[2.5] "Jungkook VS. Minho"
https://youtu.be/06TZDZtorTM
Jimin
No voy a mentir; habría dejado a la gaviota saltar de su sitio con gusto. Ese tal Minho no me había caído bien, y si alguien no se ganaba mi confianza desde el principio, no la conseguía jamás. Pero el problema era Maya.
No tenía ni idea de si era cierto lo que me había contado Tae, pero si lo era, no podía dejar que Kook la jodiera de esa forma. ¿Y si Maya llevaba tiempo esperando que ese chico se fijase en ella y ahora lo estaba consiguiendo? Si quería ser su ángel de la guarda esa noche, tenía que asegurarme de que conseguía eso que tanto ansiaba.
Antes de que mis ojos se abrieran como platos, agarré de la muñeca a Jungkook, sabiendo que trataría de impedirlo. ¿De verdad era yo el único que notaba lo que sentía por Maya? Hasta un ciego se habría dado cuenta si lo escuchaba hablar de ella. Era devoción lo que impregnaba sus palabras.
- No, Jungkook -le susurré, rodeándolo con ambos brazos-. Para.
- Jimin -se voz se quebró, consiguiendo que un poco de su rabia y dolor llegaran a mí.
Observé su perfil para evitar tener la mirada puesta en la pareja del momento por más tiempo, al contrario que él, quién no podía apartar la vista de Maya y Minho.
Prometo que vi su labio inferior temblar, sólo por un instante, pero lo hizo, y se me rompió el alma.
La luz no era del todo favorable, pero la situación era tan inusual que supongo que todos lo creímos porque era lo que debíamos hacer. Por eso mi amigo terminó bajando la mirada y apretando sus manos. Ardía en deseos de ir a por ese chico y separarlo de Maya. Sé que, si se lo hubiera preguntado, me habría dicho que quería ocupar el lugar de Minho más que nada en el mundo.
- No pensé que fueras a hacerlo ... -Tae estaba pálido, asustado por lo que había desencadenado en cuanto vio mi semblante, cargado de maldiciones hacia su persona-. Vale, pues ... Te toca, Minho
Y la gota que colmó el vaso fue que el chaval se acercara de nuevo a Maya. Ella temblaba como una hoja en otoño, incapaz de moverse por sí sola, dejándose llevar por el viento. Minho controlaba las acciones de mi aterrada amiga, porque tenía miedo, sus ojos gritaban a todo el mundo que estaba presa del terror.
Agradecí mentalmente que Kookie siguiera con la cabeza baja, intentando controlar el llanto que llamaba a sus puertas y la rabia que comenzaba a a corroerlo por dentro; no sé qué habría sucedido si notaba aquel acercamiento de su rival sobre la chica que le gustaba.
Porque, Jeon Jungkook, estaba enamorado de Jung Maya.
Si antes tenía sospechas sobre los sentimientos hacia su mejor amiga, esa noche, en aquel juego, todas mis dudas desaparecieron. La mirada de Jungkook no era la de un amigo intentando proteger a la chica que había estado a su lado más de media vida. Era la de un chico que habría deseado con todas sus fuerzas ser el primero para ella en todo.
- ¿Maya? -la llamé cuando ya estuvo lejos del imbécil que sonreía por lo que había hecho.
Lucía demasiado desencajada y alterada como para haber recibido su primer beso del chico que le gustaba.
Al cabo de unos segundos, ella alzó la mirada mientras una manta de cuchicheos nos envolvió de sopetón, haciendo que sus mejillas ardieran todavía más, si eso era posible.
Sus ojos lucían perdidos, lejos de centrar su atención en mí, hasta que toparon con la figura a mi lado.
Kook la observaba, y yo aún lo sujetaba de la cintura. No lo solté, sólo me fijé en sus ojos, en lo dilatadas que se encontraban sus pupilas y el notable enfado que escondían.
Volví el rostro sin saber qué hacer. Hobi habría hecho alguna broma estúpida para calmar el ambiente, pero estaba estupefacto por haber visto a ese Minho plantar un beso en los labios de su hermana. Jin me miraba, viajando desde Jungkook hasta Maya sin parar, incrédulo por lo que había presenciado. Él también sospechaba que Kookie quería más que una simple amistad con Maya. Seguramente él le habría quitado hierro al asunto con su pegajosa risa de limpiacristales. De haber estado sobre la tierra, claro.
Sólo pude pensar en cómo habría reaccionado Yoongi-hyung de habernos acompañado. Ojalá él estuviera allí y pusiera orden.
¿Qué habría hecho él? No se quedaría de brazos cruzados, desde luego.
Minho giró la botella con energías renovados tras echarle un vistazo a la gaviota. Estoy seguro de que estaba más orgulloso por hacer enfadar a Kook que por besar a Maya. No me caía bien.
Y, por si las cosas no pintaban mal ya, el cuello de la botella apuntó de lleno a mi compañero de baile. Alejé mis brazos de él, esperando que supiera controlarse sin necesidad de que yo estuviera ahí agarrándolo.
- Jeon Jungkook ... -se llevó una mano a los labios para hacer creer que no sabía lo que preguntarle.
Clavó sus ojos negros en Kookie y yo miré a Maya, que parecía entender la poca estabilidad de esa conversación. Si al famoso Minho se le ocurría pasarse de la raya, Jungkook no tardaría en saltar sobre él dispuesto a dejarle la cara como una cadena montañosa.
- ¿Reto o verdad?
- Verdad -dijo entre dientes la gaviota. Por lo menos todavía pensaba con la cabeza y no con los puños.
A Minho le gustó que escogiese eso. Yo no entendí por qué, deduje que había algo entre esos dos que ni siquiera Maya alcanzaba a comprender. Algo que ninguno de los presentes imaginaba.
- Tienes complejo de mentiroso, ¿seguro que quieres esa opción? -entrecerró los ojos, tratando de sacar el mal genio de Kook a toda costa-. Puedes terminar muy mal si ...
- Pregúntame de una vez antes de que te parta la cara, payaso.
Maya se irguió y yo la secundé. Está bien. A lo mejor Jungkook no pensaba con claridad.
- Pareces estar molesto por algo ... -sonrió ampliamente y yo lo asesiné con la mirada. Puede que Jungkook más bebido de la cuenta no acertara muchos golpes en esa asquerosa cara, pero yo tenía un buen derechazo. Minho pareció captar el mensaje y se aclaró la voz antes de formular la pregunta. Chico listo. Nadie quiere probar un golpe mío cuando no hay ni una gota de alcohol en mi sangre-. ¿Te gustan las apuestas, Jungkook?
- No -respondió tajante, tanto que cortó el silencio con esa única palabra.
- ¿No? -soltó una carcajada, confiando ciegamente en sí mismo-. ¿Sabes? Yo no diría eso.
- Minho ... -su nombre salió como una advertencia, una muy directa que hasta un tonto habría pillado.
- ¿Qué pasa si estás mintiéndonos a todos, Jungkook? -el desgraciado estaba tanteando el terreno, probando hasta dónde resistiría Kookie antes de lanzarse hacia él y rebanarle el pescuezo-. ¿Qué pasa si yo digo lo contrario? -sacó el teléfono de su bolsillo y se lo enseñó a mi amigo, que apretó los dientes hasta hacerlos rechinar de pura impotencia-. Tengo pruebas, ¿no es así?
¿Qué coño pasaba entre esos dos? Taehyung me dijo que se llevaban mal, no que mantuvieran negocios suicidas o tuvieran una red de contrabando. ¿Qué nos estaba escondiendo Jungkoook? ¿Por qué tenía la sensación de que era algo que preferiríamos no saber?
- Dame un trago, Tae -Jungkook extendió la mano hacia el susodicho, que presenciaba la escena mudo-. Ya he respondido.
¿Entonces estaba mintiendo y él mismo lo admitía? ¿Por qué demonios Minho tenía el control de la situación? ¿Qué mierdas comprometedoras tenía en su móvil?
Esa noche, no entendí por qué Kookie se negaba a seguirle el juego a Minho. Ninguno de nosotros comprendió su afán por evitar la verdad, pero cuando lo supe, días más tarde, me di cuenta de que a Jungkook no le gustaba Maya.
Estaba enamorado de ella hasta un punto del que ni él mismo era verdaderamente consciente.
- Estoy seguro de que todos quieren saber la verdad -contrarrestó un Minho realmente contento-. No seas tímido y cuenta lo de la apuesta, venga. En el fondo quieres hacerlo.
Minho tenía a su merced a Kook, y la tentación que suponía ir a hasta ese cobarde y partirle la cara, era demasiado grande.
- Cállate -sus ojos estaban envenenados, deseando escupir todo el veneno que estaba reteniendo sobre el individuo que parecía tener las de ganar.
- Maya quiere saberlo seguro, Jeon. ¿No sois mejores amigos? Deberías confiar en ella y contárselo todo.
- Minho -la voz, débil y contrariada, de Maya, hizo acto de presencia-. No sigas.
Me sorprendió que Maya interviniera, pero iba a acabar haciéndolo. Su mejor amigo y ese chico estaban cerca de dejar las palabras a un lado y optar por la fuerza bruta, ¿cómo no actuar si las cosas estaban prácticamente fuera de control?
- Vamos, Maya -la invitó Minho-. No puedo creer que no sientas curiosidad sobre todo lo que oculta el famoso Jeon Jungkook.
Kookie estaba echando humo por las orejas, y yo no sabía qué hacer.
- Te juro que ... -Jungkook parecía tan desesperado que incluso estuve cerca de darle un pequeño empujón para que callara a golpes a ese tipo.
- Jungkook no está mintiendo -Maya se hizo notar al cortar la nueva amenaza de su amigo-. Él no miente.
- Chicos -Namjoon, la voz de la razón, entró en acción buscando un entendimiento mutuo-, es sólo un juego.
- ¿Cómo puedes confíar ciegamente en él? Además, la apuesta de la que hablo te ...
Antes de que pudiera parpadear, Jungkook ya no estaba a mi lado reprimiéndose. El cuerpo de mi amigo estaba muy cerca del de ese estúpido de Minho, y tomaba con rabia el cuello de su camisa. Maya me miró antes de coger el brazo de Kookie. La pobre estaba aterrada. Me pregunto qué habría hecho de saber que el secreto en cuestión tenía que ver directamente con ella.
- Kookie, déjalo -él tardó unos segundos en reaccionar, pero acabó separándose de Minho ante la petición de Maya.
Se apartó de él, sí. Supongo que no quería que el alcohol lo salpicara.
- Uy -dijo Jin conteniendo una sonrisa de satisfacción-. Era el chupito de Jungkook. Lo siento.
Minho, con el licor cayendo por su rostro y el pelo empapado, gruñó algo que nadie consiguió descifrar, ya que todos aguantábamos la risa. Me mordí el labio, orgulloso de ese hyung.
Supongo que eso habría hecho Yoongi para callarle la boca de una vez.
Minho no tardó en irse bajo la preocupada mirada de Maya, que lucía perdida. No entendía cómo las cosas se habían desmadrado tanto, pero pasé la mano por la espalda de Kook cuando se hubo sentado de nuevo a mi izquierda. Al menos, no había terminado en pelea.
- Tenemos que hablar, ¿no es así, Jungkookie? -acaricié la parte baja de su nuca con mis dedos, haciéndole saber que podía contar conmigo.
Él asintió, apagado.
- Quiero beber, hyung -murmuró.
Ese niño tenía demasiadas cosas a sus espaldas. Necesitaba desahogarse con alguien, y yo estaba dispuesto a escucharlo el tiempo que hiciera falta.
- ¿Para echarle la culpa al alcohol después de machacar a ese imbécil? -sonreí una chispa antes de ver que negaba con la cabeza.
- No tengo el valor de mirarla a la cara sin estar bebido -y se levantó en busca del chupito que le había pedido antes a Tae.
El juego continuó como si nada, a excepción de las caras largas de Maya y Kookie. Ninguno intentó encontrarse con el otro. Siempre que era el turno de alguno de los dos, impulsaban la botella a la velocidad justa y necesaria como para esquivarse. No me sorprendió que Maya lo hiciera porque todos notábamos su enfado con Kook a kilómetros, pero sí que él la evitara cuando seguramente ya no recordaba ni quién era Minho.
Jungkook siguió bebiendo en silencio aunque no fuera su turno, pero no lo detuve. Su ánimo comenzó a elevarse conforme los vasos de chupito se acumulaban frente a él, así que me quedé en silencio, pensando en esa apuesta en la que tanto interés tenía Minho. No tenía ni una pista de lo que podía tratarse, pero deduje que Jungkook no estaba orgulloso de ella. De lo contrario, no habría mentido esa noche.
Mi turno.
- Quiero tirar yo, hyuuuuuung -Jungkook comenzaba a arrastrar las palabras. Señal de que ya era suficiente y de que Maya quería tirarle la botella a la cabeza.
- No te toca, Jungkookie -revolví su pelo y él se quejó haciendo un puchero. Puede que Tae tuviera razón y los suyos fueran más monos que los míos.
Y tracé un plan en menos de diez segundos. Calculé la posición del botellín y lo hice girar con cuidado. Para mi mala suerte, terminó volviendo a apuntar hacia mí. Con una mueca de disgusto, me dispuse a volver a tirar, pero Jungkook lo movió un poco hacia su posición asegurando que estaba listo para el fin del mundo si hacía falta.
Al final estaba saliendo como quería.
- Vale, vale -sonreí con maldad-. ¿Verdad o reto?
- Escoge el reto, Kook -Namjoon tenía un palpito sobre lo que planeaba hacer con esos dos-. La verdad la vas a decir igualmente por culpa de todos esos chupitos.
- Entonces, hazlo -lo incitó todavía más Jin-. No quiero que te bebas todo el alcohol y tengamos que llamar a una ambulancia esta noche.
- Reto. Sí -Jungkook era como un trozo de plástico en ese estado. Podías hacer lo que quisieras con él.
- Ese es mi chico -y miré a Maya, llamando su atención y haciendo saltar todas sus alarmas. No pudo abrir la boca para detenerme porque fui más rápido que ella-. Te reto a estar siete minutos en el paraíso, gaviota. Con Maya, por supuesto.
- Park Jimin -me amenazó Maya.
Ella sólo había bebido una vez y no parecía estar para nada bajo el poder del alcohol, así que supuse que se resignó porque quería alejarse todo lo posible del alcohol.
- ¿En el ... Baño? -Kook ya estaba en pie, aunque estuvo a punto de caerse y perder el equilibrio en el trayecto.
- ¿Qué dices? En el armario, tonto -y todos reímos.
- ¿Siete minutos? ¿A oscuras? -Maya seguía reacia a entrar en el reto, pero sabía que no tenía otra opción.
- Hay una bombilla dentro -aclaró Jin-. Aunque, no es que funcione muy bien.
- ¿Qué más da? -Jungkook atrapó a Maya y tiró de ella hasta el lugar al que apuntaba Jin-. Será diverrrrtidísimo, enana.
Maya resopló, pero Jungkook no estaba pensando con claridad, así que no notó el poco aguante que presentaba su amiga a esas alturas. Cuando los vimos entrar al armario, me replanteé si de veras había hecho bien al juntarlos estando Kookie tan fuera de sí.
- Ahora, silencio -proclamó Hobi alzando los brazos-. Quiero saber si llegan a las manos.
- ¿En qué sentido, Hobi? -preguntó Jin antes de que todos comenzasen a proponer sus distintos finales.
Unos decían que Maya saldría del armario antes de que el tiempo se cumpliera. Hoseok aseguró que su hermana saldría, pero que antes de hacerlo, le estamparía en la cabeza la bombilla a Jungkook.
Yo me imaginé otro final, pero ninguno era lo suficiente creíble como para pensar que acabaría ocurriendo si nadie intervenía.
Desde luego, ninguno de los allí presentes habría imaginado lo que iba a pasar en aquella escondida esquina de la habitación.
Maya
La puerta se cerró y yo tanteé por la pared buscando el interruptor del que Jin me había hablado. Quería saber dónde estaba Kookie en todo momento por si tenía que estamparle un buen tortazo.
- Mayaaaa -¿es que había olvidado lo que había pasado antes?-. ¿Qué buscas?
No era tonta. Sabía que Minho también había tenido su parte de culpa, pero ... Lo había intentado defender ante sus estúpidas acusaciones sin sentido, ¿por qué no se comportaba de una vez y se disculpaba? Había estado a punto de pegarle y optó por emborracharse para no tener que enfrentarse a mí. Jeon Jungkook estaba acabando con mi paciencia esa noche.
- Cállate, Jungkook -escupí deslizando las manos por la pared.
Topé con algunas chaquetas y bufé. ¿Cuánto tiempo había pasado ya?
- ¿Estás enfadada? Sólo me llamas así cuando lo estás ... -sentí su presencia a mi espalda, y quise empujarlo lejos, hacerle ver que ya estaba bien.
- Enfadada se queda corto ahora mismo.
- ¿Quién es? Iré a pegar a quién te ha ...
- ¡Eres tú, imbécil!
Todo se sumió en el silencio más incómodo y complicado que he experimentado en mi vida. El cubículo era tan pequeño que, cuando quise girarme y tirarme contra uno de los rincones aguantando la respiración, me di de bruces contra una estantería. Maldije por lo bajo y llevé una mano a mi nariz. ¿Por qué era tan difícil entender que no quería estar cerca de Jungkook lo que quedaba de noche, Jimin? ¿Qué era lo que se le había pasado por la cabeza a ese chico?
- ¿Yo? -preguntó al cabo de unos instantes realmente tensos.
- ¿Y quién sería si no, eh? Te has pasado al intentar pegarle. Pensé que ibas a hacerlo, joder ... -notaba el corazón desbocado, incapaz de rebajar la velocidad con la que golpeaba mi dolorido pecho-. ¿Qué ibas a hacer? Golpearlo por una simple broma es ...
- Minho empezó -sus palabras eran las de una persona cuerda, pero él estaba hasta arriba de alcohol.
- ¿Y qué? Sólo son palabras, Jungkook -acaricié mi frente, tratando de controlarme, pero era imposible-. No pensé que te fueras a rebajar hasta el punto de ...
- No -soltó de golpe haciéndome volver el rostro para tratar de encontrarlo en la oscuridad-. Él empezó besándote.
Fruncí el ceño por lo que estaba diciendo. ¿Qué tenía eso que ver con el tira y afloja en el que se habían entretenido como dos niños pequeños? En el fondo sabía que estaba siendo injusta al reprender únicamente a Kookie, pero no tenía el coraje para hacer lo mismo con Minho, así que ... Él se estaba llevando la peor parte, supongo.
- Pero ...
- Me estás ... Me estás echando la bronca por una pelea y tú ... -me tragué lo que iba a decir. Sus palabras estaban cargadas de angustia-. Has dejado que te bese. ¿Es que no sabes cómo es? ¿No se supone que tú eres la inteligente de los dos, Maya? Si lo eres ... ¿Por qué mierda has permitido que ese des ... Graciado haga lo mismo contigo que lo que hace con todas las demás? ¡Yo soy el que está crabeado aquí!
Cada mísera palabra que soltó fue como un dardo cargado de odio que fue a parar en lo más hondo de mí. Si tanto asco sentía por algo que no había llegado a ocurrir ... ¿Cómo sería capaz de decirle que me gustaba Minho? Seguramente me diría a la cara que era una zorra en busca de atención. Y era cruel imaginar aquello, porque no sería la primera vez que lo escuchara de alguien, pero sí la primera que mi mejor amigo tirase por los suelos algo que era importante para mí.
- ¿¡Qué?! -sentí las lágrimas en los ojos en cuanto me enfrenté a su estúpida reflexión-. ¡Yo no tengo que darte ninguna explicación al respecto! ¡Puedo hacer lo que me de la gana! -y topé con su pecho. Me alejé un poco de él y escondí las ganas de llorar tras el enfado aún sabiendo que no vería si había estallado en llanto-. ¿¡Desde cuándo le tengo que rendir cuentas a un borracho!?
- ¡Él sólo quiere usarte, Maya! ¿¡En qué piensas!? ¿¡Crees que te besa porque siente algo!? ¡Sólo quiere burlarse de ti! ¿¡Quieres abrir los ojos y ...!?
- ¡Ni siquiera me ha besado! -golpeé por encima su hombro, haciendo que retrocediera y cerrara la boca de una vez-. ¡Ni siquiera lo ha hecho! ¡Así que para de una vez! ¡Deja de ... Comportarte como si te importara!
- Pero yo he visto ... -ahora su voz se había reducido a un simple susurro.
- En la mejilla también se dan besos, ¿sabes? -dije de mala gana.
- Entonces no ... -dejó de hablar al darse cuenta de lo ridículo que resultaba ahora su supuesto enfado, o eso quise pensar.
- No lo ha hecho, ¿vale? -me sentí mal al querer que me abrazara, pero me estaba comenzando a dar cuenta de que, en algún momento del tiempo que pasé con Minho, creí que se fijaría en una chica como yo-. Minho es popular y yo no soy nadie, ¿no es lo que has dicho antes? -solté una risa cuando era de todo menos gracioso-. Lo sé. No hace falta que me lo recuerdes.
- Para mí eres alguien -sonaba como si se estuviera disculpando, y habría dado cualquier cosa por ver su rostro en ese momento, pero era imposible.
- ¿Ahora intentas hacerme sentir mejor? -le dije sin miramiento alguno-. Jeon Jungkook, el Playboy de la fiesta ... ¿¡Qué digo!? ¡De la preparatoria! ¿De verdad alguien tan importante como tú está tratando de subirme la moral? ¿¡A mí!? Venga ya -debí parar ahí, cuando todavía había un punto al que volver, pero no lo hice y saqué sus trapos sucios inconscientemente-. No quiero ni imaginar cómo habrás actuado tú con Dae esta noche. ¿Ya te has cansado de ella? ¿Dónde está? ¿Sabes lo enamorada que está de ti? Espero no encontrarla destrozada ahí abajo porque Jeon Jungkook sólo la ha utilizado para pasar el rato.
- Enan ...
- ¡No! ¡Ahora me toca a mí! -estaba tan enfurecida con ese chico que no podía controlarme. No lo iba a hacer-. ¿Cómo lo has hecho? ¿Le has dicho que estabas interesado en ella desde hace tiempo o simplemente te has aprovechado de sus sentimientos? Venga, cuenta. ¿Somos amigos o no? -volví a reír por la ironía, pero no era yo la que hablaba. Y me arrepiento de cada palabra que dije-. Oh, espera. Es cierto. Tú eres popular y yo no soy nadie. Entonces no merezco que me cuentes nada de eso.
Recuperé algo de aire y fruncí los labios. Necesitaba mirarlo a los ojos, lo estaba pidiendo a gritos, pero por más que tantease la pared el interruptor no aparecía por ninguna parte.
- Estás siendo ... Muy criel.
Lo estaba siendo. Lo sabía, y aún así, seguí soltándolo todo. Él me había hecho daño, pero ... Ninguno de los dos era así. Nuestra relación se basaba en algo más que en una tonta amistad. He tenido muchos amigos a lo largo de mi vida, pero nadie me ha tratado como él. Yo lo he cuidado como él lo ha hecho conmigo, nos hemos apoyado en todo, siempre que lo hemos necesitado. ¿Por qué narices estaba alzando la voz entonces? No teníamos nada que recriminarnos. Absolutamente nada.
Me sentí aún peor al entender que él había pillado eso antes que yo, estando ebrio y desorientado. Puede que yo no fuera la inteligente de los dos, al fin y al cabo.
- Tú también lo has sido -me crucé de brazos, avergonzada por esos celos infundados-. Y es 'cruel'. No creo que sea tan difícil de pronunciar aún habiendo bebido todo eso.
- No he bebido tanto -refunfuñó entre dientes.
- Claro -y sonreí ante su adorable comportamiento-. Sólo unas diez botellas.
- ¿Por qué exageras tanto? Eso es mucho. Habré tomado doce, más o menos -dijo provocando mi risa. Aún estando bebido, seguía siendo mi mejor amigo. No cabía duda.
También pasó por mi cabeza aquella misteriosa apuesta. ¿Acaso Jungkook había dejado de confiar en mi y había secretos entre nosotros? A pesar de las dudas, seguía creyendo en la palabra de Kookie antes que en la de Minho. Después de esa pelea entre los dos, algo me hizo verlo de otro modo. Puede que Lee Minho no fuera tan bueno como me había mostrado.
Relamí mis labios, sintiéndome un poco mejor al pensar que Jungkook no recordaría lo mal que nos habíamos tratado durante esos minutos al día siguiente. Esperaba con ganas que la resaca hiciera su trabajo y no recordara las pullas que nos habíamos lanzado entre esas cuatro paredes porque me dolería todavía más mirarlo a la cara la mañana siguiente.
- Lo siento -dije al cabo de unos segundos, maldiciéndome a mí misma por no saber dónde estaba el límite.
- Quiero verte -fue sólo un susurro, pero el ímpetu con el que chocó conmigo para seguir con la búsqueda del interruptor, no fue ninguna tontería.
- ¿Para qué? -le respondí notando su respiración cerca del oído. Siguió empujándome hasta que topé con la pared que tenía a mis espaldas-. No sabía que quisieras ver lo arrepentida que estoy con tus propios ojos. Eso sí que es cruel, Jungkook.
Sus movimientos eran rápidos. Demasiado para estar cegado por el alcohol, pero no me sorprendió.
- ¿Por qué sigues llamándome así? ¿Aún estás enfadada?
Una sonrisa se extendió por mi rostro al segundo. Mientras él seguía manoseando toda la pared, dejé una mano sobre su hombro para llevarla hasta el cuello de su camisa. Un extraño picor se instaló en las yemas de mis dedos cuando estas tocaron su piel. Estaba ardiendo, así que retiré mi mano. Yo estaba demasiado fría.
Eso fue lo que hizo que Kook detuviera su ajetreo por encontrar el botón que prendiera la luz. Se quedó como una estatua de repente y yo aguanté el aire, preguntándome en silencio qué pasaba esta vez.
- ¿Por qué paras? Era ... Agra ... Dable -dijo con algo de dificultad por la r.
- ¿Por qué estás tan curioso? ¿Es el alcohol? -pregunté más nerviosa de lo quería admitir-. Primero quieres verme, después ...
- Todavía quiero.
Todo lo que decía se tambaleaba, pero algo me hacía pensar que lo decía en serio. Algo que me estaba dando verdadero miedo.
- Kookie ... -los nervios amenazaban con traicionarme e intenté alejarme de él lentamente pegada a la pared.
Sin darme cuenta, pulsé el interruptor con el codo, ahogando un grito al sentir la tenue luz de la bombilla desde el techo. Me apresuré a cerrar los ojos porque los minutos que llevábamos sumidos en la penumbra no habían pasado en vano, pero me obligué a abrirlos cuando noté el cálido cuerpo de mi mejor amigo acercarse a mí.
Al principio, sólo distinguí su pelo negro azabache, pero cuando me hube acostumbrado a esa amarillenta luz, todo volvió a la normalidad y me di de bruces con Kookie. Él me observaba tan cerca que tuve que aplastarme contra la pared disimuladamente. Estaba demasiado cerca.
- Lo siento -sus pupilas dilatadas eran tan negras que no podía dejar de mirarlas-. Olvidé decirte en casa ... Que estabas preciosa.
Le costó un poco pronunciarlo correctamente, pero lo hizo. Mis mejillas volvieron a arder, pero era un ardor que echaba de menos. Los sonrojos que me había sacado Minho no tenían nada que ver con los que me provocaba Jungkook. Estos eran mucho mejores.
- No sé por qué ... -frunció el ceño antes de dejar caer con cuidado la palma de su mano en mi pómulo-. Allí no tuve el valor para decírtelo. Y ahora quiero hacerlo una y otra vez.
- Ha-Has bebido, Kookie ...
Sus dedos acariciaban entre pequeños círculos mi mejilla, como si así fuera a recordar cada centímetro de mi piel para siempre. Era una sensación placentera, pero no pude disfrutarla porque Kook hizo que el espacio entre nosotros desapareciera, sobresaltándome.
- ¿Te he dicho que me encanta que me llames así? -una tímida sonrisa adornó su boca, haciéndola aún más apetitosa de lo que ya empezaba a resultarme.
Traté de borrar aquellos deseos, pero sus labios no dejaban de estar ahí. ¿Dónde estaba el interruptor? No quería la luz. No quería seguir descubriendo lo hermoso que era Jeon Jungkook. Con cada simple vistazo, deseaba tocar más su rostro. Ese lunar debajo de su labio inferior era tan lindo que tuve que llevar ambas manos a mis costados porque acariciarlo se estaba convirtiendo en una necesidad que no debía existir. El brillo que desprendían sus ojos escondía algo enigmático que me obligaba a seguir mirándolo, y eso solo contribuía a que me gustase más y más. ¿Por qué me resultaba tan guapo bajo esa inerte luz? Kook era tan atractivo que se me hacía un infierno dejar de observarlo, así que no lo hice y continué delineando con la mirada su marcada mandíbula o su bonita nariz mientras las mariposas inundaban mi estomago vacío.
Él era mi mejor amigo, ¿por qué estaba deseando que siguiera con su cometido entonces?
- No te ha besado ... -dejó descansando su nariz en mi otra mejilla, logrando que su voz quedase a las puertas de mis labios.
- No lo ha hecho, pero ... -estuve a punto de hablarle sobre mis sentimientos hacia su mayor enemigo porque cabía la posibilidad de que sólo lo recordara por unos cinco minutos. Sin embargo, contuve el aliento al sentir que descendía por un camino imaginario hasta mi cuello. Tragué saliva cuando su mano hizo lo mismo hasta anclarse en mi cintura.
- Deja que te bese yo, Jung Maya ... Por favor.
Aunque cueste creerlo, me gustaba. Me aterró la idea de lo que estaba haciendo, de lo que estaba diciendo, pero necesitaba que me lo dijera sólo él.
Entre repentinas suplicas que salían de mi boca, en esos momentos seca, para que me dejara ir, terminé aferrándome a sus hombros, haciendo que su pecho chocase contra el mío.
- ¿Qué estás diciendo? -sus labios se dedicaban ahora a dejar dulces besos por mi clavícula descubierta a la misma vez que tiraba de mi cintura hacia él.
- Me gustas, Maya ... -dijo alzando la cabeza hasta quedar a mi altura. No acababa de decir eso. No-. Me gustas mucho.
- Jungkook ... -su mirada estaba perdida, alejada de darme una respuesta convincente. Si era cierto lo que acababa de decir ...
- No. Escúchame -sus labios estaban hinchados, tan adorables como su colorado rostro. El alcohol estaba haciendo efecto y las palabras salían sin control-. No quiero levantarme mañana y recordar que ... Te tuve aquí, para mí, y no me atreví a decirte que ... Eres lo que más me importa -se acercaba peligrosamente, lo que me arrancó un inesperado suspiro-. Necesito hacerlo, Maya. Necesito ... Comprobar si sabes tan bien como lo imagino.
Jungkook enterró sus dedos en mi cintura, demostrando una ansiedad que le estaba costando horrores controlar. Después de acorralarme contra la pared y haber besado todo lo que pudo mi cuerpo, estaba pidiéndome permiso para terminar con ello y marcar mis labios.
No alcanzaba a comprender por qué Jungkook era así, pero sus labios rozaban ya los míos, dejándome oler el alcohol que impregnaba su ropa y su boca.
- Maya ... -ya no arrastraba las palabras, sólo sonaban con una profundidad aterradora que quería seguir escuchando eternamente.
- Por favor ... -apenas podía respirar por la contradicción a la que me enfrentaba. Una parte de mí decía que lo empujara lejos de mi cuerpo. Alejar la tentación era lo más lógico, lo sé, pero deseaba caer en ella mil veces más, así que clavé las uñas en su espalda, como si así los gritos que me decían cuánto quería probar sus labios fueran a desaparecer.
Él soltó una leve queja, pero no se apartó de mí. Esperó pese a estar ya al borde del colapso.
Me di cuenta de que una lágrima resbalaba por mi mejilla en el momento en que hablé.
La palabra salió de mis labios en un susurro que ninguno de los dos escuchó. El chirriar de la puerta se llevó mi respuesta, como si nunca hubiera llegado a contestar.
Cuando Jungkook dejó caer la cabeza sobre mi hombro, suspiré. Dejando escapar mi vida en un sólo segundo.
Tardé algo de tiempo en volver el rostro hacia Jimin, que sujetaba la puerta con la boca entreabierta y la mirada fija en mí, aterrado por haber presenciado cómo dos de sus amigos habían estado a punto de besarse. Kookie, por su parte dejó un último beso en mi hombro, dejando claro que la oportunidad había estado ahí, pero que ya había desaparecido y no volvería a presentarse.
Jimin quiso entrar, pero yo negué con la cabeza y sollocé al escuchar de nuevo en mi cabeza aquella inaudita declaración.
Mi mejor amigo acabó dormido sobre mi hombro, como un bebé inocente. Puede que su conciencia estuviera tranquila, pero la mía no lo estaba.
¿Qué habría pasado si Jimin no hubiese dado por finalizado el tiempo? Besar a Jungkook se había convertido en algo tan real, que se me heló la sangre. Quería besar a mi mejor amigo con tal desesperación que descargué toda esa impotencia entre lágrimas que Park Jimin observó a un metro de distancia durante más de cinco minutos. Dijo a lo demás que no se preocuparan, que estábamos bien y enteros, pero yo no me sentía así. Notaba cómo los pedazos de mi corazón viajaban sin rumbo por todo mi pecho, gritando a los cuatro vientos lo cerca que había estado de ese bonito sueño.
Supongo que sus palabras me hicieron ver las cosas de otra forma muy distinta. ¿Qué pasaba si a mí también me gustaba?
Era difícil comprender que lo que más ansiaba en el mundo era estar en los brazos de Jeon Jungkook, más incluso que el cariño y afecto de alguien como Lee Minho. Con tener a Kookie allí, todo valía la pena.
Por eso traté de convencerme de que debía pensarlo con más tranquilidad, alejada de él y de todo lo que me hacía sentir.
Deslicé los brazos por la espalda de Jungkook, y aunque dormía profundamente, yo lloré en silencio sobre su camisa, maldiciéndome a mí misma por aquello. Podía intentar olvidarlo, pero quedaría en un intento sin sentido.
Después de todo, yo terminé suplicándole que me besara, así que, los dos teníamos la culpa.
Resultaba doloroso tener la miel en los labios y ver cómo desaparece en tus narices. Pero, era imposible. Yo no podía querer a Jungkook de la misma forma en la que él había asegurado quererme, ¿verdad?
•••••
NO SABÉIS LA CANTIDAD DE PROBLEMAS QUE HE TENIDO PARA SUBIR ESTOS CAPÍTULOS HOY. MEREZCO UN PREMIO POR TODO EL SUFRIMIENTO QUE HE PASADO, EN SERIO
ENTRANDO EN MATERIA: ESCUCHAD LA CANCIÓN QUE OS HE DEJADO ARRIBA PORQUE ES PRECIOSA (IGUAL QUE TAEMIN IF YOU KNOW WHAT I MEAN XD)
P.D: QUE HOY ES EL CUMPLEAÑOS DEL BEBÉ DE BANGTAN (SE ESCUCHAN APLAUSOS DE FONDO PORQUE EL MÓVIL NO ME DEJA PONER EMOTICONOS)
LES PRESENTO AL AQUÍ WORLDWIDE HANDSOME, SEÑORAS Y SEÑORES
26 AÑOS MUY BIEN CONSERVADOS SIP :3
ESPERO QUE LA SANGRE, SUDOR Y LÁGRIMAS QUE HE DERRAMADO ESCRIBIENDO ESTOS CAPÍTULOS HAYAN SERVIDO PARA ALGO Y OS HAYAN GUSTADO PORQUE HAN SIDO LOS MÁS LARGOS DE LA HISTORIA HASTA EL MOMENTO <3
BUENO, Y CON ESTO Y UN BIZCOCHO, HASTA MAÑANA A LAS OCHO. ¡SEE YOU!
(EN REALIDAD ESO ES UNA VIL MENTIRA PORQUE DESPUÉS DE LA PASADA A ESCRIBIR QUE ME HE METIDO HOY NO CREO QUE ACTUALICE HASTA FINALES DE DICIEMBRE, PERO QUIÉN SABE ... XD)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro