La carpeta de color café cayó sobre la mesa al lado de algunas más.

—No estudies esa carrera, no te dejara de comer y te pondrán a acomodar archivos...—comenzó a hablar Marilyn mientras abría otro folder— No papa, es una buena carrera y jamás tocare un folder, estaré con pacientes— puso su voz chillona— Toma Administración de Empresa— volvió a poner la voz gruesa— No, quiero tomar esto— regreso a su voz chillona— Entonces muere de hambre— regreso a su voz gruesa y arrojo otro folder, soltó un suspiro.

—Tengo una noticia para tu padre— hablo Mathew dejando sobre la mesa otra pila de folders— Moriremos de hambre si no terminamos esto.

Marilyn se dejó caer sobre la silla giratoria y miro hacia el techo, la luz blanca hacia que le dolieran los ojos.

—Bien chicos, necesito todos los pacientes apellidados con la letra A— hablo una enfermera entrando a la sala de juntas del hospital en donde los chicos estaban reunidos, Amber señalo una pila de papeles y regreso su vista a los apellidos de los pacientes con la letra C— Gracias niños...—agradeció la mujer y antes de salir los miro— Recuerden que los pacientes fallecidos deben ir a parte—y salió cerrando la puerta.

William se levanto de la silla giratoria y con una mano tiro al piso la pila de papeles que ya había acomodado.

—¿Por qué hiciste eso? — pregunto Amber revisando otro folder.

—He combinado a los vivos con los muertos— negó William volviendo a tomar los archivos, pero esta vez dejando dos pilas, una de vivos y otras de muertos— Ahora entiendo porque ustedes tienen dos bultos, creí que lo hacían porque sí.

Mathew abrió uno de los archivos al llamarle su atención, era un folder de color rosa y tenía muy poca información. El nombre de la paciente había sido Emily Ruth y había fallecido a los diez años de edad, tenía la fotografía de la niña, pero no decía el motivo de su muerte.

—Qué extraño, todos los documentos dicen la causa de muerte de los pacientes, pero este no— comento revisando otro archivo en donde decía con letras en negrita Muerte: Paro cardiaco, pero el de la niña no decía nada.

—Tengo una idea, ¿Por qué no le preguntas a la niña de que murió? — pregunto William, Mathew lo miro rodando los ojos— Así sabrás que sucedió.

—Si te pagaran por tus ideas, serias tan pobre— exclamo Amber dejando otro documento en la lista de fallecidos, se hizo hacia atrás para ver mejor las dos pilas— ¿Por qué hay tanto niño fallecido?

—Yo sé por qué— se encogió de hombros William— Y es porque antes de estar muertos estaban vivos, para morir solo hay que vivir.

Marylin dejo otro documento en la pila de pacientes vivos y miro a Amber quien miraba a William frunciendo el ceño, la rubia negó con la cabeza y tomo otros archivos.

—Esto es tan aburrido, jamás terminaremos— hablo William mientras daba vueltas en la silla giratoria, observo como las enfermeras y doctores comenzaban a cerrar las puertas de sus consultorios y se marchaban.

—Terminaríamos más rápido si tan solo dejaras de quejarte y nos ayudaras— hablo Mathew cerrando otro folder.

Las horas comenzaron a transcurrir y la luz del sol que entraba por la ventana comenzaba a desaparecer hasta caer la noche, William había logrado una pila de tan solo veinte folders de personas fallecidas y vivas. Había dado más vueltas en esa silla que en acomodar los archivos.

—¿Quieren? — ofreció señalando la bolsa de papas que había comprado en la maquina dispensadora.

—¿En qué momento fuiste a comprar eso? — pregunto Amber como respuesta.

—Fui tres veces a la máquina, les pregunte si querían algo y solo me ignoraron— tomo un sorbo de su refresco de lata y lo dejo sobre la mesa.

La puerta se abrió y misma enfermera que les había dejado esa tarea entro, les sonrió sin despejar los labios.

—Sí que han trabajado— exclamo la mujer.

—Hemos nosotros tres, ese solo se ha quejado y ha estado comiendo— señalo con el dedo Mathew a su compañero

—Rápido a acusarme— negó William tomando otra gomita que había ido a comprar cinco minutos antes de que llegara la enfermera.

La enfermera les sonrió de nuevo.

—Necesitamos los papeles para esta semana bien acomodados, tienen hasta el viernes. ¿Qué les parece si trabajan un poco más tarde y mañana se presentan hasta medio día? — negocio.

—Por mi está bien— hablo Mathew y la mujer no espero otra respuesta tomando la del joven como general.

—Muy bien, esta es la llave, por favor cierren bien. El guardia estará toda la noche, no se preocupen por cerrar la puerta principal— extendió la llave hacia Amber— Por cierto, soy Diana, si mañana llegan a preguntar el porqué de su llegada tarde solo denle mi nombre— les sonrió— Buenas noches chicos.

Cuando Diana salió, miraron a Mathew.

—Que considerado eres al ponernos a trabajar todos hasta tarde— hablo Marilyn, pero su voz sonó tranquila sin demostrar alguna molestia.

—¿Qué? — pregunto el rubio— Ustedes no hablaron ni se quejaron.

William dejo una pila de documento frente a Mathew.

—Te toca acomodar eso, iré a la maquina a comprar algo— anuncio, antes de salir se giró hacia las dos chicas— ¿Quieren algo?

—Un café cargado por favor— pidió Amber cerrando el folder y dejándolo en el lugar correspondiente, Marilyn soltó un bostezo— Que sean dos.

William asintió, saliendo de la pequeña oficina y camino por los pasillos ya desérticos hacia la cafetería.