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Primera Parte




"Y por eso le dije que no quería recibir más llamadas suyas. O sea, ¿quién se cree que es, eh? Le advertí que si me llamaba de nuevo, arrojaría una maldición sobre él y su pene, así no engendraría más hijos con su esposa."

Comentó de forma casual JongDae mientras untaba algo de mermelada de fresa sobre su pan tostado. BaekHyun lo miró e hizo una mueca de disgusto. Él solía comer de esas cosas, pero ¡Dios! JongDae realmente exageraba con las porciones que embarraba a su pieza de pan.

"¿Y volvió a llamar?"

Quiso saber mientras él mismo tomaba la cuchara que su amigo había usado previamente. Deslizando el utensilio dentro del frasco, sacó un poco, obviamente en una porción mucho menor, para colocar sobre su propio pan.

"Claro que no lo hizo; no es estúpido, Baek. Aunque no me conoce de nada, estoy seguro de que mi mirada decisiva le dejó muy claro que no estaba jugando," su amigo castaño tuvo el descaro de reírse ante el recuerdo. "Hubieras escuchado su gemido ahogado a través de la línea. Casi puedo imaginármelo, persignándose. Ya sabes que yo no juro en vano. Y él debió haberlo escuchado de mi madre también, seguro se tomaron el tiempo para hablar detenidamente sobre la causa de mi expulsión en tercer grado. A mamá le encanta contar esa historia."

BaekHyun gesticuló con dolor al recordar aquel suceso ocurrido hace ya más de un año y medio. Estuvo asustado hasta la mierda cuando vio a su mejor amigo llegar al día siguiente a la escuela, durante el tercer grado de preparatoria, con un ojo morado.

Pero definitivamente estuvo más sorprendido de ver a su otro compañero de clases, MinSeok, un chico de mirada felina y sensuales encantos, llegar con nada más y nada menos que un gorro de lana, ¡un puto gorro de lana en pleno verano!

"No puedo creer que le hayas arrancado un mechón de cabello, Dae. El pobre se pasó el resto del año escolar rehuyendo de nosotros, y eso que yo no le hice nada."

BaekHyun mordió su pan y se encogió con un imaginario escalofrío. Sabía que su amigo era un chico de decisiones firmes, pero, bueno, él realmente no esperaba que el castaño fuera a defenderle de aquel que se atrevió a cuestionar su gusto por usar eyeliner.

Seguramente si el chico le hubiera llamado marica a él, JongDae solo habría pasado dramáticamente por su lado y golpeado accidentalmente con su hombro al otro, pero la cosa es que MinSeok había cometido el grave error de meterse con él, su mejor amigo.

JongDae era muy sobreprotector en ese aspecto. La madre del castaño le había relatado alguna vez aquella anécdota en la que su adorable "Dae" empujó a un niño en preescolar porque le robó el chocolate a su entonces amiguito. Extrañamente, a  BaekHyun ese gesto le pareció algo sumamente tierno y leal de su parte.

"Seh. Ojalá pudiera decir que valió la pena. Es una lástima que no haya sido expulsado solo porque me golpeó en defensa propia. Al menos me queda la satisfacción de que salí de la oficina del director con la cabeza en alto y los demás coreando mi nombre."

Ambos rieron.

"Aún te debo esa, amigo," admitió.

BaekHyun lamentaba profundamente el no haber estado ahí para ver la gran hazaña. En su defensa, el castaño le había dicho que fuera a casa antes ya que él tenía algo más que hacer antes de partir. JongDae nunca le dijo que el algo que tenía pendiente, era en realidad un ajuste de cuentas con el chico que osó ofender a BaekHyun.

Finalmente, después de un rato, JongDae dejó a su pan caer sobre un pequeño plato y BaekHyun le vio bajar su mirada. Sus hombros se hundieron y el silencio se prolongó, como siempre pasaba cuando el parlanchín entre los dos se quedaban sin palabras.

Estaba bien que el castaño fuera fuerte, pero eso no quería decir que no tuviera sentimientos. BaekHyun entendía por lo que JongDae estaba pasando. Claro que, siendo que sus entornos familiares eran totalmente distintos, trató al menos de ponerse en los zapatos de su amigo y simpatizar con su problema.

Que hubieras vivido toda una vida en completa paz en compañía de tu amada madre y que de repente al hombre que se hace llamar tu padre le nazca el deseo por hacer las paces y tomar cuidado de ti, era una verdadera mierda.

Sí, entendía cuánto esto estaba afectándole.

JongDae siempre dio por hecho que no necesitaba nada más que a esa fuerte mujer que le dio la vida: su madre. Pero entonces había llegado ese al que JongDae llamaba despectivamente el sujeto.

Su amigo no quería nada de ese hombre y menos cuando su madre había estado algo depresiva desde su inesperada aparición, pues nunca recibió explicaciones sobre lo que le llevó a abandonarla hace más de 19 años.

Ella creía que JongDae estaba afectado, pero lo único que realmente afectaba al chico, era la situación emocional de su madre. Además, el hombre había tratado de mantenerse en contacto con él, aunque JongDae le había dicho hasta el cansancio que -citando sus palabras- "volviera al hoyo del que había salido".

"Todo volverá a la normalidad pronto, ya verás."

Fue lo único que se le ocurrió decir antes de acercarse y rodear los hombros de su amigo en un firme abrazo. JongDae le miró de reojo y sonrió de lado.

"Gracias Baek, yo solo..."

"Shh, está bien... si necesitas desahogarte..."

Y eso fue todo lo que se necesitó para que el castaño se echara a llorar libremente.

BaekHyun estuvo ahí a su lado, solo sobando su espalda con delicadeza como la única forma de apoyo que podía proporcionarle, mientras el castaño se aferraba con fuerza a su camiseta.

Probablemente no debió haber usado su favorita, pero al menos valía la pena que esta hubiera quedado estropeada. Todo sea por el consuelo de un amigo.

Él no era JongDae para traerle películas de comedia o numerosos botes de helado para levantarle el ánimo ante una situación de mucho estrés. Él no era JongDae para decir cosas como "Tranquilo, el sol brillará mañana", con una sonrisa en el rostro, como si sus palabras fueran definitivas y no dudara de ellas.

No, él no era esa clase de amigo. Él solo sabía permanecer cerca y escuchar.

En su caso, sentía que con la simple presencia era más que suficiente.

"Entonces, ¿vas a quedarte a dormir?" interrogó.

Para este punto era algo bastante obvio, pero quería asegurarse de todas formas. JongDae dejó de sacar ropa de su mochila y volteó a verlo indignado.

"Baek, estoy pasando por la mayor crisis existencial de la vida, he recurrido a mi mejor amigo y todo lo que se te ocurre decir es '¿vas a quedarte a dormir?'."

"Bueno, solo quería asegurarme de que no preparaste esa mochila llena de ropa para irte del país o algo- ¿esas son golosinas?"

BaekHyun sonrió internamente cuando escuchó la risa pegadiza tan característica de su amigo resonar por toda la sala.

"Vamos, Baek, si quisiera irme del país hubiera tomado esa opción de intercambio en la universidad. Obvio no voy a huir o algo. Además, el sujeto no lo vale. Ya se cansará y dejará de joder."

"Menos mal. Una postura positiva en ti ante esta horrible situación es una muy buena señal. Ya estaba considerando si dejar los filos en los rastrillos del baño era demasiado peligroso o no."

Intercambiaron una mirada seria. Entonces explotaron en altas carcajadas.

"Oh, claro, como si tan siquiera fueras a utilizar el rastrillo, ¡tú ni siquiera tienes vello!"

BaekHyun se dejó caer en el sillón mediano mientras JongDae rodaba en la pieza más larga. Se rieron y rieron; en algún punto JongDae volvió a llorar, pero nada grave.

Luego otra vez estaban hablando con normalidad, como si nada.

"¿Tenemos la casa sola?" Preguntó de repente JongDae, su tono sugestivo no pasó desapercibido.

Sin embargo, solo consiguió que BaekHyun entornara los ojos, pues esta clase de chistecitos eran muy recurrentes en su amigo.

"Si la 'silenciosa presencia' de KyungSoo cuenta como 'casa sola', entonces sí, tenemos la casa sola."

"Wujuu~"

BaekHyun desvió su mirada de la olla en la que se escuchaba el reventar de palomitas de maíz, para ver a JongDae estirarse en el sillón como un gato.

"¿De cuándo aquí te cae bien KyungSoo? Creí que tenían una especie de mutuo acuerdo que consistía en ignorarse el uno al otro como si no existieran."

"Bueno, eso es verdad. Pero la cosa es que me alivia saber que no estaremos solos~"

BaekHyun arqueó una ceja. Ese tonito y JongDae juntos, no eran buenas señales.

"¿Debo estar asustado?"

Su amigo castaño rio y BaekHyun escuchó sus pasos aproximándose hasta que, cuando se giró, lo vio recargado contra la isleta de la cocina.

"Sí. Muy, muy asustado, aterrado. Petrificado."

Viendo que las palomitas ya estaban listas, apagó la estufa y se limpió las manos con un trapo.

"Bien, llamaré a los bomberos de una vez, solo recuérdame, ¿qué es exactamente lo que vamos a hacer?"

Rieron juntos. Entonces BaekHyun esperó un rato hasta que las palomitas se enfriaran y las vació en un cuenco. JongDae le ayudó a llevar un refresco grande y dos vasos mientras él se encargaba de cargar con el contenedor de las palomitas.

Una vez frente al televisor, dejaron las cosas en la mesa de centro y tomaron asiento.

Estaban pasando una extraña película de terror de bajo presupuesto. Una de esas que más allá de infundir miedo causaban risa, y que bien él podría catalogar como simple comedia.

"Bien, Kim JongDae, escúpelo de una vez. ¿Qué vamos a hacer? He visto tu pie repiquetear contra el suelo demasiadas veces como para contarlas en el último minuto."

Suspirando, su amigo se inclinó para tomar un puñado de palomitas y llevarlas hasta su boca.

"Cuando acabe la película te lo diré."

"Si van a hacer un rito satánico o algo por el estilo, háganme el favor de no dejar manchas de sangre en la alfombra, es un verdadero dolor en el culo llevarlas a la tintorería."

Susurró KyungSoo al final de la oración desde la esquina contraria, recostado en el sofá de una sola pieza, acompañándolos luego de salir de su proclamada 'cueva' que era realmente su cuarto. El chico de pelo negro comía las palomitas que había puesto en un pequeño traste solo para él.

"Pareciera que haces muchos sacrificios."

Señaló JongDae, medio en juego y medio en duda. BaekHyun rodó los ojos y contuvo las ganas de reír.

"Solo está bromeando, Dae," Se dirigió a su amigo. "Y KyungSoo, ¿en qué habíamos quedado? No asustes a mis amigos."

Su hermano solo se encogió de hombros y siguió comiendo.

"No estoy tratando de asustarlo. Justo hoy necesitábamos un castaño y tú lo has traído de forma tan sencilla."

Esta vez BaekHyun no pudo suprimir la risa cuando vio a JongDae incorporarse de golpe.

"No me gusta el humor oscuro de tu hermano, Baek. Dile que deje de asusta... ¡ah!"

En ese momento el chico brincó en su lugar cuando la pobre víctima en el televisor rodó por las escaleras al ver un feo espectro. Su cuerpo contorsionado de una asquerosa manera tras su caída.

"Me fascina lo falso que se ve," murmuró KyungSoo en medio de una risilla.

"Sí... es muy falso."

Susurró JongDae antes de acomodarse de nuevo en su asiento.

Después de una hora más, acabaron con la película. Entre los tres levantaron las cosas y lavaron los trastes. Momento que KyungSoo aprovechó para despedirse de ellos, pues debía irse a dormir.

El hermano mayor de BaekHyun, pelinegro al igual que él, trabajaba como enfermero. Y ya que mañana le tocaba el primer turno, eso significaba que hoy debía dormir temprano, a diferencia de ellos dos que no tenían clase los sábados.

"Descansen. No sean muy ruidosos y si van a tener sexo, no olviden usar preservativos."

BaekHyun y JongDae hicieron una graciosa mueca simultánea.

"¡Ugh, no! ¡Qué asco!"

"Yo solo decía. Baek, ya conoces las reglas, no interrupciones a mi sueño embellecedor, no gritos y no gemidos de dudosa procedencia."

"¡KyungSoo!"

"Está bien, está bien, ya me voy a dormir."

Dijo su hermano con los brazos elevados a la defensiva, BaekHyun lo vio entrar a su habitación partiéndose de la risa.

"Tu hermano sí que da mucho miedo, Baek. Y estoy seguro de que no soy el primero que te lo dice."

"No, lamentablemente no lo eres. Me preocupa que se quede solo para siempre."

"Al paso que va, será de ese modo."

Declaró JongDae mientras caminaban de regreso a la sala. Ellos aún podían permanecer despiertos hasta la hora que quisieran, pero con la única condición de moderar el escándalo que hicieran, ya que no debían interrumpir el preciado sueño de KyungSoo.

Cuando volvieron, el televisor mostraba un programa de variedades para adultos. BaekHyun vio a JongDae tomar el control y apagar el aparato e inmediatamente después se fue a rebuscar algo dentro de su mochila.

"¿Qué haces? ¿Aún no vamos a dormir?"

"La noche es joven, BaekHyunee~"

Murmuró con entusiasmo su amigo castaño.

Mirando con interés a lo que JongDae deslizaba fuera, BaekHyun se dejó caer al pie del sofá más grande, sobre la alfombra blanca. Esa exportada pieza era una de las más grandes adoraciones de KyungSoo, la amaba incluso más que a él mismo que era su hermano.

Desde que se había mudado junto a KyungSoo para independizarse de sus padres, habían aprendido a convivir. Y así es como BaekHyun tenía que soportar su extraña obsesión con las alfombras peluditas, su cuestionable sentido del humor y las historias asquerosas de sus pacientes. Como la de aquella ocasión en la que uno de uno de ellos le vomitó encima.

A cambio, KyungSoo debía al menos tratar de no ser odioso con sus amigos y conocidos. Un precio bastante justo y razonable a pagar, si le preguntaban.

"¡Ta-dah!" exclamó JongDae cuando depositó la pieza de madera rectangular frente a él.

BaekHyun miró la tabla con letras blancas en una tabla negra recitando el abecedario de la A a la Z, números del 0 al 9 y un "sí" y un "no" en cada esquina; además de un Hola y Adiós en la parte superior e inferior del tablero respectivamente. Entonces regresó su mirada interrogativa a su mejor amigo.

"¿Una Ouija? ¿En serio? ¿En esto vamos a gastar nuestra noche de amigos? ¿Nada de helado y maratón de películas románticas por tu crisis existencial número 21 de la semana?"

BaekHyun vio a JongDae hacer un gesto con su mano, como restándole importancia al asunto. El chico se dejó caer a su lado.

El castaño jugaba con el puntero entre sus dedos. Este era un pequeño pedazo de madera triangular que poseía un cristal con aumento en el centro.

"Eso es para nenitas. Los hombres de verdad hacen cosas temerarias para superar un bajón emocional."

BaekHyun se hizo para atrás, recargándose con sus brazos contra el sillón.

"¿Sí te das cuenta que: a) Me has ofendido con tu comentario y b) No es muy convincente escucharte a ti hablar de "hombres", no cuando tú eres gay y te gusta la...?"

"Tú también eres gay. Además ser gay no me te quita el ser hombre."

Aclaró JongDae, señalándolo acusatoriamente. BaekHyun resopló y pasó sus dedos por su cabello, peinándolo para atrás.

Esta iba a ser una noche demasiado larga. Y conociéndolo, JongDae no aceptaría un no por respuesta, lo que quería decir que ellos jugarían sí o sí a esa cosa que muchos creían que servía para contactar con espíritus en el más allá.

BaekHyun no era muy aficionado a esas cosas, pero no tenía nada que perder tampoco. No es como si creyera que un pedazo de madera inútil servía para contactar con gente muerta.

"Muy bien, Baek, primero necesitamos tener un lugar dónde acomodar esto, ¿tienes alguna mesita o algo?"

"¿Estás de broma? No vas a poner esa cosa encima de mi mesa. Si quieres jugar esta tontería, vas a tener que hacerlo en el suelo."

"Oh, Baek, vamos, no me digas que no le ves la diversión a esto. ¿O es que tienes miedo?"

"No, claro que no, la situación me parece absurda en realidad, pero si tú quieres tanto hacer esto para hacerte sentir más cómodo con lo de hoy, no me queda más que seguirte en cualquiera de tus locuras, ¿no?" JongDae sonrió, un poco enternecido con la opinión de su amigo. Al menos sabía que BaekHyun no lo había dejado jugar solo o lo habría sacado de la casa como madre paranoica tan pronto vio de qué se trataba. Ya era un gran beneficio lo que hasta ahora había logrado. "Y si de algo deberías tener miedo es de estarte quejando tanto, ya deja de hacer ruido, KyungSoo va a escucharnos," señaló entonces al lugar junto a ambos, entremedio del televisor y la mesa de centro que tenía su sala. JongDae resopló, pero, igualmente, siendo el invitado, no pudo quejarse mucho más. "Al suelo."

Ambos quedaron en el suelo por ello. En el completo silencio, JongDae comenzó a organizar todo el 'terreno'-según él lo llamó- para dar el mejor ambiente al juego. No era un experto, pero si quería entretenerse, debía seguir al menos algunas de las reglas básicas con las que venía la ouija y que también se había encontrado por internet para poder aprovechar así al máximo de su 'nueva adquisición'.

BaekHyun realmente no podía creer que JongDae fuera a apagar todas las luces del lugar, incluida la de sus celulares, pidiendo que los pusieran lejos de donde estaban y por ningún motivo fueran a contestar nada de ellos mientras jugaban. Parecía estárselo tomando muy en serio, pero no era algo que lo preocupara. Igual él seguía siendo incrédulo a todo esto, ¿no es cierto?

Prendió al menos dos velas a sus lados, sacadas de la misma mochila con la que venía, y BaekHyun se preguntó por otro par de segundos realmente cuántas cosas podría traer JongDae en esa cosa, sin mencionar la forma en la que todo había cabido sin ningún problema.

Al final, JongDae regresó a su lado, mucho más animado, incluso pareciendo mover orejas y cola inexistentes a su alrededor antes de sentarse y tomar una vez más el tablero que decidió posicionar en los regazos de ambos, porque si no me dejas usar tus mesas, entonces tendremos que improvisar con algo más, antes de traer aquel curioso triangulito con el que había intentado curiosear mientras su amigo se movía.

"Tienes que usar tus dedos índice y medio, ¿entiendes? Posiciónalos en las esquinas, así podremos ambos tomar una parte."

"¿Y dónde vamos a poner esto? ¿Cómo se supone que empezaremos con esta cosa?"

"No estoy del todo seguro, el instructivo estaba un poco dañado. Me parece que se perdió alguna parte durante el envío, pero al menos lo que leí decía que habíamos de poner esta cosita en el medio, apróximadamente en la G, y luego..."

"¿Qué?" BaekHyun insistió, viendo a su amigo detenerse y quedarse callado luego de haber seguido sus propias reglas a su lado, inquieto por su impasibilidad. "¿JongDae?"

Al principio no sucedió absolutamente nada, y BaekHyun estuvo por fastidiarse, sin su amigo hablar siquiera para hacerle entender por qué seguían con esto, cuando ni parecía estar comprendiendo del todo su propio juego. Apenas estuvo por soltar el triángulo, cuando JongDae casi gritó, asustándolo:

"¡No lo sueltes! Nadie ha contestado todavía."

"¿Quién se supone que debería contestar?"

"¿No lo sé, un espíritu?"

"¿Y hay algún modo de saber si ese espíritu ya se encuentra aquí o simplemente algo sucede?" JongDae puchereó, un poco decepcionado del juego, había estado creyendo que esto sería más sencillo, las películas se lo habían dicho, e incluso algunos videos absurdos en YouTube lo avalaron, pero...

Bueno, tal vez se saltó unas cuantas partes, como toda esta introducción, porque realmente no sabía qué hacer para mover o agilizar esto.

"Ahm... ¿hola, hay alguien aquí con nosotros?" soltó entonces eso al aire, sin saber si funcionaría, pero dejando a BaekHyun mucho más inconforme, a punto de reírse por lo que hacía, hasta sentir cómo algo lo movía.

Al bajar su mirada, se dio cuenta de que en el tablero el triángulo ya no estaba sobre la letra G, sino sobre aquel "SÍ" que se hallaba casi en una esquina. Por lo cual, miró con el ceño fruncido a JongDae, suponiendo algo absurdo con respecto a esto, mucho más al ver a su amigo expresar una obvia sorpresa con respecto a ello.

"Tú lo moviste, ¿cierto?"

"¿Qué? No, yo no lo moví, se movió solo, ¿no lo sentiste?"

"Pff, sí, claro, Dae, y yo soy solo un idiota más aquí, ¿no es cierto? Eso ha sido más falso que la caída de la mujer en esta película que hace poco estábamos viendo."

"¡Hablo en serio! Yo no he hecho nada. Tan sólo míralo," BaekHyun arqueó una ceja, por lo que JongDae resopló, y tuvo que señalarlo con su barbilla para no dejar sus manos fuera del tablero. "Bien, si no me crees, haz tú una pregunta, y verás si yo estoy mintiendo o alguna otra cosa."

Rodó los ojos, no pudiendo creer hasta dónde iba a llegar la broma de JongDae, pero ya que se encontraba muy -bastante- metido en esto, bueno, no tuvo más remedio que aceptarlo y 'probar' lo dicho.

"Muy bien, ah... No lo sé, ¿qué debería preguntar?"

"Nos han contestado, alguien dijo que está aquí, tal vez podrías preguntar de quién se trata."

JongDae era increíble, incluso hacía su numerito más obvio de lo que ya parecía. Pero siguió el juego, si así era como él quería sentirse más a gusto consigo mismo, pues que así fuera. Sólo no iba a hacer que él cayera en una estupidez como esa.

"Bien, si insistes... Ahm, hola, señor espíritu, mi amigo y yo aquí me parece que queremos saber quién es. ¿Cree que podría contestar a eso?"

Nada pasó, de nuevo-vaya sorpresa-, y BaekHyun esperó, viendo a JongDae tan atento al tablero como si fuera una tarea de matemáticas. Si tan solo aplicara algo de esta concentración en clase...

En verdad el asunto era increíble, no podía pensar que su amigo seriamente estuviera-

"¡Se mueve!" JongDae exclamó de repente, sonriendo ahora al verlo, y aunque tuviera algo de lentitud, ciertamente BaekHyun veía cómo el triángulo que ambos sostenían se estaba moviendo de una letra a otra. No tenía mucha fuerza, pero JongDae apenas estaba tocando la pieza de madera, ¿podría ser posible...? "Tienes que formar la palabra mientras la deletrea. H-A-L..."

BaekHyun no podía creerlo, en serio no podía hacerlo. Mucho menos cuando la palabra estuvo escrita y de nuevo el triángulo se quedó quieto.

JongDae no jugaría con algo así, ¿cierto? Estaba bien saber que él necesitaba divertirse y distraerse con cosas estúpidas por todo lo malo que pasaba ahora en su casa, pero tocar este tema sería ya bastante cruel hasta para su cínico humor, ¿no es cierto?

"H-A-L-M-O-N-I."

JongDae repitió al final, arrepentido, un poco tarde al darse cuenta de lo dicho, porque cuando miró a BaekHyun de nuevo, su incredulidad había pasado a ser algo mucho más, hasta transformarse en cierto disgusto.

"Ah, Baek, yo no..."

"¿Realmente tú no lo has movido así, cierto? No serías capaz," aseveró, mirando con cierto temblor en el labio a su amigo. Pero, al agachar de nuevo la cabeza y repetirse esa palabra, algo pesado cayó sobre sus hombros y sintió tal vez ello no era tan descabellado. "No serías tan cruel para burlarte así de mí, para decir que mi abuela..."

"BaekHyun, yo no... De verdad, no he..."

BaekHyun sabía que JongDae no podría, por más enojado y estresado que se hallara con todo su asunto en casa, jamás podría traer como juego el asunto de su abuela. El asunto de la muerte de su abuela.

BaekHyun la había adorado como a ninguna otra persona, y que la pobre mujer, luego de tanta lucha en quimioterapias y medicamentos varios, terminara muriendo, no por el cáncer sino por un asunto derivado del mismo-una embolia-, le había dado mucha tristeza en sus últimos días a su lado.

BaekHyun había tenido a su abuela, básicamente, esperando a morir en su casa, al los doctores saber no se podía hacer nada más con ella. Y que su abuela no pudiera siquiera hablarle bien en esos últimos días o alimentarse e ir al baño por sí misma, le había afectado de una manera tal que no pudo ver la casa de sus padres de la misma manera desde que su abuela había terminado partiendo de su lado.

Por algo que KyungSoo lo convenciera de salir de ahí y le ofreciera su lugar con la excusa de 'independizarse' un poco. JongDae sabía todo eso, sabía varias cosas y más, lo pesado que había sido vivir para él con una persona enferma a quien tanto amaba y luego saber que simplemente no había podido hacer mucho más para aliviar sus males, como para que ahora estuviera burlándose por algún tipo de 'despecho familiar' en estos momentos.

No podría ser, pero si JongDae no lo haría, entonces eso realmente...

"¿Halmoni, e-eres tú?"

JongDae no dijo más, sólo miró a su amigo aún con la cabeza inclinada, ahora también enfocado en el pedazo de madera que tenían entre ambos. Y cuando sintió que lo que tocaba se movía, regresó sus ojos a lo que entre ellos había.

SÍ.

BaekHyun rápidamente lo miró y con su labio tembloroso, le susurró, casi como si ahora temiera algo más pudiera escucharlos y contestarle a las preguntas que entre ellos sólo iban a contestarse.

"¿Qué se supone que hago ahora?"

"S-Sigue preguntando. No lo sé, he visto en ocasiones que no es quien parece ser, tal vez puedas hacer preguntas que sólo t-tu abuela sabría contestar."

A BaekHyun le pareció lógica la idea, y asintió, preparándose para decir ahora hacia la tabla:

"Halmoni... ¿Cuándo es mi cumpleaños?"

6-M-A-Y-O.

JongDae asintió, un poco convencido. Aunque quizá no lo suficiente.

"Pregunta algo más difícil. Algo que sólo tú y tu abuela sabrían."

BaekHyun asintió de nuevo, y lo pensó, sólo por un segundo antes de preguntar:

"H-Halmoni... ¿qué fue eso que sucedió en Chuseok que decidimos no contarles a mis papás y solo continuamos con la comida?"

JongDae frunció el ceño, no había escuchado una anécdota así de BaekHyun, ni siquiera sabía de qué Chuseok hablaba, pero cuando el triángulo comenzó a moverse, quedó mucho más inquieto con la respuesta que había obtenido.

"¿Escupitajo? BaekHyun, ¿qué significa esto?"

BaekHyun se rio en cambio, un poco más animado ahora, mirando a su amigo por lo mismo, a lo que contó:

"En la comida de Chuseok, cuando preparaba hace dos años con mi abuela las salsas, puede ser que, sin querer, me riera muy fuerte sobre un chiste que ella contó sobre mis tíos de hace años, y por estar mascando goma al mismo tiempo, la escupiera cerca haciéndola caer en una de ellas."

"¿Tiraste una goma masticada en una de las salsas de tu comida familiar?"

"¡No fue la gran cosa! La abuela y yo la sacamos rápidamente y luego pusimos más condimentos para que no se notara. Todos comieron muy bien y nos felicitaron por las salsas, al final Halmoni y yo dijimos que habíamos usado un ingrediente extra y secreto que no revelaríamos."

"Ugh, asqueroso, BaekHyun, ¿cómo pudiste hacer eso-?"

"¡Fue divertido! Y debiste ver la cara de mi tía JooHyun, estaba fascinada con las salsas. Esa tonta vieja homofóbica no tiene idea de cuántas bacterias gays ahora permanecen con ella."

"No puedo creer que realmente has dicho eso," JongDae rio, sin más, con BaekHyun siguiéndole antes de que decidieran continuar con la ronda de preguntas.

Se divirtieron, al menos un rato, mientras BaekHyun contaba sus buenas anécdotas junto a su abuela y le rememoraba a JongDae un par de ellas.

Fue una amena charla, podría decirse y BaekHyun juraba, además, haber escuchado un par de veces cómo su abuela lo llamaba por ese apodo cariñoso que le tenía de niño mientras más preguntas le contestaba, asegurándole no podría estarse equivocando con esto, ese "Kyoong-ee" era toda la prueba que necesitaba de que esto era real, y era todo lo que necesitaba.

JongDae se veía mucho más tranquilo luego de haber tenido todo aquello. Al final, parecía que el juego no había sido tan malo, realmente podían divertirse un poco con ello.

"Oh, Halmoni, realmente extraño poder platicar de esta forma contigo," BaekHyun continuó. Pasaban de las tres de la mañana, sin que ellos lo notaran, hasta comenzar a bostezar mutuamente y decidir que, tal vez, era momento de dejarlo. "Sería bueno que se pudiera seguir con esto, pero creo que hemos pasado la hora estimada de ir a la cama, ¿no te parece, Dae?"

"Tu abuela seguro diría que los niños buenos no estarían despiertos a esta hora, ¿no es verdad, Halmoni?" JongDae soltó sin más, riendo junto a BaekHyun por ese otro buen recuerdo.

Sin embargo, no esperaban que la tabla les contestara, y precisamente leyeran:

NO.

BaekHyun rio, a pesar de eso, creyendo que quizá era otra de las buenas bromas de su abuela. Y siguió el juego, como solía estar acostumbrado.

"Ay, vamos, Halmoni, creo que ya es hora de cerrar el juego, ¿no crees? Es un poco tarde, pero podríamos platicar en otra ocasión, ¿cierto, Dae?"

"Sí, cierto," JongDae asintió, sin pensarlo, todavía viendo esa sonrisa rejuvenecedora en la cara de su amigo, como sólo podía gustarle ver, porque aunque realmente había llegado ahí con la intención de sentirse mejor y más feliz consigo mismo, saber que su mejor amigo era el que había terminado así, al final era lo que realmente conseguía alegrarlo y hacerlo sentir mejor. "Mañana podríamos-"

NO.

JongDae intentó reír por tal súbita respuesta, pero ninguno de los dos se esperaba que, incluso antes de dar otro comentario o pregunta por aquellas cosas, el triángulo se moviera de una manera más ruda. Los dedos de ambos volaron primero del SÍ al NO sin control alguno. Luego pasaron por los números. Del 9 al 0.

Ambos estaban un poco desubicados con todo eso.

"H-Halmoni, ¿qué está- p-pasando?" BaekHyun apenas pudo decir, antes de escuchar dicho tierno sobrenombre en sus oídos de una manera tan aguda que no pudo evitar gritar, mucho menos al tener ahora el triángulo yendo de la Z a la A sin control alguno.

JongDae intentó intervenir, realmente buscó detenerla, pero su amigo no ayudaba mientras gritaba, y luego el triángulo dejaba las letras y números para hacer círculos en formas de 8 sin parar. ¿Cómo se supone que se detenía esa cosa?

"¿Qué demonios pasa aquí?" escucharon de pronto, con una luz encendiéndose de nuevo en la sala. El puntero saltó de sus manos y voló debajo de la mesilla donde reposaba el televisor, perdiéndose por completo, eso al menos antes de que JongDae reaccionara y viera a KyungSoo llegando hasta ellos, como todo hermano mayor, deteniéndose donde BaekHyun al verlo todavía gritar con las manos ahora sueltas a cada lado de sus orejas.

"Yo- Yo-" JongDae no pudo hablar, estaba conmocionado, pero tan pronto KyungSoo llegó a su lado y detuvo a BaekHyun, gritándole un par de veces para que lo escuchara, mantuvo en brazos ahora a un simple chico que temblaba, susurrando entre labios el nombre de su abuela, con los ojos colmados en lágrimas sin siquiera mantenerlos abiertos.

Bueno, tal vez la había jodido por completo.

"Uno ya no puede ir tranquilamente al baño por la madrugada, porque ¿qué demonios se encuentra? ¿Dos chicos gritando como histéricos, velas encendidas?" clamó, tomándolas al mismo tiempo para darles fin a su luz, antes de posar sus ojos en lo más importante, el tablero sin chiste aún entre medio de ambos, ahora en el suelo por los movimientos. "¿Y qué es esto? ¿Acaso no les dije que no hicieran ningún ritual satánico estúpido?"

"KyungSoo, no, yo no-"

"Esto es basura, chicos, sólo les llena la cabeza con tonterías, no sé realmente por qué decidieron experimentar justo esta maldita noche que tengo mi turno temprano," KyungSoo gruñó, teniendo que dejar a BaekHyun sollozando en brazos de JongDae para encargarse solo del tablero que ahora cargaba en manos.

Lo llevó al menos hasta la cocina, donde sacó una bolsa grande de basura, y decidió, antes de abrirla, romper la tabla en dos para poder meterla como cualquier otra cosa.

JongDae no supo qué decir al respecto, no es que se quejara de haber perdido su dinero por romper el artículo luego de todo eso, pero realmente no estaba seguro de cómo actuar ante cualquier cosa, mucho menos aún con su amigo llorando ahora en un volumen más bajo por su culpa.

"No hagan cosas estúpidas, ya se los he dicho, pero ¿alguna vez me escuchan? No, nadie hace caso al sabio y guapo hermano mayor," KyungSoo reclamó de nuevo, dejando fácilmente la bolsa amarrada fuera de la casa, entre la demás basura que mañana recogerían por lo tarde que ya era. Y al cerrar la puerta, volvió a ver al par de chicos con los que no podía estar más enojado que ahora, pero suspirando, tuvo que relajarse porque no iba a arreglar nada ahora gritándoles. Tal vez sólo podía dejarlo pasar hasta mañana, que hubiera vuelto desgastado de su trabajo. "Vayan a la cama ya, no quiero escucharles más, ni siquiera un mínimo quejido, ¿me escucharon?"

Se acercó hasta ellos, sólo para inclinarse con BaekHyun, quien comenzaba a regresar de lo sucedido, ya viendo a su hermano sobre las lágrimas y por lo que apenas pudo asentirle para hacerle saber que estaba consciente de su orden, antes de que, en cambio, KyungSoo volviera a suspirar y apartarse de ambos.

JongDae vio alejarse al pelinegro, refunfuñando todo el camino de regreso a su habitación. Él debía estar en verdad cabreado por todo el alboroto que habían armado, especialmente cuando fue muy específico al pedirles que no interrumpieran su descanso.

Una parte de él se sentía mal, pero JongDae estaría mintiendo si dijera que su corazón no latía aún como si hubiera corrido un maratón. Sentía las pulsaciones resonar en su cabeza e incluso su propia voz hablando con BaekHyun la percibía como algo distante.

Pasaron minutos, horas incluso, mientras él permanecía aún sentado en la orilla de la cama de su amigo. El chico se había deslizado entre las sábanas y silenciosamente le había hecho un espacio a su lado.

JongDae le escuchó susurrar y no pudo asegurar si hablaba con él, consigo mismo o simplemente se hallaba rezando.

Cual fuera el caso, BaekHyun no contestó a ninguna de sus preguntas, por mucho que él intentó obtener respuesta alguna.

En algún punto su amigo debió haber sucumbido ante el cansancio porque, sumado al susto, habían terminado completamente fuera de combate.

Así que suspirando, permitió a su cuerpo caer de lado y, subiendo sus piernas sobre el colchón, se dispuso a jalar una sábana para cubrirse.

"Todo va a estar bien. Mañana el sol brillará de nuevo," murmuró aquello que se decía a sí mismo o a BaekHyun cuando algo salía mal. La perspectiva de un suceso solo podría verse con mejores ojos a la luz de un nuevo día.

Decidiendo así que eso era lo mejor, cerró sus pesados párpados y dejó al sueño apoderarse de él.

BaekHyun, por otro lado, sintió a JongDae acomodarse a su lado. El sueño no llegaba hasta él por más que lo deseara. Aún así, se negaba a tocar el tema de nuevo. Mañana haría como si esto nunca hubiera pasado. Ya estaba, la cosa estaba rota y en la bolsa de basura. Mañana sería arrojada al camión con el resto de desperdicios y adiós problemas.

Había sido bueno mientras duró, pensó.

Antes de caer dormido en medio de caóticos pensamientos, BaekHyun se preguntó si acaso volvería a hablar algún día con su abuela.

Ninguno de los dos se imaginaba, sin embargo, que las respuestas inconclusas en esa noche les traerían algo mucho más grande. Y que ese mismo descanso que ambos tanto esperaban, era el último que recibirían en un largo, largo tiempo de ahí en más.

Cuando BaekHyun se despertó a la mañana siguiente, lo primero que hizo fue girarse lentamente sobre su cama. Gimiendo, se incorporó con ayuda de sus codos, quedando en una posición semi-sentada. Parpadeó y se sintió perdido por un mili segundo. Eso hasta que todo el peso de la realidad le golpeó y, recordando la noche pasada de sopetón, exhaló con cansancio.

Todo su cuerpo dolía como si hubiera hecho ejercicio de forma excesiva.

Aquello solo sirvió para hacerle recordar aquella ocasión en la que su loco amigo insistió en que debían meterse al Gym, porque solo un hombre de verdad se preocupa por su apariencia y ellos en definitiva no poseían la clase de atributos que un hombre, según JongDae, debía poseer.

La primera semana apenas y se podía levantar de la cama.

Y fue aquello precisamente lo que le hizo girar el rostro rápidamente, porque ahí, en donde debería hallarse profundamente dormido su amigo que se podía quedar soñando por horas los fines de semana, solo se encontraba un frío y vacío espacio.

"¿Dae?" preguntó a través de su voz rasposa. Esta le dolía como si hubiera estado forzado su voz por horas, tal vez se debía a los gritos histéricos de la noche pasada. "JongDae, ¿estás ahí dentro?" intentó de nueva cuenta, de pie frente a la puerta del baño. Había abandonado su habitación y ahora se encontraba en el pasillo.

Pero por más que pegara su oreja a la superficie lisa, ni un solo sonido se escuchaba.

BaekHyun frunció el entrecejo y empujó levemente la puerta. Esta estaba, desde luego, abierta.

Nada.

No había nadie dentro.

"¿KyungSoo, has visto a...?" gritó en medio del pasillo, pero se calló al ingresar en la habitación de su hermano mayor, encontrándose con nada más que su cama perfectamente tendida. Señor Roedor, la mascota de KyungSoo, se encontraba dando vueltas en su rueda, perdido en su propio mundo de hamster.

Claro, trabajo. ¿Cómo había podido olvidarlo? ¿En qué estaba pensando?

Gruñendo, se disponía a regresar al baño cuando escuchó una melodía conocida. Era el tono de llamada con tema de un anime que había visto hace poco. La intro era pegajosa y él solo no pudo negarse a ponerla en su teléfono.

Casi corrió en dirección a la sala de estar. Rodeó el sillón familiar y buscó por el aparato. Aunque recordaba haberlo dejado sobre la mesa, curiosamente, este se encontraba debajo de un cojín cuando al fin dio con él.

"¿Bueno?" dijo tan pronto descolgó la llamada. Una respiración cansada se dejó escuchar, seguida después por una risita nerviosa.

"Hey, ahí, BaekHynee~ ¿Cómo amaneció el Príncipe Durmiente?" preguntó de forma natural JongDae.

BaekHyun suspiró como si hubiera estado conteniendo el aire.

"Hey... ¿dónde estás? Estaba preocupado. Me levanté algo..." deslizando los dedos entre su cabello, se lo acomodó un poco "... desorientado. ¿Estás bien?"

JongDae dijo algo que sonó como un eco distante y nada entendible para su aún adormilada mente.

"¿Qué dices?".

"Oh, lo siento, no hablaba contigo. Estoy haciendo la despensa con mi madre, olvidé decirte que me iría temprano pero ¡hey, te he llamado! ¡Más vale pedir perdón que permiso!"

BaekHyun consiguió reír por la actitud tan alegre del otro. Eso solo le hizo pensar que él era el único que se sentía extraño después de...

"... Oye, Baek, sobre ayer..." comenzó su amigo. "No era mi intención que las cosas terminaran de esa forma. No pensé que..."

"No, JongDae. Lo siento, no quiero sonar rudo. Sé que no fue tu intención, pero podrías... ¿Solo podrías dejarlo estar? No quiero tocar más el tema. Hagamos como si eso nunca hubiera pasado."

"..."

"¿JongDae? ¿Sigues ahí?"

"¿Ah? Digo, sí. Sí, claro. Como quieras. Entonces, ahm... ¿nos vemos el lunes?"

"Por supuesto. Gracias por entender, Dae."

"Oh, no, no. Gracias a ti por seguirme en toda esta locura. Prometo que la próxima llevaré un Jenga o Monopoly," sugirió el castaño. BaekHyun sintió que su plática poco a poco tomaba un rumbo menos tenso.

"Buena idea. Yo pondré el helado y las películas de bajo presupuesto."

"Ehm... no se lo digas a KyungSoo, pero prefiero tus películas de empalagoso romance," admitió JongDae.

"Ok, ok," rio. "Será nuestro pequeño secreto".

"Confío en ti para esto, Baek."

"Cuenta conmigo."

"Bueno, te dejo. Mamá quiere meter una sandía al carrito."

"Corre, corre. No dejes a mi segunda madre cargar con una sandía."

"Eso haré. Bye," Y con eso había cortado.

BaekHyun miró con detenimiento la pantalla de su teléfono. Ahí aún se mantenía una fotografía de JongDae y él, era la que el castaño tenía de perfil.

Aún recordaba haberse sacado esa foto durante su salida al cine para el estreno de esa película de superhéroes que tanto les enloquecía.

Ambos desbordaban felicidad y posaban con sonrisas genuinas.

En la captura lucía tan diferente a como se sentía ahora mismo. Se preguntó si de no haber jugado con esa tonta cosa, ahora mismo estaría en una situación completamente distinta. Algo que no implicara esta sensación constante de opresión en el pecho.

Sin embargo, no podría seguir así durante todo el día, ¿no es verdad?

BaekHyun no podía detener su día a día sólo porque la noche anterior casi parecía haber enloquecido con una cosa tan absurda como lo era la Ouija.

Ahora que lo pensaba mejor, incluso lo creía más absurdo. ¿Cómo es que se dejó engañar tan fácilmente por algo como eso?

Sí, era cierto que había visto aquella cosa moverse y decir algunas palabras que nadie más que su abuela sabría, pero ¿realmente no recordaba él en estos momentos que se había dicho ayer todo aquel juego era una simple tontería en la cual no creería?

En ese caso, ¿por qué se estaba torturando tanto en pensarlo de nuevo?

Ya estaba. JongDae había dicho que estaba bien, que no planeaba mencionar más el tema y eso había sido precisamente porque él se lo había pedido. Entonces, él mismo debería estar siguiendo sus propias palabras.

Tal vez lo único que necesitaba era buscarse otra cosa con la que entretenerse para dejar pasar eso como algo más de su normalidad.

Tan normal como pudiera ser el haber gritado anoche y por lo que ahora debía tomar un analgésico con el cual desinflamar su garganta, y por el que aún lo perseguía cierto zumbido incesante en la oreja.

Sí, cosas de su día a día.

BaekHyun se hallaba mucho más relajado que nunca. El dolor de garganta se había esfumado, los analgésicos no fueron más necesarios; cualquier zumbido, pensamiento o más mínimo recuerdo de lo sucedido hace dos noches, se evaporaba tan pronto llegaba de nuevo a su cabeza.

Todo porque había sabido bien ignorar cualquiera de sus problemas desde lo sucedido en casa de sus padres antes de que la abuela partiera... No era algo de lo que se enorgulleciera de decir, y seguro envidiaba eso de JongDae al saber él siempre podía verle el lado positivo a las cosas por más desagradables que estuvieran yendo, pero al menos en ocasiones le servía.

Como hoy que, siendo domingo por la mañana, estaba haciendo tarea de último minuto, aunque JongDae no lo considerara así ya que no era pedir una cartulina a las malditas doce de la madrugada, pero él ya se sentía lo suficientemente travieso por saber hacía justo a esta hora lo que probablemente en otras 24 horas entregaría.

Vaya, sí, BaekHyun era todo un chico problema. ¡Demándenlo por ello!

Como cualquiera, se hallaba sentado en su sala, justo en el sillón que el viernes por la noche JongDae y él habían compartido al ver las tontas películas y programas de variedades antes de sacar la- No lo diría, era esta la parte donde BaekHyun dejaba su mente en blanco y regresaba a lo que de nuevo estaba haciendo.

Tenía la televisión igualmente encendida con uno de esos ridículos programas de idols saliendo con otros idols (We got-no sé qué tontería), aunque no le estuviera prestando mucha atención, de cualquier forma, le gustaba en ocasiones saber había algo de ruido a su alrededor para no sentirse en la completa soledad (aunque KyungSoo se hallara esta vez en casa, específicamente en la cocina, donde ya preparaba la comida para ambos en el día).

Usaba la mesilla de centro como soporte, y realmente por la posición en la que se encontraba, su espalda ya había comenzado a doler un poco, por lo que se estiró, dejando sus apuntes de las estúpidas Derivadas e Integrales un poco de lado al escuchar cómo sus huesos tronaban.

Eso al menos hasta que alzó un brazo sobre su cabeza y luego el otro, dando un par de movimientos con su cuello para destensarse por completo. Y cuando se sintió completamente ajustado de nuevo, suspiró, se reclinó de nuevo hacia su libreta y tomó el lápiz antes de que un ruido en la tele lo llamara. Alzó de nuevo la cabeza, esta vez para ver cómo su aburrido y estúpido programa de celebridades poniéndose en vergüenza se cambiaba a la más absurda película de terror que veían JongDae y él hace dos noches, incluso aún con la compañía de KyungSoo.

Frunció el ceño, confundido sobre cómo eso había pasado. Se preguntó si no se habría sentado en el control del televisor, por lo cual quizá el canal simplemente se había cambiado, pero al no localizarlo, poniéndose de pie temporalmente, tuvo que darle al menos algo de uso al hecho de que ya se encontrara parado para acercarse de nuevo a la tele y cambiar con su propia mano el programa que estaba viendo.

Ya había sido partícipe de muchos gritos para querer escuchar de nuevo a otra mujer mala actriz haciendo los mismos como- No, no iba a ir de nuevo con eso.

El programa de idols regresó, y BaekHyun sonrió un poco, porque, aunque dijera que la cosa era basura, no iba a ignorar que igual le gustara ver en pantalla esa hermosa carita del hombre en cuestión haciendo alguna estupidez junto a la mujer que ni-idea-tenía-de-quién-se-trataba. Choi SiWon podía no ser el mejor cantante o actor que habría conocido, pero al menos se cargaba con un buen cuerpo y rostro que sí disfrutaba de admirar de vez en cuando.

Así mismo, él regresó a su asiento y pudo continuar con su tortura de tarea que tenía entre manos. Eso al menos hasta que en medio de una derivada, escuchó de nuevo un feo golpe, y levantando la cabeza en dirección a lo que lo había producido, pudo ver en el televisor que su programa basura había sido cambiado, una vez más, por esa maldita película de terror sin buena trama. Se quejó en voz alta.

Realmente, ¿por qué estaba volviéndose a transmitir esa cosa en un domingo por la mañana?

"KyungSoo, no es gracioso," exclamó desde su lugar, ahora suponiendo lo obvio. Ya que, si él no tenía el control a la mano y su televisor no podía cambiarse por sí solo (por más viejo o nuevo que fuera), sólo quedaba la posibilidad de que su hermano mayor fuera quien estuviera haciéndole una mala pasada, sólo por molestar o por castigarlo al todavía estar resentido sobre lo de- algo. "Deja de hacer esto, por favor, sólo quiero terminar mi tarea, ¿te importaría?"

Se levantó de nuevo y fue a cambiar por sí mismo el canal, sin embargo, mientras estaba en ello, KyungSoo le respondió, también casi gritando desde la cocina:

"¿Qué dijiste, Baek?"

Claro, haciéndose el que no sabe nada. Típico.

Lo dejó pasar, rodando los ojos, y finalmente encontrando una vez más su programa basura para regresar al lugar que ocupaba ya con normalidad. Se quedó mirando fijamente unos segundos más al televisor, como si estuviera a la expectativa de algo...

Pero nada pasó, y al mirar a la puerta de la cocina, tampoco pareció que algo de ahí surgiera. Tal vez KyungSoo lo comprendía ahora y lo iba a dejar en paz, porque la tarea después de todo era algo que los hermanos Byun se tomaban con gran importancia, ¿no?

KyungSoo había sido muy serio sobre el asunto cuando BaekHyun comenzó a vivir con él mientras aún estudiaba enfermería.

Así permaneció al menos un par de minutos más, bastante concentrado ahora mientras resolvía ese gran problema matemático. Borró y volvió a escribir varias veces, tomando su calculadora de vez en cuando para comprobar un par de cosas, y al ya estar trazando esa hipérbole en la gráfica registrada abajo-

"¡Ahhhh!"

Brincó en su propio lugar, dejando que su línea saliera mucho más chueca de lo debido, frustrándolo, sobre todo porque la fuerza del trazo había provocado que su hoja se perforara.

Gruñó entonces, y tiró su lápiz, un poco harto, pero lo que más le hizo enojar fue ver una vez más al televisor, con esa película barata de poca calidad mostrando a cierta mujer tirada en una figura incomprensible con todo un chorro de sangre más falso que la catsup a su alrededor.

No podía creer que por esa actriz de carrera cinematográfica trunca acababa de arruinar su último problema en la tarea. Y lo peor, no podía creer que KyungSoo se la había jugado una vez más, esto era suficiente...

"¡KyungSoo! Joder, ¿cuál es tu maldito problema? ¡¿No puedes dejarme hacer una simple tarea en paz por una vez en tu vida?!"

"¿De qué carajos estás hablando? Eso es lo que yo debería preguntarte a ti, ¿es que no ves que estoy cocinando?" KyungSoo salió entonces de dicho lugar, en sus manos un bowl y una pala de los cuales no sabía qué estaba originando, pero dado que parecía realmente tener algo, BaekHyun no pudo hacer más que fruncir el ceño con su hermano imitándolo en una probable competencia por ver quién podría durar más con el gesto antes de que la fachada de uno cayera.

"¿Ah, sí? ¿Y que estés cocinando implica también que debas estarme cambiando el canal del maldito televisor mientras hago mi tarea? ¿En qué te afecta que yo vea mis programas mientras tú cocinas?"

"¿De qué estás hablando? Yo no he hecho nada, y sabes que las tareas son preciadas en esta casa, ¿por qué habría de distraerte con algo tan absurdo como eso?"

"Ja, ja, sí, claro, ya para la broma, hyung, simplemente regresa el control a mis manos y podré dejarte seguir cocinando mientras yo hago mi tarea con toda calma, ¿te parece?"

"¿Control?" KyungSoo inquirió, con mayor sorpresa de la que antes, mientras él ya casi se hallaba estirando la mano aún sentado en el sillón que les daba cierta distancia. "¿Cuál control?"

"¿Cómo que cuál? El control de la tele, Kyung, el control de la tele que tú debes de estar-" se cortó, sin embargo, en cuanto desvió sólo por poco la vista y ubicó como cualquier otra cosa el control mencionado en el reposabrazos del sillón en el que se encontraba.

KyungSoo, pareciendo aún no comprender lo que su hermano decía, lo dejó estar, bufando y regresando a su preciada cocina para terminar ya pronto con lo que hacía.

"Acaba tu tarea ya y deja de estar distrayéndote con cualquier tontería, Baek, ¡la comida va a estar lista en quince!"

Desapareció entonces, y dejó aún a BaekHyun mudo por lo que veía, porque tan pronto se acercó al control, preguntándose si en todo momento estuvo ahí y no lo había notado, decidió tomarlo para simplemente volver a cambiar el canal y regresar de la película ridícula a su programa basura, hasta notar que la televisión en realidad permanecía en silencio y con la pantalla negra sólo mostrando su reflejo.

Tal y como pensó, después de tres días, la visión sobre lo sucedido había cambiado significativamente. Casi podía hacer ver los eventos del viernes pasado como un simple sueño. Sí, tal vez todo fue producto de su imaginación.

Había leído en algún blog por Internet, que el movimiento del puntero podría tal vez, solo tal vez, haber sido provocado por sus propias manos.

Era una reacción reflexiva del temblor de sus extremidades, y ya que sus cerebros esperaban que se provocara algún cambio, entonces sus dedos simplemente arrastraron la madera sobre la tabla Ouija de forma inconsciente. Eso era todo.

Era la mejor explicación que pudiera haber recibido. JongDae se sintió realmente aliviado de saber que aquello no había tenido nada que ver con espectros o eventos paranormales... Eso hasta que recordó la interacción que BaekHyun tuvo con su 'abuela'.

En aquello, al menos, estaba seguro de no haber sido partícipe. Es decir, él ni siquiera sabía algunas de las cosas que el chico había 'hablado' con su fallecido pariente. Era técnicamente imposible, pero por otro lado, podría ser que BaekHyun solo experimentó lo que ya había leído y terminó por marcar las respuestas que él obviamente sí conocía.

"Argh, ya deja de pensar en eso," se dijo a sí mismo mientras dejaba a sus pantalones caer hasta sus rodillas, sacándolo de una sacudida por sus pies. Una vez hubo quitado su ropa interior, apartó la compuerta que daba al cubículo del baño. Ya dentro, abrió la llave y se introdujo bajo el chorro de agua.

La temperatura era la adecuada. JongDae suspiró con alivio al sentir que sus músculos se destensaban, aunque sea un poco. Por más que había tratado de olvidar lo sucedido en casa de su amigo, no había conseguido más que traer una y otra vez aquello hasta su mente.

Ya estaba más que harto de ello, eso sin contar las molestas llamadas que aún recibía sin cesar algunas veces al día. Solo otro de los problemas con los que ahora debía lidiar.

Siempre las ignoraba, desde luego, sabiendo perfectamente de quién se trataba. El sujeto era testarudo como la mierda, eso seguro. JongDae ya no sabía qué más decirle para que le entrara en la cabeza de una vez por todas y se hiciera a la idea de que él no estaba interesado en obtener un padre a esta edad. Había sobrevivido perfectamente sin él durante 19 años y no iba a comenzar a necesitarlo ahora. 

Su madre, por otro lado, le había dicho de forma cariñosa que debía, al menos, darle una oportunidad. Pero él no podía simplemente pasar por alto cuán mal lo estaba pasando la mujer por culpa de ese hombre que nadie pidió su regreso. La familia habían sido ellos dos desde que JongDae tenía uso de memoria. No hacía falta más, eran felices así como vivían ahora. Todo era perfecto hasta que al sujeto le había salido de las bolas el deseo por conocerlo.

"No te necesito," murmuró al solitario aire. Tomando un poco de champú lavó su cabello, quizá un poco más bruscamente de lo que debería.

Estaba molesto y ni siquiera sabía por qué. Esta mañana había despertado de tan buen humor y justo ahora, por andar pensando en tonterías, se había enfadado sin motivo alguno. Pero es que no podían culparlo. Su madre había estado muy feliz en los últimos años, más ahora que JongDae podía apoyarla con algún trabajo ocasional durante los veranos. Al final de cuentas, solo eran ellos dos.

Si podían garantizar un plato de comida a la mesa todos los días, con eso era más que suficiente. JongDae podía cuidar de sí mismo y su madre sin ningún problema.

Pero desde que el sujeto había ingresado a sus vidas, las cosas habían estado algo tensas. Su madre, desde luego, no iba a expresarle sus preocupaciones en voz alta, pero JongDae creía que ella se temía la posibilidad de que decidiera aceptar al hombre y, quién sabe, tal vez incluso irse con él.

"Ugh, me da dolor de estómago de solo pensarlo."

La última cosa que haría sería irse con la persona que abandonó a su madre y obviamente no tenía ningún interés en conocerlo, puesto que los dejó apenas enterarse del estado de esta. Tendría que ser muy estúpido o un completo idiota para hacerlo.

Si pensaba un poco en ello, hasta entendía las razones por las que el hombre, después de todos estos años, regresaba. Al ver esa apariencia tan calmada, su ropa formal y bien arreglada, junto con el cabello perfectamente peinado y el crucifijo colgando de su cuello, lo supo enseguida. El sujeto era un maldito loco de la iglesia.

No había otra explicación. Había abandonado a su madre como un completo cobarde y ahora, después de pensarlo detenidamente, había llegado a la conclusión de que lo que hizo había estado mal. Qué novedad.

Mentiría si dijera que no le sorprendió haber abierto la puerta esa mañana para encontrar a un extraño que parecía familiar. Cuando el hombre le saludó, con esa sonrisa nerviosa, JongDae sintió una pequeña alarma encendiéndose en su cabeza. Más aún cuando su madre salió de la cocina y pareció reconocer el rostro del individuo.

Todo lo demás había sido una larga y exhaustiva charla sobre el hombre que nunca formó parte de sus vidas. No estaba molesto con su madre, pues la mujer nunca habló mal de él, es sólo que JongDae buscó desaparecerlo del mapa en su mente infantil para evitarse un dolor innecesario. Había sido su única forma de protegerse.

"Perdón, lo que hice no tiene nombre, pero solo ahora lo entiendo. Estuve perdido por mucho tiempo hasta que encontré mi camino. En Dios hallé la paz y el amor, y ahora solo quiero enmendar el daño."

Había dicho con voz ahogada. El hombre parecía a punto de llorar y cuando trató de tomar su mano, JongDae ya no pudo soportarlo más y terminó huyendo. No es que no le parecieran sinceras sus palabras, es solo que para él ya era demasiado tarde. Tarde e inesperado. No estaba preparado para recibir tanta información de sopetón.

En esos días había recurrido a la única otra persona en la que sentía que podía confiar, además de su madre, claro. BaekHyun había sido su mejor amigo desde que se conocieron en la secundaria, cuando JongDae accidentalmente golpeó el rostro de BaekHyun con un balón durante el receso.

El impacto, además de inesperado para el pobre pelinegro, había terminado con el desayuno del chico desparramado por el suelo. Después de conseguirle algo más en la cafetería de la escuela, a modo de disculpa, JongDae creía que el otro jamás querría verlo de nuevo. Pero ¡oh, sorpresa!, que descubrieron compartían algunas clases.

"Si prometes no volver a recibirme con un balón estrellándose contra mi cara, entonces creo que podríamos ser amigos."

Y mientras aquello marcaba el inicio de una larga y duradera amistad, JongDae fue acostumbrándose de a poco a la presencia constante de BaekHyun en su casa o incluso él mismo metido en el hogar del otro.

BaekHyun había sido un gran apoyo emocional durante esta dura transición. El pelinegro trataba lo mejor que podía y aunque muchas de las veces no supiera ni cómo debía lidiar con sus crisis sentimentales, para JongDae era muy conmovedor saber que podía contar con su presencia. Que si necesitaba ser escuchado o solo llorar, podía recurrir a BaekHyun sin la necesidad de sentirse expuesto o un simple debilucho.

"Pero en fin, no hay mal que dure para siempre."

JongDae había escuchado de su madre que el sujeto había formado otra familia. En pocas palabras, no le hacía falta un hijo. Tarde o temprano se cansaría del rechazo y regresaría a su hogar.

Eso es. Que corriera de regreso a los brazos de sus otros hijos, ni maldita falta que les hacía a él y a su madre.

Se encontraba enjabonándose cuando tuvo que detenerse de forma abrupta al percatarse del ruido de pasos. Estos eran lentos y ligeros, como si el dueño quisiera mantenerse oculto.

Le pareció como si alguien abriera y cerrara las puertas de las habitaciones, quizás buscando por algo o alguien.

JongDae se apresuró a cerrar la llave y quedarse muy quieto. Solo su respiración algo agitada llenando el estrecho espacio.

Permaneció dentro del cubículo, atento a los pasos que cambiaban rápidamente de dirección. ¿Qué demonios?

"¿JongDae?" preguntó entonces una voz en un tono cauto.

JongDae se tensó y permaneció en el sitio.

"¿Dae?" pronunció de nuevo la suave voz.

Él solo pudo resoplar, para posteriormente negar con incredulidad. Una risilla se extendió en su rostro mientras dejaba salir un suspiro aliviado. Entonces retomó su baño ya más tranquilo.

Por un segundo creyó que era alguna especie de ladrón que había entrado a su casa o algo por estilo. Diablos, sí que se había llevado un tremendo susto.

"Hey ahí, Baek, estoy tomando un baño. ¿Por qué no te acomodas en la sala? Salgo en un momento," murmuró antes de abrir de nueva cuenta la llave para terminar con su aseo.

"Te voy a poner un cascabel o algo, casi me da un infarto, creí que las advertencias de mi madre sobre no dejar la puerta sin seguro al fin vendrían a cobrarme factura," dijo casualmente mientras se terminaba de enjabonar y quitaba los excesos de champú en su cabello. "Eres sigiloso como un ninja, eh~."

Tan pronto terminó con su baño, abrió la compuerta para salir y con una toalla enrollada a la cintura, se encaminó fuera a través del pasillo que conectaba con la sala. El lugar estaba silencioso después de que BaekHyun seguramente se hubiera sentado en uno de sus sillones a ver su teléfono o quién sabe qué.

"Oye, por qué no enciendes la televi..." cuando giró por el pasillo y salió a la sala de estar, no pudo más que callarse al descubrir que BaekHyun no estaba ahí. "¿Baek?"

Recorrió con su mirada por el lugar, pero era obvio que su amigo no se encontraba ahí, ¿sería posible que hubiera entrado a su habitación? No era raro que el chico fuera a dejar su mochila o simplemente tirarse en su cama al igual que él hacía cuando iba a su casa.

BaekHyun decía que le gustaba la sensación fresca en su habitación, ya que esta estaba en una posición privilegiada al lado de un gran árbol. Sin importar la época del año, su cuarto era siempre muy fresco, especialmente cuando dejaba las persianas levantadas.

"Baek, ¿estás aquí?" preguntó apenas entrar en su habitación. Pero no, el chico tampoco se encontraba ahí. ¿Dónde se había metido? "¿Baekhyun?"

Salió de nuevo al pasillo, pero solo fue recibido por el silencio.

"¡Hey, cuando te dije que eras como un ninja, no era un cumplido, eh! En verdad le diré a mamá que me consiga unos cascabeles para no perderte de vist..."

El timbre de su casa sonó en ese momento, cuando ya iba de regreso a la sala. JongDae frunció el ceño ya que no esperaba a nadie más que a su amigo quien venía a buscarlo para ir a la escuela.

Aunque constantemente era regañado por su madre ya que solía ser descuidado y se olvidaba de poner el seguro a la puerta la mayoría de las veces que se iba, por las mañanas siempre procuraba dejar abierto para que BaekHyun pudiera entrar.

El pelinegro era de la total confianza para ambos, así que incluso su madre ya se había acostumbrado a la rutina de entre semana, de tal modo que, cada vez que ella se fuera para el trabajo, dejaría sin llave pues BaekHyun con seguridad llegaría poco después de que ella se hubiera marchado.

Esa había sido su forma de convivir por mucho tiempo. Estaba a punto de pedirle a BaekHyun que abriera cuando pensó detenidamente en ello. Quizá era el sujeto, solo viniendo para seguir molestando.

"Dame un maldito descanso, ¿quieres?" gritó con fastidio desde su lugar. "BaekHyun, no le abras la puerta," murmuró con la esperanza de que su amigo lo escuchara, donde sea que estuviera metido.

Echando una rápida mirada al reloj reposando sobre su mesa de noche, JongDae resopló antes de cerrar la puerta y comenzar a secarse. Tomó lo primero que encontró dentro de su armario y se vistió con toda la calma del mundo. Total, si el sujeto aún se hallaba afuera cuando él saliera, quizá, solo quizá, escucharía lo que tuviera que decir.

Ya estaba por terminar de ponerse las calcetas cuando giró el rostro al sentir su teléfono celular vibrando a su lado, en la cama. Lo alzó, pues estaba boca abajo, y lo miró con detenimiento.

Baekkie 💙 se leía en pantalla.

Jongdae bufó.

"¿Qué?" ¿Qué clase de broma era esta? ¿Por qué le hablaba al celular si podía solo ir a buscarlo en su habitación? "¡Oye, genio, estoy justo aquí! ¿Por qué me llamas?" Gritó alto, pero no recibió respuesta alguna.

"Esto ya no es gracioso, Baek," murmuró antes de responder la llamada, "¿Qué quieres?" preguntó con fastidio.

Ya había tenido suficiente con el susto y el silencio de su amigo solo estaba consiguiendo ponerlo de los nervios. No le gustaba la sensación, en especial porque desde lo del viernes había estado algo neurótico. Además de que había tenido que soportar jodidos dolores de cabeza durante el fin de semana.

"¡Al fin, ya era hora de que te dignaras a cogerme la llamada! ¡¿Quieres explicarme cómo es posible que no escucharas el tono tan escandaloso que tienes puesto?!" preguntó BaekHyun con incredulidad y solo entonces JongDae reparó en ese marcado detalle. Él había puesto un tono que sonaba como un rugido de dinosaurio para sus llamadas.

Curiosamente, este no había sonado.

"Olvida eso, ¿por qué estas llamándome, estoy en mi habitación," replicó.

"¿Y qué haces en tu habitación? Llevo horas tocando el bendito timbre. ¿Por qué siquiera le has puesto llave a la puerta?" reclamó el chico. "Oye, no es que la entrada de tu casa no sea cómoda ni nada, pero te agradecería si me dejaras entrar," escuchó la risa suave de BaekHyun a través de la línea, como si él mismo considerara gracioso su comentario. Para JongDae no lo fue en absoluto

Alejando el aparato de su oreja, miró hacia el identificador de llamadas. Ahí se veía a sí mismo y a BaekHyun en esa premiere de la última película que habían ido a ver.

Recordaba ese día a la perfección porque, tres días antes de la apertura de las pre-ventas, estuvo despierto junto con BaekHyun hasta que pudieran obtener sus boletos. Había valido la pena pues consiguieron unos buenos asientos.

Negando, se puso de pie aún con la llamada en curso. Le pareció escuchar a BaekHyun lanzándole preguntas por el intercomunicador que no se molestó en contestar. JongDae solo estaba interesado en llegar hasta la puerta. Y cuando lo hizo, abrió de forma brusca-no sin antes fruncir el ceño extrañado al notar esta estaba, como había señalado BaekHyun, asegurada- provocando que el más bajo brincara y dejara caer su teléfono.

"¡Carajo, Dae! ¡Avisa antes de salir aporreando la puerta!" exclamó su amigo mientras se agachaba para recogerlo. JongDae le vio suspirar con alivio y llevarse el aparato al pecho al descubrir que no se había roto la pantalla. "De la que me he salvado. KyungSoo me patearía si viera que rompí tan pronto su regalo de cumpleaños," Murmuró divertido BaekHyun.

JongDae se sentía fuera de sintonía. Veía a su amigo reír, pero no podía seguirlo. Si BaekHyun estaba aquí afuera... ¿quién estaba hablándole hace un momento?

Lo que era más, ¿cómo era siquiera posible que siendo que la puerta estaba-tal y como él mismo había corroborado antes- cerrada, hubiera alguien entrando?

Especialmente viendo que quien esperaría fuera el que hubiera hablado, se hallaba ahora mismo fuera de su casa.

"Hey, ¿estás bien? Te ves algo pálido," preguntó BaekHyun. El chico ya no se reía más y parecía seriamente preocupado.

JongDae solo sacudió su cabeza y sonrió. BaekHyun lo dejó pasar, gracias a los cielos, y solo continuó riendo y hablando consigo mismo sobre la suerte que había tenido de no romper su teléfono.

Él, por otro lado, decidió simplemente olvidarlo. Sí, quizá solo estaba muy cansado por toda la tarea que estuvo haciendo ayer a última hora. Eso, sumado al dolor de cabeza, debieron haber atrofiado su cerebro al punto en el que imaginaba cosas.

"Entonces, ¿todo está bien?"

"Sí, no pasa nada. Nada de nada. Solo estaba... me levanté algo tarde," mintió, pues no tenía el humor para discutir sobre el tema. "Ya sabes cómo me pongo cuando despierto de golpe."

"Oh, ¿por eso estabas de tan mal humor? Mira nada más, aún traes el pelo húmedo. Vas a resfriarte," le reprendió BaekHyun entrando a su casa. JongDae esperó a que el chico caminara con pasos tranquilos hasta el sillón donde dejó su mochila, para después cerrar la puerta.

"Sí, algo así..." Susurró mientras volvía dentro de su casa. BaekHyun ya se había adueñado de su sofá y estaba jugando con su teléfono.

"Bueno, entonces, no pierdas más el tiempo. Debemos apurarnos si queremos llegar a tiempo."

JongDae asintió, aún algo aturdido por lo extraño de la situación. Él podría jurar que había escuchado a BaekHyun llamarle.

"¿Dae?"

"¿Sí?" preguntó en dirección al pelinegro.

"¡Apúrate!"

Sí, eso era lo que haría. Vamos, JongDae, no pierdas la cabeza por un simple producto de tu imaginación.

Así estaba mejor.

"¡Ay, ya voy! Hoy estás impaciente por ir a la escuela, ¿eh, Baek? Espero que hayas hecho la tarea de cálculo~"

"Claro que sí la hice. ¿Por qué más estaría tan ansioso de llegar temprano, si no?"

"Buen punto."

Bueno, bienvenidos a esta nueva historia de terror, que, como pueden ver, sí, me he lanzado a sacar dos trabajos al mismo tiempo sobre una temática "similar", así que espero no morir en el intento (y espero ver de todo corazón muchas personitas por aquí que les guste el trabajo, tanto este como el de Alter que quizá algunos ya leyeron).

Como saben y se ha repetido ya varias veces, este trabajo es una bella colaboración, así que sepan que nos hemos esforzado por hacer esto y terminarlo a tiempo. Esperamos no haya alguna falta o error que se dejara pasar, y yo quiero añadir que, a pesar de que se hagan referencias a ciertas cosas en la religión, eso no quiere decir que nosotras estemos a favor o en contra de ella. No tenemos un punto fijo y tampoco queremos molestar a nadie, creyente o ateo.

Aclarado eso, ahora vengo a decirles. Esta historia es cortita, relativamente corta. Tendrá pocas partes, pero cada una de ellas será algo larga, así que deseo con todo mi corazón que puedan tolerar y aceptar esto para disfrutar al máximo de su apoyo, sus comentarios, y ustedes evidentemente su lectura uwu

Para los que me leen y ya me conocen, saben que tengo otros proyectos en curso en mi perfil. Sepan que ellos también siguen en pie y tendrán sus días de actualización como siempre. Solo incluiremos estos dos proyectos más a ellos. Esta historia (de igual forma que la de Alter-en mi perfil) se actualizará una vez por semana los jueves. Seguro muchos me conocen habiéndome leído en otros trabajos, así que ellos quizá pueden decirles a los nuevos lectores que soy bastante constante en mis actualizaciones. No teman por quedarse con la historia inconclusa. Ya hay un final y no va a cambiar, todo está "perfectamente calculado", así que insisto, ¡disfruten su lectura!

Porque quizá haya cosas que más adelante cambiarán 😈

¿Qué les ha parecido entonces este inicio? Junto con el prefacio que subí mucho antes 👀

Quiero saber sus opiniones y expectativas ante esto~

Nos estaremos leyendo prontito entonces, gracias por llegar hasta aquí, sepan que los quiero 💙

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