este era tan similar al de aquella vez que ... ¿Cómo no tener miedo a su reacción? Fue tan duro verla romperse en miles de pedazos por la muerte de su padre unas semanas después de su fallecimiento, que sólo la idea de recordarlo me revolvió el estómago.

Ella no lloró cuando supieron del accidente. Ella no sufrió a la misma vez que Hobi o su madre. Maya se preocupó por esconderlo todo hasta conmigo. Por las noches, mientras en la casa sólo se escuchaba el liviano llanto de su madre a tan sólo unas puertas de la suya, lo único que me pedía era que durmiera con ella y que la abrazara. No derramó ni una sola lágrima esas noches. No dijo nada fuera de lo normal. No habló de su perdida conmigo. No habló de ello con Hobi. No se sinceró tampoco con Tae. Pero, entonces, llegó el día que tanto temíamos, el día en que todo se salió de control. Maya se deshizo en mis brazos, bajo la angustiada mirada de un Hosoek que todavía no sabía cómo consolarse a sí mismo.

Mi amiga sufrió tanto cuando sacó todo lo que se había guardado que necesitó más de un mes para volver a recuperar el tono de su piel. Parecía estar muerta en vida y dolía mucho verla de esa forma. Yo sólo pude ofrecerle mi regazo para que llorase todo lo que necesitase, pero sólo lo hizo una vez, durante tantas horas y junto a tantos gemidos desgarradores, que no quería revivirlo por nada del mundo.

- Sí, hyung. Se está echando las culpas de algo, pero no me dice qué es -pasé la lengua por mis labios. Cuando se hizo el corte ... Maya no lloró, no se desahogó. Sólo me abrazó, al igual que las largas noches que siguieron a la muerte de su padre-. Ella ... -comencé a explicarle.

- Luce como entonces, ¿verdad? -sonrió débilmente y se revolvió el pelo antes de negar un par de veces-. Siento que se va a quebrar de un momento a otro, Kook.

- No voy a dejar que pase -le aseguré, tratando de convencerme también a mí mismo de que podía impedirlo-. Además, eso fue hace mucho tiempo y ella era más pequeña. Ahora sabe que nos tiene, Hobi. No puede haberle pasado algo tan malo como para volver a encerrarse en esa burbuja.

- Ojalá tengas razón, gaviota -se deslizó un poco en la silla, mostrando su cansancio y las enormes bolsas negras que devoraban sus chispeantes orbes-. TaeTae está con ella ahora. Creo que ... Estará bien.

- Iré a verla -dije levantándome.

- Ve -me hizo un gesto con la mano y rió un poco-. Puede que tú seas el único que la pueda consolar. Siempre te ha buscado a ti, después de todo.

Yo esbocé una sonrisa, agradeciéndole por haber dicho eso y me apresuré a llegar a su cuarto. No podía permitir que Maya sufriera de nuevo por nada. Ella no merecía sufrir por algo de lo que no tenía culpa. Nunca fue la causante de la muerte de su padre y siempre se culpó de ella a pesar de no haber tenido nada que ver. Ahora no parecía ser diferente. Yo sólo tenía que hacerla entender que había cosas que no dependían de nosotros por mucho que pensásemos lo contrario.

Llegué a la puerta de su cuarto, un tanto abierta, con una generosa sonrisa en los labios, dispuesto a colmarla de todas las atenciones que necesitase hasta que sus ojos volvieran a tomar ese brillo cegador. Sin embargo, y a pesar de tener ya la mano en alto para tocar, no pude evitarlo y escuché sus palabras.

- ¿Por qué Jungkook es tan bueno conmigo?

Alejé mis nudillos de la madera y retrocedí un paso, inmerso en lo que acababa de salir de su boca.

- Porque Jungkookie te quiere, Maya -Tae sonó confundido, tanto o más que yo-. Más de lo que todos creemos.

- Pero, no ... -su suspiro llegó a mis oídos. Yo aproveché y me apoyé en la pared, de espaldas a la puerta y de lo más despierto e interesado en esa conversación entre mis mejores amigos-. No me refiero a eso, Tae.

Era consciente del creciente rubor en mis mejillas. ¿Era demasiado evidente que la quería? ¿Se había dado cuenta ya de que la confesión de mi yo borracho en aquel armario iba en serio?

Tantas preguntas me apabullaron que necesité desabrochar un botón de mi camisa porque sentía que el aire comenzaba a faltarme.

- ¿Entonces? -la voz de Taehyung estaba cargada de una curiosidad que no se dedicó a esconder.

- Sé que él me quiere. Yo también lo quiero ... Mucho -me mordí el labio porque no quería sonreír. Era tan ridículo estar escuchando lo que hablaban a escondidas sólo porque yo era el tema principal de sus palabras, que me sentí un estúpido. Bueno, eso fue hasta que continuó hablando y la emoción se tornó en una silenciosa ponzoña que se apresuró a envenenarme con calma-. Jungkook a veces ... A veces me trata demasiado bien, Tae. Y todo el mundo lo ve.

- ¿Es por lo que dirán los demás, Maya? Siempre te digo que no debería importarte lo que piensen esos ...

- No, Tae. Él se centra demasiado en mí y siento que ... Que por eso no pasa tiempo con otra gente.

¿Yo era el problema a su callado dolor? ¿Era yo el que la estaba haciendo sufrir?

- Jungkookie pasa tiempo con nosotros, Maya -él parecía no entender a lo que se refería mi amiga, pero yo estaba empezando a hacerlo, y no me gustaba.

- Lo sé, pero es su trabajo -tragué con fuerza-. Su vida es monótona por mi culpa. Si Kookie está conmigo, no puede pasar la tarde con la chica que le gusta o ... Divirtiéndose. Soy un impedimento para él.

La sangre en hirvió con tal intensidad que la rabia me poseyó al instante.

Tú eres la chica que me gusta. Sólo quiero disfrutar contigo, joder. Nunca habría otra chica que llamase mi atención del modo en que ella lo hacía. ¿Para que perder el día con alguien que no me aportaba nada? Maya me lo daba todo. Ella tenía todo lo que yo pudiera querer.

- Maya, a Jungkook sólo le interesa estar contigo -le agradecí tanto a Tae por decir aquello que no pude evitar suspirar de alivio. No quería que se sintiera como una maldita carga. No lo era-. Él quiere estar contigo.

- Y yo, pero, ¿y si hay alguien que querría tener el tiempo de Kookie mucho más?

Eso me descolocó en sobremanera. ¿Y qué si había una persona que buscase tenerme sólo por un rato? Algo tan simple como eso no bastaba para que decidiera dejar a un lado a Maya. Tantas chicas me habían pedido salir en los últimos meses, tantas me habían mirado con la esperanza de ser ellas las que consiguiesen una cita, y ninguna me hacía sentir como lo hacía Maya. Si yo estaba haciendo algo mal al no dejarle eso claro ... Tendría que explicarle de inmediato que nadie llamaba mi atención. Nadie más que ella.

- ¿Acaso hay alguien? -el silencio de Maya me alertó- ¿Te ha dicho alguien que ...?

- Dae gusta de Jungkook -me quedé de piedra.

No era tonto y ya me había dado cuenta de la devoción que demostraba por mí esa chica. Era mi amiga, así que no podía ser tan directo a la hora de decirle que no me interesaba, pero tampoco me había pedido salir o se había declarado. Maya debía ser la primera en enterarse de los sentimientos que había desarrollado nuestra compañera por mí y ahora mi mejor amiga se sentía obligada a que esas esperanzas llegaran a buen puerto. Incluso si eso nos alejaba, Maya no podía negarle ayuda a una amiga.

- Oh ... Bueno, pero eso es algo entre ellos, Maya. Tú no tienes por qué ...

- Ya lo sé, Tae, pero ella pensó que nosotros teníamos algo y ... -se tomó unos segundos para seguir relatando, los suficientes para pisotear mi corazón-. Minho también lo cree.

Estaba pensando en ella misma, en lo que pasaría entre Lee y su relación si seguíamos siendo tan cercanos, pero ... Pero yo no podía reprocharle nada. Eso fue lo más difícil de asumir mientras digería sus preocupaciones, esas que la estaban carcomiendo por dentro y que no se atrevía a confesarme. Maya tenía todo el derecho a pensar en lo que quería priorizar. Era normal que antepusiera sus sentimientos a lo que fuera que tuviéramos porque ... Porque ella quería a Minho. No a mí.

Quité la lágrima que comenzaba a caer por mi pómulo y restregué mis ojos. No podía llorar. Maya no podía verme roto cuando la que verdaderamente lo estaba pasando mal era ella. Si alguien tenía que ser egoísta en nuestra amistad, debía serlo Maya. Ella era la que merecía ser feliz de los dos, y si eso implicaba dejar de actuar como lo hacía ... Si eso ayudaba a que Minho pudiera hacerla feliz ... Entonces no importaba dejar de tocarla, dejar de mirarla de la forma en que la miraba. Maya se incomodaba por mi culpa y era duro entenderlo, pero no le mostraría más cariño del necesario si era eso lo que quería.

- ¿Él te ha dicho algo? Porque si Kook y tú estáis bien así, Maya ... Minho no puede llegar imponiendo sus reglas -la voz de Tae se había vuelto algo ruda-. Os podéis permitir esto después de haber estado tanto tiempo alejados, pequeña.

- No es él, Tae. Sé que le molesta verme tanto tiempo con Jungkook. No estoy ciega -mi pecho siguió desgarrándose y yo mordí mi labio con fuerza para retener las lágrimas-. Y aún así, Minho no me ha dicho nada al respecto. Así que, supongo que es por mí. Y me -mis sentidos se alertaron cuando un pesado suspiro llegó al pasillo. No, por favor. No debería llorar por mi culpa más-. doy asco por pensar esto. Me encanta estar con Kookie. Yo ... Yo quiero a Jungkook, Tae ...

- Tranquila, Maya -los pequeños sollozos que escuché fueron amortiguados por el pecho de TaeTae. Supuse que la estaba abrazando porque el suave lloro de Maya era casi inaudible-. No pasa nada porque quieras avanzar. Si quieres a Minho, es ...

- Pero amo a Kookie -su voz se quebró y yo me acerqué a la puerta de nuevo, incapaz de seguir escuchando más. El amor que yo le demostraba no era suficiente. No lo era para ella-. Lo quiero y ... Tengo miedo.

Con la vista borrosa a causa de las lágrimas, me coloqué frente a la puerta y dejé la mano sobre ella. No hacía falta que viera lo que estaba ocurriendo en su cuarto para saberlo, pero sabía que si mi corazón no terminaba de resquebrajarse con contundencia, no sería lo suficientemente valiente como para seguir la voluntad de Maya y alejarme.

- No te tortures -la melodiosa voz de TaeTae llegó a mí y yo tuve que morder el interior de mi mejilla para no hipar. Ella no debía saber que yo había escuchado aquello. Sólo sería peor-. Jungkook lo comprenderá. Él sólo ... Sólo quiere lo mejor para ti. No debes tener miedo a lo que él pueda decir.

Tras asegurarme de que Maya no me vería entrar, di un paso a su habitación. Tae alzó la mirada y apretó más a Maya contra su cuerpo. Sus dedos se clavaron en la espalda de nuestra amiga al verme.

Pude ver perfectamente cómo sus ojos se abrieron de par en par y el miedo se apoderó de ellos.

Tae no sabía qué había escuchado y qué no. No sabía que había permanecido al otro lado de la puerta, sufriendo como nunca, pero la lágrima que se deslizó por mi mejilla se lo confirmó. Yo sólo negué con la cabeza y le regalé una sonrisa rota. No debía preocuparse por mí, sólo de Maya. Debía cuidar de ella porque yo no podía. No esta vez.

Retrocedí sobre mis pasos bajo la apenada mirada de mi amigo y salí del cuarto. Me detuve unos segundos para limpiar mi rostro.

Taehyung estaría al lado de Maya, no lo dudaba, pero necesitaba que se apoyara en mí, como siempre. El problema residía en que ya no sería más así. Ella lloraba por mí, porque yo me interponía en su felicidad y no era capaz de decírmelo.

Me sentí tan inútil. Me había convertido en el elemento discordante, en esa cosa de la que no sabes cómo deshacerte por temor a herir sentimientos ajenos. Yo ya estaba destrozado. Desde que ella misma me contó sobre su amor por Lee, yo ya estaba sentenciado y no había nada que pudiera impedir mi ruina. Ese momento acabaría llegando, Maya terminaría apartándome, nunca dudé de ello, pero ... Era un sentimiento tan oscuro, tan sibilino y aterrador, que no fue hasta entonces que lo noté fluir por todo mi ser.

El amor no lo es todo. Mi cariño no era lo bastante fuerte como para resistir a lo que le daba Minho. Yo no era nada comparado con él.

Sonreí, desconectado del mundo. Poner buena cara a mi dolor era lo único que me quedaba por hacer. TaeTae no tenía que sufrir por mi estado; me estaba empezando a acostumbrar a lamentarme en silencio y era algo que podría seguir haciendo. Sólo yo tenía que soportar aquello.

- Jungkook, ¿ya te vas? -la voz de Hoseok hizo que no llegase a abrir la puerta de la entrada y dejase mi mano descansando sobre el pomo-. Pediré pizza para cenar. Es tu favorita.

- No, hyung. No hace falta. Volveré ... A casa.

Me calcé correctamente las botas y escuché los pasos de Hoseok a mi espalda. Di la vuelta, tropenzándomelo de frente, con el ceño fruncido y una mirada interrogante que me lastimó todavía más.

- ¿Ocurre algo? -ladeó un poco la cabeza-. ¿Has hablado ya con Maya?

Yo relamí mis labios y negué. No podía, y ella ... Ella agradecería tenerme lejos el resto del día.

- No quería interrumpir, así que no le digas que he pasado por aquí, pero ... -lo miré algo más alegre a pesar de estar al borde del colapso-. Hyung, Maya estará mejor pronto -Me aseguraré de que deje de sufrir-. Estoy seguro de que lo estará. Te lo prometo.

Con esas palabras como despedida, salí de casa de los Jung, dejando a Hobi sin comprender mi comportamiento.

Una vez fuera, metí las manos en mis bolsillos y dejé que las gotas embadurnasen mis mejillas sin ningún impedimento. Estas no tardaron en congelarse sobre mi piel, pero no entré en casa. Necesitaba que el frío me hiciera volver a la realidad, que acabase por separar los trozos de mi corazón antes de que estos amenazasen con volver a unirse.

Y, aunque tenía motivos para odiar a Minho por haberla conseguido antes que yo, no lo hacía. El odio solo crecía contra mí mismo. Si tan solo hubiera regresado a ella un poco antes, si no hubiera guardado tanto tiempo esos sentimientos que comenzaban a matarme por dentro, ... Ahora no estaría lamentando nada. No estaría llorando por un corazón roto ni por verme desplazado por la chica que amaba. Si hubiese abierto los ojos antes, nada de eso estaría ocurriendo.

Maya me quería, pero amaba más a Minho.

Debía aceptarlo; Maya no me necesitaba para ser feliz. Al menos, no de la forma en que yo lo hacía.

Taehyung

Jungkook lo había escuchado todo, desde la primera hasta la última de las palabras que habíamos cruzado Maya y yo. Las lágrimas en sus inocentes ojos me lo dijeron.

Mi destrozado amigo desapareció antes de que el llanto lo envolviera. Yo lloré por él, por Maya. Lloré hasta que las lágrimas dejaron de salir y el rastro de ellas sólo quedó en mis mejillas. Como si nunca hubieran estado ahí.

De repente, mientras imaginaba lo mal que lo tenía que estar pasando Kookie en esos momentos, Maya se apartó de mí y tomó un par de bocanadas de aire. Sus ojos todavía estaban rojos, igual que su nariz, y aunque la última vez que dijo algo ya quedaba una larga media hora atrás, terminó de sincerarse conmigo.

- No tengo miedo a eso, Tae -su voz se escuchaba rasposa a causa del llanto, pero su sonrojo lo suplió todo, logrando que mi ceño se frunciera al no entender su reacción-. Tengo miedo de querer a Minho y acabar descubriendo que alejar a Kookie no basta. Descubrir que ... -y suspiré al comprender, tan aliviado que sonreí-. Que quiero más a Jungkook que a Minho -su bonito rubor le habría encantado a Kook-. Me da pánico, Tae.

La vida es tan injusta. Los dos sufrían por lo mismo y ninguno lograba encontrar consuelo en el otro.

Si Kook hubiese llegado en ese momento, y no minutos antes, habría escuchado a Maya decir aquello. Habría sabido que Maya empezaba a desarrollar pequeños sentimientos por él, lentos pero a paso seguro. Si hubiera oído a la chica de sus sueños decir eso, las lágrimas que sus dulces ojos derramaron no serían de dolor, sino de alegría.

La vida es irremediablemente injusta, pero si yo podía hacer algo, conseguiría que lo fuera un poco menos para ellos.

···

Un poco de drama nunca viene mal. Esa es mi filosofía de vida xD

El próximo capítulo será en el cumple de Hobi, aunque puede que sea más de uno ...

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