Kim Taehyung

Me hallaba tumbado en mi habitación, pensando en los últimos acontecimientos y en los que estaban por venir.

Después de volver de aquella cita, cuando me adentré en la soledad de mi casa todos los recuerdos de la maravillosa noche que había pasado me golpearon.

Lo hermosa que se veía HyeSook, la forma que tenía de decirme las cosas, me dejaba extasiado.

Una vez en mi cama reviviendo aquella fantástica noche no pude evitar pensar más de lo debido en sus actos.

La manera que tenía de moverse encima mía, como gemía cada vez que era penetrada por mi, se me hacía algo tan sumamente erótico, tan excitante.

Pero aquello no fue todo, que ella acabara antes que yo me hizo sentir algo culpable, sentía como si no le hubiera demostrado lo mucho que me excitaba.

Yo debía haber acabado junto a ella, sin embargo el frío y los recuerdos que me traían las Iglesias me impedía dar todo de mi.

Realmente estaba dispuesto a soportar aquella dolorosa erección todo el tiempo que ella quisiera, sería mi precio a pagar por no mostrale lo mucho que me complacía su presencia.

Pero al parecer a ella no le importó en absoluto, no se tomó aquello de la misma manera que yo, nada de eso.

Cuando comenzó a besarme inocentemente de nuevo realmente pensé que no culminaría aquello y que me dejaría con aquella erección.

Aquellos pensamientos se fueron a la mismísima mierda cuando succionó mi hinchado glande.

Jamás pensé tener a una mujer en aquella posición, nunca pensé que permitiría algo así, se sentía tan prohibido. Ante los ojos de mi padre eso sería el peor de los insultos, que ella me diera placer, que se preocupara en que yo pudiera acabar, aquello debía ser al revés ante mis ojos.

Pero al parecer la señorita Kang y yo compartíamos opiniones distintas hacia las felaciones, pues se la veía tan dispuesta a hacerlo.

Haber sentido su lengua en mi miembro, sus amados labios alrededor de mi falo, hacían que realmente punzadas dolorosas de excitación golpearán mi masculinidad.

Recuerdo que ni siquiera podía admirar como se debe la escena, no podía mirar como succionaba de la forma más lasciva que había visto nunca, esperando deseosa a que mi orgasmo llegara para poder tragárselo todo, tal y como ella había dicho.

Aquello era tan delirante, causaba que volviera a moverme incómodo en mi cama, debía tranquilizarme, dejar de pensar de esa forma tan erótica hacia su persona.

Mi miembro volvió a cobrar dureza por tercera vez aquella noche, pensar así de la señorita Kang se estaba llevando mi cordura o lo poco que quedaba de ella.

Deseaba tanto que pudiera estar aquí ahora, poder probar sus labios de nuevo, acariciar su cuerpo, el mero hecho de volver a sentir su presencia, que estuviera allí conmigo, ansiaba mostrarle todo lo que ella poco a poco me estaba haciendo sentir.

Estaba tan feliz, necesitaba compartir aquella alegría con alguien y pensaba que Jeon Jungkook era el mejor candidato.

Cogí mi teléfono sin esperar más, llamándolo.

No tardó mucho en contestar.

–¿Tae? –preguntó desde la otra línea.

–Jungkook acabo de llegar de mi cita con ella –me emocioné.

–Vaya, veo que ha habido fuegos artificiales...son las 5 de la mañana Tae –podía escuchar cómo reía mientras hablaba.

–Lo siento no había mirado el reloj ¿te he despertado?

–No, estaba dibujando, no te preocupes.

Jungkook dibujando a las cinco de la mañana, no hacía falta ser un fiera para saber a quien dibujaba a esa hora.

–Cuéntame qué ha pasado, tengo curiosidad.

–La llevé a cenar y después a una iglesia –comencé a relatar.

–¿En serio? ¿una iglesia? ¿Qué clase de primera cita habeís tenido?

–Una muy intensa, y si una iglesia, es algo que tenemos entre ella y yo.

–¿Y habéis pecado en la iglesia verdad? –el deje de perversión era bastante notable en sus palabras.

–Mucho.

–Joder Tae –rio del otro lado–, eres mi ídolo, follar en una iglesia, pienso apuntarlo en mi lista de cosas que hacer antes de morir.

–Oye no hemos follado, ha sido diferente muy diferente –recordé.

Realmente aquella noche había sido tan única, tan inefable.

–Ósea que oficialmente estás enamorado de ella –concluyó ante mis recientes declaraciones.

–No te emociones, ya te dije que no me puedo enamorar de ella.

Aquellas palabras retumbaron en mi mente, no podía enamorarme de ella.

–Bueno está bien, pero admites que ahora te gusta muchísimo más que antes.

–Puede, pero no estamos hablando de eso, no quiero hablar de eso –corté con mi mente inundada de pensamientos y recuerdos.

–¿Entonces qué quieres contarme realmente?

Pensé ante sus palabras, lo cierto era que si que quería hablar de algo, algo que sólo podría mencionar a Jungkook.

–¿Jungkook a ti alguna vez te han hecho sexo oral?

–No me jodas ¿te la ha chupado en la iglesia? Pienso añadir eso también a mi lista.

–Shhh contesta a la pregunta –insistí.

–Si, me la han chupado –afirmó con simpleza.

–¿Y qué pensaste al respecto?

–Pues que debía tener una garganta bastante profunda.

–Jungkook céntrate no me refiero a eso ¿te puso muy cachondo? –pregunté mientras llevaba mis dedos a mis labios, mordiendo ligeramente mis uñas con algo de nerviosismo.

–Tae pensar que la chica que te gusta te la chupe pone cachondo a cualquiera, me estoy poniendo duro hasta yo ¿a dónde quieres llegar realmente?

–Pues que no puedo dejar de pensar en eso –confesé al fin.

–¿Te has tocado ahora pensando en eso o que?

–No aún no –hablé comprobando que mi erección aún se hallaba vigente.

–Pero quieres darle a la zambomba ¿verdad? –pronunció haciendo uso de esos términos tan delicados bastante propios de Jungkook.

–Si joder.

–Y quieres pedirle que lo vuelva a hacer.

–Si joder, quiero decir no ¿cómo le voy a pedir eso?

¿Pedirle a la señorita Kang una felación? Me aterraba la idea, a la vez que me hacía sentir ese pellizco en el estómago que nace cuando haces algo prohibido, pero que aún así deseas hacer.

–Pero lo estás deseando.

–No –negué de nuevo.

–Si.

–Mucho a decir verdad, pero no puedo decirle hola Hyesook ¿le gustaría chuparme la polla?

–Acabas de...

Ahí fue cuando me di cuenta de cuán estúpido había sido.

–No.

–¿Tú chica es la de filosofía? Joder Tae que huevos tienes.

–No se lo digas a nadie –pedí suplicante, no quería que ella tuviera problemas por mí culpa.

–¿A quién se lo voy a decir?

–Cierto –contesté al recordar que con las únicas personas que Jungkook compartía palabras era conmigo y Hoseok.

–¿Qué fue lo que te hizo Tae? ¿Por qué no te puedes enamorar de ella? –su tono de voz había cambiado, siendo sustituido por uno más serio.

–Hizo que mis mayores miedos se hicieran realidad, todo lo que siempre había temido desde que era un niño Kook, aquello que siempre me ha aterrado, ella se encargó de plasmarlo en mi cuerpo, convertir aquello en una realidad.

–¿Y no la odias por ello?

Aquellas palabras se clavaron en mi corazón y en mi mente.

¿Por qué no odiaba a la señorita Kang después de todo lo que me había hecho, después de todo lo que me había causado?

Entonces comprendí, después de todo este tiempo, que era incapaz de odiarla.

–¿Qué es lo que siempre te ha aterrado?

Aún habiendo convertido mis temores en realidades no podía odiarla.

–La noche de los caídos Kook, siempre ha sido la noche de los caídos.

Pues desde aquel día en la iglesia, el día en el que por primera vez tuve la osadía de observarla había quedado atrapado por su presencia, por su figura.

Fue entonces, tumbado en mi cama, cuando me di cuenta de que siempre había amado a Kang HyeSook.

Me había enamorado de mí propio verdugo.

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Inefable: algo tan increíble que no puede ser expresado con palabras.

Creo que les he encontrado nombre a mi lectoras...

Sinners = pecadores

Me siento orgullosa de algunas sinners, al fin algunas han conseguido descubrir algo.

Llevo la mitad de la novela diciéndolo, pero parece que lo han entendido a la mitad.

UPS sorry not sorry

Las sinners ahora mismo.

Quedan 4 capítulos + capítulo final + explicación  🔥🔥

Gracias por leer 💜💜💜

Love u Sinners❤