Capítulo 6
En aquella sala de reuniones, el ambiente estaba realmente tenso, la mayoría de Overlord no sabían qué decir ante tal información recibida, pero Zestial sí acabó rebatiendo los argumentos de Vox mientras bebe una taza de té al mismo tiempo.
"No sabemos qué o quién exterminó al ángel, además de que tus razones son puramente teóricas, ¿Cómo puedes confirmar que nosotros somos el objetivo? Quizá simplemente quieren limpiar la población del infierno más rápidamente ante la gran sobrepoblación que hay, pero si decidimos atacar sin saber, entonces sí que nos convertiremos en el objetivo" Habló el Overlord más antiguo de forma relajada pero dejando claros sus argumentos.
Estas palabras de Zestial provocaron que la mayoría de Overlord estuvieran de acuerdo, haciendo que Vox comience a estresarse un poco al ver que estaba perdiendo apoyo.
"¡Pero esta cabeza es la prueba de que no son invencibles y de eso no se puede rebatir! ¿¡De verdad vamos a esperar a ser los siguientes en la lista de exterminio!? ¡Deberíamos actuar antes de que uno de nosotros muera! ¿O acaso tienen miedo? Vejestorios cobardes, ¿No se supone que nos reunimos por nuestro poder?" Trató de argumentar Vox, con furia en su voz, incluso glitcheando su pantalla durante unos pocos segundos, era obvio lo nervioso que estaba, y eso lo estaba delatando ante todos.
"Tú y los Vees siempre actuáis sin pensar, eso mismo no sólo os matará, sino a todos nosotros también" Habló Carmilla Carmine, haciendo que los Overlord parezcan estar de acuerdo, Vox se sorprendió de que incluso el hijo de perra sonriente de Alastor tampoco quiera pelear y apoderarse de almas de los ángeles.
Pero el demonio televisor trató de mantener la calma y analizar a Carmilla, estaba extremadamente nerviosa al igual que él, pero además de verse también increíblemente afectada y enojada con bastante facilidad. Vox sonrió, estaba uniendo las piezas del rompecabezas.
"¿Por qué justamente tú te niegas tanto a pelear? Eres la mayor traficante de armas de todo el infierno y tienes dos hijas contigo, ¿De verdad vas a esperar a que las maten? ¿O es que acaso ya tienes experiencia con ellos? Porque fuiste la más sorprendida cuando lancé la cabeza, ¿Algo que decir al resto?" Comenzó a hablar Vox con burla y una sonrisa habitual en él, llena de confianza, haciendo que la paciencia de Carmilla llegue a su fin.
"¡Suficiente! ¡Estoy harta de tus tontos argumentos!" Gritó Carmilla Carmine, haciendo que el resto de Overlord se sorprendan por el estallido de furia proveniente de la calmada demonio mientras Vox no se detenía, debía de ganarse el apoyo de algunos Overlord o todo acabaría para él.
"Si tan tontos son mis argumentos, compraré todas las armas que tengas en venta, seguro que no te importará que compruebe si alguna de ellas puede dañar a un ángel si tan convencida estás de que me equivoco" Propuso Vox, haciendo que Carmilla esté a solo un par de palabras más para pelear contra él.
Y esa reacción hizo que Vox ponga la última pieza en el rompecabezas de su mente, Carmilla asesinó al ángel, solo debía de deducir con qué clase de arma lo hizo.
"Vox, es suficiente" Intervino Zestial en la conversación, tratando de apoyar a Carmilla, la cual entendió y procedió a intentar calmarse.
"Consejo de Overlord, sabéis que nunca me habéis importado, ¿Sois capaces de comprender la gravedad de la situación si me encontráis aquí? Todos podemos morir por el egoísmo de una persona, esos exorcistas podrían acabar con nosotros o con alguien que os importe en este puto infierno, ¿¡De verdad os queréis arriesgar?! ¡Porque yo creo que no hacer nada es el verdadero riesgo!" Gritó Vox, mirando a Carmilla fijamente, la cual parecía querer golpearlo, pero se estaba conteniendo para no armar escándalo frente al resto de Overlord, pero Vox todavía tenía un as bajo la manga, sería arriesgado pero debía de usarlo.
"Además, la hija de Lucifer apoya mi causa, ¿Por qué creéis que ha abierto un hotel para redención? La princesa unicornios y arcoiris quiere salvar a todos los pecadores posibles antes de ser exterminados, y ha aceptado mis argumentos, y esta es la prueba" Habló Vox, haciendo un movimiento, provocando que una cadena azul aparezca en su brazo y el tratado que firmó con Charlie aparezca a la vista de todos. El demonio televisor estaba distorsionando la realidad para ganarse el favor de los Overlord, al fin y al cabo, quien tiene el apoyo de la princesa también tiene el apoyo del infantil Lucifer.
Todos los Overlod, incluida Carmilla quedaron mudos ante ese despliegue final de información, el tratado era verdadero puesto que desprendía energía demoníaca y había una cadena con esa misma energía en el brazo de Vox, pero aún así era impensable que la princesa apruebe un método violento como defenderse con la fuerza de los exterminadores, ya que eso puede significar que los ángeles respondan con más brutalidad.
"Sigue sin ser suficiente, tener el apoyo de la princesa solo significa manipulación de tu parte, Lucifer nunca hará nada para frenar los exterminios y no importa que su consentida hija se haya dejado influenciar por ti, no dejaré que mandes todo al carajo por tus mierdas radicales contra los exorcistas" Habló Carmilla con ácido en sus palabras.
"Con tu plan solo estaríamos entrando en la boca del lobo sin saber realmente la razón del enemigo, sigue sin ser buena idea" Habló Zestial, haciendo que todos los Overlord (a excepción de Alastor, el cual estaba sonriente pero inesperadamente callado) comiencen a levantarse de sus asientos e irse, sabiendo que no había nada más que debatir, provocando una furia en Vox tan grande que su pantalla cada vez mostraba más Glitcheo, al punto de sobrecargar la electricidad en un radio de varios kilómetros.
"¡Cobardes de mierda! ¡Os arrepentiréis de esto! ¡Malditos bastardos!" Comenzó a maldecir Vox mientras la mayoría de Overlord abandonan la sala con incomodidad, quedando solo Zestial, Carmilla y sus hijas e inesperadamente, Alastor.
"Esto fue una agradable plática, pero me tengo que ir, suerte con tu plan de pelear" Habló Alastor mientras, en vez de irse andando desaparecía, aunque Vox ni siquiera estaba de humor para enojarse con el demonio radio.
Una vez Vox se calmó, miró con odio a Carmilla, acercándose a ella sin importarle la presencia hostil de Zestial.
"No lo ocultes, sé que matastes a ese exorcista, tus facciones y tu comportamiento te ha delatado" Habló Vox de forma amenazante, haciendo que Zestial observe todo con el ceño fruncido mientras Carmilla lo miraba con seriedad.
"Dime con qué mataste a los ángeles o yo mismo te difamaré en televisión, nadie comprará tus armas y tu dinero se irá al carajo" Dijo Vox mientras en uno de sus ojos aparecían círculos, afectando a las hijas de Carmilla pero no a ella ni a Zestial.
"¿Y qué ocurre si te matamos aquí y ahora?" Habló Carmilla mientras Zestial se levanta de su asiento y se comienza a acercar también, haciendo que Vox retroceda instintivamente. Él creía poder vencer a Carmilla con extrema facilidad, pero con Zestial presente... Todo daba un giro ya que era bien conocido su inmenso poder.
"Vete de aquí en este mismo instante y no vuelvas a pisar mi propiedad, y si decides difamarme, Zestial te hará una visita" Habló Carmilla, odiante tener que recurrir a su amigo, pero no tenía otra opción.
Eso hizo que Vox cambie el rostro de su pantalla, parecía totalmente afectado, a punto de colapsar.
"No sabéis con quién os habéis metido, os haré suplicar piedad, tarde o temprano" Dijo Vox y acto seguido desapareció entre las redes eléctricas, él había dicho eso ya que, cuando sea el nuevo líder del infierno gracias al contrato, podrá poner a ambos Overlord a sus pies, pero este no era el caso todavía, y ahora había fracasado, hacía muchos años que no se sentía así, ni siquiera cuando era humillado por Alastor, pero, extrañamente, su cabeza televisor comenzó a vibrar, en señal de que tenía un mensaje nuevo.
"¿Qué mierda?" Se extrañó, Vox estaba ciertamente desconcertado cuando recibió un mensaje de un número desconocido transmitiendo la señal eléctrica a su celular en vez de su pantalla, solo habían dos palabras escritas allí.
Armas angelicales.
Esas palabras desconcertaron a Vox al principio, pero después de procesar la información, Vox comenzó a reír como un demente en mitad de la calle, la hipnosis de su ojo había afectado a las hijas de Carmilla y le habían obedecido.
"¡Sí!" Gritó Vox victorioso, quizá no tenía el apoyo de ningún Overlord, pero conocía información privilegiada.
Pero también le hizo comenzar a pensar, ahora se llevaba de pena con Carmilla, y seguro que, en cuanto se entere de la hipnosis que hizo temporalmente en sus hijas ella querrá matarlo, por lo que no podría comprarle armas, tampoco Valentino y Velvette seguramente, y la princesa tampoco era una opción porque la había expuesto.
Ese asunto lo tendría que discutir con sus dos socios más tarde.
En cuanto Vox volvió al hotel se encontró con una escena para nada inusual, Charlie parecía estar hablando con su pareja, Velvette continuaba con su celular, pero con una inusual sonrisa en sus labios, mientras que Valentino parecía estar agarrando los brazos de Angel Dust con fingido cariño.
"He vuelto" Habló Vox, mostrando un rostro inexpresivo a través de su pantalla, provocando miradas dudosas de los otros dos miembros de los Vees.
"¿Cómo fue la reunión?" Preguntó Velvette con seriedad en su rostro, haciendo que Vox le respondiera con una leve sonrisa.
"Ya os contaré a detalle todo lo que ha ocurrido" Respondió Vox mientras observaba como Valentino comenzaba a caminar mientras obligaba con sus brazos a que Angel Dust fuera con él.
"¡Ya me lo contarás después! ¡Voy a disfrutar de que mi estrella ha dejado de ser un puto desagradecido!" Habló el proxeneta mientras salía rápidamente del hotel, dejando a Charlie con sospechas mientras Vox lo maldecía, acordaron que su supervivencia frente al exterminio era la prioridad y, aún así, prefiere centrarse en grabar sus películas porno.
"Ese puto Valentino no cambiará nunca, maldito adicto al sexo" Habló Velvette, compartiendo la misma emoción que Vox mientras Charlie se acercaba a ellos.
"Pues, aprovechando que has vuelto y que Valentino se ha ido, no os podéis reunir adecuadamente, por lo que... ¡Vamos a hacer actividades super divertidas que seguro que te gustarán!" Charlie gritó con emoción mientras iba hacia la zona común de la planta baja, donde hay un gran sillón y una televisión gigantesca, cortesía de Vox.
"¡No estoy de humor para tus putos juegos!" Gritó Vox con ira mientras trataba de hipnotizar a Charlie, sin éxito aparente mientras era arrastrado por una cadena azul.
"No te queda de otra" Habló Vaggie con una sonrisa burlesca, aprovechándose para humillar un poco al demonio televisor.
"¡Vamos Vox! ¡Seguro que estarás de buen humor después!" Dijo Charlie con optimismo mientras procedía a sentarse en el suelo aún habiendo un maldito sillón gigante.
"Esto lo voy a grabar para reírme cuando quiera" Dijo Velvette con una sonrisa divertida mientras también se acercaba, haciendo que Vox comience a maldecirla.
"¡Hija de perra! ¡Ni se te ocurra grabar nada!" Se quejó Vox mientras se sentaba en el sillón forzosamente y Velvette reía ante la reacción de Vox.
"Haremos un juego para presentarnos cantando" Dijo Charlie, haciendo que Vox quiera volver a aquella reunión en vez de estar aguantando los juegos estúpidos.
"Sí, definitivamente tengo que grabarlo" Dijo Velvette mientras observaba que Vox estaba realmente molesto, pero Charlie estaba logrando su objetivo ya que el demonio televisor estaba demasiado centrado en quejarse de los juegos que de recordar la nefasta reunión que había vivido.
"Vox imbécil... Podría acostumbrarme" Dijo Velvette con una sonrisa genuina mientras reía al observar que Vox era obligado a cantar y participar en todas las actividades de la princesa, Velvette aún así, con el pasar de las horas fue notando que Vox estaba mostrando una parte de él totalmente nueva que ella denominó *Vox Imbécil*, aunque tenía que admitir que disfrutaba verlo así.
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Bueno, hasta aquí el capítulo, ¿Cómo os está pareciendo el desarrollo de la historia? Pueden comentar vuestra opinión y dudas siempre que quieran.
Espero que los haya gustado porque yo estoy disfrutando de crear esta historia. Ahora sin nada más que decir, adiós.
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