Jungkook se quedó paralizado frente a su escritorio, su corazón se detuvo al ver a Taehyung salir de la oficina con lágrimas rodando por sus mejillas y sollozos que sacudían su cuerpo.
El dolor que reflejaba su rostro era como un puñal que se clavaba en el pecho de Jungkook, haciéndole difícil respirar.

Apretó sus puños con tanta fuerza que sus uñas se clavaron en la palma de sus manos, y cerró sus ojos, como si eso pudiera bloquear la imagen de Taehyung sufriendo, respiró profundamente un par de veces, intentando calmarse, pero su corazón seguía latiendo con fuerza y su mente estaba llena de preguntas.
Finalmente, reaccionó y sacó su teléfono para hacer una llamada.

—Te veo en mi casa en media hora—Su voz era firme y segura cuando habló.
Pero no hubo respuesta, ya que había cortado la llamada sin dejarle tiempo de responder a Hyungsik, segundos más tarde, hizo otra llamada que fue contestada de inmediato.—NingNing, ¿Taehyung ya salió? —preguntó con urgencia en su voz.

—Señor Jeon, sí, justo ahora acaba de cruzar las puertas —respondió su secretaria.

Jungkook sintió un escalofrío recorrer su espalda al pensar en Taehyung solo y vulnerable en la calle.

—Pásame a Dongwook —ordenó, intentando mantener la calma, pero su voz revelaba una ligera tensión.

—Okey, Señor Jeon —respondió la mujer, haciéndole señas al mayor  para que se acercara. Una vez que lo hizo, le pasó el teléfono y respondió.

—Buenas, Señor Jeon, en que puedo servirle. —firme.

—Jungkook se apoyó en su escritorio, intentando controlar su ansiedad.—Lleva a Taehyung a su departamento —ordenó con firmeza—. Asegúrate de que llegue con bien. Cuando ya esté allí, me llamas.

—Entendido, señor Jeon —respondió.

Y la llamada fue cortada, Jungkook se sintió como si estuviera al borde de un precipicio, sin saber qué pasaría a continuación.
Sí, estaba molesto y triste, pero no dejaría que su novio se fuera así, mal. Podría pasarle algo en el camino o tal vez Lisa y Baekhyun estén por ahí y le hagan daño, la  idea de que Taehyung pudiera estar en peligro hizo que Jungkook se sintiera mal. Más de lo que ya estaba.

[...]

—¡Joven Park Taehyung! El mencionado se detuvo, miró por sobre su hombro mientras se limpiaba sus mejillas con sus manos, el guardia de seguridad de la empresa, se acercaba a él con una expresión de preocupación en su rostro.

—El señor Jeon me dio la orden de llevarlo a su departamento —dijo Dongwook con una voz suave y respetuosa.

Por dentro, una chispa de emoción hizo brincar el corazón de Taehyung, su novio, a pesar de estar molesto, lo cuidaba y se preocupaba por él. La idea de que Jungkook todavía se preocupara por su bienestar hizo que se sintiera un poco mejor.

—Gracias, Dongwook, pero estoy con mi papá —señaló Taehyung con su dedo índice el carro que estaba detrás de él, intentando mantener una distancia emocional.

Pero Dongwook no se rindió. Se acercó un poco más a Taehyung y le dijo en un tono bajo:

—Joven Taehyung, el señor Jeon me dio instrucciones muy claras. Debo llevarlo a su departamento y asegurarme de que esté a salvo.—soltó con voz robótica.

—Pero mi pap...

—Dongwook negó interrumpiendo su oración—entonces los llevaré—dijo firme.

—Mi chofer está ahí.—volvió a señalar.

—Entonces iré de copiloto tengo que asegurarme de que llegue con bien a su departamento.

—¿No me dejarás ir solo verdad?—el más alto negó con una expresión seria—bien—suspiró rendido—vámonos.—se dio media vuelta y empezó a caminar. Dongwook siguiéndole el paso y mirando hacia todos lados.

[...]

Kim Hyungsik bajó de su deportivo y caminó directamente hasta la mansión de su amigo, toco el timbre un par de veces y una señora no tan mayor abrió y le sonrió, dándole la bienvenida.

—Buenas, joven. Adelante —dijo la mujer, colocándose a un lado y dejándolo pasar.

Hyungsik entró en la mansión y miró a su alrededor, notando que todo estaba impecablemente limpio y ordenado.
Luego, se volvió hacia la señora y le preguntó con curiosidad:

—¿Desde cuándo trabaja aquí? —inquirió, sorprendido de no haberla visto antes.

—La señora sonrió y respondió:—Recién dos semanas —comentó, soltando una sonrisita—. El joven Park Taehyung me contrató.

—Hyungsik asintió con la cabeza, comprendiendo. —¿Jungkook? —preguntó, buscando a su amigo.

—Está en su despacho —respondió la señora señalando hacia el segundo piso—. Me dijo que ahí lo espera.—llevó sus manos hacia atrás y se balanceó sobre sus pies.

Hyungsik sonrió en agradecimiento y aquella acción también la hizo recordar a su abuela, cuánto la extrañaba, pronto iría a visitarla, dejando sus emociones a un lado, se despidió por el momento  y se dirigió hacia el despacho de Jungkook, preguntándose qué estaría pasando para que su amigo lo hubiera llamado.

El pelinegro se detuvo en la puerta, dio unos cuantos toques suaves avisando su llegada  y luego ingresó en el despacho de Jungkook.
Al entrar, lo primero que le llamó la atención fueron las revistas apiladas sobre el escritorio de Jungkook, que parecían una pequeña montaña de papel, pero lo que realmente captó su atención fue la expresión de Jungkook, quien estaba sentado detrás del escritorio con la cara más seria que Hyungsik había visto nunca.

La frente de Jungkook estaba fruncida, y sus ojos parecían estar clavados en algún punto delante de él, como si estuviera intentando resolver un problema complejo, su boca estaba apretada en una línea fina, y su mandíbula estaba tensa, como si estuviera conteniendo una emoción fuerte.

Hyungsik se sintió un poco incómodo al ver a su amigo de esa manera. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué Jungkook estaba tan serio? Se acercó un poco más al escritorio, intentando romper el silencio.

—¿Por qué nunca me lo dijiste? —Fue lo primero que dijo y HyunSik levantó sus cejas confundido.

—¿De qué hablas? —preguntó, intentando mantener una expresión neutral.

—¡Ya basta de mentir!—soltó un bufido, su voz subiendo de tono.—¡Dejen de hacerlo maldita sea!

—El pelinegro levantó sus palmas, pidiendo con ello que se calmara—Háblame claro, que no te estoy entendiendo, Jeon —dijo, su rostro serio, después  se acercó a la mesa y sus ojos se desviaron a las revistas Vogue que estaba sobre el escritorio, con la cara de Taehyung en la portada. Y entonces comprendió.

—¿Ahora entiendes? —preguntó Jungkook, arqueando una ceja.

—Hyungsik se sorprendió y miró a Jungkook con una mezcla de confusión.—Todo tiene una explicación —dijo, intentando calmar a su amigo.

—Pero Jungkook no estaba dispuesto a escuchar. —Por eso te enojaste cuando fuiste a mi oficina y fastidiaste a Taehyung —dijo, su ceño fruncido.—También el golpe que me tiraste fue por eso —negó con su cabeza, señalándolo acusatoriamente.—Y cuando tú y tu papá nos dieron a buscar en la fiesta de mi madre... —recordó.—KTH...Me imagino que el dueño de la colonia es Kim Taehyung, no las iniciales de tu futuro hijo.—soltó un bufido, Hyungsik se quedó en silencio, sin saber qué responder. —¿Por qué me han visto la cara de idiota? —preguntó finalmente, su voz llena de enfado y decepción.—¡Sabes que odio que me mientan, Kim!

—Jungkook, cálmate, todo tiene una explicación... —dijo Hyungsik, intentando calmar a su amigo.

—Dámela, quiero saberla —exigió Jungkook, su voz aún llena de enfado y curiosidad.

Sik soltó un suspiro y negó con la cabeza, claro que podría decirle la razón, pero no le competía. La verdad tenía que decírsela su hermano.

—No puedo, el que te debe aclarar todo es Taehyung .

[...]

Seokjin se encontraba sumido en una profunda molestia, su rostro reflejaba una mezcla de confusión y preocupación, Había visto salir a su sobrino junto a una chica, y no necesitaba ser un genio para saber que habían estado en la empresa Jeon, la  imagen de su sobrino sonriendo y caminando junto a la chica aún resonaba en su mente.

Justo en ese momento, su hijo apareció en la escena, subiendo al auto en compañía de un hombre imponente, con un físico atlético y una presencia que llamaba la atención. Seokjin lo miró con curiosidad, su mente llena de preguntas.

—Por órdenes del señor Jeon, los llevaré a su departamento —dijo Dongwook, su voz firme y respetuosa, mientras cerraba la puerta del copiloto.—tienen que llegar a salvo.—Y las dudas fueron aclaradas.

—Para eso estoy yo—el señor Kang dijo serio.—así que puede bajarse. —Los Kim se miraron entre sí.

—Dongwook lo miró, y su ceja se arqueó—Así diga lo que diga no me bajaré de aquí. —abrochó el cinturón de seguridad/-Así que empiece a conducir.—señaló con el mentón el camino.

—Lo haré pero no porque tú me lo dices.—bufó Kang haciendo una mueca de molestia y empezó a conducir. Y sin pensarlo, esa pequeña "pelea" hizo que Taehyung y Seokjin soltaran una risita divertida.

—Tu papá quiere verte—dice de repente el castaño mayor y la sonrisa que tenía Taehyung dibujada en su rostro se borró.

—¿Para que?—curioso.

—Tal vez quiera disculparse contigo.

—¿Sik te ha llamado? —inquirió, su voz llena de curiosidad.

—Seokjin negó moviendo la cabeza, su expresión ligeramente frustrada. —No, yo lo estoy llamando para que me diga el porqué Namjoon quiere vernos, pero no me contesta —soltó un suspiro, mirando hacia la ventana con una mezcla de impaciencia.

Taehyung se quedó en silencio, su mente llena de pensamientos y emociones encontradas. Su papá quería verlo, tal vez era un buen momento para que hablaran y levantara el castigo, pero  aunque su papá no quisiera, él iba a hacerlo.
Ya no era un niño, y estaba decidido a tomar el control de su propia vida.

—Seokjin se volvió hacia él, esperando su respuesta. —¿Vamos o no? —preguntó, su voz ligeramente urgente.

—Taehyung tomó una profunda respiración, y luego asintió con la cabeza. —Vamos pa —dijo, su voz firme y resoluta.

—Señor Kang, llévenos a casa—avisó Seokjin.

—Como ordene señor Kim.

[...]

Veinte minutos de viaje habían pasado y Kang se estacionaba frente a la imponente puerta de la mansión Kim, la  estructura majestuosa se alzaba ante ellos, con sus columnas de mármol y sus ventanas de cristal tallado, reflejando la luz del sol de manera que parecía una obra de arte.

Dongwook se quedó impresionado, y también un poco confundido, mientras miraba la mansión con una mezcla de curiosidad y sorpresa. ¿Por qué Park Taehyung estaba aquí? ¿Qué conexión tenía con la familia Kim?

—Kang apagó el motor y se volvió hacia ellos. —Llegamos —dijo, su voz neutral, mientras miraba con recelo a Dongwook quien ni se inmutaba por las malas miradas.

Taehyung se bajó del auto, seguido de cerca por Seokjin y Dongwook. Sin embargo, antes de que pudieran llegar a la puerta de la mansión, Dongwook se detuvo y se despidió con una ligera inclinación de cabeza.

—Me retiro —dijo, su voz baja y respetuosa—. No quiero ser intruso.

Aunque se moría de curiosidad por saber qué estaba sucediendo, Dongwook se dio media vuelta y se alejó, dejando a Taehyung y Seokjin solos frente a la mansión, su  retirada fue silenciosa y discreta, como si no quisiera perturbar el momento.

Taehyung y Seokjin se miraron entre sí, y luego se volvieron hacia la puerta de la mansión, que parecía esperarlos con una aura de misterio y expectación.

Padre e hijo entraron a la casa, siendo recibidos por la ama de llaves, quien sonrió alegremente al verlos después de días. Su rostro arrugado se iluminó con una cálida sonrisa, y sus ojos brillaron con afecto mientras se acercaba a ellos.

—Señor y Joven Kim, ¡hasta que por fin están en casa! —exclamó, su voz llena de emoción y bienvenida—. He extrañado mucho su presencia aquí.

La ama de llaves se acercó a Taehyung y lo abrazó cálidamente, como si fuera un hijo pródigo que había regresado a casa.
Luego, se volvió hacia Seokjin y le dio un respetuoso saludo, inclinando la cabeza en señal de respeto.

—Señora Lucy —saludó Taehyung con una gran sonrisa, que iluminó su rostro y contagió a la ama de llaves—. Mhh, las cosas no andan muy bien, pero ni modo, life goes on.—alzó sus hombros.

La señora Lucy asintió con la cabeza, sonriendo también, aunque era evidente que no entendía completamente el significado de la frase de Taehyung. Sin embargo, quería estar en la onda y mostrar su apoyo y solidaridad con el joven.

—Sí, life goes on —repitió la señora Lucy, intentando sonar lo más cool posible, aunque su acento y su forma de pronunciar la frase la delataban como una persona que no estaba acostumbrada a hablar de esa manera.

—Señora Lucy—Seokjin sonrió en saludo—¿Namjoon?

—El señor Kim está en su despacho —respondió la señora Lucy, acercándose a ellos—. El joven Baekhyun estuvo por aquí —susurró, mirando hacia el segundo piso con una expresión de cautela, como si no quisiera que nadie más escuchara la conversación.

Taehyung y Seokjin se miraron.

—¿Qué hacía aquí? —preguntó el menor, con molestia.

—La señora Lucy se acercó un poco más, su voz aún más baja y conspirativa.—No lo sé, pero parecía muy ansioso por hablar con su padre. Y... —pausó, mirando a su alrededor para asegurarse de que nadie estuviera escuchando— ...parecía que había algo que lo estaba molestando mucho. Vino llorando y se fue riendo, creo que el joven está mal de la cabeza.

Taehyung no quiso esperar más, su impaciencia y molestia se habían vuelto insoportables.
Con un gesto brusco, se dirigió hacia la escalera, subiendo directamente hasta el despacho de su padre.
Sus pasos resonaron en el silencio de la casa, y su respiración se volvió más agitada a medida que se acercaba al despacho.

Al llegar al lugar mencionado, Taehyung se detuvo un momento frente a la puerta, respirando hondo para calmarse, Luego, con un gesto decidido, abrió la puerta y entró , listo para enfrentar lo que sea.

—Aquí estoy —dijo Taehyung con seguridad, cerrando la puerta detrás de él y poniéndole seguro, después se acercó  al escritorio de su padre—. Papá Seokjin me dijo que querías hablar conmigo.

—Namjoon levantó la vista de los papeles que estaba revisando y lo miró con una expresión seria. —No me tutees, Tae —dijo, sacándose los lentes y dejándolos sobre su escritorio—. Y sí, hijo, quiero hablar contigo. Se trata sobre tu primo.

—¿Con qué chisme te vino Baekhyun ahora? —preguntó Taehyung, rodando los ojos con exasperación.

—¿Por qué le pegaste a tu primo? —preguntó Namjoon, su voz firme.

—. Dime que te vino a decir.—Taehyung se cruzó de brazos, su expresión desafiante.

—Que le pegaste, que lo humillaste delante de sus amigos...

—Si lo golpeé, le tiré una cachetada y lo tiré al suelo —contó, levantando el mentón, orgulloso. Namjoon arrugó su frente, su expresión de desaprobación evidente. —Se lo merecía —dijo Taehyung, su voz firme.

—¿Por qué siempre lo golpeas, Tae? —preguntó Namjoon, molesto, tocándose sus sienes—. ¿Por qué siempre tienes que ser tan agresivo con él?

—Taehyung se puso a la defensiva, su voz subiendo de tono. —¿Porque tú siempre lo defiendes? —preguntó, su expresión acusadora

—. Sabes muy bien el porqué.

. —Eso no es excusa —dijo—. Sí, es triste que tu hermano menor haya muerto en un accidente y ayudes a mi tía a cuidarlo , pero siempre es Baek, Baek por aquí, Baek por allá, hasta él parece más tu hijo que yo —Taehyung empezó a llorar de impotencia, su voz temblando—. Se le para una abeja, Tae tiene la culpa, si le va mal en algo, Tae tiene la culpa, ¿acaso me odias, papá? —preguntó, limpiando sus lágrimas de manera brusca.

—No te odio Tae, eres mi hijo —dijo Namjoon, tratando de acercarse a Taehyung, pero el retrocedió, su expresión dolorida y enfadada.

—No parece que fuera tu hijo —esnifó Taehyung, mirándolo con lágrimas en los ojos—. ¿Acaso me has preguntado el porqué lo hice? No, todo lo que te dice él, le crees —se abrazó a sí mismo, su voz temblando.

—Namjoon se quedó en silencio, su expresión sorprendida y preocupada.—Hijo... —comenzó a decir, pero Taehyung lo interrumpió.

—Estoy enamorado —dijo de repente ,—. De Jungkook. Por tu culpa, si es tu culpa y la de Baekhyun por esta estúpida mentira, él se ha enojado conmigo —agachó su cabeza, las lágrimas seguían bajando de sus mejillas—. Pero esto ya terminó, le  diré la verdad, le diré del estúpido castigo que me impusiste por culpa de Baek, y no me importa si te molestas, o me dejas de hablar —lo miró a los ojos, su expresión desafiante y decidida—. Pero lo haré. Ya no soy un niño y no me puedes controlar.

¿Que les pareció?
😞