
25
Namjoon giraba aquel lápiz color azul con cuidado, sacándole punta, mientras un pequeño de ojos castaños le esperaba impaciente. Cuando le entrego el color, este, se puso a "escribir" en una hoja blanca, su carta para santa, aquellos eran puros garabatos de colores, pero Taehyung se encontraba muy concentrado en su labor, el único que escribía, con letras grandes y pequeñas era Hoseok, que a sus cinco años ya había aprendido a escribir algunas palabras sencillas.
—¿Y tu calta? —le preguntó Hoseok mirandolo fijamente.
—Yo no escribiré una carta—le respondió con voz dulce.
—Pero si no lo haces, Santa no te tlaela legalos—le miró alarmado.
Tae asintió mirándolo con los ojos muy abiertos. —Degados, Degados.
—No, yo no creo que Santa tenga un regalo para mí.
Al obtener una respuesta como esa, Hoseok miró entonces a su padre, quien estaba leyendo unos documentos con el ceño ligeramente fruncido.
—Papi—llamó la atención el pequeño, haciendo que Jin, bajara por unos momentos sus papeles para poner atención a su hijo—. Dile que si no hace la calta no le van a tlael legalos Santa.
Jin sonrió a medias. —Namjoon si no haces la carta, Santa no te va a traer regalos.
Namjoon le observó con una ceja alzada. —Bueno... aunque...
—Ten—Hoseok se acercó a él para tenderle una hoja blanca, la puso en su regazo, y mostró en sus manitas cinco colores—. Tengo lojo, ashul, amalillo, nalanja, velde. El molado lo está usando Tae.
—Creo que el azul está bien, muchas gracias Hobi—le dijo con una sonrisa. Cuando los niños se distrajeron, miró a Jin quien le observaba con una sonrisa burlona—. ¿Deberas tengo que hacerlo?
—Santa no te traerá regalos si no lo haces—le explicó sin dejar de mirarlo.
—Santa no es tan indulgente—bufó, pero se pudo a garabatear en la hoja, la única palabra tangible que pudo escribir, fue Jimin.
Extrañaba a su hermanito, demasiado, se preocupaba constantemente por él, aunque sabía que estaba bien, no quitaba el hecho de que no estaba a su lado, se sentía mal hermano, que de alguna manera había fallado, ellos no hablaron del sucedido, sólo se comunicaban para saber del otro.
Las navidades para Namjoon eran simples, las odiaba, mientras otros disfrutaban con sus familias, enormes regalos y decoraciones brillantes, tanto Jimin como él, pasaban la noche en su habitación comiendo fideos y escuchando música muy bajito. No era lo que ellos deseaban, pero era lo que tenían y estaban satisfechos o se obligaban a serlo.
Ahora pasaría su primera navidad alejado de su hermanito, en una casa que tenía un color diferente, matices diversos, risas, y sobre todo amor. Amaba a Jin, estar a su lado le había dado un nuevo significado, y los niños, que siempre le hacían sonreír y negar ante sus travesuras, le hacía desear que llegara navidad, sólo para ver sus rostros emocionados. Se sentía alguien diferente y eso le hacía experimentar un miedo terrible. No quería perder la poca calma que sentía después de años de dolor.
Una tarde, días antes de la cena de navidad, fueron al supermercado a comprar lo necesario, además de algunos juguetes para los niños. Namjoon no sabía cómo era que SeokJin le hacia para mantener todo en orden, parecía que siempre sabía qué hacer y cómo hacerlo, lo observaba atento mientras miraba los legos.
—Creo que estos están bien—se encogió de hombros echandolos al carrito.
—¿Cómo sabes qué es lo que Tae quiere? —preguntó curioso, porque para él los escritos del niño no eran más que garabatos.
—Le gusta armas cosas—explicó con una sonrisa—. A veces toma cosas y las apila, además, estas cosas les gustan a los niños.
—Vaya, los conoce muy bien. Eres increíble.
—Si yo no los conozco que son mis hijos ¿Quién lo hará? —rio por lo bajo—. Para Hobi será un muñeco de Iron Man y un set para hacer pulseras, eso es lo que escribió. No sé de dónde salió.
—Le dije que le enseñaría a hacer algo así, vio la tuya y una que le hice a Jimin y tenía guardada.
—Vaya, eso es interesante. Les agradas mucho.
—Eso es algo bueno—suspiró—. ¿Has hablado con tus padres? Tengo un poco de miedo.
—No, está navidad no la pasaré con ellos, no quiero, mi familia es complicada.
—No se llevan bien ¿Verdad?
—Hay veces en las que el amor es condicionado, si eres obediente, si eres excepcional en algo, si los haces orgullosos, entonces, tienes la posibilidad de recibir atención y amor, sino, te quedas a un lado, ellos son bueno, en su mayoría, pero, siempre trataba de hacerlos felices, cuando me equivoqué, fue el fin de todo, ya no tenemos una buena relación, ni siquiera por los niños.
—Eso debió ser doloroso, lo siento.
—Está bien, uno se acostumbra.
—Ni que lo digas.
—Leí tu carta de navidad ¿Extrañas mucho a Jimin?
—Siempre estuvo conmigo, y aunque sé que está bien, no deja de ser doloroso.
—Entiendo, podría hablar con Yoongi y preguntarle dónde están.
—No, no quiero incomodar a Jimin, iré a verlo cuando él me pida que lo haga, no antes.
—Es maduro de tu parte tomar está decisión, aún sabiendo que te duele.
Namjoon sonrió a medias. —Ya te dije que quiero ser mejor para ti.
—No tienes que cambiar lo que eres por mi, sólo se tú. Anda, tenemos que ir a comprar lo de la cena, sólo seremos nosotros cuatro.
—Muy bien.
El día de noche buena, se la pasaron haciendo la cena, aunque no era mucha, Jin quería que todo fuera perfecto, los pequeños niños estaban mirando televisión y jugando con sus muñecos, había una gran variedad de películas navideñas ese día.
Namjoon trataba de ayudarle en todo lo que podía, aunque no era tan bueno como él. Jin a su vez, trataba de lucirse para impresionarlo, hace años que no tenían una cena tranquila, con una buena compañía, las cenas con sus padres siempre eran incómodas.
—Baek dijo que tal vez venía, pero que no sabía porque saldría con sus amigos, mis padres irán a una fiesta con gente ególatra como ellos.
—Eso no suena muy divertido.
—No lo es—bufó.
—¿Puedo hacerle una pregunta?
—Sí, pero no me hables de usted, dime.
—Nunca te he visto salir con amigos.
—No tengo, sólo ChanYeol, mis amigos siguieron con su vida, teniendo hijos ya es un poco diferente—se encogió de hombros.
—Entiendo.
—Pero, estoy bien así, no tengo mucho tiempo.
—Es cansado ser adulto ¿No?
—Mucho.
Siguieron haciendo la cena, cuando llegó la hora se sentaron y comieron con tranquilidad, Hobi y Tae no dejaban de hacer desastre en la mesa y Jin parecía tranquilo con eso, era la primera navidad que Namjoon disfrutaba. Se sentía feliz, era un sentimiento nuevo y cálido.
—¿Vemos películas?
—¡Si!
—Vamos a ponernos pijama y...—el celular de Jin sonaba, miró el remitente y sonrió pasandoselo a Namjoon—. Para ti, te esperamos en la habitación.
—Ammm, está bien.
Contestó, escuchó música en el fondo.
—¡Namjoon! —la voz de Jimin resonó y su sonrisa se hizo más grande.
—¿Jimin? Hola ¿Cómo estás?
—¡Feliz navidad! Estoy muy bien, ¿Y tú?
—Ha sido una buena navidad.
—Me alegra mucho, queria llamarte antes, pero estábamos cenando, hicieron comida muy deliciosa, ¿Ya cenaste?
—Lo hice, ¿Te estás divirtiendo?
—Si, mucho, hyung me dió un regalo, ya tengo un celular, puedo llamarte desde ahí, debes comprar uno.
—Lo haré cuando pueda. ¿Hyung te está tratando bien?
—Lo está haciendo, te extraño, mucho, pero, estoy feliz de que estés bien.
—Me alegra escuchar que tú también lo estás.
—Namjoon, tengo que colgar, pero, recuerda que te amo.
—También te amo.
—Descansa. Adiós.
—Adios Jiminie.
Al colgar sonrió, Jimin estaba bien, se escuchaba feliz, eso aligeró sus hombros, dejó el celular en la mesa y fue a la habitación dónde Jin y los niños estaban en la cama mirando una película.
—Ven.
Se acercó a la cama y se acostó al lado de Jin, quien le sonrió.
—¿Todo en orden?
—Jimin está bien, yo también.
—Me alegra mucho.
—No hablen, película—dijo Hobi autoritario.
Sólo se sonrieron, Jin recargó la cabeza en el hombro de Namjoon y este se sintió bien, amaba estar a su lado.
Jimin entró de nuevo en la casa, había una fiesta, conoció a los hermanos de Yoongi, quienes eran personas muy amables y dulces, todos estaban felices, bebiendo y comiendo cosas deliciosas, le había ayudado a la señora Min a preparar la cena y estaba avanzando en sus habilidades culinarias, ella era paciente y le enseñaba con amor, esa era la vida que él había soñado, una que era buena, con personas amables que lo cuidaban, una familia. Extrañaba a Namjoon, pero estaba feliz de que este estuviera bien.
—¿Puedo beber una?
Yoongi elevó una ceja. —No, no puedes.
—Aaah, ¿Por qué no?
—Eres menor, no te daré una cerveza. Ahí hay ponche.
—Eres malo.
—No hagas berrinche.
—¿Por qué no estás en la sala con los demás?
Yoongi rio por lo bajo. —Vine a servirme otra copa de vino, es bueno, papá tiene buen gusto.
—Yo... quería pedirte algo.
—¿Qué quieres pedirme?
—Pero tienes que decir que sí.
Yoongi rio por lo bajo y negó. —No, así no es como funciona.
—Anda, como regalo de navidad.
—Ya te di un regalo, mocoso malagradecido.
Jimin le sonrió, después de aquel día donde se besaron, Yoongi actuaba como si nada hubiera pasado, él también quiso dejarlo atrás, pero no podía, no sabía si era la expresión del primer amor o capricho, pero no podía dejar de pensar en él.
—¿Podrías darme un beso?
—Jimin—dijo en tono de advertencia—. Ya te dije que no, ahora ve a disfrutar la fiesta.
Se alejó de él, dejándolo con el corazón herido, podía llegar a comprender por qué quería alejarlo de esa forma, y se sentía patético por insistir, pero al mismo tiempo, no podía dejar el asunto tranquilo, Yoongi le daba una seguridad que nadie más podría darle y sentía tanto, que era nuevo y hermoso. Le gustaba estar enamorado de él.
Era muy de madrugada cuando todos se fueron a dormir. Reía al ver a los padres de Yoongi realmente alcoholizados, pero, no se portaban agresivos, sino reían y se divertían mucho.
Yoongi se acostó en la cama, Jimin miró su colchón inflable en el piso y suspiró, hacía frío, tal vez si daba un movimiento, podría lograr algo. Se puso el pijama y se acercó, acostándose a su lado, Yoongi suspiró y se volvió para quedar frente a él. Le miraba con ojos adormilados.
—¿Qué estás haciendo?
—Tengo frío.
—Jimin, no seas un niño terco.
—No entiendo por qué me rechazas.
—Uno, porque eres inmaduro y dos, no me gustan los hombres.
Jimin elevó su mano para acariciar su mejilla. —¿De verdad?
—No...no sé, estoy muy ebrio, no...
Se lanzó a sus brazos, dando un beso, Yoongi suspiró y lo tomó de la nuca intensificando todo, sus labios se movían con necesidad, paso a estar sobre él, sin despegar sus bocas. Jimin jadeó.
—Basta—dijo Yoongi volviéndose y dándole la espalda.
Jimin se quedó ahí con una sonrisa, se acurrucó en su espalda y suspiró. Sí, estaba realmente enamorado.
Espero que sigan comentando y votando bebés 💜
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