| R | CHAPTER 7: Incertidumbre.
Hola gente, ¿Cómo están?.
Espero que hayan pasado una hermosa navidad y año nuevo, este año prometo estar muy activo al menos dentro de todo lo que pueda.
Estoy planeando muchos diferentes escenarios en el futuro para agregar a la historia, muchas acciones y eventos que no tendrán mucho que ver con la serie. Y serán originales, ya que (aunque me base en la serie) quiero darle otro camino, ya que he estado observando otros fanfic y la mayoría son iguales por que siguen al pie de la letra la serie, y quiero ser un poquito diferente.
Cambie el nombre del Sanador que reviso a Aemma en el capítulo 6 de Lyonel a Gerardys, y su historia de fondo será contada en un futuro.
Sin más, espero que les guste.
Gracias por el espacio <3
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KING'S LANDING
Campo del Torneo.
━━━━━━━━━━━━━ 『 112 d.C 』
🔥 Rhaenyra VI 🔥
En un momento, todo era felicidad y alegría mientras la corona de flores descansaba sobre su cabeza.
Pero... todo se nublo cuando ese jinete cabalgo ansioso ante Rhaegar, ella lo reconoció al instante como uno de sus agentes de confianza, aunque no podía decir cual de todos ellos era, ya que tenía el rostro cubierto por la capucha de la orden.
Susurro algunas palabras en el oído de su amado, y pudo ver como su rostro pasaba por varias emociones, incredulidad, sorpresa y la irá que caracteriza a un dragón.
—¡IAH!— Azoto las cuerdas de su caballo, y comenzó a correr seguido del encapuchado dejando atrás a una multitud totalmente desconcertada.
—¿L-Laena?— Volteó a ver a su amiga con desconcierto, y un temor le invadió al pensar en las posibilidades.
Rhaenyra era consciente que su amado Rhae, dejo varios miembros de la orden para vigilar a su madre en caso de que estuviera en peligro y pudiera necesitar ayuda inmediata, todo esto fue para mantenerlo informado en cada momento de su estado. Así como un equipo de Driftmark con experiencia en embarazos, partos y sus constantes cambios a lo largo del progreso, por lo cual ella estaba agradecida.
Pero ahora... temía mucho que su madre estuviera en riesgo.
Su mejor amiga, Laena. Tomó su mano lentamente para darle un suave apretó para darle su apoyo. —Todo estará bien, Nyra... todo estará bien— Ella le aseguro, y a pesar de que intentaba convencerla, parecía que también se intentaba convencer a si misma.
—De... debo ir con mi madre—
—Rhaenyra—
—¡No! D-Debo ir—
No dejo a Laena responder, cuando se levanto apresuradamente de su asiento y agarro las faldas de su vestido para comenzar a correr pasando al lado de la Princesa Rhaenys que la miró preocupada, escucho a Laena gritar su nombre y seguirla en su corrida.
Pero para la Princesa, todo lo demás a su alrededor quedo atrás, solo tenía un pensamiento en mente y esa era la preocupación latente de su madre.
(Por favor, Dioses) Pensaba frenética la princesa. (Por favor, Rhaegar...)
Que su madre, su amada madre... estuviera bien.
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Narrador
Rhaegar se apresuro a subir las escaleras, mientras un grupo de hombres fieles y leales a él se unían en su caminaba, sea de la Orden o guardias de su propia casa uniéndose en su paso hacía las habitaciones donde se encontraba su reina.
Un grupo de guardias se interpuso en su camino, el Dragon de los Mares reconoció a quien le debían lealtad estos guardias.
—Arréstenlos o mátenlos, no me importa— Ordenó Rhaegar con seriedad.
Mientras desenfundaba Darkness, ocasionando que el sonido de su desvaine resonara por los pasillos y poco a poco lo siguieron el sonido de las espadas de su gente, y aquellos que le impedían el paso.
Dos hombres leales avanzaron rápidamente hacia los seis guardias, esquivando a los primeros dos para cortar la garganta de los segundos dos. El resto de los hombres de Rhaegar se movieron rápidamente para neutralizar a los otros cuatro guardias con rapidez mientras el Velaryon pasaba rápidamente, no quería tener que detenerse por algunos idiotas.
—Encárguense de ellos, y limpien esto— Ordenó Rhaegar, y siguió su camino hacia las habitaciones de la reina.
Mientras iba avanzando, Altair un Gran Maestro de la Orden y Maria una Maestra, y una de las mas confiables se unieron a él por los pasillos.
—El equipo ya se esperando a unos metros de la habitación de la reina, no pueden entrar si vuestra presencia, Mentor— Informó Altair con suavidad.
Rhaegar asintió, y apresuro el paso, finalmente al estar llegando comenzó a escuchar los gritos de Aemma que le hicieron estremecer el corazón, rogaba por ayuda, a los dioses, a Viserys, se notaba la angustia en su voz.
—¡NO! ¡NO! ¡AYUDA! ¡RHAEGAR! ¡POR FAVOR, RHAEGAAAAR!—
¡PUUUUMMM!
El Rey Viserys, Mellos y todas las criadas que sostenían a la Reina Aemma voltearon sus cabezas hacia la puerta que fue abierta de golpe.
De ella entro con una fría furia en sus morados ojos, y antes que cualquier pudiera reaccionar, Rhaegar saco un cuchillo oculto en su ropa y se la lanzo a la mano del Maestre Mellos que retrocedió asustado.
—¡AAAH!— Gritó Mellos mientras dejaba caer el cuchillo en su mano.
—Aléjense de ella... ¡ahora!— Rhaegar rugió como un dragón iracundo haciendo que las mujeres soltaran a la reina e incluso el rey dio un paso hacia atrás.
El Velaryon ni siquiera necesito dar una orden cuando Gerardys y su equipo se acercaron rápidamente hacia la cama de la reina para poder estabilizarla, y ayudarla en todo este calvario en el cual su esposo, el rey la había metido.
Se acercó a la cama, justo al lado del rey y lo miró con frialdad, sin importarle las consecuencias de sus palabras, le dijo. —Usted no es un buen hombre—
Viserys, con su mirada debilitada no pudo evitar mirar hacia otro lado bajo la mirada de Rhaegar... en ese momento los presentes vieron quien realmente parecía un Rey por su semblante.
Volteo a mirar a los ocultos de su orden y los guardias que llegaron poco después de limpiar el desorden en los pasillos. —Arresten al Maestre Mellos, enciérrenlo en mi torre y que nadie se acerque, tienen permiso para matar— Ordenó Rhaegar con frialdad mientras que dos guardias se movían ante el llorón maestre. —Ahora... ¡Quiero que todos se larguen para que podamos salvar a nuestra amada reina!— Gritó el Dragón de los Mares con irá, asustando a las sirvientas que sostuvieron a la reina y huyeron rápidamente al igual que el resto de los acólitos, y ayudantes del Maestre.
Rhaegar miró a Viserys, y le dio a entender que el también debía irse al diablo. Viserys miró débilmente al chico, y paso su mirada a su amada esposa, antes de irse con tristeza de la habitación... rezando que pudiera salvarla y a su heredero.
—R-Rhaegar...— La voz de Aemma sonó débil pero esperanzadora.
Se arrodillo al lado de la cama mientras la mirada, sosteniendo su mano con suavidad. —Estoy aquí, mi reina... estoy aquí—
—Ha... hazme una p-promesa— Susurró Aemma mirando cansada aquel que veía como un hijo y vino en su rescate. —Q-Quiero vivir... ver a Rhaenyra y a ti... a v-vuestro hijos... no-no quiero morir... n-no me dejes morir, p-por favor... p-por favor...— Sollozo la Reina con miedo en su voz.
Sintió un nudo en la garganta, apretó los dientes con furia... Viserys estuvo dispuesto a sacrificar a la mujer que intento siempre concederle su deseo, estuvo dispuesto a dejar a su amada Nyra sin su madre y estuvo dispuesto a privar al reino de su amada reina.
—Nyke kivio ao... Se vēzos jāhor sīmonagon arlī. (Te prometo... que el sol va a volver a salir.)—
—Mi señor, debemos proceder de inmediato... la reina puede llegar a perder más sangre y ser mucho más perjudicial— Habló Gerardys .
Rhaegar asintió, y miró los ojos llorosos de Aemma. —Todo estará bien, lo prometo—
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⛵ Rhaegar V ⛵
—Shhh... shhh... está bien, pequeña— Murmuró Rhaegar con suavidad, mientras mecía lentamente a la pequeña bebe en sus brazos.
Fue un proceso muy largo, no sabían cuantas horas habían pasado en esa habitación donde tuvieron que mantener con vida a Aemma, y así salvar la vida de los gemelos que ya hacía dentro de ella y había gestado con mucho esfuerzo.
La primera en salir fue la pequeña en sus brazos, Visenya. Aquella que estaba en la mejor posición para un parto normal y quizá la locura de Mellos le hubiera costado la vida, si hubiera seguido con su idea de abrir la panza a la Reina. Lamentablemente, no pudieron hacer nada con la vida de su hermano pequeño, Baelon, ya que había nacido muerto por culpa de su cordón umbilical.
Mientras calmaba a la bebe, no pudo evitar mirar a la debilitada reina que ya hacía en un estado entre la vida y la muerte, donde Gerardys y su equipo intentaban mantenerla con vida. Y sabía que ahora todo dependía de ella, de su fuerza de voluntad para vivir y ver el siguiente amanecer, sabía que ella podía lograrlo, no había nadie más fuerte en voluntad que la Reina de Westeros quien dio cuerpo y alma para un heredo al trono.
Pero Rhaegar sabía la realidad... ella ya no podía quedar embarazada, su útero quedo destrozado por este último parto y el poco tiempo que le dio Viserys a lo largo de los años para dejarla recuperarse, fue por su obsesión que no pudo tener un hijo saludable y que resistiera poco después.
Nunca dejo que Aemma se recuperara por completo.
Y ahora debían mantener a Visenya con los mejores cuidado, ella nació mucho antes del tiempo estimado por Gerardys y estaba seguro que algo tenía que ver con Mellos, queda una semana entera antes de que Aemma entrara en labor de parto naturalmente y él sabía que debía investigar todo lo sucedido en este día, ya que se aprovecho que él no estaría presente para toda una maquinación.
Él podía sentirlo en su sangre, y estaría condenado a permitir que Mellos, Otto o quien sea, salgan impunes de su justicia.
Con ayuda de una criada de confianza, salió al pasillo con suavidad para no despertar a la bebe durmiente en sus brazos. Al salir noto como había una pequeña multitud, entre ellos Viserys, Otto, Alicent pero más importante, Rhaenyra, Laena y sus propios padres.
Hubo algunos jadeos mientras lo miraba pero su mirada estaba centrada en la princesa que apretaba con fuerza la mano de su hermana.
—¿É-Él es...?—
—Ella— Interrumpió Rhaegar con brusquedad a Viserys. —Ella es la Princesa Visenya Targaryen, segunda hija y gemela mayor— Informó el Dragón de los Mares pero sus ojos no estaban en el Rey, sino en su amada la Princesa.
El Rey Viserys retrocedió unos pasos hacia atrás mientras Rhaenyra se acercó con suavidad, y extendió sus brazos para sostener a su hermana con los ojos brillosos entre el miedo y el alivio de verla viva.
—¿Y su hermano? ¿El heredo?— Cuestionó Otto con frialdad.
—El Príncipe Baelon nació sin vida... el cordón umbilical se había posicionado alrededor de su cuello y hubo nada que pudiésemos hacer—
—Dijeron que era un bebe— Murmuró Rhaenyra pero todos pudieron escucharla.
—Lo se, pero la realidad era otra. La Reina Aemma estaba esperando gemelos y el Maestre Mellos ignorando las señales o no dándole la importancia necesaria, casi le cuesta la vida... no solo a la Reina Aemma, sino a segunda hija— Dijo Rhaegar con frialdad, mirando de reojo a Otto que le miró con neutralidad.
—M-Mi madre... ¿Cómo es ella?—
—...— Rhaegar guardo silencio un momento para mirar a Rhaenyra, queriendo nada más que abrazarla al escuchar su voz tembloroso y suplicante. —La condición de la Reina es muy precaria. Ahora mismo solo podemos mantenerla estable pero lucha entre la vida y la muerte... también- — Rhaegar cambió su mirada a Viserys que parecía haber tragado un amargo limón. —También... debo informar, Su Gracia. Que debido al poco reposo que se le ha dado a la Reina entre sus embarazos, ha dejado una huella en su útero y con este difícil parto... ella ya no puede quedar embarazada—
El silencio reino en el pasillo ante sus palabras pero su mirada quedo fija en Viserys que parecía más débil que en otros momentos, sus hombros se agacharon y temblaron un poco. Su mirada se poso en su amante, Rhaenyra que tenía una clara contemplación en su rostro, sin duda habiendo entendido sus palabras por completo y sus ojos se llenaron de furia cuando miro a su padre con irá.
Seguramente, dándose cuenta de lo cerca que estuvo de perder a su amada madre por culpa de las ambiciones de su padre y el resto de sus consejeros por un maldito heredero.
—Quiero ver a mi madre, Rha-... Ser— Pidió Rhaenyra con cierta ansiedad en su voz.
—Por supuesto— Asintió Rhaegar con suavidad, y abrió la puerta para que la Princesa entrará lentamente a la habitación mientras sostenía con temor a su hermana pequeña, temor de perderla si la soltaba.
Rhaegar dio una ultima mirada a sus padres y les asintió suavemente, ni siquiera miró a Otto, Viserys o cualquier otro presente y siguió a Rhaenyra dentro de la habitación para responder cualquier preguntaba que ella necesitara con la ayuda de Gerardys.
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FORTALEZA ROJA
Un día después.
Había pasado un día entero desde que se dio a conocer el estado de la Reina Aemma, su segunda hija, la Princesa Visenya y la lamentable noticia del nacimiento del Príncipe Baelon.
Se aseguro de visitar a Aemma temprano en la mañana, donde era monitoreada por Gerardys, un grupo de sirvientas y las más fieles damas de honor de la reina.
Sabía que muchos oraban a los Dioses para la pronta recuperación de Aemma, incluso en King's Landing, la gente pequeña dejo de festejar y muchos comenzaron a vestir negro por el luto del pequeño príncipe, y se hubieron a oraciones múltiples en harás de la recuperación en la salud de su amada reina.
Rhaegar todavía no podía creer que Viserys había decidido seguir adelante con la cesárea de Aemma, estuvo dispuesto a sacrificarla luego de toda la perdida de sangre que tuvo por la obsesión de querer un heredero.
Sentía una profunda irá y resentimiento contra el Rey, y sobre todo contra el Maestre Mellos... a quien entrego a la Orden donde sería torturado para recopilar información de que locura había debajo de su toma de decisiones.
Le importaba poco la vida del anciano pero descubriría si había un complot mucho más grande cómo siempre ha creído.
Más de una vez intento darle otro punto de vista a Mellos, pero siempre descartaban sus sugerencias y preocupaciones. Así cómo las investigaciones y avances de la Casa Velaryon, pensando que estaban realmente atrasados... cuando eran estos hombres imbéciles que en cien años no habían logrado una evolución en los Siete Reinos.
Habían sido siglos desde que aportaron algo importante que tuviera un impacto en la evolución de Westeros.
Quizá sea su resentimiento hasta esta Orden o sus emociones lo dominaban en este momento pero había enviado a varios de sus agentes a investigar la Ciudadela, quería descubrir todos los secretos de ese lugar desde los más simples hasta los más oscuros.
No iba a dejar nada al azar.
También... sabía que no podía juzgar a Viserys, él era el Rey pero... ¿Cómo no podía hacerlo?. Casi mataba a quien consideraba su segunda madre por su obsesión, ¿Cómo podía siquiera pensar en sacrificar a quien dices amar?.
Toda la situación le había dado lugar a la ira de Rhaenyra, y una fuerte discusión luego de la visita a su madre.
El Dragón de los Mares ya tenía poco respeto por el Rey, le era leal... ciertamente. Pero la Lealtad y el Respeto eran dos cosas diferentes, y no podía ver al hombre sin dejar de ver la imagen de Aemma ensangrentada en aquella cama.
Con un suspiró, dejo esos pensamientos atrás cuando llego a las puertas de la habitación de Rhaenyra, compartió un silencioso asentimiento con Ser Westerling, quien tan serio como de costumbre, correspondió.
Sabía que el Guardia Real también estaba afectado por toda la situación, Aemma era una persona que se hacía amar con facilidad y lograba amigos en todos lados. Incluso, fue la misma Aemma quien escogió a Westerling como el Guardia Personal de su amada primogénita.
Entro suavemente a la habitación, con cuidado de no hacer tanto ruido ya que quizá la pequeña Visenya estaba durmiendo. Observo en silencio como su hermana Laena acompañaba a su amada así cómo lo eran Elinda Massey, Naelys Celtigar y Jeyne Westerling, las damas de honor de Rhaenyra.
Y allí estaba ella, sosteniendo a su hermana con suavidad, su mirada suave y un pequeño tarareo mientras la mecía con suavidad.
Esa simple escena lo hizo detenerse un momento.
No pudo evitar imaginar que Visenya era el resultado del mutuo amor que se tenían entre sí, al verla con esa mirada en los ojos. Se dio cuenta, a pesar de su renuencia, sería una excelente madre y tan feroz como lo era Syrax cuando se ponía caprichosa, Rhaenyra era una mujer con muchas cualidades pero usualmente era ignorada más allá de la estigmatización que le pusieron como la 'Delicia del Reino'.
Ya que muchos pensaban en ella cómo nada más como una Princesa que sería vendida en alianza en un futuro.
Pocos eran los que veían el potencial en Rhaenyra, y solo los más cercanos a ellos se daban cuenta de lo inteligente que era. Ciertamente, estaba mimada y tenía un cierto grado de caprichosa en ella pero que se podía esperar de una Princesa, y más si era una Targaryen.
—Rhae~— Saludó Rhaenyra suavemente mirando a su amado con una sonrisa.
—Nyra...— Saludo Rhaegar suavemente, y miró a las cuatro damas con una sonrisa y asentimiento, ya las había visto en algún momento en el día así que no las saludo en esta ocasión.
Finalmente, se dio cuenta de sus ojos... debía supones que estuvo llorando por el rastro de ellas en sus mejillas o el maquillaje corrido, sus ojos rojos y brillosos.
Quizá de tristeza o irá... Rhaegar no lo sabía.
—Lena— Rhaenyra llamó la atención de su hermana que se acercó suavemente. —¿Puedes sostener a Senya un momento?. Me gustaría hablar con tu hermano—
—Claro, Nyra— Asintió Laena, y podía ver claramente la emoción, sin duda todas ellas estaban encantadas con la pequeña Princesa. —¿Quieres que nos retiremos para darles espacio?— Preguntó.
—No, no— Negó la Princesa con suavidad. —Pueden quedarse, nos acercaremos a la terraza y hablaremos bajo para no despertarla—
—La vigilaremos, Rhaenyra— Dijo Elinda con suavidad.
Con un asentimiento final, Rhaenyra y Rhaegar se movieron cerca de la terraza, la Princesa agarro una almohada y se sentó en el suelo cerca de su amado que se sentaba en un pequeño sofá único cercano a ella.
—... ¿Cómo estás?— Susurró Rhaegar con suavidad mientras la observaba. —No hemos tenido el tiempo adecuado para hablar—
Ella se tomó un momento, apretando las faldas de su vestido con fuerza. —Nyke ȳdra daor gīmigon skorkydoso nyke feel, Rhae. (No se cómo me siento, Rhae.)— Murmuró Rhaenyra sin mirarlo, apretando con fuerza sus manos. —M-issa kepa... Iksos se cause hen ry se ordeal bona issa muñnykeā experienced. (M-Mi padre... es el causante de todo el calvario que vivió mi madre.)— Añadió con una risa sin gracia. —Obsessed rūsīr zȳhon doru-borto prince. Qilōni geptot issa muñnykeā isse uncertainty, se daorys knows lo ziry jāhor glaesagon. Se issa kepa... Ziry daoriot comfort issa, ziry daoriot ūndegon issa mandia se ziry locked himself isse zȳhon rooms while ziry drowns zȳhon sorrows isse glasses hen averilla. (Obsesionado con su estúpido heredero... que dejo a mi madre en la incertidumbre, y nadie sabe si vivirá. Y mi padre... no me consuela, no ve a mi hermana y se encierra en sus habitaciones mientras ahoga sus penas en copas de vino.)— Finalizo Rhaenyra mientras levantaba la mirada suavemente para mirarlo, dejando ver sus brillosos ojos que demostraban las ganas de llorar que tenía.
Ahora no era más una niña que le gustaría tener el apoyo de su padre en este momento tan desgarrado pero en vez de eso, se le dio responsabilidades que no estaba lista para tomar.
—Nyke sorry, Nyra... (Lo siento tanto, Nyra...)— Susurró Rhaegar con dolor, él mismo no estaba de ánimos para llevar a cabo varias de sus responsabilidad en harás de monitorear constantemente a quien veía como una segunda madre.
—Ao didn't... Ao weren't se mēre qilōni abused zȳhon body. (Tu no... tu no fuiste quien maltrato su cuerpo.)— Murmuró Rhaenyra. —Ziry istan issa kepa qilōni couldn't keligon jurnegēre syt nykeā prince rȳ least syt nykeā dorolvie jēdri. Ziry could dōrī sagon biare rūsīr skoros ziry already ēdan... Ziry could dōrī sagon biare rūsīr issa. (Fue mi padre quien no podía dejar de buscar un heredero al menos por unos años. Él nunca podría ser feliz con lo que ya tenía... nunca podría ser feliz conmigo.)—
—Rhaenyra...—
—N-Nyke istan dōrī enough syt zirȳla... (N-Nunca fui suficiente para él...)— Los labios de la Princesa temblaron mientras lo miraban. —Nyke dōrī... Jāhor sagon. (Nunca... lo seré.)—
—Daor... (No...)— Rhaegar habló suavemente mientras tomaba sus manos con fuerza. —Ao issi tolī than enough. Aōha kepa kostagon daor ūndegon ziry bona ñuhoso yn naenie tolie raqagon issa ūndegon ziry... ȳdra daor torment aōla syt zȳhon mistakes, sagon sȳrkta. (Tu eres más que suficiente. Puede que tu padre no lo vea así pero muchos otros como yo lo ven... no te atormentes por sus errores, se mejor.)— Movió su mano para acariciar su mejilla con suavidad. —Nyke kivio ao bona everything jāhor sagon sȳz, aōha muñnykeā, raqagon ao, iksos nykeā zaldrīzes se jāhor roar loudly naejot sagon hembar naejot ao se Visenya. (Te prometo que todo estará bien, tu madre, cómo tú, es un dragón y rugirá con fuerza para estar junto a ti y Visenya.)— Aseguro el pelinegro mientras acariciaba su cabello con suavidad.
—N-Nyke sepār jaelagon issa mom. (S-Solo quiero a mi mamá.)— Sollozó Rhaenyra mientras dejaba descansar su cabeza en el regazo de su amado.
Rhaenyra se dejó acariciar por su Rhae, sin importarle darle tal vista a sus doncellas quien ya conocían el tipo de relación que tenía con su amado.
Disfruto de su calor, y era lo único que importaba.
—Kivio issa... Kivio issa ao won't henujagon issa mērī. (Prométeme... prométeme que no me dejaras sola.)— Susurró Rhaenyra, levantando su mirada para verlo.
—Nyke kivio ao... Daor gīda perdition jāhor lua issa hen aōha paktot. (Te lo prometo... ni la misma perdición me alejará de tu lado.)—
Cómo la vida quita... la vida da.
La Reina Aemma ahora estaba luchando por su vida mientras muchos esperan ansiosamente su vuelta o su deceso.
Pero él ya no iba a cometer más errores, no iba a dejar que nuevamente una persona importante para él estuviera en una situación así. Rhaegar se prometió que ni el mismo Doom lo pararía y evitaría que protegiera a todas aquellas personas que amaba, descubriría cada complot que allá en las sombras y protegería tanto a hombres como dragones.
De aquellos que quieren ver su caía.
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¿Qué les pareció?.
Siento que el capítulo se me hizo un poco corto pero realmente tampoco quería a largarlo de forma innecesaria.
La Reina Aemma está viva... por ahora, todo será una incertidumbre a partir de aquí.
Al final tuvo dos niños, gemelos que le costaron mucho a su salud.
Visenya y Baelon.
Ya tengo pensado él camino que tomará Aemma, Viserys y Visenya. Las actitudes del segundo serán muy diferentes a partir de ahora, aunque tendrá rasgos de la versión anterior, será diferente en muchas otras... y más con el drama que vendrá.
Tampoco sabía como escribir la escena de la 'salvación' de Aemma, no tengo muchos conocimientos médicos reales y solo lo que encuentro en Google para mi curiosidad, y algo de coherencia en la historia.
Por eso, decidí dar como un pequeño salto en el tiempo.
También decidí quitar la escena donde (En aquel entonces Baelon) dejaba de respirar luego de la conversación de Rhaegar.
Para esta ocasión no le veía mucho sentido, y decidí descartarla.
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Cómo dije espero que les haya gustado, y lamento la tardanza realmente.
Gracias por el espacio <3
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4000 Palabras.
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