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Abrió los ojos exaltado, creyendo que todo lo que sucedió momentos atrás, había sido solamente un horrible sueño del que acaba de despertar. Pero aquello no duró mucho cuando se percató de lo poco que podía ver a su alrededor.
No había sido una pesadilla. Él realmente estaba ahí.
Las cadenas oxidadas rodeaban sus muñecas y tobillos, el bombillo en el techo que dependía de un solo cable, a duras penas iluminaba a su alrededor. La pared a sus espaldas no era lisa; era fría y era de esas que parecía tener pequeños pinchos que le pullaban la piel. El suelo estaba húmedo, pero no sabía si era por agua o otra cosa.
Rogaba que fuera agua.
Logró percibir, entre todos los gritos y aplausos que se escuchaban no muy lejos, que alguien a su lado lloraba e imploraba por ayuda. Aquella persona parecía no estar muy lejos de él, quizás estaba justo a su lado.
Pero eso no le importaba en lo absoluto.
Quería saber dónde estaba y cómo salir de ahí.
— ¡Más, más, más, más! —Un coro de gente gritando llenó sus oídos, erizando su piel cuando una oleada de un mal sentimiento llenó su pecho.
¿A qué pedían más? ¿Qué es lo que pedían?
Una puerta se abrió y luces de diferentes colores iluminaron el lugar donde estaba. Se dio cuenta de que estaba en una especie de celda con un chico a su lado y... y el cádaver de otro a sus pies.
De su garganta brotó un grito agudo que dañó sus cuerdas vocales. Retrocedió entre empujones, pero se dio cuenta de que no podía por culpa de la pared detrás suyo que le lastimaba la espalda. Entonces empezó a llorar y temblar como si no hubiera un mañana.
¡Había un cádaver a sus pies! Eso no era una buena señal, ¡no lo era!
— ¿Quién será el siguiente? —Aquella voz lastimó todo en él, le hizo retener aire en los pulmones para luego soltarlo violentamente cuando volteo y lo encontró a él.
Kim Namjoon.
Se sintió engañado y abusado por aquel que alguna vez le había dicho 'te amo' y ahora estaba parado a varios metros de él, vistiendo un traje de príncipe manchado de algo rojo... No, él sabía qué era eso rojo que manchaba el traje de Namjoon: Sangre.
Era sangre pura y fresca. Eran gotas de sangre que se deslizaban por el traje y rostro de Namjoon, dejando pequeños y cortos caminos de color carmín.
Entonces entendió todo.
El cádaver, el llanto, el lugar, los aplausos...
—Ya sé —escuchó unos pasos acercase y detenerse justo en frente de su celda—, ¿Por qué no seguimos contigo, cariño? —había dicho con la sonrisa que tanto había cautivado su corazón durante los últimos seis meses. Los hoyuelos en las mejillas no hicieron otra cosa más que recordarle una vez más lo mismo.
Dios...
¿Cómo había sido tan estúpido?
Namjoon le sacó de la celda, le tomó del brazo con poco cuidado y entre empujones violentos y bruscos, lo sacó por la misma puerta por la que él había entrado. Y todo lo que creyó, se confirmó al ver la gente en la gradas admirando la masacre que tomó lugar en aquel escenario, con cientos de cuerpos mutilados, decapitados y torturados violentamente hasta la muerte.
La sangre manchó sus pies y el alma le abandonó el cuerpo.
—¡Sí! ¡Más, más!
—El cliente siempre tiene la razón, ¿Cierto, Jimin? —El susurro de Namjoon acarició su oído, avisándole que él era el siguiente.
Él era el siguiente en ese circo.
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© FlyKingSquad, 2020 | Hyo_Byung
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