ᯓ 02
PTH
El estruendoso sonido de su despertador lo hace salir del mundo de sus sueños, con un suspiro frustrado se levanta de su cama y camina hasta su armario, agarra la máquina y la apaga tirándolo entre medio de su ropa.
Se frota sus ojos con sus manos echa puño y se va hasta el baño, abre la ducha, y mete uno de sus dedos.
—Está muy helada—su cuerpo se estremece y todo el sueño se le va—tendré que calentar agua. —diciendo aquello, sale de su habitación y camina hasta su cocina, agarra una olla, y pone a calentar el agua—esto es por desobediente—se regaña a sí mismo—¿qué hora son?—se pregunta a sí mismo encendiendo la televisión y colocando las noticias. —seis con quince. —se frota su cabeza y hace una mueca—no debí salir de fiesta un domingo—suelta un bostezo—espero no cabecearme en el trabajo.
Al rededor de ocho minutos apaga la olla, y con ayuda de unos trapos la lleva hasta el baño, vaciándola en un balde.
—Listo. Ahora si, a darse su bañito.
[...]
Jeon Jungkook, ingresa a su oficina con los miles de demonios encima de su cabeza, no había cogido la noche anterior y eso lo ponía de malas.
—Park, quiero un café bien cargado sin nada de azúcar.
—Buenos días jefecito—el castaño hace una reverencia.
—Mi café, ¡ahora!
—Ya ya, ya se lo llevo, amargado—dice lo último en un susurro.
—¿Cómo?—le da una mala mirada y el castaño se encoge en su lugar.
—Que ya voy a prepararle.—sus piernas cobraron vida, huyendo del ogro Jeon. —cafecito para el jefe, cafecito para el jefecito, jefecito cara de mi trasero—va tarareando, cuando está al frente de la máquina, se detiene y agarra una taza.
—Hola Tae—un rubio llega también a prepararle café a su jefe—el ogro está enojado.—dice refiriéndose a Jungkook.
—Vino de malas, creo que no le dieron anoche—susurra y Jimin estalla en carcajadas.
—Creo que el es el que da—también susurra.
—creo que también pienso lo mismo, como sea, vino enojado, ni me saludo—hace una mueca con sus labios— yo, buenos días jefecito, todo chévere , todo cool , y el, Park, mi café ahora—imita su voz. El más bajo vuelve a reír.
—Mi jefe también vino de malas—se alza de hombros.
—Están locos.
—por algo son mejores amigos.
-¡Park!
El castaño se sobresaltó ante el potente grito.
—Sabes, me voy, no quiero que me despidan.—agitó su mano y se fue corriendo hasta la oficina de su jefe. —dígame señor Jeon.
—¿Dónde está mi café?—frunce su ceño al ver sus manos vacias, el castaño abre sus ojos en grande, ¡que tonto! Se había olvidado.
—Es que usted con su grito me asustó y pues me olvide.
—Jungkook suelta un fuerte suspiro y se soba sus sienes—paciencia, paciencia—cierra sus ojos, luego los abre—¿todavía estás aquí?
—Pues si—¿su jefe era ciego acaso?
—¡mi café Park!
—Que ya voy—se da media vuelta, encontrándose con su amigo.
—Te olvidaste el café Tae. —le extendió con cuidado la taza.
—de la que me salvaste Mimi. —le agradece con una sonrisa. El rubio asiente y se va, Taehyung vuelve a ingresar a la oficina del azabache. —aquí está su café señor Jeon.—la deja delante del.
—Si no te despido es por que me están obligando a que te tenga aquí—dice con enojo, agarrando la taza y llevándola directamente a su boca.—cada mañana es lo mismo.
—Es que usted es muy griton y me asusta—se justifica—si no gritara, yo no me olvidaría de las cosas.
—Jungkook rueda los ojos—vete—dice y el castaño asiente dándose media vuelta.
Al llegar a su escritorio se sienta y suelta un suspiro, sus ojos se clavan en la pantalla de la computadora y comienza a hacer un informe que le había pedido Jeon el día de ayer, si, se había olvidado, pero no le echen la culpa, la culpa es del ogro por gritarlo y asustarlo.
El teléfono que está a su costado empieza a sonar, agarra el manofono y lo lleva hasta su oreja, pero antes de hablar, una voz muy conocida lo detiene.
—El café tenía azúcar y estaba muy frío.
—Ah, por eso no se quemó la jeta cuando lo tomó.
—¿perdón?—incredulo.
—Lo perdono, pero...¿Para eso me llama señor Jeon?
—Que irrespetuoso.
—Ya, lo siento, ¿okey? Le llevaré su café de nuevo—suelta un suspiro y acomoda sus lentes.
—Qué sea rápido.
—Okey señor Jeon, ¿algo m...—la llamada fue cortada—Ja, me colgó, como siempre, no me deja terminar de parir—hace una mueca y se levanta de su silla, encontrándose nuevamente con su amigo. —¿también estuvo dulce y frío tu café?—inquiere agarrando una taza.
—No—dice bajito.
—¿Que pasó Minie?—preocupado al ver a su amigo cabizbajo.
—El señor Min me mandó hacer café para su invitada.
Taehyung sabía que su mejor amigo estaba enamorado del vicepresidente de la empresa, Jeon's. Min Yoongi.
—Debe ser una inversionista.
—No, no lo es—hace una muesca triste—es la misma que viene todos los días.
—¿La de faldas chiquititas...?
—Ella misma, hace dos días, la escuché hmm, los escuché haciendo eso y me duele TaeTae.
El castaño deja la taza a un lado y abraza a su amigo, dándole palmas en la espalda para tranquilizarlo.
—Odio a mi corazón por enamorarse de alguien que nunca le corresponderá.—lágrimas ruedan por sus mejillas.
—No digas eso Minie—el también tiene ganas de llorar. —nunca digas nunca
—somos diferentes Tae—lo mira a los ojos.
—Eso no importa, para el amor no hay edad, género, dinero, clases sociales, ni nada.
—¡Park Taehyung!—grita Jungkook.
—¡Que ya voy!—responde de igual forma.—en la noche iré a tu casa, ¿me aceptas verdad?
—claro que si.—con las mangas de su suéter se limpia sus mejillas.
—Está bien Minie bonito—le da un beso en la frente—discúlpame pero tengo que irme.
—Vale TaeTae—le sonríe—esta vez no olvides tu café.
—Está vez no.—sonríe, preparando de manera rápida el café, minutos después se retira—aquí está señor.
—¿que tanto hacías que no te apurabas?—enarca su ceja.
—Nada señor.
—Como sea—rueda sus ojos—necesito el informe que te dije que hicieras el día de ayer.
—Hmm, eso—se rascó su nuca nervioso.
—¿No lo has echo verdad?—Jungkook vuelve a tocarse sus sienes.
—En mi defensa, la máquina se malogró. Eso le pasa por no comprar nuevas. —se hace el indignado—todo lo malo me lo dan a mi, quiero, no señor Jeon, le exijo que me compre una computadora nueva.
—Ay Park, Park, que voy a hacer contigo—niega moviendo su cabeza—me vas a matar.—golpea su frente con su mano, en cansancio.
Como les dije en un inicio, será una historia corta.
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