Third game
• Third Game! Uno
—¡NO SE HACE CADENA, ANIMAL!— gritó un muy furioso ChenLe arrojando la zapatilla de mark hacía JiSung, quien se cubrió usando uno de los tantos cojines del sofá que habían en el piso, haciendo que la zapatilla rebotara y cayera solitaria en el suelo.
—¡Mi zapatilla!¡Sí!— Mark paso a través del medio de la sala para tomar su zapatilla pero antes de que sus manos pudieran tocarla un lápiz se clavó en el tapizado. Tragó grueso y miró hacia arriba, dónde estaba RenJun con la cara totalmente oscurecida a excepción de sus ojos brillantes mencionó:
—Me pusiste un más cuatro, ahora tendrás que pagar.
El terror se hizo presente en su mirada mezclado con la adrenalina del momento, su cabello despeinado y sus prendas rotosas, lo llevaron a preguntarse como demonios es que habían llegado a ese punto en el que el deseo de aniquilar a sus contrincantes era lo único dominante en el ambiente.
20 minutos atrás...
Los 7 integrantes del dream seguían buscando desesperadamente juegos que pudieran resultar divertidos a la audiencia y que no resultarán en una catástrofe. Así yacian 5 integrantes en diferentes partes de la sala, cada uno ensimismado en encontrar algo mientras RenJun revisaba si todas las firmas del contrato en contra del basketball estaban en su lugar.
—Demonios, debería ser abogado— mencionó pero nadie dió cabida a su comentario.
Casi un segundo más tarde entró JiSung, azotando la puerta mientras una radiante sonrisa se mostraba en su rostro, un paquete en su mano y a su lado un cuadro caído y la pared un poco rota —¡LLEGÓ! ¡POR FIN LLEGÓ!— exclamó fuerte y violentamente, exaltando a todos los presentes.
—¿Es necesario hacer un escándalo así de grande solo porque ya llegó tu peluche nuevo?— le dijo RenJun.
JiSung frunció el seño —De hecho, era el tuyo hyung, pero bueno...
—Mocoso maleducado— le dijo mientras lo corría por la habitación hasta que la mano de Mark lo detuvo desde la etiqueta de su camisa, frenandolo completamente.
—Bien, ya— advirtió —¿Que te llegó JiSung-ah?
—Minimo esperen a que se me pase el infarto ¿no?— dijo Donghyuck desde el fondo.
JiSung hizo caso omiso y como si fuera un tesoro prohibido, sacó lentamente del pequeño envoltorio un pequeño paquete rojo que en un centro blanco tenía escrito la palabra "uno". Un brillo dorado apareció alrededor del paquete mientras las pupilas dilatadas de todos lo miraban.
—No tenía idea de que lo habías pedido— dijo ChenLe tratando de tocarlo más solo recibió un golpe en su mano.
—Lo pedí hace como tres meses, dios, los envíos tardan muchísimo— dijo sentándose y sacando las cartas, todos lo miraban sin entender —¿Y? ¿Esperan invitación? Vamos siéntense— todos hicieron caso a lo que dijo —Todos saben jugar ¿No?
JaeMin dió a la negativa —Yo no.
JiSung suspiró y luego chasqueó sus dedos —JeNo-hyung.
—Yo te enseño a medida que jugamos bebé— le dijo y seguido se recostó en su hombro.
JiSung mezcló las cartas y repartió 7 para cada uno. Empezaría Mark, quien estaba a su izquierda, siguiendo el orden de la ronda: RenJun, Donghyuck, JaeMin, Jeno, ChenLe.
La carta incial era un 8 rojo.
Mark toma una carta y la tira. 7 rojo.
Renjun tira un 2 rojo.
Donghyuck tira un bloqueado rojo. JaeMin pasa la ronda.
Jeno se lo explica mientras JaeMin hace puchero. Jeno ríe y tira un reversa. ChenLe protesta.
JaeMin tira un 2 verde.
Donghyuck toma una carta y la tira, bloquea a RenJun. Quien susurra un "yo tengo influencia en el más allá", Donghyuck siente un escalofrío.
Mark tira un 0 y pone su mano sobre la carta. Entonces todos se apresuran y golpeándose entre si ponen la mano encima de la otra, milagrosamente queda afuera donghyuck.
—¡Nadie dijo que se podía hacer "chancho"! ¡Objeción! ¡Eso es ilegal! — dijo apoyando su puño en el suelo.
—Ahora se hizo legal— dijo RenJun pasándole 4 cartas. Donghyuck gimió de dolor, Mark lo miraba atentamente medio sonriendo.
Era increíble que con solo hacer un gesto tan sencillo como ese, el corazón de Mark palpitara a mil por hora. Todo su cabello cayendo sobre el borde de sus párpados, y sus bonitos ojos café concentrados en agarrar sus cartas. Su tez café y los lunares en su cuello, todo era tan desastroso y raro en él. Era increíble que todo eso de igual manera fuera tan atrayente para Mark. Aunque no quisiera aceptarlo.
Tan ensimismado estaba que la ronda ya había pasado hasta su turno otra vez. JiSung picó su hombro.
—Ya sabemos que estás enamorado hombre, disimula un poco— bromeó RenJun, Donghyuck lo miró con un semblante tan serio que hasta daba miedo. Mark se ruborizó mientras todos bromeaban sobre que a Mark le gustaba una senior y demás cosas.
—¡Yah!— exclamó fuertemente tirando una carta de reversa.
RenJun tiró un bloqueo para Donghyuck.
—Oh por favor, ya cree un nuevo mazo con todas las cartas que tengo en mi mano.
JaeMin tiró un 4 azul.
Seguido Jeno tiró un 5.
ChenLe tiró un 8.
JiSung tiró un 9.
Mark tiró un 9 amarillo.
RenJun tiró un 5 amarillo y canturreó —¡Uno!— con su mirada fanfarrona.
—No grites victoria antes de tiempo— le dijo Donghyuck tirando una carta de cambio de color. Una de las tantas en su mano. —Rojo.
JaeMin tiró un 6. Le quedaban dos cartas.
Jeno tiró un 9. Le quedaban 4.
—¿Tienen que ser tan explícitos?— preguntó ChenLe mientras tiraba un 8. Le quedaban 3 cartas. Recibió un golpe en la nuca por parte de Jeno. Su risa lleno la habitación.
JiSung tiró un 8 rojo y por encima un 8 verde. Mark protestó.
—¡Espejito no está permitido!
—¡Que no!
Con el seño fruncido Mark tiró un +4 para RenJun quien inhaló hacia adentro.
—¿COMO TE ATREVES?— dijo poniéndose de rodillas
Tomó cuatro cartas y tiró un bloqueo a Donghyuck.
Donghyuck también se puso de rodillas mientras reclamaba.
JaeMin tiró un reversa. Jeno lo miró mal.
Donghyuck tiró un +2.
RenJun tiró un +4.
Mark tiró un +2.
JiSung tiró un +4.
ChenLe arrojó su mano al mazo, desordenado todo y dando por acabado el juego.
—¡ESO ES ILEGAL!— gritó parándose. Automáticamente todos tiraron sus cartas y se pararon.
Todo se hizo un lío de gritos y reclamos que sinceramente a Donghyuck no le interesaban, por ende se dedicaba a fulminar con la mirada a Mark, mientras que la cara de su objetivo era totalmente pacífica porque pensaba que nunca había visto a un ser tan lindo con Donghyuck.
De repente el paquete fue arrojado a la cara de JiSung. Entonces JiSung arrojó la gorra de JeNo. JeNo se enojó y le arrojó el cuaderno de ChenLe. Entonces ChenLe se enojó y tiró un cojín. De repente todos empezaron a arrojarse cosas.
—¡BIENVENIDOS A LA 78 EDICION DE LOS JUEGOS DEL HAMBRE! ¡QUE LA SUERTE ESTE SIEMPRE DE SU LADO!— gritó Donghyuck arrojando cosas.
Mark fue tirado al suelo por haber tirado un 0.
Salió del círculo como pudo, escondiéndose atrás de diferentes objetos, hasta que vió su zapatilla en el medio de la sala. Oh inocente niño que decidió ir a buscarla.
Miraba con temor a RenJun, hasta que un peluche mini de Moomin impactó en su rostro.
—¡SAL DEL CAMPO DE BATALLA SOLDADO!— Gritó JaeMin. Aprovechando para castigar a RenJun por cuentas pasadas.
Mark salió a gatas de ahí y se escondió tras un sillón. Grande fue su sorpresa al darse cuenta de que tras ese mismo sillón estaba Donghyuck escondiéndose.
—¿Que haces aquí?— preguntó enojado, Mark se maravilló por las facciones de Donghyuck. Podría verlo mil veces y de igual manera se sentiría como si fuera la primera vez que lo vé —Eres tan estúpido, a quien se le ocurre tirar un cero y esperar a que todos acepten que...
La voz se Donghyuck se fue perdiendo en la mente de Mark, que solo podía fijarse en lo hermoso que se veía así enojado y reclamándole, una sonrisa se dibujo en su rostro y lo siguiente que sintió fue un golpe en su pecho que lo trajo a la realidad otra vez. No, no fue su corazón advirtiéndole, fue el puño cerrado de Donghyuck.
—¿Si quiera me prestas atención?
Mark parpadeó un par de veces, los labios de Donghyuck se veían tan cerca, que sentía que podía saborearlos sobre los suyos propios. Se inclinó hacia adelante, HaeChan se mantuvo estático, con el semblante enojado. Mark paró. Retrocedió.
—No soy yo el que me ha estado ignorando.
—¿Perdón? ¿Acaso soy yo el que dejó un desastre en nuestra amistad?
—Oh por favor, ¿nunca te pones a pensar en lo que tú hiciste mal? No eres perfecto Mark Lee.
—¡Es lo que me obligan a ser! ¿Crees que a mí le gusta fingir perfección ante todos? ¿Que me gusta sobre exigirme al punto de no poder más? No tengo tiempo para respirar Donghyuck.
—Convivimos los siete malditos días de la semana, casi las veinticuatro horas del día ¿y me dices que no tienes 5 segundos para preguntar cómo va todo? O si quiera decir "Hey Donghyuck, ten un buen día", no es tan dificil.
—Perdon por tener otras obligaciones y no poder dedicarte el 100% de mi tiempo— respondió enojado Mark.
—Y sigues sin entender, no quiero tu estúpido 100%— le dijo con la mandíbula apretada —Somos dos Mark, somos 50 y 50— dijo tocándose primero y luego a él —Y entiendo que no siempre puedas dar tu 50, estoy dispuesto a poner mi 90 para que esto funcione en esos días, pero últimamente solo soy yo. Soy el único que pone para que sea un 100. Y estoy cansado de eso. Estoy cansado de que esto se base en yo persiguiendote y tú ignorandome. ¿Crees que no te veo? Tienes tiempo para todos. Menos para mí. Y estoy cansado de eso.
Miró expectante a Mark quien no podía articular ni una palabra del impacto que le había causado el discurso de HaeChan.
Intentó hablar.
Intentó decirle.
No es eso, no te ignoré a propósito. No sé que hacer con todo lo que siento y simplemente no puedo hablarte porque tengo miedo de caer en la demencia. No te enojes. No por favor.
De verdad lo intentó.
El semblante enojado de Donghyuck cambió a uno triste. —Entiendo.
Donghyuck se levantó y salió azotando la puerta que tenía en frente.
El corazón de Mark se estrujó en su pecho, y los gritos y peleas atrás suyo callaron, como si todos supieran que había pasado algo. Cómo si Donghyuck se hubiera llevado todo el ánimo del lugar.
HaeChan no corrió como una princesa hasta a su cuarto. Ni apuró a su hyung para que saliera del baño.
Tomó sus cosas y cuando tuvo la oportunidad se metió a la ducha.
Apenas cerró la puerta, su mundo se desmoronó, las lágrimas empezaron a caer de sus ojos y sentía un vacío enorme en su pecho. Se metió debajo del agua para que sus lágrimas se perdieran entre las demás gotas de agua.
Él no iba a ser el débil.
Pero le dolía.
Demonios que le dolía.
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