18: El precio
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Ese es el look de Tae cuando narra su pasado, a los 17 años.
⚠️ADVERTENCIA ⚠️
Este capítulo contiene descripciones de tortura, si la tortura y sadismo no es de su agrado recomiendo no leer, avisaré cuando comience dicha descripción con este simbolo: ⚠️
Gracias por prestar atención y mis disculpas a las que no les agrade el tema de la tortura, sorry.
(...)
—Encargado de los espíritus de los hombres que pecan —habló el nuevo pastor con extremada dureza—, ven la injusticia cometida sobre la tierra y llevan la causa de los humanos ante Dios —repitió como todos los días, pues casi siempre daba el mismo sermón—, la noche de los caídos es aquella en la que se castiga a los errados, dónde sus sucias almas serán purificadas y dónde suplicarán por el perdón de Dios.
Todo era monótonamente aburrido, en la quinta fila sentado junto a mi padre, que miraba con expectación y devoción al nuevo pastor.
Yo también lo miraba, con expresión aburrida, pues sería capaz de recitar aquella misa de principio a fin de tantas veces que la había escuchado.
Todo solía ser monótonamente aburrido, hasta aquel día, en el que las reglas fueron quebrantadas por el mismísimo pastor.
En primera fila, frente a él, se hallaba una chica, con su cabello corto y escaso flequillo. Llevaba un vestido con las mangas cubiertas, cuya falda llegaba hasta sus rodillas, se trataba de su hija.
Se levantó para comulgar al final del sermón, haciendo que me permitiera el lujo de observarla.
Miré detenidamente su figura, era realmente hermosa. Sus piernas eran pálidas, sin un rasguño, delicadas y a primera vista, de lo más suaves.
Subí mi mirada, topándome con algo que captó mi atención de sobremanera, no podía despegar mis ojos de aquello al igual que sería incapaz de nombrarlo en voz alta, por respeto hacia ella.
Mi vista cayó en el suelo de nuevo, cuando mi padre propinó un golpe en mi nuca, haciendo que mis gafas se deslizasen levemente por el puente de mi nariz y que mis mejillas adquirieron un rubor característico en mí.
—¿Es así como te he educado? —preguntó alzando levemente su voz, lo suficiente para que sólo yo pueda oírlo.
—No —susurré, me sentía demasiado avergonzado.
—No debes mirarla de esa forma, ni siquiera debes mirarla, es una gran falta de respeto.
—Lo siento.
—Esta noche mostrarás tu arrepentimiento, al que fallos comete el fuego arremete Taehyung, nunca lo olvides —sentenció.
Asentí en respuesta, no era la primera vez que tenía la desfachatez de faltar el respeto a una chica, por lo que sabía perfectamente lo que está noche ocurriría, mi arrepentimiento.
(...)
⚠️⚠️⚠️
—Papá —llamé golpeando su puerta.
La noche ya había caído y mi madre acababa de irse a trabajar, hoy le tocaba turno de noche en la farmacia.
La puerta de la habitación de mis padres se abrió, dejándome ver a mi padre con una expresión de desilusión.
Clavé mi mirada en el suelo, odiaba que me mirara de aquella forma.
Ni siquiera habló, tan sólo se echó a un lado permitiéndome el paso.
Entré en su habitación algo asustado, tenía mis manos aferradas a mis pantalones con la intención de que se secara el sudor de estas.
—Ya sabes cómo es esto Taehyung, túmbate en la cama —señaló la anterior nombrada.
Obedecí a su mandato, tumbándome sobre aquellas sábanas blancas, que serían testigo de mi arrepentimiento.
Mi padre ató mis muñecas al cabecero de la cama, al igual que hizo con mis tobillos. Tomó asiento en su silla giratoria a los pies de la cama, observándome, mientras comenzaba a fumar el primer cigarrillo de los veinte que había en la cajetilla.
—No te oigo Taehyung —se quejó dando una última calada.
Cerré los ojos y suspiré.
—Perdóname señor porque he pecado —comencé, mis palabras apenas salían por mi boca.
—Cuéntale que has hecho.
—He faltado el respeto a las que deben ser veneradas.
—¿Te arrepientes?
—Si —susurré.
—¿Aceptas el castigo?
—Lo acepto, pues al que fallos comete el fuego arremete —pronuncié antes de que mi padre se levantará.
Sacó un trapo de su mesita de noche y me lo tendió con el objetivo de que lo mordiera.
—No quiero escucharte esta noche —advirtió.
Asentí sumiso antes de morder aquel trapo.
Él volvió de nuevo a su asiento, volvió a mirarme con aquella expresión de desilusión.
No dejó de mirarme cuando hundió el primer cigarrillo en la planta de mis pies.
Cerré mi ojos con fuerza y apreté mis dientes estrangulando aquel trapo entre ellos. Las lágrimas se deslizaron al sentir aquel agudo dolor en la sensible piel de mis pies.
Podía sentir y oler como mi piel era quemada tras el paso de aquel cigarrillo humeante.
Cuando dicho cigarrillo se apagó mi padre prendió otro, y así lo haría con el resto de cigarrillos de aquella caja, diez cigarrillos por pie, para que mañana por la mañana cuando me despierte posea unas apoyas infernales en ellos, ampollas que serían reventadas cuando sea obligado a ir al Instituto caminando.
Así recordaría que no se deben desobedecer las normas ni faltar a los votos, cada vez que diera un paso sentiría aquel arrepentimiento bajo mis pies.
Ese era el precio a pagar por faltar a la palabra de Dios, ese era el precio que imponía mi padre y era el precio por observar la figura de Kang HyeSook.
(...)
Kim Taehyung
Volví a casa después de despedirme de la señorita Kang, mi madre seguramente estaría dormida, acostumbrada a que su hijo no durmiera en casa algunas noches.
Subí las escaleras cansado, con pesadez en mi cuerpo, echaba de menos dormir plácidamente, cerrar los ojos y que todo se hallara oscuro, no ver nada ni a nadie.
Llegué a mi cuarto con el objetivo de tumbarme en mi cama.
Desabroché mis zapatos y me despojé de mis calcetines. Miraba fijamente mis pies, recordando las mañanas de mi arrepentimiento, sin duda eran mucho peores. A cada paso que daba podía sentir como todo el peso de mi cuerpo se encargaba de reventar todas y cada unas de las ampollas que poseía debido a las quemaduras.
Miré mis pies desde arriba, nunca atreviéndome a mirar la planta de estos, los odiaba.
No era capaz de mirar las cicatrices plasmadas en mi cuerpo, causadas por los fallos que había cometido y que seguía cometiendo.
Me estiré en mi cama, clavando mi vista en el blanco techo, como todas las noches, esperaría a que la luz del sol iluminara mi cuarto indicando un nuevo día.
Ella recordaría, debía recordar, para así yo poder olvidar.
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Voten y comenten si les ha gustado.
Gracias por leer💜💜💜
Love u Sinners ❤️❤️❤️
Pd: que tengan un feliz fin de semana☀️
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