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Capítulo 8

Recorrí la habitación con la mirada, no había cambiado demasiado desde que tuve mi primera visita a este lugar, aunque el doctor Vegapunk no estaba y nada aquí en este laboratorio estaba funcionando. Se supone nos mandaron a hacer un reconocimiento de área para asegurarnos de que nadie estuviera tomando el lugar. Caesar debió llegar después de eso.

—¿Por qué quieres quedarte en Punk Hazard? —cuestiona Caesar llamando mi atención de nuevo.

—Me costó encontrar la isla porque los Log Pose no apuntan a ella debido a que era una instalación secreta del Gobierno —responde Law, sentado en uno de los sofás frente a él.

—¿Cuál es tu objetivo?

—Este era el laboratorio del doctor Vegapunk, así que supongo que hay rastros de las actividades que realiza el Gobierno Mundial. Me basta con que nos dejes deambular libremente por el laboratorio y por la isla.

Caesar no se veía tan confiado con la idea de tener a un Shichibukai y deambulando por aquí. Su mirada pasa a mí y deja escapar una risa tan extraña como su apariencia.

—Haremos algo para ayudarte —sigue Law volviendo a llamar la atención de Caesar—. Ninguno de los dos se meterá en los asuntos del otro. Y por supuesto, no puedes decirle a nadie que estamos aquí. Ni siquiera a Joker.

He escuchado ese apodo por mucho tiempo en los pasillos de la marina, no tengo los detalles pero sé que es alguien que sabe manejar las cosas en el bajo mundo para que los piratas y otros criminales hagan lo que él quiere. Observé de reojo a Law por un instante antes de suspirar en silencio.

—Estás bien informado. ¿Cómo sabes tanto?

—¿Preferirías que fuera un novato que no supiera nada?

Caesar ríe a carcajadas de nuevo con esa risa tan extraña.

—Ya veo, somos iguales. No puedo confiar en ustedes, pero no pides nada malo. ¿Qué opinas, Monet? —pregunta él mirando hacia su secretaria que escribía en una libreta. La miré de reojo sintiendo que esa mujer sería problemática.

—Son del North Blue. El cirujano de la muerte y la ex marina estrella. Él es usuario de la fruta Ope Ope... ¿Son médicos?

—Lo soy solo yo —responde Law mientras yo pensaba en la posibilidad de que aún no se hiciera muy conocido el hecho de que yo tuviera una fruta del Diablo. Podría ser algo bueno.

—Hay muchos exprisioneros que están paralizados por un gas venenoso. ¿Podrías curarlos? —pregunta ella finalmente mirando a Law quien mantenía una expresión severa hacia ella pero que aparta la mirada para verme a mí—. Creo que a algunos de ellos podrías conocerlos de antes... Espero que no sean rencorosos.

—No te preocupes, espero lo mismo... por el bien de ellos —sonreí al igual que ella, como si fuésemos amigas desde hacía mucho tiempo, pero con tanta falsedad al mismo tiempo.

Pero claro, este tema no estaría zanjado si no hubiera algo que nos diera seguridad en ambas partes. Fue gracias a ese trato que pudimos pasear en las instalaciones del laboratorio con más libertad durante algunos meses mientras nosotros conseguíamos la información que necesitábamos. Cerré un par de libros que quizás podrían ser interesantes más adelante, miré a los lados y lo oculté en una mochila tras la estantería con otras cosas más. Fui a buscar a Law, pero al acercarme al lugar del cuál provenía su voz, me detuve de golpe al escuchar otra bien conocida.

—Dejemos este diálogo inútil. Muéstranos el interior del laboratorio —la voz exigente de Smoker me trae recuerdos, apreté los puños con fuerza por esa misma razón.

—Ahora es mi casa de descanso. Me niego —sentencia Law— ¿Por qué un pirata no puede quedarse en una isla que ustedes mismos abandonaron? Soy el único que está aquí. Si viene Sombrero de Paja, le cortaré la cabeza y te la daré. Y ahora hemos terminado, lárgate de aquí.

Con esa declaración supe que por más que quisiera salir allí y enfrentar a ese fumador, no podría, como dijo Law... es el único en este lugar. Me aparté unos pasos para irme, pero entonces se logran escuchar unos gritos de niños, los niños de la guardería de Caesar.

—¡Miren, hay una puerta! ¡Podemos salir! —exclama una chica pelinaranja apuntando a la puerta en donde estaba Law. Todos los niños y ella salieron del edificio.

—¡Salimos!

—¡¿Salimos?! ¡Me muero de frío! —le sigue ella al tanuki que golpeó la puerta.

—¡Salimos! —luego los niños— ¡Salimos del edificio! ¡Podremos volver a casa!

—¡Podré ver a mamá y a papá de nuevo!

—¡Hace frío!

—¡El ligeramente amable, Franky Tank! —otro más aparece en escena, un robot... creo, pero además de él, también aparece un rubio sosteniendo la cabeza del samurái que encarcelamos hace tiempo— ¡Muy bien! ¡Aquí voy!

—¡Uno... Dos...! ¡Super!

El cyborg y los niños comenzaron a moverse y a hacer una pose para no pensar en el frío, yo veía todo esto desde arriba y no podía entender nada aún. Pero daba igual, ya que Smoker sabía que Law mentía, decidí bajar de un salto y salir igualmente. Los recién llegados me miran sin conocerme, pero Smoker abre los ojos de par en par, incluso se le cae el cigarrillo de los labios.

—¿Quién es? —pregunta la chica con el pelo naranja.

—¡Una preciosidad! ¡Eso es! —el rubio parece enloquecer, pero la pelinaranja se lo lleva junto a los demás para escapar por otro lado, aunque los de la marina no querían dejarlos irse, pero Law actúa antes.

—¿Quién es ella? Smoker-san, ¿la conoce...? —la espadachina a su lado me mira dudosa y preparada para sacar su espada.

—___________ —murmura Smoker permaneciendo sorprendido—. Entonces... los rumores eran de verdad. Te has unido a unos piratas.

—Que no te sorprenda tanto, Smoker —espeté—. Aún te recuerdo en aquella vez. Viendo como fui elegida, como me encadenaron y tú... solo te fuiste.

De todos los marinos que habían allí... su traición fue la que más me había dolido, pues fue él quien salvó a mi aldea y fue por él que me volví cadete de la marina. No teníamos una relación distante, y eso es lo que me duele más. Smoker no dice nada, pues sabe que tengo razón, y yo sé que si dice algo... será lo mismo que dijeron los demás, que no tuvo elección. Apreté la mano en un puño y en un movimiento rápido le di un golpe que ni siquiera evitó ni con su habilidad.

—¡Smoker-san! —la mujer que lo acompaña saca su katana y me mira como si fuera a saltar sobre mí.

—¡Tashigi...! —Smoker la detiene—. Mantente fuera de esto.

—Pero...

Ella se queda en silencio al ver la mirada de Smoker. Él suspira antes de rebuscar entre su abrigo y sacar otro cigarrillo para prenderlo y aspirar más humo, se levanta y vuelve a acercarse a mí.

—Si te hace sentir mejor, está bien diré que lo merezco , pero de todas formas... Sabes que en verdad ninguno de nosotros podía hacer nada.

—¡Silencio! —espeté con molestia queriendo lanzarle otro golpe pero esta vez ya no iba a dejarme hacerlo, mi brazo traspasa su cabeza al volverla humo. Vi su brazo ir hacia mí, me cubrí envolviendo mis brazos usando el haki de armamento que las Amazon Lily me enseñaron—. Ahora que están aquí... no podemos dejar que escapen, ¿cierto?

Sonreí de lado, Smoker se desconcentra por los gritos de sus compañeros cuando todos vieron como su barco se partía junto a una montaña de hielo y formaba una figura abstracta con los pedazos. Hice aparecer una espada, Smoker usa su jutte para detener el golpe con la mía. Aprieta los dientes y se impulsa hacia atrás para mantener la distancia.

—__________, no me obligues a detenerte por la fuerza.

—Después de decir que no podías hacer nada por detener a los Dragones Celestiales de llevarme... dudo mucho que siquiera puedas hacer algo ahora —espeté aferrando mi agarre en el mango de la espada—. Pero adelante, inténtalo.

—¡Oye! ¡No te atrevas a ignorarnos! —Tashigi me apunta con su espada— ¡Vamos, chicos!

—¡Sigamos a Tashigi-chan!

—¡No te atrevas a insultar a Smoker-san!

Todos los marinos corren hacia mí con sus armas en alto para atacarme. Los miré con molestia, pues ellos no tenían nada que ver en esto como para meterse en donde no les importa.

—¡No lo hagan! ¡Chicos! —advierte Smoker, pero fue tarde para eso.

—No se metan —mencioné antes de crear una espada algo diferente.

Apreté un botón en el mango y la hoja metálica se parte en varios trozos unidos por una cuerda, agité esta especie de urumi y todos los que estaban cerca cayeron hacia atrás con cortes de diferente gravedad.

—¡_________! —Tashigi corre hacia mí empuñando su katana.

—¡Retrocede, Tashigi!

Ella apunta a mi cabeza, la hice a un lado y le di un golpe en el estómago que la hizo perder el aliento y las fuerzas, ella dejó caer su katana, yo la sujeté con un brazo frente a ella.

—Lo siento por ti... Tienes potencial, pero la marina lo desperdiciará —murmuré mirando a Smoker—. Y te abandonarán cuando más los necesites.

—¡Cállate! —ella intenta golpearme, me hice a un lado y la dejé caer al suelo.

Ella se arrastra para alcanzar su katana, miré de reojo como el puño de Smoker se acerca a mi rostro pero entonces Law aparece en mi lugar para enfrentarse a él.

—__________. Mantén la calma —advierte Law mirándome de reojo. Aparté la mirada y asentí en respuesta.

Smoker se enfrenta a él mientras yo mantenía a los demás fuera del combate de mi capitán. Tashigi vuelve a levantarse e ir contra mí, pero para mí fue muy fácil prever sus movimientos. Tantos años, y la marina no ha cambiado sus estrategias de entrenamiento.

Era lo mismo que resultaba aburrido. Incluso podía ver lo que iban a tramar los demás, mientras Tashigi me hacía retroceder, todos ellos estaban apuntándome con sus armas, iban a disparar en cuanto ella diera un paso atrás.

Justo ahí.

Los disparos resonaron, esquivé las balas y los apunté con un arma saliendo de mi brazo, los apunté y disparé, ellos intentan refugiarse y Tashigi trata de distraerme para que sus compañeros no salieran heridos. Otros más con espadas se me acercaron por los alrededores. Cerré los ojos y sentí las armas a mi alrededor, los disparos resuenan, ellos caen al suelo y Tashigi retrocede, la miré notando su expresión sorprendida mientras yo sonreía satisfecha. Los disparos se detienen pero las armas a mi alrededor apuntan todas directamente a ella.

—¿Qué te parece? ¿Aún quieres enfrentarte a mí?

—¡Capitana! —los demás la ven preocupados.

—¡No se acerquen! —ordena ella.

Ambas miramos a la pelea de Smoker y Law, esta distracción la aprovechan los otros, no para atacarme, sino para llevarse a su capitana herida y con la katana partida lejos de nosotros, ella les pide que la bajen pero ellos no iban a hacerlo... Ese detalle me hizo paralizar, ¿cómo es posible que ellos sí sepan lo que es la lealtad y la protejan a ella? Es increíble, pero hasta unos tontos descerebrados pueden pensar mejor que los altos mandos.

—Tienes suerte... —sonreí mirando a Tashigi quien me ve de nuevo sorprendida. Las armas a mi alrededor se destrozan y yo levanté las manos—. Si incluso ellos quieren mantenerte a salvo... es porque algo ha de estar haciendo bien.

Es interesante. Me gustaría volver a pelear con ella, pero veo que por el momento tus compañeros no permitirán que lo haga. Será para la próxima vez. Miré al lado, a la pelea de Law, la cual continúa hasta el instante en el que mi capitán le quita el corazón a Smoker y este cae al suelo inconsciente. Law se acerca a dónde yo estaba con intenciones de irnos, pero antes de poder entrar al laboratorio, escuchamos a alguien acercarse.

—¡Torao! ¡Oye, oye! —vi a Luffy acercarse en la espalda de Barbamarrón, entonces él se da cuenta de mí junto a Law— ¡Eres tú! ¡Soy yo! ¡Soy yo! ¡Gracias a ambos por ayudarme la vez pasada!

—Sombrero de Paja-ya.

—Luffy... —murmuré sorprendida de verlo aquí. La última vez que lo había visto fue en la isla de las Doncellas. Ahora está aquí, se bajó de la espalda de Barbamarrón y se nos acercó.

—¡Oigan! No esperaba encontrarlos por aquí —dice él—. Muchas gracias por lo que hicieron aquella vez —sonríe ampliamente pero entonces parece buscar algo— ¿Eh? ¿Dónde están el oso que habla y los demás?

—¿Bepo? Pues... no han venido, están en otro lugar —respondí mientras que Law solo permanecía callado por un momento.

—Ya veo. Bueno, no importa —responde Luffy.

—Así que lograste sobrevivir, Sombrero de Paja-ya —comenta Law al fin—. Pero no tienes que agradecérmelo, fue un capricho que tuve aquella vez. Ambos somos piratas. No lo olvides.

—Sí —responde riendo—. Somos enemigos a la hora de buscar el One Piece. Pero estoy en deuda con mucha gente que me ayudó hace dos años. Tengo mucha suerte, primero me encontré con Jimbe y ahora con ustedes dos. ¡Muchas gracias!

Sonreí un poco ante la rara pero linda personalidad de Luffy, realmente es como me lo he imaginado. Barbamarrón me hace prestarle atención cuando comenzó a pedirnos ayuda, pero en ese momento Tashigi regresa para socorrer a Smoker, que hasta el momento Luffy no se había percatado de él. Tashigi se veía alterada por el hecho de que su superior estaba tirado en el suelo gracias a unos piratas.

—¡¿Cómo te atreves?! —ella corre hacia nosotros desenvainando su katana partida.

—Oye, no lo hagas. Odio esas escenas dramáticas —se queja Law—. "Room..."

Law vuelve a usar su katana y a hacer el mismo ataque que hizo anteriormente. Los cambió de cuerpos a Tashigi y a Smoker.

—Esta mujer no aprende—comenta Law—. No seas tan seria.

—¡Luffy, démonos prisa! ¡Este lugar es peligroso! —dice otro compañero de Luffy, uno con la nariz muy larga haciendo reaccionar a Luffy.

—Cierto... Torao, quiero preguntarles algo.

—Ve a la parte trasera del laboratorio. Lo que buscan está ahí. Nos veremos más tarde —Law me indica con la cabeza que entremos de una vez al laboratorio—. Ambos tenemos cosas que queremos recuperar.

Miré a Luffy y me despedí de él con la mano antes de seguir a Law hastadentro del laboratorio.

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