Mi hermano ya no es mi hermano, hace meses que murió en aquel accidente de auto pero por alguna razón su cuerpo sigue en la habitación bajo la mía.

No, él ya no es mi hermano, es un cuerpo en una cama conectado a cuantos cables posibles.

Mi madre dice que sigue ahí pero al mirar sus ojos se que no es así, alguien más está dentro de él.

Le he pedido que deje de rasgar las paredes y de mirarme mientras duermo pero aún así lo sigue haciendo.

Mamá dice que algún día él despertará y volverá a ser el mismo de antes, yo solo ruego porque ese día no pase, ruego porque la cosa que está dentro de él no tomé su cuerpo.

Mi padre va y viene con distintos doctores con esperanza de que alguno de ellos ayuden a mi hermano.

Hace unos días las cosas empeoraron, ahora lo escucho hablarme por las noches.

Mi hermano siempre decía que me quería pero ahora lo único que me dice es que quiere mi alma.

Mis padres decidieron pasarlo al sótano porque estaban desesperados de que moviera las cosas de lugar.

Un sacerdote vino hoy a verle, lo sé porque traía una cruz en su maleta.

No entiendo porque mis padres están tan asustados, su amado hijo a despertado.

Ellos nunca me creyeron cuando les dije que había algo malo en él, ahora lo único que quieren es que de verdad este muerto.

Mis padres han empezado hablar de un exorcismo, mis amigos dicen que es una especie de ritual donde sacan lo qué hay dentro de él, pero si le sacan lo que está dentro que quedará.

Mi hermano me a hablado hoy, se que es él porque me ha llamado por mi nombre, Jack, me a dicho que sigue ahí pero me advertido que si le realizan el exorcismo está vez se irá de verdad.

No podía permitirlo, me había costado tanto traerlo de vuelta que no podía perderle.

La noche del accidente, cuando les dijeron a mis padres que mi hermano nunca despertaría un hombre de ojos amarillos me dijo que podía ayudar a mi hermano, que yo podía hacerlo volver.

Tres velas, un poco de sangre y una extraña hoja con palabras difíciles de leer fue lo que realicé para traer a mi hermano de vuelta.

Al principio pensé que había funcionado pues había abierto los ojos, movía algunos dedos y me miraba como mi hermano solía hacer hasta que un día mi hermano dejó de ser mi hermano.

Ahora entendía que no se había ido, seguía dentro de él muy profundamente.

Mi hermano estaría cumpliendo dieciséis hoy, lo doble de mi edad pero mis padres no han querido festejar su cumpleaños.

Su cuerpo a empezado a morir, su piel se está empezando abrir y según los doctores sus órganos están empezando a pudrirse, algo parecido a un zombie.

Mi hermano me a pedido hoy su regalo de cumpleaños, que evite el exorcismo.

Salí de mi casa para ayudarle, para evitar perder a mi hermano.

Por un fragmento de minuto sentí lo que mi hermano al ver el auto acercarse a él solo que a mi no me golpeó, el padre salió disparado del auto estrellándose contra un árbol, ahora ya no podía quitarme a mi hermano.

Quisiera que ese ser dentro de mi hermano lo dejara de una vez, que me devolviera a mi hermano y se fuera.

Hoy me a dicho su nombre Asmodeo.

Les he dicho a mis padres pero ellos siguen ignorándome, mis padres están dejando de ser mis padres.

No les importa si se como salvarlo, solo quieren que pare.

Mi hermano ya no es mi hermano porque me a empezado a lastimar, sus rasguños en mi cuerpo arden ante el agua que ponen mis padres sobre mí, me lastiman.

Empiezo a creer que lo que está dentro de él quiere entrar a mí.

Mi hermano ya no es mi hermano, mis padres ya no son mis padres porque yo ya no soy yo, nunca lo fui.

Hoy mi cuerpo se levantó y tomó un cuchillo de la cocina, primero cortó la garganta de mamá y posteriormente apuñalo casi veinte veces a papá.

Dejó lo mejor para el final, mi hermano.

Mi hermano ya no era mi hermano porque yo ya no era yo y a pesar de todos sus intentos por comunicarse su cuerpo nunca lo logro.

Al tratarlo de traerle de vuelta la persona de ojos brillantes nunca me dijo que habría un costo, mi alma.

Él volvió y yo me fui, no de momento solo lentamente como una vela apagándose.

Fue tan fácil hacerles creer que fue él.

Incluso la policía lo creyó cuando con las ultimas fuerzas que le quedaban me atacó, clavando su cuchillo en mi pulmón.

Una bala impactó en su cabeza terminando con lo que quedaba de él.

Mi cuerpo murió cuando mi alma al infierno llegó.

Yo ya no era yo.

Y ahora que sabes la verdad tú ya no eres tú.