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El carro rojo lujoso y brillante se detuvo frente a la imponente empresa Jeon.
Lisa, con movimientos elegantes, se colocó sus lentes Celine, que realzaban su belleza. Luego, abrió la puerta del carro y bajó, sus tacones resonando en el pavimento.

Con pasos seguros y confiados, se dirigió hacia la entrada de la empresa, su presencia llamando la atención de todos los que la rodeaban, el  guardia de seguridad, un hombre imponente con un uniforme perfectamente planchado, se cuadró e hizo una reverencia, permitiéndole el paso sin decir una palabra.

La pelinegra caminó con elegancia hasta el ascensor, ignorando los saludos y miradas de admiración de los trabajadores que se encontraban en el lobby, presionó el botón del último piso con decisión, y las puertas del ascensor se cerraron detrás de ella con un suave zumbido.
El ascensor comenzó a subir, llevándola hacia su destino.

Segundos más tarde, las puertas del ascensor se abrieron con un suave zumbido, revelando el lujoso pasillo del último piso.
Lisa salió del ascensor con confianza, su mirada fija en el objetivo que la había llevado allí, se dirigió directamente hacia la oficina de su prometido, su mirada fija en la puerta de madera oscura que llevaba su nombre.
Justo cuando estaba por alcanzar la puerta y girar el picaporte, una voz la hizo detenerse en seco.

—Disculpe señorita—Lisa enarcó su ceja y miró por sobre su hombro—no puede ingresar a la oficina del señor Jeon.—aviso Jimin dirigiéndose hacia ella.

—¿Acaso no sabes quién soy?—se dio media vuelta cruzándose de brazos.

—La verdad no—mintió, si la conocía, pues su mejor amigo le había hablado de ella.

—Ja—soltó una risa incrédula, negando con su cabeza—soy la prometida de Jeon Jungkook—dice con un tono de voz fuerte y  su mirada desafiante, Jimin hace una mueca—así que no necesito del permiso de nadie para entrar a verlo.—refunfuña.—empleaducho de quinta.

—Jimin se mantuvo firme, con una expresión seria—. Lo siento, pero el señor Jungkook me dio instrucciones muy claras: no dejar pasar a nadie, ni así fuera el presidente de Corea.

—¡Que mal educado eres! —exclamó Lisa, su voz llena de indignación y su rostro enrojecido por la ira. Pateó el piso con su tacón, haciendo que el sonido resonara en el silencio del pasillo.—Cuando me case con él —dijo, su voz llena de confianza y su mirada desafiante—, serás el primero que mandaré a patitas a la calle —amenazó, su tono de voz lleno de autoridad y su postura rígida, como si estuviera desafiando a Jimin, su mirada era fría y desafiante, y su sonrisa era una mezcla de confianza y superioridad.

—¿Qué está pasando aquí? —una tercera voz se hizo presente, Tanto Jimin como Lisa se volvieron para ver al dueño de la voz, y sus ojos se encontraron con la figura de Min Yoongi, uno de los  CEO's de la empresa.

Manobal sonrió en grande y cruzó sus brazos, si decía alguna mentira a Min, su amigo, este podría despedir al rubio, y ella estaría más que contenta por eso.
La idea de ver a Jimin fuera de la empresa la llenaba de satisfacción, ya que nadie le prohibía nada y nadie le daba órdenes.

—Yoon pasa, que este tipo —Lisa señaló a Jimin con asco— no me deja entrar a ver a Kookie y además me trató mal —dijo, abultando sus labios en una expresión de ofensa.—me dijo la de cosas feas y...

Sus ojos se abrieron en grande de sorpresa al ver cómo Yoongi se acercó a Jimin, con confianza, abrazándolo por la cintura y dándole un beso en la mejilla. Su cerebro trató de procesar lo que estaba viendo, pero la escena era tan inesperada que su mente se quedó en blanco. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué Yoongi estaba abrazando y besando a Jimin de esa manera? La sorpresa y la confusión se reflejaban en su rostro, y su mirada se clavó en la pareja, como si esperara que Min le explicara lo que estaba sucediendo.

—Gi, yo no la traté mal—dijo el rubio con miedo a que Yoongi le creyera a la pelinegra.—lo juro.

—Lo se amor, te conozco y sé que no tratarías mal a alguien—le da un beso en la frente y Jimin se sonroja, luego este lo abraza y le da un beso en el cuello. —Lisa—la mira fijamente—que sea la primera y la última vez que tratas de esta manera a mi novio—aún no era su novio oficialmente pero pronto lo seria—no tienes derecho de hablarle así, a nadie.—hizo uno mueca con sus labios su expresión de desaprobación era clara, Lisa seguía sorprendida e incrédula—además no se que estás haciendo aquí. Jungkook ya cortó lazos, con tu familia.

—¿Dejaste a mi prima por este empleaducho? —pregunta ignorando lo anterior y  suelta burlona sin poder creerlo—. Tan bajo has caído, Min Yoongi —su voz estaba llena de desprecio y sorpresa.

—Ten en claro, que si me iba a casar con tu prima, era porque me estaban obligando —añadió molesto—. Y no he caído tan bajo como dices, por qué al contrario, le agradezco a Jimin por aparecer en mi vida —le da un beso en su cabeza, su mirada llena de cariño—. Es el hombre que me hace feliz, así que por favor, trátalo con respeto —su tono de voz era firme, pero también había una nota de ternura en él, que hizo que Lisa apretara sus puños con rabia.

La cara de la pelinegra se puso roja de ira y su mirada se clavó en Yoongi con un odio intenso. No podía creer que él estuviera hablando de Jimin de esa manera, como si fuera el amor de su vida, la idea de que Yoongi hubiera encontrado a alguien que lo hiciera feliz, y que no fuera su prima, era insoportable para ella.

—Idiotas—dice entre dientes.

—retírate—con tono autoritario.—no me hagas llamar a seguridad.

—Yo no me voy hasta que hable con Jungkook.—señala con el dedo, amenazante.

—Jungkook no quiere saber nada de ti. ¡Entiéndelo!

—¡Es mi prometido!—tira su cartera al suelo con rabia.

Del otro lado de la puerta, se encontraban unos tortolitos, un castañito de ojitos azules como el cielo y un azabache con ojitos de color miel.
Taehyung  estaba sentado en las piernas de Jungkook, mientras le daba de comer fruta en la boca y el otro le agradecía con cortitos besos en la boca.
La escena era de una intimidad y ternura que contrastaba la discusión que estaba teniendo lugar afuera, los dos jóvenes se perdían en su propio mundo de amor y felicidad, disfrutando de cada momento que pasaban juntos en la oficina de Jeon.

—¿Otra fresita? —inquiere meloso, su voz suave y seductora.

—Shi, por favor —responde, su voz baja y ronca, con un dejo de ternura.
Quién diría que el líder del grupo, conocido por su confianza y autoridad, estaba ahora diciendo "Shi" con tanta dulzura.
Si alguien le hubiera dicho esto en el pasado, se hubiera reído con gusto, pero ahora, en este momento, era una realidad que lo hacía sentirse vulnerable y expuesto, pero también feliz y enamorado.

—Otra fresita para mi Kookie —Taehyung agarra una fresa entre sus dedos, llevándola hasta la boca de Jungkook, pero este niega con un gesto.—¿Uh? —su ceño se frunce, mostrando su confusión. Jungkook le da un beso suave en los labios y lo mira con una sonrisa, entonces Taehyung entiende lo que quería su bonito amor.
Se coloca la mitad de la fresa en la boca, se acerca al rostro de Jungkook y este abre la boca para comer del resto de la fruta, pero en lugar de solo comer la fresa, se besan, y es un beso dulce y exquisito, con el sabor a fresa fresca.
El momento es íntimo y apasionado, y la conexión entre ellos es palpable.

—Te quiero mucho, mucho —suelta Jungkook, dándole besos en su mejilla, su voz llena de cariño y afecto.

—Yo también te quiero mucho, Kookie —responde Taehyung, su voz suave y tierna, sus ojitos se cierran, y su rostro se ilumina con una sonrisa, acción que pasa cuando se está riendo—. Eres tan bonito que muero —añade, su voz llena de admiración y adoración.

—Eso debería decir yo —dice Jungkook, acunando con las palmas de sus manos las redondas y suaves mejillas de Taehyung, haciendo que lo mirara directamente a los ojos—. Eres tan bonito que muero, mi amor —añade, mientras se pierde en la profundidad de los ojos de Taehyung.
La mirada entre ellos es intensa y apasionada, y el amor que se profesan es palpable en el aire.

—¡Nadie me sacará de aquí! —grita una voz fuerte y autoritaria, haciendo que Taehyung se sobresalte y Jungkook frunza el ceño.
La voz es familiar y Jungkook la reconoce de inmediato, su expresión se vuelve seria.

—Cariño, dame un momento —dice Jungkook, colocando sus manos en la cintura de Taehyung y mirándolo con una sonrisa—. ¿Si, amor? —pregunta, su voz suave y cariñosa.

—Ujum —asiente Taehyung, levantándose de las piernas de Jungkook, no sin antes darle otro besito en los labios. El azabache sonríe embobado, su rostro radiante de felicidad.

—Ve —señala hacia la puerta, muy sonrojado

—. Dame otro beso bonito y me voy —dice, y Taehyung se inclina para darle un par de besitos más, antes de dirigirse hacia la puerta y enfrentar lo que sea que esté sucediendo afuera.

—¡No me toques maldita sea! ¡Jeon!

Jungkook abre la puerta con enojo, encontrándose a Lisa sujetada por dos guardias de seguridad. Su ceja se enarca y se cruza de brazos, adoptando una postura defensiva y desafiante.

—Te dije que no quería saber nada de ti.

—¡Amor!—chilla Lisa y se remueve del agarre de los guardias—. Primero, dile que me suelten —señala con su mentón a los guardias y Jungkook no se inmuta, manteniendo su postura desafiante.—Bien, vale, quería que arregláramos las cosas, bebé —dice Lisa, intentando sonar suave y conciliadora—. Tú y yo nos casaremos, me lo prometiste —añade, mirando a Jungkook con una mezcla de desesperación y determinación.

Pero antes de que Jungkook pudiera responder, la puerta se abre de nuevo y Taehyung aparece con un tazón de vidrio con frutas entre sus manos y una sonrisita en el rostro.

—Kookie, ¿por qué hay tantos gritos...? —comienza a decir Taehyung, pero su mirada se encuentra con la de Lisa y su expresión cambia—. Oh, ya veo —dice, con una voz neutral y una sonrisa que no alcanza a sus ojos. Por inercia, se apega a Jungkook, quien lo abraza y le da un beso en la coronilla, en un gesto de cariño y protección.

La escena es tensa y emocional, con Lisa mirando a la pareja con enojo y rabia.

—¿Me cambiaste por un empleaducho? —suelta Lisa con asco, mirando a Taehyung de pies a cabeza con una expresión de desdén y superioridad—. Por un simple secretario de quinta —añade, su voz llena de veneno y desprecio, como si Taehyung fuera algo inferior y no mereciera la atención de Jungkook.

KTH
"¿Qué nos acaba de decir la loca?

—Por Dios Jungkook, sabes que yo soy mucho mejor que el.

KTH
"Quisieras bitch"

—Yo no te he cambiado con nadie porque nunca he estado contigo, jamás estaría contigo Lisa.—enojado y con una mirada llena de rabia—Taehyung es mi prometido—ante la mención de su castaño, su mirada se suaviza.

KTH
"Aún no nos lo pide, mentirosillo el Jk"

"Cállate, se que pronto lo hara"

—así que le hablas con respeto si no quieres que haga que la empresa de tus padres se vaya a la quiebra.

—¿Qué le has visto? Yo tengo más dinero que el—gruñe.

—si supiera—susurra Jimin llamando la atención de Yoongi, quien lo mira con curiosidad, pero el rubio le sonríe y Yoongi se pierde en sus ojos y sonrisa.

KTH
"Jajaja pobrecita, con el dinero de nuestros padres y nuestra empresa secreta, somos mucho más millonarios que ella, y mírala, ahí tiene un bolso de nuestra colección"

"Ilusa"

—No se trata de dinero, Lisa —dice Jungkook, con una mirada intensa y sincera—. Yo estoy enamorado de Taehyung —añade, su voz llena de emoción y convicción—. Y el amor, es algo que el dinero no puede comprar —concluye, con una sonrisa suave y apasionada, mientras mira a Taehyung con adoración.
La declaración de Jungkook es clara y directa, y deja sin lugar a dudas que su corazón pertenece a su castañito.

—Ouw, Kookie —dice Taehyung, con una voz suave y emocionada, mientras se da media vuelta y se para de puntitas para darle muchos  besitos en la mandíbula.
Taehyung se siente tan feliz y amado en ese momento, que no puede evitar mostrar su emoción de manera tan tierna y afectuosa.—te quiero te quiero.

—Yo te quiero mucho más —dice Jungkook, sonriendo, y esta vez, se dan un beso en los labios.—Ahora —dice Jungkook, levantando la mirada hacia los guardias—, sáquenla y nunca más la dejen entrar —ordena, con una voz firme y autoritaria. Los guardias asienten ante la orden y sacan a Lisa quien grita e insulta, pero para Jungkook no es importante.

—Luego se vuelve hacia Taehyung y lo abraza, sonriendo con ternura. —Tu Kookie quiere más fresita en la boca TaeTae —dice, con una voz suave y juguetona.

—Entonces vamos, para darte tu fresita en la boca mi Kookie.

—Quien te viera Jeon —se burla Yoongi, apareciendo en la escena con una sonrisa divertida.

—Yoonie, quiero pastel de fresa —pide Jimin, con un puchero en los labios y una mirada suplicante.

—Iré a comprarte amor —responde Yoongi, con una sonrisa cariñosa.

—Quien te viera Min —se burla Jungkook también.

Ambos se miran a los ojos, después sueltan una risa, quien los viera a los dos, habían caído completamente por el par de amigos.
El castaño y el rubio.

















Fin



















Mentiriiiii jjajajaja





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Digo Jskjsk 😋

~Blue

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