Capítulo 2: ¿Destrucción?
Un brillante hombre, con su grandes habilidades, un día cavó un pozo en un pueblo que se moría de hambre. Tuvo que destruir parte de un monumento importante porque buscaba salvarlos de su muerte, necesariamente. Al terminar, brotó agua desbordante. El brillante hombre se sintió tranquilo consigo mismo, él siempre, como ex-asesino, buscaba la gracia de otros para su propia salvación, como un enorme arrepentimiento. No obstante, la respuesta del pueblo fue matarlo por destruir dicho monumento. Lo ahorcaron sin piedad, quedando con los pies en el aire y una cara apagada por el frío corazón humano.
..........
...
Betty Ross se veía a sí misma saltar
directamente a la cabeza de un enorme robot, atravesandolo y aterrizando en el asfalto con su mano agarrando el "cerebro" del robot. En ese tiempo, que casi podía ver plácidamente en sus lucidos rincones de la memoria, era todo más fácil, todo estaba más "alegre" en su mundo. Los Vengadores existían, Los X-men por igual, se podía actuar más libremente y no se temía por casi nada cuando se hacía el oficio de heroína. Es decir, no se podía temer nada que pusiese el mundo pata arriba. Donde un héroe fallaba, otro lo lograba. Se podía ver mucho. Si Spiderman no lograba vencer a Kingpin, ahí estaba Daredevil, ahí estaba Hawkeye...ahí había alguien. Pero tras perder la mayoría en la guerra contra Thanos, las consecuencias se hicieron mayores, la necesidad de un cargo más importante, y una dirección más amplia. Se necesitaba mayor protección, por eso mismo se alistó en el ejército como su padre hubiera deseado y se hizo general en pocos años.
No obstante, no podía negar que no podía olvidar aquella sensación. La idea de que tenía más libertad y podía saltar tanto como pudiese sin reestricciones, que le ayudase a sentir plena, útil, y que pudieran actuar según su método. Antes de tenerse que llenar de puro papeleo en una oficina asfixiante.
-¡¡General!!- tocaron de repente la puerta de su habitación, la mujer se levantó casi de sorpresa. Estaba casi babeando encima de papeles, con su pelo desaboratado. Se había quedado dormida revisando papeleo y anotando diversas cosas. Como podría ser posibles estrategias militares o métodos que hiciesen rendirse a los chinos en su intento para atacar a su país. Fue llamada por Khamala Khan, quien insistió con su mano- ¡Venga, tiene que ver esto!-
Salió de mala gana, arreglándose el pelo como pudiese y limpiando su boca. Abrió la puerta, algo somnolienta. Si hubiera estado despierta, hubiera reaccionado de inmediato al estado alarmista de su "despertadora".
-¿sí?-
-¡¡General, algo grave ha pasado!!- gritó otra joven, la apodada Moon Girl.
-¿Qué?- preguntó preocupada ella, frotándose los ojos con las yemas de los dedos para terminar de despertarse.
-¡¡H-an ocurrido decenas de explosiones nucleares en China, mi General!!-
-¿¡Qué!?- preguntó alarmada, corriendo rápido a la sala de operaciones. En la enorme sala donde se vizualizaban las más importantes datos e imágenes del ejército. En ello, se veían algunas imágenes captadas desde el espacio o desde varios kilómetros de distancia, donde se podía ver unas cuantas enormes explosiones y nubes tóxicas elevándose por todo lo alto de las nubes. El radio era mayor a las que llegó a afectar bombas como las de Nagasaki o Hiroshima en la Segunda Guerra mundial, eran explosiones que arrasaron enormes terrenos, situados en medio de una gran población urbana.
-¿¡Quién fue el culpable de esto!?¿¡Quién dio la orden de mandar misiles!?- preguntó alterada y enardecida la General Ross. Esto solo imposibilitó toda posible diplomacia. Esto era el peor escenario posible.
-¡Nadie!- contestó uno de los tantos al mando de las comunicaciones en aquella sala- Hemos hablado con otros generales, con el comando en jefe del ejército, con ejércitos de otros países...pero ninguno sabe quién lo hizo. No fue nadie de occidente- declaró, siendo toda una confusión para todos- Aparte de esto, General, tenemos un problema casi similar en Alaska- pasaron entonces a mostrar en una de las tantas pantallas del lugar la vista desolada y aterrado de un bosque de Alaska, donde se veía nube de radiación siendo emanada desde el interior y rodeando un gran espesor, abarcando casi 30 km en una neblina verdosa- No hemos investigar qué es esa neblina, la radiación es muy alta y concentrada, necesitamos diseñar unos trajes altamente cualificados antes de ir-
- ¿Una neblina radioactiva?- preguntó, viéndose en algo inesperado. Las cosas empezaban a ponerse confusas y complicadas. ¿Unas explosiones?¿una neblina en Alaska?¿qué demonios sucedía?. Y todo estaba conectado con China, ya habían mandado soldados para minimizar la llegada China a Alaska, pero ahora aparece toda una cortina de humo radioactiva ahí. Seguramente con la misma intención, eliminar parte militar de su ejército, ¿pero quienes eran los ejecutores de esta artimaña?. Debían de estar ahí, aún en aquel lugar. Aunque no supiese cómo pudieran sobrevivir a esa radiación, era seguro que debían deambular en medio de tal paraje todavía como serpientes que muerden en el desierto. Necesitaba enviar a un equipo de búsqueda rápido.
-¿Cuánto tardarán en crear esos trajes?-
-De manera estimada, un par de horas- respondió la apodada "Moon Girl"
- Es mucho tiempo-
-¿Entonces qué deberíamos hacer, General?- preguntó, sin querer faltar el respeto, ya que supuso que su superior tendría una respuesta. Y ciertamente acertó, tan rápido como pensó en su mente, tuvo una idea convincente.
-La única que puede entrar en medio de tal lugar, soy yo- anunció la General, mientras se dirigía a una salida- Anuncien a los demás generales y al comandante en jefe. Yo voy a ir a por mi propia cuenta, notificaré cualquier hallazgo-
-¿Necesita un transporte?- preguntó el soldado Morales.
-Yo soy el transporte-
Hace mucho tiempo que no saltaba, pero ya era de calentar sus frías piernas de vibranium. Sus antiguas piernas las había perdido en una batalla hace tanto tiempo, pero ahora tenía piernas fuertes del material más duro de la tierra, ignorando otros metales de misma resistencia. Fueron 7 saltos en 26 minutos lo que tardó en llegar a la frontera de Alaska y otros 5 saltos con 19 minutos lo que tardó en llegar a la zona afligida por la radiación. Durante dichos saltos, sonrió un poco por la adrenalina que tanto tiempo había olvidado. Era inmensa la cantidad de radiación que estaba en el aire, solo escapándose su límite por la imaginación. Ante tal cantidad, los creadores de todo esto debían de ocupar algo realmente enorme para poder generar tanto. Se adentró, notando toda la radiación en todos los poros de su piel, casi como una acaricia para sus sentidos radiactivos.
-Se siente fresco, se siente ligero...- expresó con sinceridad, pero no era para disfrutar de un "spa" para ella. No perdió tiempo para correr con ferocidad y buscar a los culpables saltando en línea recta recorriendo un largo estrecho. Así hizo en varios lados, observando por donde fuese algo. Veía entristecida que muchos animales, plantas e insectos habían perecido por esta radioactividad, sin tener nada que ver con este conflicto. Estaba decidida a saber quién hizo esto. Y sí, vio algo, algo más enorme que un pino, más grueso que un tanque y más verdoso que la neblina. De lejos pareció un gigante, tanto era así que pensó que imaginó verlo. Pero ella rápidamente cambió de curso para ir allí y confirmarlo. Su sorpresa no fue menos para quien era el hombre ahí.
Betty Ross dio unos pasos atrás, incrédula ante tal monstruo. Aquel ser de grandes dimensiones estaba muy deformado, parecía tener piel caida en algunos puntos y grisácea. En sus ojos se distinguió un brillo verdoso y en sus dientes filos como los de un tiburón. Se distinguía en cierta parte sus huesos, recubiertos tenuamente por carne.
-¿H-hulk?- preguntó, sin siquiera estar segura de estar viendo bien. Su figura era similar al de un Goliat verde veterano, un antiguo Vengador de "Los Vengadores".
- No soy Hulk, Betty- habló con una voz ronca y muy grave, semejante a la de Satanás.
-¿Bruce?...- respondió, sin digerir el momento. Su aspecto era de pesadilla, parecía un demonio del noveno infierno.
-Tampoco soy Bruce, Betty- le dijo, mientras mantenía una mirada sombría. La mujer empezó a sudar un poco.
-¿cómo?¿qué haces aquí? No me digas que tú...provocaste todo esto- sentenció ella, mientras empezaba a calibrar sus sentidos. Estaba muy confundida ante aquella criatura delante suya, debía de ser el antiguo Bruce Banner, el que alguna vez fue su "novio", el antiguo portador de Hulk, pero era imposible que fuese el mismo Hulk que hace tantos años. Esto era distinto, su presencia aterrorizaba como si estuviese viendo a encargado del diablo.
-Los Soldados chinos avanzaban por aquí, solo me encargué de eliminar a todos los soldados. Por poco e iniciaban una guerra directa en el territorio donde se hubiera derramado una gran cantidad de sangre- comentó, dejando de verla de cara- No ha quedado nadie con vida, lo siento en el aire. Todo aquel que vino aquí, entre unos 100 a 300 mil soldados, todos ellos murieron intoxicados-
-¿Todos?- preguntó Red She Hulk, casi horrorizada ante tal masacre. Incluso en las peores guerras llegaban a quedar sobrevivientes, incluso en las más sangrientas masacres, pero en todos sus años, era la primera vez que veía un campo tan desolado. Lleno de animales muertos como efecto secundario y sin un solo prisionero de guerra. Ningún soldado tuvo siquiera la oportunidad de rendirse, solo de sucumbir en medio de todo ello-¿¡cómo demonios lo hiciste!?¿¡y cómo estás así!?¡¡Responde!!-
Muchas explosiones a la vez en China, una neblina en Alaska...¿esto estaba conectado con este ser?¿Con este "Hulk"?. Pero entonces...¿cómo produjo varias explosiones a la vez en China?. Betty Ross estaba poniéndose tensa, a la vez que sus piernas igual se flexionaban.
-No tengo necesidad de responder, Betty, solo me encargué de ayudar. No tengo que hacer nada más- respondió, sin darle atención al detalle.
- Claro que sí tienes obligación de responder, soy una general del ejército de Estados Unidos y tú, has podido eliminar todos los soldados chinos sin parpadear. Me da igual cuál fuese el motivo, has masacrado a miles sin autorización militar y afectando el terreno de la zona gravemente-
-Una parte de bosque del amazonas muere cada año, una parte de bosque nevado en Alaska no hace diferencia- le dijo Hulk- he tenido que hacer lo que muchos no hubieran querido hacer. Deberías agradecerme, como militar, esto es un logro-
- Maldito bastardo, tú...-
Betty estuvo a punto de saltar encima suyo para propinarle un golpe, pero el hombre verde empezó a cambiar. Su cuerpo empezó a "pudrirse" lentamente, dejando ver su piel muerta caerse y verse sus huesos y cráneo al aire libre. "Hulk" se mantenía de pie, sin verse realmente importado por tal acontecimiento, viendo a Betty con una mirada macabra por un lado.
Hulk se pudrió hasta los huesos, su carne empezó a marchitarse y pronto dejó de vivir como tal, para finalmente quedar su cadáver en el suelo.
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