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La molesta luz proveniente de la ventana, como un rayo de sol impertinente, irrumpió en el mundo de sus sueños, arrancando a Taehyung de su dulce letargo.
Se estiró en la suave cama, ronroneando como un gato satisfecho, pues hacía mucho tiempo que no dormía en una cama tan cómoda y acogedora. El contacto con el suave edredón y las sábanas de seda le hizo sentir como si estuviera flotando en una nube, y por un momento, se resistió a abandonar ese estado de beatitud. Pero la luz persistente lo obligó a abrir los ojos, y se encontró con la realidad.
—Este no es mi departamento—fue lo primero que dijo cuando vio la gran ventana que estaba a su costado, con un jadeo se sentó como un rayo, mirando a su alrededor—¿dónde carajos estoy?—sus ojos se clavaron en un cuadro grande, que colgaba en la pared, donde estaba su jefe, Jungkook posando con su moto, su "bebé" como lo llamaba el, con una sonrisa confiada y una mirada desafiante, de repente un pensamiento aterrador cruzó por su mente y se asustó al pensar que había pasado algo con Jungkook—no, no—se toqueteó su cuerpo con las palmas de sus manos y soltó un suspiro de alivio cuando sintió que estaba vestido—pero pudo haberme puesto la ropa de nuevo—dice mordiendo su labio con nerviosismo—haber—se dijo así mismo mientras meneaba su trasero en la cama y volvía a soltar un suspiro de alivio al darse cuenta que no sentía ningún dolor —pero, puede que la tenga chica, por eso no me duele. Si eso.
—¿Quieres verla acaso?
Ante esa voz se sobresaltó y chilló, volviendo a tirarse en la cama y a taparse con las sábanas, escondiéndose como un niño pequeño.
Jungkook había estado observando a su asistente, Taehyung, con una mezcla de extrañeza y diversión, mientras el rubio negaba cualquier relación entre ellos con un tono asustado. Jungkook se quedó con la ceja enarcada, sin entender por qué Taehyung se mostraba tan nervioso. Decidió no decir nada y retirarse para evitar que Taehyung se avergonzara aún más, pero entonces escuchó que el rubio decía que la tenía pequeña. Eso fue un golpe directo a su ego, y Jungkook no pudo resistir la tentación de reaccionar. Se acercó a la cama, sonriendo con ironía, y le jaló las sábanas a Taehyung, que volvió a chillar y se cubrió con sus manos, como si tratara de protegerse de la mirada de Jungkook.
—Pequeña ¿eh? Bueno, voy a tener que demostrarte lo contrario. —se cruzó de brazos.
Taehyung se sonrojó intensamente, desviando la mirada y negando, su jefe era tan descarado.
—Que cosas está diciendo señor—balbuceó levantándose de la cama y corriendo hasta el baño, Jungkook soltó una risa divertida ante el comportamiento del rubio.
—Como sea, ¡apresúrate que es hora de irnos!—salió de su habitación, para ir a otra y cambiarse.
Taehyung se mojó su rostro una y otra vez, intentando calmar el calor que sentía en sus mejillas, pero era inútil. Estaban rojas como tomates y no podía evitarlo. ¿Cómo no iba a estar así después de lo que había dicho su jefe? Y para empeorar las cosas, Jungkook estaba parado frente a él, mojado, de su cabello caían gotitas de agua y supuso que se había bañado, además vestía solo unos pantalones de chándal grises, dejando al descubierto su torso bien definido y su brazo cubierto de tatuajes. Taehyung no podía mentir, era humano y se había excitado al ver ese monumento frente a él.
—Quiero que me ahorque—murmuró, apresando su labio inferior con sus dientes. Sin darse cuenta, sus manos se elevaron hasta su cuello, se miró al espejo e imaginó que eran las manos tatuadas de su jefe. —mierda.—se fijó en su entrepierna, tenía una jodida erección—no puede ser...
Mientras tanto, Jungkook terminaba de alistarse en su habitación, sin saber que Taehyung, su secretario, se encontraba en el baño, sumido en una masturbación frenética, con pensamientos y fantasías que giraban en torno a él.
[...]
Jimin estaba con su boca media abierta, sorprendido y perplejo , mientras observaba como su amigo salía del ascensor en compañía de su jefe.
La expresión de su rostro reflejaba una mezcla de confusión y curiosidad, como tratando de procesar lo que estaba viendo, ¿que estaba pasando? ¿Por qué Taehyung y Jungkook estaban juntos? Muchas preguntas que su amigo tenía que responderle.
Taehyung le regaló una mirada y Jimin le hizo unas señas con sus manos, llamándolo, pero el primer mencionado le susurró, "dame un toque Minie" y él no tuvo de otra que asentir dirigiéndose a su sitio.
Pero, antes de siquiera sentarse, Jungkook le habla, llamando su atención.
—Buenos días señor Jeon—saludo Jimin haciendo una reverencia.
—Dile al otro ogro que lo quiero en mi oficina en cinco.—dijo para ver la reacción del menor.
Jimin abrió sus ojos de par en par, sorprendido y confundido, y miró a Taehyung con una expresión que pedía explicaciones. Pero Taehyung, en lugar de responder, se rascó la nuca nerviosamente, como si estuviera tratando de encontrar las palabras adecuadas.
—Disculpe señor, pero no se quien es el otro ogro—miente desviando la mirada hasta el piso.
—Pues de Min Yoongi, tu jefe.—entrecierra sus ojos y Jimin se encoge en su lugar, muy asustado.
—Yah señor—Taehyung le tira un codazo a Jungkook quien lo mira sorprendido, pero como siempre, se lo deja pasar, segundos después el castaño se coloca al costado de su amigo, abrazándolo—no le hagas caso Minie—le da un beso en la mejilla, luego mira a su jefe—usted lo asusta—hace una mueca, pero sabe lo que me alegra...
—¿Que?—enarca su ceja, esperando la respuesta de su secretario.
—Que usted admite que es un ogro—suelta una risilla y Jungkook rueda los ojos.—no lo negó.—lo señala.
—Ya, burro...
—¡Señor! Le dije que era la galletita, una bonita—Taehyung se defendió con un adorable puchero, Jungkook lo miró durante largos segundos, sin poder apartar la mirada de los labios de Taehyung, Involuntariamente, relamió sus propios labios, saboreando las palabras del castaño.
JJK
"Que labios para más bonitos"—Su ceño se frunce al escuchar a su conciencia.—"imagínala alrededor de nuestra verga"
"Nunca estaremos con el"—contradice
"Nunca digas nunca"
Jungkook rueda sus ojos y suelta una maldición, los amigos se miran entre sí.
—Ya ves, a esos viajes astrales me refiero—dice Taehyung en el oído de su amigo.
—Te escuche Park...
—Pero si es la verdad—se defiende.
—Ay Dios, tú me vas a matar—se cruza de brazos cansado, sabía que si seguía peleando con su secretario el iba a perder, ahora su vista se posa en el más bajo—Jimin, le dices a Yoongi que vaya a mi oficina—diciendo aquello se da media vuelta, dispuesto a irse, pero la voz del rubio lo detiene.
—Hmm, lo siento señor, pero el señor Min Yoongi está ocupado—dijo lo último en un susurro, su mente jugándole una mala pasada, creando escenas de su bonito amor con otra persona, lo que provocó un dolor en su pecho, Taehyung al darse cuenta, lo jaló y lo abrazado, pegando su cabeza a su pecho y dándole palmitas en la espalda.
—No me importa, ve y dile que quiero hablar con él—dice en tono brusco, pero sus labios se cierran en una fina línea cuando ve que su secretario le está dando una mala mirada.—¿qué?
—De verdad que usted es un ogro—refunfuña, apretando más en sus brazos a su amigo—Jininie está pasando por un mal momento y usted sale, con, ni mi impilti vi y dili qui quiri hiblir cin il.—lo remeda con molestia.
—Pero...
—Pero nada señor.—habla firme—regálenos unos minutos...y por favor retírese, déjenos solos.
Jungkook asiente, y se da media vuelta, empezando a caminar, pero se detiene frunciendo el ceño.
¿Quién se creía Taehyung para darle órdenes? Dispuesto a confrontarlo por tal osadía, mira por sobre su hombro, encontrándose con una escena que, hizo que su frío corazón se sintiera cálido por milésimas de segundos.
Taehyung y Jimin se encontraban llorando, el primer mencionado le decía cosas al rubio que él no lograba entender.
soltó un suspiro, y solo por eso, no le diría nada.
[...]
Jungkook frunció el ceño al escuchar los gemidos que provenían de la oficina de Yoongi. Así que era eso a lo que se refería Jimin. Con una expresión de molestia, dio dos toques en la puerta y comenzó a contar hasta diez, dándole tiempo a los que estaban adentro para recomponerse o subirse la ropa, lo que fuera necesario.
—Queda prohibido tu ingreso—es lo primero que dice cuando abre la puerta. Rose se queda en shock, y Yoongi simplemente suelta un bostezo.
—¿Que?—Rose se cruza de brazos y mira a Yoongi—dile algo Yoonie.—se queja.
—El jefe ya habló—se encoge de hombros.
Jungkook no esperó más y salió de la oficina de su amigo, cerrando la puerta detrás de él. La verdad es que no sabía por qué había tomado esa decisión, pero ya estaba hecho.
[...]
Taehyung se dejó caer en su cama, dándose vueltas como un niño, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por las imágenes de su jefe con el torso desnudo. Se detuvo de repente, mordió su labio inferior y miró fijamente el techo, sumido en sus pensamientos.
—Debe ser grande...—murmuró para sí mismo, antes de cubrirse el rostro con las manos y reprenderse. —¿Qué estás diciendo, Taehyung?—Luego, soltó una risita nerviosa.—Pero, ¡ay! Es que debe tenerla así...—Su mente seguía vagando por los pensamientos prohibidos, y no podía evitar sonreír ante la idea.
KTH
"Debemos averiguarlo"—dice su conciencia.
¿Pero cómo?
"Querido, el jefe nos está buscando. ¿Acaso lo has olvidado?
No...
"Ahí está tu respuesta"
Pero el dijo que nunca estaría con nosotros.—inconsciente sus labios se abultan.
"Con nosotros no, pero con el castaño misterioso si"
Y Taehyung sonríe con picardía ante ello, estaría bien jugar solo un poco con su jefe.
"Sólo le menearemos el trasero, nada más."
Si, si, porque daremos la florecita hasta el matrimonio.
~Blue.
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