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[3.1] "No le bastaba"

Maya

Fui corriendo a abrir la puerta, dejando paso así a tres chicos de lo más sonrientes.

- ¡Maya! ¿Me puedes explicar qué haces levantada? -Jin parecía realmente preocupado cuando me abrazó. Hobi habría exagerado sobre cómo me encontraba, igual que siempre-. ¿Por qué ese niño no te ha amarrado a la cama? Necesitas descansar.

- Estoy mucho mejor, oppa -me estrujó entre sus brazos, siendo el Jin que empezaba a conocer demasiado bien.

Pero no dije nada sobre Jungkook. No sabía por dónde comenzar para explicar lo que había pasado entre nosotros.

- ¡Vamos, Jin! -apremió un ansioso Jimin a su mayor-. Me toca a mí achucharla.

A regañadientes, Jin se separó de mí y Jimin apenas me dejó tomar aire para el abrazo de oso que me esperaba. Se tiró a mi cuello y por muy poco no me estranguló. Yo reí al notar su urgencia.

- Yo también te he echado de menos, Jiminie.

- ¿Estás bien? ¿Ya no tienes fiebre? -se alejó un poco de mí para colocar su mano en mi frente, con el ceño fruncido-. ¿Esa gaviota se ha portado bien?

- Sí -sonreí un poco.

- ¿Por qué hay algo que no me gusta en absoluto en tu tono de voz, preciosa? -el gesto de Jimin me pidió una explicación. Una que era realmente complicada.

- Deja de atosigar a mi amiga, Jimin-ah -Tae hizo uso de su adorable aegyo para hacer que Jimin corriera espantado y me regaló una bonita sonrisa rectangular-. ¿Estás mejor, Maya? -abrió sus brazos para mí y yo corrí a ellos-. Me asusté mucho cuando Jungkookie llamó diciendo que ...

- Jungkook ... ¿Os llamó? -pregunté ya en sus brazos.

- Claro -asintió acariciando mi espalda-. Él nos dijo que viniésemos a verte. ¿Por qué? ¿No te lo había dicho? -me miró a los ojos, un poco confundido por mis palabras. Taehyung se estaba dando cuenta ya de que había pasado algo-. ¿No está contigo? Dijo que no se despegaría de ti.

- Está en el salón -aclaré en voz baja-. Pero, no ...

Los ojos de Tae se abrieron mucho, asustado de lo que pudiera decir, así que, cerré la boca, sintiendo el descontrolado palpito de mi corazón. Taehyung me conocía lo suficiente como para saber lo que pasaba por mi cabeza. Habíamos pasado demasiado tiempo juntos y él vio en mi mirada ese extraño miedo que llevaba aguantando toda la tarde.

- ¿Se lo has dicho? ¿Es eso? -me preguntó en susurros. Mi silencio le dio la respuesta, a lo que se mordió el labio inferior, preocupado de verdad-. Maya, ¿por qué has hecho eso? Él no ...

- Vamos a la cocina, por favor -lo apremié, con las mejillas coloreadas de rojo otra vez-. No quiero que nos escuche.

- ¿Qué cuchicheáis vosotros dos? -saltó un Jimin repleto de curiosidad-. ¿Es que hay algo que no nos has contado, Maya? -alzó ambas cejas, juguetón.

Tae se encargó de hacerlo callar, y después de saludar rápidamente a un Jungkook que observaba la televisión, entretenido en cambiar de canal en canal pero sin abandonar ese ceño fruncido, nos arrastró a los tres hacia las habitaciones. Por el camino, Hobi salió de su cuarto y se tropezó con nosotros. Jin y Jimin lo saludaron sonrientes, pero Tae dejó toda formalidad a un lado y lo cogió de la camiseta para terminar empujándolo también a mi habitación.

Una vez los cinco allí, miramos a Tae cerrar la puerta. Ellos lo hacían extrañados, imaginando qué podía ocurrir para que Tae se comportara así. Yo ya sabía muy bien qué era lo que iba a pasar. Me crucé de brazos, enfadada conmigo misma. ¿Fue porque se lo oculté y ya lo sabía? ¿Acaso no tuve el cuidado suficiente al decírselo? Tantas cosas pasaban por mi cabeza que esta se había convertido en un verdadero laberinto del que era imposible salir.

- ¿No te habla? ¿Cómo reaccionó cuando se lo dijiste? -empezó Tae a preguntar apabullado.

- No ha dejado de hablarme, pero lleva toda la tarde evitándome siempre que puede -bajé la cabeza.

- ¿Es que le dijiste que no? ¿Es eso? -cuestionó Jimin, realmente sorprendido. Al ver mi gesto, se dio cuenta de que no se trataba de lo que él creía y cerró la boca.

- Maya le ha dicho a Jungkook que le gusta Minho -dijo en voz alta Tae, dejándome notar un amargo sabor.

- ¿Cómo? -Jimin se llevó la mano a la frente, intentando asimilarlo.

- ¿Qué? ¿Que has hecho qué? -mi hermano me miraba tan sorprendido como decepcionado por algo que yo no entendía y que de verdad me estaba haciendo daño.

Sé que no debería sentirme así de mal. En realidad, sólo había sido completamente sincera con Kookie. Pero, había algo que se me estaba clavando en el pecho desde que se lo dije. Algo que no debería estar ahí.

- Por dios, no seáis tan poco compresivos con ella -saltó Jin en mi defensa a la par que me regalaba una tranquila sonrisa-. Tendría que contárselo en algún momento. Maya sólo le ha dicho la verdad, ¿no? Es lo que sientes.

- Yo ... -no sabía cómo decirles aquello. No sabía cómo explicar la indecisión con la que luchaba todo el tiempo.

- Oh, Maya -Jimin me miró, con ese tierno brillo en la mirada que lo hacía tan pequeño e inocente siempre-. Estás dudando. Tienes dudas sobre sí estás haciendo lo correcto -dejó una suave caricia en mi mejilla, y yo me encogí, sonrojada-. ¿Es por él?

- No lo sé -admití, sintiendo que la cabeza terminaría por explotarme pronto-. No sé qué es lo que me pasa porque yo ... Yo quiero salir con Minho. De verdad quiero -miré, a Jimin y a Tae, a sabiendas de que ellos tenían en mente algo más-. Pero ... No habéis visto su cara cuando ha llamado Minho y yo le ...

- ¿Ese imbécil ha llamado? -las palabras de Hobi fueron tajantes.

- Jungkook ha cogido el teléfono y me ha dicho que era él, preguntando por mí ...

- Pero no has respondido -una tímida sonrisa asomaba en los gruesos labios de Taehyung-. No lo has hecho.

Yo negué con suavidad. No podría hablar con Minho. No con mi pecho saltando de alegría por tener a Kookie a mi lado todo el fin de semana.

- ¿No crees que eso significa algo, Maya? -cuestionó el más mayor de todos con ojos esperanzados.

- No tengo ni idea de si significa algo, Jin -respiré hondo, reprimiendo las ganas de llorar. Me sentía tan tan mal-. Pero sé que le he mentido -me dirigí hacia Tae-. y él ya lo sabía, ¿verdad?

- Jungkookie tenía la esperanza de que ... No fuera así -dijo confirmando los miedos que llevaba arrastrando por horas.

Bajé la mirada, rendida. ¿Quién me decía a mí que su enfado se debía a algo que sentía y no podía confesarme? ¿Quién podía asegurarme que el malestar de Jungkook nacía de unos sentimientos y no de un simple cabreo al descubrir que yo gustaba de su mayor enemigo? Nadie lo haría. Ninguno de ellos me lo diría, por seguros que estuvieran por temor a que yo no sentiría nada por él. Ese también era mi peor miedo; acabar viendo que sólo jugaría con Jeon Jungkook. Y yo no podía crearle falsas ilusiones hasta que supiera al cien por cien que mi corazón latía por Kook y no por otro.

- Arregladlo, Maya -murmuró un alicaído Jimin-. Él llamó a Jin-hyung porque quería prepararte algo de comer. Quería cuidar de ti.

- Y lo ha hecho -me apresuré a asegurarle-, pero ... Siento que le he fallado y que no quiere ni mirarme a la cara porque odia a Minho. Ojalá me hubiera fijado en otro, pero ...

- Eh ... -los finos dedos de Tae se aferraron a los míos con una calidez que me embriagó. Hasta entonces, no me percaté de lo mucho que lo había añorado. Acarició mi pelo, y yo me abracé a su torso, aterrada porque podía perder a la persona que más me importaba-. ¿Podéis dejarnos solos? Creo que la estamos agobiando.

Sin hacer ni un sólo ruido, los tres fueron saliendo de la habitación. Sentí una caricia de mi hermano en la espalda. Sabía bien que él también quería consolarme, dejar que me desahogara con él, pero que no era el día. Tae era el indicado siempre que había un tema así de delicado de por medio.

No tardaron en dejarnos solos, y yo apreté los labios, tan frustrada y asustada que hasta Tae lo pudo sentir a la perfección.

- Sabes que Jungkook sólo quiere lo mejor para ti, ¿verdad? -depositó un cariñoso beso en mi frente-. Es un tonto por enfadarse así, pero estoy seguro de que le da rabia que Minho sea tu favorito.

- Jungkook siempre será mi favorito. Da igual que me guste otro -me desquité-. Él siempre será mi mejor amigo.

- Él también sabe eso. Estoy seguro de que ahora mismo se está insultando a sí mismo por ser tan impulsivo y no apoyarte en esto.

Yo lo creía también, pero siempre que nos enfadábamos costaba que entrásemos en razón. El problema era que él se marchaba en unas horas a Japón y no concebía la idea de que se fuera estando así.

No era tonta. Jungkook no era egoísta. No era uno de esos amigos controladores. Él no estaba enfadado conmigo, sino con él mismo por no haber sido capaz de impedir que me enamorara de Lee Minho.

- Tengo que hablar con él -susurré, oliendo el dulce perfume de Tae-. Porque debe estar torturándose mentalmente.

- Creo que querría despedazar a su yo interior por estar actuando así.

- Sí -reí ante su comentario y me separé de sus anchos hombros-. Además, la comida estaba demasiado rica y ni siquiera he podido decírselo.

- Pues hazlo -sonrió, provocando que dos tiernos hoyuelos aparecieran en sus mofletes-. No me gusta que mis dos mejores amigos estén mal.

Le agradecí con un beso en la mejilla aquella pequeña charla y sentí de nuevo ese nerviosismo correr por mis venas. Las cosas se arreglarían entre ambos, era consciente de ello, pero el miedo no se iba.

Me encaminé hacia la puerta, intentando tomarme con calma la conversación que debía tener con Jungkook. Minho no era mala persona, creía de verdad que él merecía la pena.

Al tirar del pomo, alcé la cabeza y me di de bruces con un Jeon Jungkook que tenía la mano en alto, a punto de llamar. Él me miró, teniendo un diminuto ataque de pánico que me hizo sonreír internamente. Sus mejillas estaban tan rojas como dos brillantes cerezas.

- Yo ... Yo venía para ... Disculparme -dijo mordiéndose el interior de la mejilla y tomándose de ambas manos, como un niño pequeño que se está disculpando por haber hecho algo malo.

- Estabas tardando más de lo normal en hacerlo, Jungkookie -dijo cantarín TaeTae antes de salir del cuarto y empujar dentro a mi vecino-. Arréglalo.

Y con esa orden, Tae se encargó de cerrar la puerta que yo había abierto. Parpadeé un par de veces, dándome cuenta de que ahora estábamos solos gracias a ese chico. Quise agradacérselo, pero vi a Jungkook ahí parado, todo colorado y con los hombros caídos. Por todos los cielos, sí que estaba arrepentido.

- Lo siento -dijo a unos palmos de mí, con los ojos puestos en la punta de sus botas-. Mucho.

- ¿Mucho? -pregunté, dejando que todos aquellos temores se esfumaran.

Ladeé la cabeza y él asintió, frunciendo los labios.

- Sé que no he debido hablarte así y que toda la culpa es mía -tomó un poco de aire-. Si tú ... Si quieres a Minho, yo ... Yo ...

Pero, no lo dejé terminar. No le pedía que lo aceptara ni que estuviera feliz por ello. Sólo que lo respetase. Así que, me tiré a su cuello con una necesidad de lo más abrumadora. Él dio un gracioso salto hacia atrás. Olvidaba lo dulce que podía ser Jungkook así de arrepentido.

- Uno no decide a quién quiere y a quién no, ¿verdad? -esbocé una sonrisa cuando suspiró de alivio-. No hace falta que te guste. Está bien si continúas peleando con él, pero ... Pero no me dejes sola.

- No entiendo cómo sigues queriéndome cerca después de todo -dijo con una sinceridad que me hizo pensar-. Pero si es lo que quieres, le veré la cara a ese payaso todos los días. No ... No me importa.

Oh, Jungkook. Claro que te importaba.

- Sigo sin estar segura sobre ello, ¿sabes? Hay ... -remojé mis labios y tomé entre mis dedos el cuello de su jersey-. Hay sentimientos que no logro entender y que ... Que me dicen que espere.

- Si lo quieres, no debes esperar, enana -hundió el rostro en mi cuello-. Esperar es lo que peor que puedes hacer, porque ... Porque puede enamorarse de otra que no seas tú, y no mereces eso.

¿Y tú merecías cargar con todo ese dolor sólo, Jungkook?

Respiré hondo y seguí escuchando por unos segundos más las cariñosas palabras de aliento que Jungkook me brindaba, sin saber que eran las palabras más difíciles que nunca tuvo que decir.

Todavía abrazado a él, me dije a mí misma que no daría ningún paso precipitado. Porque lo completa que me sentía en sus brazos no era algo que pudiera tomar a la ligera. No era algo que pudiera dejar pasar.

- La comida estaba deliciosa, Kookie -dije rompiendo el silencio que había creado. Su cuerpo dejó de estar tenso y yo sonreí.

- Lo sé -susurró en mi oído. Noté que sus manos descansaron en mi cintura, a lo que tragué saliva.

- Y no quiero que dejes de ser mi amigo. No quiero que dejes de hacerme de comer cuando me encuentre mal o ... O que dejemos de dormir juntos por esto. No va a cambiar nada.

Y no supe hasta más adelante que eso era lo que más temía Jungkook; que nada cambiase entre nosotros.

- Con eso me basta -aseguró, mintiendo vilmente. Porque no. No le bastaba-. Y ahora ... Creo que deberíamos escoger una película y echar a esos cuatro de la puerta, ¿no crees?

- Te quiero, Kookie -dije alzando un poco más la voz a conciencia. Él soltó una risa y me alejó para dejarme ver sus preciosos ojos.

- Y yo, Maya -a pesar de estar fingiendo sólo por escuchar a esos malos espías, supe que lo decía de corazón. Una pena que no viera lo importantes que eran sus palabras.

- ¡Le ha dicho que la quiere también! -Jimin no sabía mantener silencio en esos casos.

Kookie tiró del pomo con total tranquilidad. La cara de Park Jimin era de cine.

- Chicos, veníamos ... -dijo Hobi, muy avergonzado. Se levantó a todo correr del lugar en el que estaba sentado y Tae lo imitó-. Veníamos a preguntaros por la película que queríais ver.

- Sí, sólo eso. Pero ... -sonrió Jimin, con esa carita de ángel-. ¿Os queréis? ¿Es en serio?

- Oh, Jiminie ... -se acercó Kook hasta Tae con una amplia sonrisa que escondía un corazón hecho pedazos y pasó el brazo derecho por el cuello de Taehyung-. ¿Cómo podría querer a Maya? Mi amor es de TaeTae.

Y con buen humor, corazones rotos, ilusiones que no hacían más que aumentar y mis sentimientos completamente divididos, dejamos a Hobi escoger el film de la noche.

Yo me senté en el suelo, al lado de Jungkook, que no tardó en abrirme sus brazos para que descansara en su pecho mientras los demás esparcían alguna que otra palomita por la alfombra de salón.

Ya sentada entre sus piernas, él apoyó su barbilla en mi hombro, rodeándome con sus brazos, y dejando un rápido beso en mi mejilla.

- Me encargaré de que seas feliz, aunque sea con él.

Puede que tú seas el único que logré hacerme verdaderamente feliz, quise decirle.

Pero, ¿cómo hacerlo?. Mi pulso aumentó su ritmo en cuánto me acarició, es cierto. Sin embargo, yo seguí negándome en redondo a admitir que eso era una señal.
Como siempre hacía.

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¡Ya es el cumpleaños de nuestro TaeTae! 😱😱😱❤️❤️❤️❤️👏👏👏👏😭😭😭😭😭😭💝💝💝💝🎆🎆🎆🎆🎇🎇🎇🎐🎐🎐🎐🎑🎑🎑🎁🎁🎁🎁🎁🎁🎁🎁🎋🎋🎋🎋🎉🎉🎉🎉🎉🎉🎉🎉🎉🎉🎊🎊🎊🎊🎊🎊🎈🎈🎈🎈🎈🎈

El capítulo va dedicado al visual de Bangtan, que ya tiene un año más 😭❤️

Pasad felices Navidades y buen Año Nuevo :))

P.D.: no os olvidéis de la famosa actuación del 31 de diciembre de los chicos xD

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