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eight

Yugyeom estaba muy preocupado, Jungkook no daba señales de vida desde hace una semana.

—Deberías visitarlo— sugirió Mark mientras jugaban a videojuegos en la casa del menor.

—¿Y si no quiere verme?— el americano apagó la consola y lo miró con el celo fruncido— estaba ganando— susurró Yugyeom molesto.

—Querrá verte— el mayor suspiro y juntos fueron hacia la casa del menor.

(...)

—Toca tú— dijo Yugyeom nervioso cuando por fin habían llegado.

Mark tocó la puerta y la abuela de Jungkook no tardó en abrir.

—Jungkook está en su habitación— sonrió la anciana y ambos chicos pasaron a la casa. Mark solo seguía a la mujer pero Yugyeom observaba cada detalle de la casa, las fotos, los cuadros e incluso las flores pintadas en las paredes —Suerte— ninguno entendió porque la anciana había dicho eso, pero nada más entrar a la habitación lo entendieron.

Ni un pequeño rayo de luz entraba en aquella sala, había montones de ropa por los suelos y miles de papeles sobre la cama.

—¿Bebé?— Jungkook se removió bajó las sábanas cuando Yugyeom encendió la luz.

—Esto es muy antihigiénico— susurró Mark haciendo que Yugyeom le diera un golpe en sus costillas.

—¿Yugy?— preguntó Jungkook mientras miraba al pelinegro, quien se acercó hasta el menor y lo abrazó.

—Creo que debería ir a hablar con la abuela de cerezita— dijo molesto Mark mientras salía de la habitación.

—Tus cartas están en el primer cajón del escritorio— sonrió Jungkook débilmente para después soltar un sonoro estornudo.

—No era necesario— Jungkook negó y miró a Yugyeom por unos segundos.

—Yugy.

—¿Si?

—Dame un besito— susurró el de pelo rojo con tristeza y Yugyeom no pudo evitar sonrojarse.

—¿U-un beso?— el menor asintió y señaló sus labios tímidamente.

—A-aquí— Yugyeom asintió tomando a Jungkook por las mejillas y se acercó lentamente al menor.

—¡Espera!— gritó Jungkook separandose bruscamente— N-no quiero contagiarte el resfriado.

—Oh, cierto— sonrió Yugyeom— ¿Aquí puedo besarte?— Jungkook asintió cuando su hyung le tocó dulcemente la nariz. Yugyeom dejo un corto beso en la nariz del menor quien sonreía ampliamente.

—Ahora me siento mejor— susurró el menor sonrojado, mientras era envuelto en los brazos de Yugyeom.

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