"¿¡Me estás jodiendo!?" Velvette parecía completamente sorprendida ante la noticia dicha por la televisión, como bien ha dicho la presentadora, estaban jodidos, pero la miembro femenina de los Vees tenía pruebas de que no todo era malo.

Poco después llegaron Vox y Charlie al hotel, y Vaggie se sobresaltó al observar que su novia todavía tenía marcas en sus ojos de haber llorado, haciendo que la chica de piel grisácea comience a correr hacia Vox con intenciones de empalar al demonio con su lanza, pero la princesa se interpuso.

"Detente Vaggie, él no ha hecho nada malo" Fue lo único que dijo Charlie, haciendo que Vaggie mire a Vox de reojo mientras comienza a acompañar a su novia hacia su habitación para hablar a solas sobre lo sucedido.

"¡Por fin llegas! ¡¿Sabes cuánto tiempo he estado esperando?!" Comenzó a hablar Velvette, pero se calló cuando observó el rostro que mostraba Vox a través de su pantalla, parecía afectado por algo, nunca había visto a su socio así, ni siquiera cuando era humillado por Alastor.

"¿Qué carajos te pasa?" Preguntó Velvette con genuina curiosidad, al fin y al cabo, Vox no estaría con ese estado de ánimo por el adelanto del exterminio, debía ser algo diferente.

"Lo hablaré contigo y con Valentino de inmediato, llámalo y dile que nos reuniremos donde siempre" Habló Vox totalmente serio mientras desaparecía rápidamente entre las corrientes eléctricas, dejando a Velvette sumamente enojada por haber estado esperando en el hotel para nada.

"¡¿Habrá algún día en que Vox deje de ser tan pendejo?!" Se quejó la pecadora mientras comenzaba a caminar con fastidio de nuevo al estudio y residencia de Vox mientras llamaba al proxeneta, el cual accedió a la reunión mientras soltaba unas risas que desagradan a Velvette, el demonio polilla era alguien ciertamente perturbador.

Finalmente, los tres miembros de los Vees estaban sentados alrededor de una gran mesa, Vox parecía tener las mismas expresiones en su rostro, provocando inquietud y morbo en los otros dos miembros.

"¿Puedes decirnos ya qué carajos te ocurre?" Preguntó Valentino de forma impaciente, ya era de noche y el proxeneta quería ir a grabar sus películas porno, para él, nunca era demasiado tarde para deleitarse con el rostro de cansancio de sus actores esclavizados, aunque con la ausencia de Angel Dust no era igual de placentero para él sádico demonio con aspecto de polilla.

"El líder de los ángeles exterminadores, Adam, quiere asesinarnos a nosotros, los Vees, somos una de sus mayores prioridades" Mintió Vox, no podía decir que él mismo se había condenado por estúpido, puesto que no recibiría ayuda de sus socios, debía de mantener la calma e involucrar a Velvette y Valentino en el problema, así los tres podrían idear algún plan para ocultarse todo el tiempo que dure el exterminio de dentro de seis meses, él, por muy fuerte que sea, no podía hacer nada frente a ángeles que ni se inmutaron frente a sus ataques.

Esa frase hizo que a Valentino se le caiga la copa de copa de vino que estaba bebiendo al mismo tiempo que dejaba de esnifar algún tipo de droga en polvo, estaba paralizado, mientras que Velvette mostró un rostro inexpresivo.

"¡¿Qué has hecho con la puta princesa para que seamos la prioridad de los exorcistas?!" Gritó Valentino, levantándose de su asiento con furia y alzando sus dos alas de polilla para parecer más intimidante, Vox continuó con la mentira.

"¡Yo no hice nada! Quieren acabar con nosotros porque nos conocen y saben que somos los pecadores más influyentes entre los medios de comunicación, quieren silenciarnos como ejemplo y generar más temor entre la multitud" Explicó Vox, su mentira podría ser creíble, pero Valentino no pareció creerlo y agarró con sus múltiples brazos el esmoquin del demonio televisor.

"Los has provocado, ¿Verdad? ¡¿Es tú culpa, verdad?! ¡Porque si tengo razón te juro que-" Gritó Valentino, pero repentinamente recibió una descarga eléctrica que, a su vez, provocó que los dispositivos electrónicos comenzasen a sobrecargarse.

"¡No me amenaces!" Respondió Vox mientras se relajaba y cesaba su descarga eléctrica, la cual dejó aturdido y dañado a Valentino, quien comenzó a tambalearse hasta sentarse nuevamente en su asiento, la relación entre ambos cada vez estaba más quebrada.

"Valentino, deja de actuar impulsivamente, Vox está diciendo la verdad" Habló finalmente Velvette, haciendo que el demonio televisor sonría un poco ante el apoyo de la chica, mientras Valentino todavía se estaba recuperando de la descarga recibida y no escuchaba con claridad.

"Tu explicación coincide con el tema que te iba a contar, pedazo de pendejo, caminando encontré esto" Habló Velvette mientras sacaba de una bolsa que estaba llevando en el hombro una cabeza de un exorcista mientras procedía a lanzarla hacia el centro de la gran mesa.

"¿Eso es...?" Comenzó a hablar Vox, totalmente sorprendido ante aquella revelación de su compañera, y era verídica aquella cabeza pues seguía soltando una especie de líquido dorado que seguramente es su sangre.

"Alguien ha logrado matar a un exorcista este último exterminio, si no son invencibles, significa que las normas del juego han cambiado, seguramente los ángeles piensan que fuimos nosotros o quizá quieren acabar con nosotros por ser los más influyentes en el infierno" Habló Velvette, provocando que Vox agradezca su suerte.

*Carajo, si no estuviera en el infierno creería que dios está de mi lado, aunque nunca lo estuvo* Pensó Vox con algo de amargura, sabiendo que realmente Dios nunca lo ayudó y tuvo que trabajar para la mafia, pero en esta ocasión su suerte le estaba facilitando la veracidad de su mentira.

"Debemos de encontrar al asesino del exorcista" Habló Valentino, habiéndose recuperado un poco de la descarga eléctrica, Vox asintió.

"Tenemos seis meses, creo que deberíamos comunicarlo al resto de Overlord, por muy vejestorios que sean seguro que están ansiosos por luchar" Habló Velvette con entusiasmo, parece que no estaba deprimida ni nada, sino que quería partirles la madre a los exorcistas.

Vox no estaba muy convencido de comunicarlo a los Overlord, pues seguramente estaría Alastor presente, pero tendrá que dejar a un lado el odio hacia el demonio de la radio.

"¿Por qué no simplemente lo comunicamos en uno de tus podcast?" Preguntó Valentino, haciendo que Vox lo medite, pero negó con la cabeza.

"Por el momento no, se hará público cuando sea el momento idóneo" Contestó Vox, un poco más alegre de tener a sus dos socios a su lado, aunque haya tenido que mentirles, pero las mentiras con el pan de cada día en el infierno.

"Muy bien, pues si todo ya está dicho, voy a dormir, a diferencia de ustedes, par de imbéciles, yo sí tengo una imagen física que mantener" Dijo Velvette mientras volvía a guardar la cabeza del ángel y se marchaba, dejando a Valentino a solas con Vox.

"Aún así, te recomiendo dejar de pasar el tiempo con la princesa marimacho por mucho que el contrato lo diga, no te favorece" Habló Valentino friamente mientras también se marchaba del lugar hacia su estudio.

Aunque Vox no lo admita, comenzó a pensar que Valentino tenía algo de razón, si no fuera por Charlie esto no estaría pasando, esa maldita princesa le estaba haciendo algo.

"Esa maldita me está haciendo imbécil" Habló Vox con cansancio mientras caminaba tranquilamente hacia su cama, la cual tenía sábanas del mismo color que su esmoquín y estaba rodeada de diez televisores.

Vox cayó rendido y se quedó dormido en cuestión de segundos, haciendo que su pantalla muestre un mensaje de *Error, compruebe el cable de conexión e inicie sesión*

(Lugar desconocido)

"¡Papá! ¡Has vuelto!" Gritó de alegría un niño de no más de 6 años mientras corría a abrazar a su padre, el cual lo recibió con un abrazo.

"¡Yo también me alegro de verte!" Contestó el hombre con una sonrisa, tratando de enterrar los recuerdos de intentar asesinar fallidamente a una joven unas horas antes por órden de la mafia para la que trabaja, la cual lo había dejado de lado por fallar su misión, no recibiendo ningún pago.

El hombre rompió el abrazo con cariño mientras entraba completamente en una casa relativamente humilde, ubicada en un complejo de apartamentos, pero eran felices con lo que tenían.

"¿Dónde está tu hermana?" Preguntó el hombre a su hijo, el cual contestó con alegría.

"Está haciendo la tarea y Mamá la está ayudando" Contestó, haciendo que el hombre suspire, eran las diez de la noche y su hija adolescente de 15 años continuaba con la tarea, al menos tenía a alguien que la ayude.

El hombre dejó a su hijo menor jugando en la sala principal mientras se dirigía al dormitorio de su hija, donde la encontró sentada en su escritorio mientras su esposa la ayudaba a hacer unas ecuaciones.

En cuanto se dieron cuenta de su presencia, la mujer adulta fue a besar a su esposo mientras la menor simplemente saludaba con la mano con el ceño fruncido.

"Creo que deberías hablar con ella, algo le ha pasado en clases y a mí no me lo quiere decir" Le dijo su esposa, haciendo que el hombre asienta mientras miraba de reojo a su hija, la cual trataba de continuar con las ecuaciones por su cuenta.

La mujer adulta fue a cuidar del hijo menor mientras el hombre se acercaba a la adolescente.

"Hola, ¿Qué te ha pasado? No es propio de ti estar haciendo la tarea tan tarde" Habló el hombre de forma amigable, fingiendo que su esposa no le había dicho nada.

La joven miró a su padre con dudas, aunque era el que estaba más tiempo fuera, la chica era más cercana con su padre que con su madre, seguramente debido a su seriedad al hablar de temas complejos.

"En clase de inglés nos han mandado una tarea que consiste en analizar el trabajo de nuestros padres y describirlo, ¿¡Cómo carajos voy a decir que tú trabajas matando gente?!" Habló la adolescente contundentemente, haciendo que el hombre retroceda un poco, suspirando mientras contestaba con pesadez.

"Lamento que tengas a un padre como yo, pero ya no puedo cambiar, tengo demasiada sangre en mis manos" Habló el hombre, sabiendo la madurez que tuvo que desarrollar su hija.

"Yo creo que cualquiera puede cambiar, incluso alguien como tú" Contestó la joven, haciendo que el hombre se emocione un poco.

"Ojalá fuera tan fácil, pero cambiemos de tema por favor" Trató de cambiar de tema el hombre, pero su hija no obedeció.

"No digo que te vayas a olvidar de todas las personas que mataste, pero deja el trabajo y vive con sus muertes, al fin y al cabo, ya no puedes regresarlas" Habló la joven, haciendo que su padre derrame algunas lágrimas.

"El chico que conozcas va a estar muy feliz contigo" Habló su padre, haciendo que la adolescente se sonroje, habiendo logrado cambiar el tema de conversación.

Pero la conversación fue interrumpida cuando escucharon ruidos fuertes dentro de la casa y el grito de su esposa e hijo menor.

"¿Qué sucede?" Preguntó la adolescente, haciendo que su padre comience a correr, pero no pudo dar ni dos pasos antes de ser recibidos por varios hombres armados.

"¿¡Qué quieren?! ¡¿Qué han hecho con mi esposa y mi hijo?!" Preguntó el hombre mientras retrocedía y protegía a su hija con su propio cuerpo, pero los asaltantes solamente rieron con malicia mientras se acercaban cada vez más.

"Acabar con el peón que intentó asesinar a la hija de nuestro líder, eso es lo que haremos" Hablaron mientras apuntaban con sus armas, haciendo no puedo reaccionar cuando repentinamente fue golpeado en la cabeza por un tercer hombre, quedándose inconsciente, pero escuchando antes como su hija forcejeaba pero también acabó en manos de los asaltantes.

Todo se volvió a oscurecer en los pensamientos del hombre mientras sus pensamientos le gritaban que fue débil, que fue un peón manipulable y que si será lo mismo ahora.

(Habitación de Vox)

El demonio televisor se despertó repentinamente, mientras comenzaba a agarrar su cabeza cuadrada con rabia.

"¡Maldita sea! ¿¡Por qué me torturan con esto?!" Comenzó a quejarse Vox mientras sus pensamientos todavía lo seguían atormentando por los errores de su vida mortal antes del infierno.

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Bueno, hasta aquí el capítulo, últimamente estoy muy inspirado con esta historia, todo gracias al apoyo que está recibiendo, muchas gracias a todos los lectores. 

Espero que les haya gustado, pueden comentar su opinión si lo desean. 

Ahora sin nada más que decir, adiós.