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Capitulo 6 (Humillación)

Hola mis terrones de azúcar, dirán... Oh... Mamá terrón sigue publicando, entonces... ¿Las vacaciones? Pues claro que si, estoy ya de vacaciones, pero... Hoy cumple años un terrón de azúcar, que hoy anda de manteles largos, celebrando no se cuantos otoños, espero que disfrutes mucho tu pequeño detalle y pásalo super bien LiniAndrea.

Lean con gran emoción.

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El peli azul se da cuenta del enfado en la voz del peliverde con lentes, quien solo le dedica despreció puro.

Provocando que su mirada baje, para fijarse en la pila de ropa que lleva en aquel carrito, pues no quiere meterse en problemas.

Pero a Aioros no le interesa para nada la forma de actuar de quien lo acompaña, al contrario no le toma mayor importancia.

Pues su acción de acercarse exclusivamente a Saga, es lo que provoca la mayor sonrisa y felicidad.

Olvidando que va acompañado.

-¿Cómo estás? ¿Cómo está yendo tu día?- Un bombardeó de preguntas es lo que el castaño dirige al empleado, sonriente y con las mejillas teñidas del color rojizo más perfecto para ver a quien ha robado su corazón.

-Buenos días... ¿Necesito algo, señor?- Su postura de empleado la mantiene, no podía ser capaz de sostener la mirada al de ojos verdes oscuro, denotándose en su piel clara, el rubor en sus mejillas, y los nervios en sus manos que sostienen ese carrito de un extremo.

-Saga, no tienes que decirme así, puedes hablar de tu, solo mi nombre siendo pronunciado por ti, suena muy hermoso- Su ilusión más grande, intentar sostener esas preciosas manos, pero es un acto que el peli azul desde luego le prohíbe.

-Yo...- No sabe que decir, su corazón late desbocado, sus nervios son muy grandes, siente un vacío en su estómago y no es por no haber comido, cosa que si hizo.

Son sensaciones que no deseaba conocer jamás, pero ahora la presenta por la culpa de ese hombre delante de él, y con la presencia de uno de sus enormes enemigos que solo le dedica de esos ojos violetas un terrible odio, por demostrarse muy cercano con este castaño.

-Aioros- Le habla con un tono seductor, acercándose para tomarle la mano de forma inmediata, denotando que marca territorio -¿Conoces a este empleado?- Lo dice intentando sonar lo más amable posible, pero en su rostro es evidente el desprecio hacia quien tiene delante.

-¡¡¡SI!!!- Responde con una gran emoción, aunque incomodidad por tener a su lado a este doncel que no aprecia de la misma forma que este a él, intentando quitar su agarre de la mano de forma inmediata, sin mucha éxito al inicio –Anoche nos conocimos y...- Fue un halo de tranquilidad, al recordar que tiene algo que es del peli azul.

Lo cual el da oportunidad de quitar su mano con algo de fuerza, pero sin dejar de ser amable y demostrarle una sonrisa al hermoso rostro del empleado, que robo su corazón.

-Olvidaste esto ayer- Su mano busca en su bolsillo, para mostrar el objeto, delante del peli azul.

-Oh... Mi gafete- Su rostro de una mínima sospecha, ya se imaginaba que la perdió anoche, pero sí que le parece curioso que la guardara, aunque el castaño no le parece una persona normal y eso estaba bien.

-Me dije a mi mismo, que te lo devolvería en tus manos y...- La extiende para entregarle aquel objeto que le pertenece, sin embargo no se ira sin tener algo del peli azul a cambio –También pedirte ¿Si te gustaría ir a comer conmigo? O ¿Cenar? ¿Pasear? Lo que sea, tú escoge- Un suspiro sale, evidenciando que poco le interesa la presencia del peliverde, dejando en claro que la persona que le interesa es el de cabellera azul oscuro –Estará bien para mí, mientras este a tu lado- Son evidentes sus intenciones.

-¿Eh?- Se sorprende de forma alarmante, que solo logra escuchar su propio latir, poniéndose por completó rojo, temblando su mano que apenas ha tocado el gafete, y ahora duda de siquiera saber comportarse.

-Oh...- Sí que esto no sería nada aceptado por Degel, el cual desde luego va a intervenir –Aioros, temo decirte que el descanso de Saga ya paso, y posiblemente no pueda asistir el día de hoy- Se coloca en medio de ambos, dándole la espalda al peli azul, con una fingida sonrisa para con el castaño –Pero si quieres, podemos salir tú y yo, y cuando él tengan oportunidad te podrá mostrar cosas "Muy", como la lavandería, o el comedor de empleados- Una burla para el verdadero dueño del hotel, pero disfrazada para el contrario.

-Entonces esperare- Sonríe ante el otro, para mirar al peli azul y perderse en la mirada Viridian –Es más, Saga, ¿Te pudo ayudar?- Se ofrece de inmediato en que las tareas del otro sean repartidas, pensando en que así podría terminar más rápido.

Clara señal de que al castaño, le da igual hacer trabajo manual, con tal de estar cerca de quien ha decidido convertir en su esposo algún día, lo cual significa que sabe hacer incluso el quehacer, aun perteneciendo a una familia de dinero.

-N- No... Eso no es... Necesario...- Los nervios son evidentes con la tartamudez en sus palabras, y el suspenso por la propuesta –Yo lo... Lo puedo hacer... Es...-

-Aioros, eso no está permitido- La mirada ahora lo hace verse realmente molesto, dándose cuenta que su plan se podría ver arruinado por esto, pero no lo va a permitir –Sera mejor que lo dejemos trabajar, sino el pobre no lograra termina todo lo que debe hacer- Aprieta su mandíbula, y su mirada ahora va contra Saga en el momento que se gira para ponerse a la par del castaño.

-En ese caso...- Responde algo cortante con el otro, dándose cuenta del tono de su voz, significando que le ha molestado la supuesta amenaza –Regresare a mi habitación, pues debo hacer algunas cosas, así hare tiempo para cuando Saga tenga un momento libre- No seguirá ese paseo con el peliverde, indignando, pero al solo ver la mirada del de ojos Viridian, sonreír –No te preocupes, te veré después y...- Sin pensarlo más, pues el otro no había tomado su gafete, coloca dicho objeto en las prendas justo de lado izquierdo del pecho, para sonreírle de una forma coqueta y algo cercana –Si necesitas algo, solo dime, me encuentro en la habitación cuatro del piso seis- Le hace aquella invitación, sin importar la situación, le ayudaría, incluso si esto provoca el enfado de Degel, sin embargo ha decidido de una vez que defenderá a Saga aun en contra de este doncel, que desde luego no le ha parecido agradable ahora.

-Pero...- Ni palabras más allá de esta ha podido sacar de su boca, le parece tan extraño una muestra de respeto y cariño sea dedicada para él, y más, de un desconoció, sin embargo no ha podido darle las gracias o cualquier otra palabra.

-Bien, te dejare trabajar- Le sujeta de imprevisto las manos, para en una depositarle un beso, y sonreírle de una forma de despedida –Esperaré para salir contigo- No incumplirá su promesa, y dejara en claro que ya no es dueño de su corazón, si no que ese peli azul lo posee.

Claro que si pudiera ayudar al peli azul en sus deberes lo haría, pero ya que esto sonó como una amenaza por parte del doncel de lentes, decidió no meter en problemas a quien ama.

Sin embargo estará al pendiente si es necesario y en un descuido, está dispuesto a ayudar sin importar que sea, hará uso de cualquier truco para salirse con la suya.

Por lo tanto deja tranquilo a Saga, sin darse cuenta que ha cometido un terrible error, al no prestar atención que Degel aún está allí y ha rechazado su propuesta.

Sin contar, que ni se ha despedido de él

Tal vez si, al momento de decir que si necesitara algo, lo buscara en esa habitación, pero conociendo al empleado como otros, este jamás aceptará ayuda externa, es su manera de ser.

El peliverde, espero solo a que Aioros se alejara del lugar, y así encarar al de cabellos azules, de una forma de molestia pura.

Después de todo, este sujeto siempre se ha mostrado muy grosero con el peli azul, y dispuesto a humillarlo, por lo que vivió con el castaño en ese momento.

Preferir al de ojos Viridian, a un don nadie, por encima de él.

Con esa actitud prepotente, altanera, claro que le molesto de inmediato y va a dejarle en claro esto al otro.

Mientras el de cabellos azules y sedosos, aún está perdido en las emociones y sensaciones que ese toque y agarre de parte del castaño lo han dejado realmente estupefacto, posando su mano que ha sido besada por quien su corazón está latiendo de una forma desenfrenada, en su pecho, dedicando una gentil sonrisa.

En un solo movimiento, Degel jala con todas sus fuerzas el brazo del otro, para que lo vea de una vez y hacerle algo de daño.

-No te estés ilusionando con él- Le dice de una forma amenazadora, y esos ojos violetas que podrían matar al otro –Tú no eres nada para él, ni para nadie- Las palabras pueden ser crueles, pero las usara de esta forma, mas por su mismo enfado que por otra cosa.

-¿Eh?- Confundido por esto, mostrando un rostro de cierta sorpresa, pero haciendo igualmente fuerza por el agarre que presenta, no quiere, ni desea que le hagan esto, sin embargo es consciente que si se defiende se meterá en problemas.

-Aioros pertenece a la familia que ayudará a que este horrible hotel desaparezca y sea renovado por algo mejor- Sonriente ante sus palabras –Así que... ¡¡¡MANTENTE ALEJADO DE ÉL!!! ¡¡¡NO VAS ARRUINAR NUESTROS PLANES, AL MENOS QUE DESEES SER DESPEDIDO Y ALEJARTE DE VERDAD DE ESTE LUGAR TAN HORRIBLE Y ASQUEROSO!!!- Una risa burlesca se deja ver, mientras aun sostiene con fuerza el brazo del otro, dejándole evidentes marcas de dedos.

-¿Qué?- Su sorpresa ha crecido, pues sabe lo que ellos planean, lo había escuchado cuando hace unos días fue a ordenar la habitación de los padres del peliverde.

-Como lo oyes- Su cometido se está logrando –Aioros está aquí, para que él y yo seamos una pareja, no costara mucho trabajo enamorarlo, solo mantente alejado de él, si sabes lo que te conviene y puede que te permitamos aun seguir como un empleado en el nuevo hotel- La furia enmarcada en su rostro, zafando con brusquedad el agarre del peli azul –Tú no tienes a donde ir, siempre tendrás que quedarte como un imbécil sin oportunidades, ni talentos, eres un don nadie, un bueno para nada, que solo está aquí por nuestra amabilidad- Le señala con el dedo índice, tocándole con brusquedad justamente el gafete –Posiblemente solo quiera jugar contigo-

Desea responderle como se lo merece el otro, pero debía ser prudente, aguantar los insultos de nuevo, porque s no le va a costar muy caro.

Apretando sus puños, dientes y ceño.

Pero a la vez dándole una terrible idea, que el castaño pueda estar haciendo eso, y que sea parte de la familia que será utilizada para tener mayores recursos y así cambiar el hotel que es el único recuerdo de su familia.

Es horrible la situación, tiembla de impotencia, enojo y dolor en su interior, bajando la mirada, no demostrará que esto le causa un conflicto mayor y con las posibles lagrimas que impide que salgan por la noticia tan cruel.

Miles de situaciones ahora rondan en su mente, creyendo que el castaño es alguien malo, que solo finge ser bueno y amable, sin embargo... Su corazón no puede aceptarlo del todo.

-Ha, ha, ha, ha, ¿Te has quedado sin palabras?- Ladea su cabeza, sonriente y triunfante, aunque la molestia sigue en su ser –Entiende Saga, todos los que se acerquen a ti, solo será para jugar y divertirse contigo, no vales nada, solo eres un objeto, tanto para este hotel como para el mundo, sería mejor que desistirás a pensar que lograras algo con tu vida, y solo acepta tu lugar en esto- Sin más, y viendo una oportunidad, se gira para darle una "Lección" al peli azul a su estilo.

Empujando el carrito con ropa, con toda la fuerza posible, y así hacerlo caer, dándole mayor trabajo al otro.

-Ups, creo que no podrás asistir a esa salida que Aioros te pidió- Sonríe, para caminar sobre las prendas tiradas en el suelo –Sera mejor que te ocupes de esto, eres demasiado descuidado en tu labor, y haz tu trabajo, no estés holgazaneando como siempre- Se detiene para dedicarle una mirada de superioridad –Sabes algo... Creo que te vamos a dar algunas tareas extras, para mantenerte muy ocupado y no estés pensando en tonterías- La sonrisa altanera es evidente en su triunfo ante el otro.

Con esta humillación, decide el de ojos violetas irse, dejando al de cabellos azul, con toda la carga extra de trabajo, para informar de este contratiempo y de paso seguir haciéndole la vida imposible.

Al momento de encontrarse solo, su cabeza sigue abajo, dejándose caer de rodillas para comenzar a levantar la ropa, aunque ni siquiera ha puesto en su lugar el carrito.

Sujeta la ropa con sus manos, apretándolas con fuerza, sintiendo la rabia, la impotencia, que le provoca cada insulto, pero también el sentirse así de imbécil, de dejarse engañar por un efímero sentimiento que no necesita.

No puede darle una explicación a esto, que solo surgió de repente, que sabe que puede controlar, no se dejara engañar por Aioros si esa es su intención, pero... Podría intervenir en el plan de esa maldita familia impostora y así se vea frustrado, sin embargo está atrapado en hacer lo que desea, salvaguardar ese hotel.

Está en un terrible conflicto interno con tantas cosas que están en su joven mente.

Sin más deja caer lágrimas de esos preciosos ojos Viridian, mientras por un minuto da rienda suelta a que su dolor lo consuma, para de nuevo cuando su cordura vuelva y se componga, volver a sus deberes, que ya se han convertido en trabajos forzados.

Mientras su sufrimiento se deja salir de esos hermosos ojos, hace su trabajo hecho a la fuerza por él mismo.

Pero, un par de ojos como esmeraldas preciosas, lo ven de lejos, apretando sus puños, frunciendo el ceño y enfurecido por el trato que le han dado al peli azul.

-Pobre Saga...- El pelilila, a una distancia prudente, en donde el pasillo dobla, dando un punto ciego para no verse demasiado evidente.

Habiendo terminado un pedido en ese piso, encontró la escena, apenas logro ver cuando el castaño le acomodo el gafete, pareciéndole algo sumamente adorable y bueno para su amigo, alguien amable con él.

Pero debió advertir que Degel no se quedaría con los brazos cruzados para hacerle la vida imposible.

Quería ayudarlo, pero... Sabe las consecuencias, le iría mal y necesita el trabajo para ayudar a sus padres, y además esto ocasionara muchos problemas a Saga.

Todo lo malo que ocurriera entre el hotel y los empleados, siempre el peli azul era el culpable, aunque esto no era justo...

La vida no es justa, es una verdad bastante clara.

Pero ahora que está solo, bien podía dirigirse a ayudarlo, cosa que está a nada de hacer, pero... Sus pasos son interrumpidos al momento de dar apenas marcha a su plan.

Pues su comunicador es activado, para darle la siguiente orden del día.

-Oye, niño- La voz áspera de Kardia se escucha, el encargado por este día de la gerencia –necesitan tus servicios de arregla todo en el piso seis, habitación cuatro, y es urgente-

-Oh, pero...- Mu queriendo protestar, pero será muy difícil hacerlo, y así ayudar a su buen amigo.

-¿Hablo en otro idioma? O ¿Es tu hora de descanso?- Le pregunta algo malhumorado, por el comunicador.

-No- Responde con una voz tímida, ante lo que esto significa.

-Bien, tienes la respuesta a tu pero, que de hecho no tiene valor- La burla en la voz del otro es evidente, el cual rápidamente cierra el canal por el cual se dan estas instrucciones.

No dejándole de otra al pelilila, el cual solo suspira y entiende que las cosas no siempre le dan oportunidades de consolar a su amigo, pero no por eso, quiere decir que no lo ayudara.

Vio las cosas, esas demostraciones de afecto para Mu son claras, es evidente el interés y cariño que ese castaño tiene por Saga.

Y aunque nadie se lo pida, ideara un plan para ayudar a su amigo a conseguir tiempo para salir con ese joven hombre, algo que lo haga un poco feliz, haciendo que no piense en la mala suerte que posee con esta familia y el control en su vida.

---Habitación cuatro, del piso seis---

-¡¡¡AAAAAAH, ESTE ES UN TERRIBLE FASTIDIO!!!- Un castaño claro dice esto, mientras se abanica con su propia mano, delante de una laptop –No sé cómo un hotel de supuesto "Lujo" tenga problemas con el aire acondicionado, me estoy asando aquí-

-Grecia es un país caluroso, debiste darte cuenta de eso- Alguien que posee una voz bastante calmada, la cual suena algo lejana solo porque no se encuentra físicamente en esa habitación, si no que por parte de la tecnología.

-Ay, cállate Shaka, que yo no quería venir en primer lugar, pero mi papá y mi hermano mayor deseaban venir, solo porque es el país natal de ellos- Refunfuña de mala gana –Y antes de que digas "Tus sabias palabras"- Hace un tono sarcástico en estas últimas palabras -Sé que igual es mío, pero me da igual, yo no quería venir-

-Pues es algo tarde para que desistas ahora, este allí, así que mínimo intenta pasarlo bien- La mirada azulada, mira con aburrimiento al castaño claro que se queja sin cesar.

-Mejor ocupémonos de buscar a un tercer integrante para el campeonato mundial de videojuegos que vamos a participar- Le cambia la cara al mencionar esto, una sonrisa y el sudor enmarcando su felicidad, algo normal ya que el calor se ha apoderado de él.

-Sera difícil, ya que la edad máxima para competir es de veinte años, y ninguno de nuestros conocidos, que gusten de jugar videojuegos a tu nivel- Le dedica estas palabras con cierto desinterés.

-Ay, ¿Cómo si tú no fueras bueno en ello?- Le dedica una burla al rubio, que no parece inmutarse por esto.

-El hecho que sea bueno en ese tipo de cosas de forma inmediata, no me hace un obsesionado como tú- Sonríe, por la burla que ha lanzado, sin mostrarse demasiado evidente.

-Tú también eres un varadero fastidio- Le dice, apoyando su codo en la mesa, donde la laptop esta, y su mejilla en la mano de igual forma, girando sus ojos -¡¡¡YO SOLO QUIERO QUE REPAREN ESTA MALDITA COSA Y PUEDA REFRESCARME Y JUGAR DE NUEVO!!!- Señala con el dedo índice al aire acondicionado.

Más en ese justo momento, se escucha que alguien toca y se anuncia de igual forma.

-Servicio de mantenimiento, ¿Me necesitan?- La voz suave de Mu, inunda los oídos del castaño claro.

Sonriente al escuchar esto -¡¡¡SÍ!!! ¡¡¡VAN A REPARAR ESTA COSA Y PODREMOS ENTRENAR DE UNA MALDITA VEZ!!!- Se levanta de su asiento, sin colgar la videollamada con el rubio.

-Como quieras- Es la repuesta que le da con los ojos cerrados, sin dar mayor importancia al asunto, prefiriendo beber un té frio, despreocupado de la vida por ahora.

Sin pensarlo dos veces, abre la puerta de su habitación, observando al joven de cabellos lilas delante, cosa que por su apariencia, se le hace difícil creer que sea de esa área, pues Mu luce mucho más joven.

-¿Tu eres de manteamiento?- Pregunta alzando una ceja, sin creerlo.

-Si- Responde con su mejor sonrisa, aunque algo incómodo por la obviedad del huésped.

Alza sus hombros sin más, dándole ahora igual, con tal de tener aire fresco en su habitación –Como sea- Se mueve a un lado –Adelante, y por favor repáralo- Le dice esto con un tono de súplica –He pasado gran parte de la mañana sin estar fresco y no entiendo como el pasillo lo está-

Para el recién llegado, la actitud del huésped, es bastante curiosa, pero al menos se muestra más normal que altanero, al hacerle ese comentario.

Por lo cual entra a la habitación con un poco más de confianza.

-Tenemos un pequeño inconveniente por la ola de calor que estamos presentando- Risita, pues para los oriundos de este país, este clima es soportable, además que anuncia los últimos momentos de clima cálido intenso, antes de que el frio llegue del todo.

-Aaaaah bueno...- Asiente algo contrariado por esto –Pero ¿Puedes repararlo?-

-Claro que si- Sonríe para darle confianza al joven.

-Bien, entonces te lo dejo en tus manos- Cierra la puerta y con esto, deja una buena vista del pelilila, algo que no pasara desapercibido por alguien allí presente de forma virtual.

-Muy bien, deja checo el aire de la habitación y en un momento quedara todo en orden- Su voz siempre suena suave y tranquila, transmite esa sensación de que sabe lo que hace.

Algo que llama la atención de quién sus ojos están cerrados, pero por ese dulce sonido, el cual hace que los abra para ver de quién se trata.

Ya que conoce las voces de los integrantes de la familia de Aioria.

-Excelente- Sonríe contentó el castaño claro, señalándole con el dedo índice de forma inmediata–Entonces... Eh...- Se fija en el gafete del recién llegado, para ver su nombre –Mu, te lo encargo, ¿No pasa nada si sigo una videollamada con mi amigo?- Ahora si muestra la educación que sus padres se han esforzado para que tenga.

-Claro que no- Niega con la cabeza, para comenzar su trabajo, sin ver a la laptop en ningún momento.

Pero quien esta del otro lado de esa pantalla, se ha quedado anonadado, por la presencia del empleado de ese hotel, que lo perdió de vista al momento de ponerse manos a la obra.

Deseando ver más de él.

-Muy bien, entonces...- Sin más, el castaño se sienta de nuevo en esa elegante silla, delante de la laptop –Has tu magia de reparador- Sin más gira su vista hacia el rubio, tomándole de raro la apariencia ahora de su amigo –Shaka, ¿Qué tienes? ¿Tus mejillas están rojas?- Abre bien sus ojos verdes, analizando el rostro del otro -¿Hace mucho calor en la India? O ¿Qué?-

-No, claro que no...- Responde con cierta molestia y timidez por verse evidenciado ante un sentimiento desconocido por su juventud de dieciocho años.

-¿Seguro?- Alza la ceja de nueva cuenta, tomándole de raro este comportamiento de quien conoce de años, tanto en persona como por videollamas –Estas tan rojo como tu punto rojo en la frente-

-¡¡¡ES UN BINDI, AIORIA!!!- Le grita sin siquiera pensarlo, cosa rara en el rubio, pero es comprensible al sentirse inseguro por lo que una simple persona lejos de él, en un país ajeno, le ha provocado.

-¡¡¡¿PUES QUÉ TIENES?!!! ¡¡¡¿POR QUÉ ME ESTAS GRITANDO?!!! ¡¡¡AMARGADO!!!- Para la persona dentro de la habitación, tampoco es grato que le estén gritando, pero es evidente que su amigo está actuando muy raro.

Y claro que Aioria no se dé cuenta de lo que le ocurre a su amigo.

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Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Yo me encuentro super bien, aquí disfrutando de mis vacaciones, les dije que me tendrían siete veces por aquí en este mes.

Solo pasando para darle este pequeño regalo a nuestro terroncito de azúcar LiniAndrea, disfrutarlo y come mucho pastel, el que mas te guste.

Ahora si a cantarte canción oficial de la familia terrón de azúcar.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades LiniAndrea tu cumpleaños si que si.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades LiniAndrea tu cumpleaños si que si.

Bueno mis terrones de azúcar, disfruten mucho el capitulo de hoy, nos veremos después.

Gracias por seguir leyéndome, disfrutando de cada una de mis locuritas, que sigan a mamá terrón de azúcar, me hacen super feliz.

Kiaaaaa, sin mas me despido.

Por favor sigan cuidándose, no se expongan y manténganse a salvo.

Los quiero mucho.

Ammu se va. 

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