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Capítulo 38

Pude sentir el calor del sol llegar hasta ciertas partes de mi cuerpo, eso me hizo ser consciente de mis alrededores. Abrí los ojos lentamente y vi mi mano frente a mi rostro sujeta con otra muy conocida y llena de tatuajes que acariciaba con su pulgar la mía. Levanté la mirada y encontré a Law leyendo un libro de medicina mientras permanecía sentado a mi lado, acariciando mi mano.

—Al fin despiertas —comenta mirándome de reojo—. ¿Cómo te sientes?

Suspiré profundo y observé que encima de mi cuerpo estaba el abrigo de Law. Sonreí levemente y apreté un poco su mano contra mi rostro hasta dejar un leve beso en su mano.

—Como si acabara de estar en una guerra... Ah... es verdad, así fue.

Law niega con la cabeza dejando el libro a un lado y me voltea a ver cuándo intenté levantarme, me ayudó a hacerlo. Noté los vendajes en mis brazos y pierna, además de otras curaciones y demás.

—Ya no duele demasiado —mencioné.

—Ya veo, que bueno —responde él—. Aunque tengo que cambiarte los vendajes y revisar el estado de tus heridas.

—Entiendo, está bien.

Él levanta uno de mis brazos y empieza a quitar el vendaje, observamos que las quemaduras sanaban bien, aunque habría que tener cuidado con ellas. Algunas zonas estaban mejor que otras, lo mismo con el otro brazo. Hasta que empezó a quitar el vendaje de mi pierna, sujetando delicadamente mi pie y empezando por allí. Lo observé como iba subiendo hasta que debía quitar el vendaje de mi muslo; fue cuando cayó un poco de la tela del kimono suave y ligero que traía puesto que me di cuenta de a dónde se estaba acercando, entendía que él estaba concentrado como médico, pero eso no evitó que me sonrojara y cubriera mi rostro con una mano.

—¿Qué ocurre? —pregunta sin mirarme al rostro, pues estaba concentrado en revisar mis heridas.

—N..Nada, nada... —respondí.

Me mira de reojo pero no dice más nada. Vuelve a vendar mi pierna y yo me cubrí con el kimono y traté de bajar lo rojo de mis mejillas abanicándome el rostro y apartando la mirada, pero en eso Law se acerca a mí sujetando mis mejillas y volteando mi rostro con una mano, pues con la otra se sostenía apoyándose en el suelo.

—Estás roja —menciona observando mi rostro.

—¿A..Ah sí? No lo sabía —respondí intentando apartar la mirada de nuevo, pero no me lo permitía.

—¿Tienes fiebre? —cuestiona apoyando su mano sobre mi frente, negué con la cabeza cerrando los ojos con fuerza y tratando de pensar en algo más que no fuera en él.

—E..Estoy bien, en serio —insistí.

—Hm —fue su respuesta, pero de repente deja ver una media sonrisa—. ¿Realmente estás bien... Tesoro?

No, ¡por supuesto que no estoy bien! ¡¿Cómo me ha dicho?! ¡Joder, siento que me va a explotar las mejillas de tanta sangre acumulada en ellas!

Agarré su abrigo en mi regazo y me cubrí hasta el rostro para esconderme, Law deja escapar una leve y corta risa entre dientes antes de apoyar su mano en mi cabeza.

—¿P..Por qué de repente... me llamas así? —cuestioné aun cubriendo mi rostro.

—Porque se me ha ocurrido hacerlo —responde—. Un pirata siempre tiene un tesoro, ¿no?

Escondí aún más mi rostro entre su abrigo y mis rodillas. Law se aparta luego de jugar conmigo de esa manera. Lo vi levantarse y estirarse un poco al estar en pie.

—Necesitas comer, estuviste inconsciente tres días, de seguro tienes hambre —menciona.

—Sí... un poco —respondí calmando mi sonrojo.

—Tus heridas necesitan lavarse con cuidado, después de comer debes hacerlo.

—Está bien.

Law asiente y sale de la habitación. Suspiré profundo cuando estuve sola y miré el sol que se colaba por el balcón, vi la katana de Law a un lado y decidí agarrarla para usarla como soporte e intentar levantarme, mi pierna derecha dolía al apoyarla, pero estaba bien, era soportable. Me acerqué al marco de la puerta y observé el paisaje desde aquí. Sonreí un poco al sentir la calidez sobre mi cuerpo, pero entonces la puerta se abre de golpe, sobresaltándome y ocasionando que perdiera el equilibrio y cayera.

—¡____________!

—Auch... —murmuré desde el suelo.

—¡¿Estás bien?! —Nami se me acerca corriendo con Chopper atrás y me ayudan a sentarme.

—Estoy bien... creo, me han asustado.

—Lo sentimos, pero cuando escuchamos a Torao decir que habías despertado, decidimos venir corriendo —responde Chopper—. Supongo que él ya te ha atendido.

—Sí, lo ha hecho —respondí sonriendo un poco e intentando no pensar en la cercanía en la que estuvimos para no sonrojarme.

—Qué bueno, él no se ha separado de ti mientras dormías, incluso se encargaba a todas horas de curar tus heridas —menciona.

—¿Eso hizo? —lo pensé un momento, pareciéndome tierna su preocupación.

—Por supuesto, ¿o crees que va a dejar que cualquiera entre aquí y te atienda mientras tú no puedas defenderte? —Nami se cruza de brazos y sonríe de lado con picardía.

Volví a sonrojarme y a suspirar, pero en ese momento Law entra en la habitación y al verme tirada en el suelo frunce el ceño y se acerca.

—¿Qué sucedió? —cuestiona.

—Oh nada, solo me he caído. Quería estar un momento afuera —respondí cuando me tomó en brazos y mira afuera un segundo antes de devolverme al futón.

Miré a Nami y Chopper, Nami me mira con picardía y Chopper como si quisiera esconderse tras Robin quien sonreía. Law resopla y se aparta escondiendo su rostro con su sombrero.

—La comida estará...

—¡__________-swan! ¡La comida está lista! —Sanji irrumpe en la habitación con mucha comida servida y de repente estaba a mi lado queriendo darme de comer—. Adelante... Buen provecho.

—Oye —todos vimos el aura espeluznante que cargaba Law a su alrededor, mirando a Sanji de brazos cruzados como si fuera a cortarlo en pedacitos en cualquier momento—. Abrumas a mi paciente.

—Bueno, bueno... —Nami se apresura en sacar a Sanji de la habitación—. Los dejaremos para que _________-chan coma tranquila, sabemos que estará bien cuidada. Nos vemos.

Todos se van cerrando la puerta y dejándome con la comida y Law. Suspiré aliviada y agarré el primer plato con comida, sentir que mi estómago finalmente recibía algo se sentía bien, además... jamás me decepciona la comida de Sanji.

—Debo ir a revisar un par de cosas del barco, vuelvo en unos minutos —menciona acariciando su nuca.

—Está bien, me avisas si pasa algo —respondí aún disfrutando de la comida.

—Sí... sí —responde luciendo cansado de ir y venir todo el tiempo.

Law sale de la habitación y yo me quedé a solas, no importaba, seguí comiendo y disfrutando cada bocado hasta empezar a quejarme porque no había más en ningún plato. Resoplé aceptando que ya había comido suficiente y que si comía más sería por gula.

—¿Y ahora? —cuestioné mirando a los alrededores.

Comer todo lo que había me ha tomado como veinte minutos, pues todo estaba tan delicioso que casi atropellaba la comida. Pensar en lo que hacer me llevó otros diez minutos y Law aún no regresaba, entonces decidí que era un buen momento para tomar un baño relajante en las aguas termales, de todos modos Law me ha dicho que debo hacerlo para lavar mis heridas.

Observé a mi alrededor en busca de algo con lo que apoyarme para levantarme, no había nada, Law se había llevado su katana. Bufé y decidí hacerlo por mi cuenta, ayudándome de las paredes y otros objetos a mi alcance. Tenía que ir más o menos saltando en una pierna para no apoyar del todo la derecha por el dolor, salí de la habitación con cuidado y por milagro llegué hasta el piso de abajo, llegando a los pasillos.

—¡_________-swan! ¿Qué haces levantada? —Sanji aparece de la nada y me observa preocupado—. No deberías estar caminando aún, puedes hacerte daño.

—Lo sé, pero debo darme un ba... —antes de poder terminar siquiera la frase, sin pensar tampoco en que no debería de darle esa información a Sanji, él ya me había levantado en brazos.

—Inaceptable. No puedo permitir que una dama ponga en peligro su salud, así que no te preocupes ¡te serviré con mi vida! Tus heridas serán bien cuidadas.

Quizás por su gran imaginación, pero su nariz comienza a sangrar y sus mejillas se sonrojan. Estaba por negarme cuando de repente aparecí en brazos de Law, quien chasquea la lengua estando recostado contra la pared al cruzar la esquina en el pasillo siguiente.

—¡¿_________-swan?! ¡¿Dónde estás?!

—Que molesto —menciona Law despegándose de la pared y alejándose sin que Sanji nos viese hacia el baño—. Ni siquiera sabe cómo tratar una herida como estas.

—Pero tú sí —sonreí al mirarlo—. Ya que me has cuidado tú todo este tiempo, mis heridas han mejorado.

—Por supuesto, ¿por quién me tomas? Tu salud es primordial para mí —dice justo antes de darse cuenta de lo que ha dicho.

Se detuvo lentamente, luciendo una expresión sorprendida por haber soltado algo tan honesto y tierno, vi sus mejillas comenzando a teñirse de rojo hasta las orejas y aparta la mirada, ya que no puede cubrirse con su sombrero. Yo igualmente me cubrí el rostro con ambas manos y sentí mi rostro arder hasta soltar humo quizás.

—Como sea... —dice y vuelve a caminar hasta llegar al baño—. ¿Sabes cómo debes tratar tus heridas?

—Se lava con agua fría, ¿no? Ya que son quemaduras...

—No. ¿Quieres que te ocurra una vasoconstricción o qué?

—Español, por favor, no tengo ni idea de lo que es eso —suspiré derrotada por sus conocimientos médicos.

—El agua fría te hará daño, y no hace falta mencionar el agua caliente —resopla negando con la cabeza y pensando en cómo decirme los pasos a tener en cuenta para que yo misma pueda limpiarme.

—Joder... esto es complicado, mejor hazlo tú y listo. De todos modos lo has hecho en estos días, ¿qué más da?

Él vuelve a mirarme con sorpresa antes de resoplar de nuevo y pensarlo con más dudas en el rostro.

—¿Estás bien con eso?

—Supongo... Me da más miedo perder las extremidades porque no sepa hacerlo bien, no sé nada de medicina —respondí encogiéndome en mi lugar.

—Si estás de acuerdo con eso, entonces puedo hacerlo. Como médico no tengo problemas con eso.

—B..Bien... Qué bueno... —respondí apartando la mirada y sintiendo mis mejillas sonrojadas de nuevo.

Law entra a los vestuarios para dejarme allí y salir un momento, me quité el kimono sintiéndome un poco avergonzada y nerviosa, realmente no esperaba que Law fuer a aceptar, pero luego recuerdo que es médico y adora hacer todo él porque confía más en sus habilidades y me arrepiento un poco en haberlo dicho. Además... fue imposible no recordar las últimas veces que un hombre me ha tocado o me ha visto de esta manera... Por supuesto... en Mary Geoise.

Joder... de solo pensar en lo que sucedió, cómo me trataban y como irrespetaban mi cuerpo apoyando sus manos sobre mí... hacían que esas huellas ardieran en mi piel una vez más. Apreté los dientes y cerré los ojos, no me sentía lista. No quería que volvieran a tratarme de esa manera, o verme con aquel mirada. Joder... ¡maldita sea!

—Tsk... No puedo —murmuré aferrándome a la toalla en mi cuerpo.

Empecé a cambiarme de nuevo por el kimono, quería decirle a Law que era mejor si me diera las instrucciones por escrito, quizás así sea más fácil. Sin embargo, en serio no quiero cometer un error que me cueste un brazo o algo, y también confío más en él cuando se trata de tratar mis heridas. Volví a pensarlo y a tratar de hacer desvanecer los recuerdos de Mary Geoise, pues Law no es para nada igual a esos bastardos.

Me envolví en la toalla de nuevo y me aseguré de sujetarla bien, me había retirado los vendajes así que podía ver mi piel quemada. Es verdad que al despertar él lo había visto, pero ahora... siento mucha vergüenza porque lo haga de nuevo. Suspiré aceptando todo esto y toqué levemente la puerta para darle aviso de que estaba bien que entre, así lo hizo y no miró demasiado mi cuerpo, se concentró en mis heridas y me cargó esta vez con más delicadeza.

No me atreví a pronunciar palabra, solo sujetaba la toalla con más fuerza cada vez, él me sentó en uno de los asientos y se encargó de traer el agua con el que limpiaría mi piel. Me hace extender uno de mis brazos y comienza a derramar el agua sobre este, estaba fresca a decir verdad, era agradable. Moja con cuidado mi brazo hasta que debe lavar con el jabón que él mismo eligió por su contenido químico. Todo estuvo bien, claro que me sentía apenada y colorada pero... realmente me trató con respeto y consiguió que los recuerdos de Mary Geoise dejaran de asustarme ahora.

—¿Cómo lo sientes? ¿Duele algo? —pregunta concentrado en mi bienestar.

—No, no duele... —respondí mientras él se encargaba de mí con cariño.

—Bien. Hazme saber si en algún momento te duele.

—Está bien.

Law continúa con suavidad y lentitud para que nada de esto fuera doloroso para mí, trataba mis heridas como si fueran las más graves que incluso merecieran ser tocadas con plumas. Termina con mis brazos y pasa a mi pierna, la cual es verdad que se veía más desastrosa que los brazos. Volvió a derramar agua en mi pierna y yo solté un pequeño respingo que lo hizo detenerse, negué con la cabeza señalando que podía continuar y así lo hizo, derramó más agua hasta que llegó el momento del jabón y en ese momento sí fue algo más doloroso.

—¿Te duele? —vuelve a cuestionar.

—Un poco... —respondí.

Entonces, Law crea su "Room" y hace aparecer una sustancia con el nombre "anestesia" escrito en el vidrio de la botella. La sustancia baja su cantidad y de repente siento que mi pierna se adormece un poco, Law vuelve a frotar el jabón, esta vez ya no dolía nada. Suspiré profundo y con alivio mientras limpiaba mi pierna hasta que había acabado.

—Es todo. Esperaré afuera a que termines de hacerlo tú con el resto...

—Yo am... me preguntaba si pudieras ayudarme también, al menos con el cabello... —cuestioné avergonzada—. P..Pero si no quieres...

—Está bien. De todos modos no me gustaría que hicieras demasiado esfuerzo con los brazos al hacerlo, podría causarte dolor.

Lo miré de nuevo sorprendida pero asentí en respuesta, me di la vuelta, Law no hace nada por unos instantes antes de tocar dudoso mi cabello. Parecía querer retractarse y decirme que lo hiciera... pero no lo hizo y comenzó a derramar el agua en mi cabeza. El masaje en mi cabeza me ayudó a relajarme que incluso me he olvidado por un instante que era Law quien estaba lavando mi cabello.

Remoja mi cabeza para quitarme el jabón, asegurándose de que nada cayera en mis ojos. Cepilla mi cabello y luego lo exprime para quitarle todo el exceso de agua, agarra otra toalla y lo seca un poco más hasta que finalmente yo ya estaba lista para irme. Vuelve a cargarme y a llevarme hasta el vestuario, donde vuelve a dejarme para que me cambiara al kimono nuevo que ha dejado para mí, uno limpio. Me cubrí y volví a dar leves golpes en la puerta para hacerle saber que podía volver a entrar, eso hizo y se agachó frente a mí volviendo a crear su "Room", hizo aparecer unas vendas y un ungüento.

Aplicó este primero, aún tenía anestesia en mi pierna, por lo que cuando volvió a tocarla no sentí dolor alguno. Acaricia mi piel hasta haber esparcido el ungüento, lo deja absorberse por mi piel un momento antes de colocarme el vendaje nuevo otra vez y cargarme en brazos para llevarme a la habitación.

—Aún hay tiempo para que sanes bien. Sombrero de Paja-ya y Roronoa-ya aún no despiertan.

—Espero que lo hagan pronto... pero también espero que me den tiempo de sanar más, estoy segura de que cuando esos dos despierten habrá una fiesta para celebrar a los héroes de Wano —mencioné.

—¡__________-swan! —Sanji vuelve a aparecer—. Ahí estás, te he estado buscando para ayudarte con...

Él ve mi cabello mojado, mi nueva ropa y vendajes, además de ver la ropa un poco mojada de Law, signos de que fue él quien me ha ayudado, entonces termina con el rostro pegado al suelo, derrotado.

—No pude... hacerlo yo...

—Tsk. Por supuesto que no, eres cocinero no médico ni enfermero —sentencia Law pasando de largo.

Solté una pequeña risa antes de apoyar mi cabeza en el hombro de Law y sonreír levemente. Él me mira de reojo pero no dice nada, me regresa a la habitación en un abrir y cerrar de ojos y me acomoda en el futón. Se sienta a mi lado volviendo a agarrar aquel libro de medicina que estuvo leyendo antes, sujeta mi mano y vuelve a retomar su lectura desde donde lo había dejado.

—Si quieres, te ayudaré con la limpieza de tus heridas hasta que puedas hasta que no necesites tantos cuidados y puedas hacerlo por tu cuenta.

—Suena bien... prefiero dejarle mi salud al experto —murmuré sintiéndome bien con esto.

Law me ha demostrado una vez más la diferencia abismal que existe entre él y los Dragones Celestiales, quienes solo hacen lo que quieren con los demás. Cerré los ojos y me aferré a su mano para sentirlo más cerca de mí, pues solo así sentía que estaba a salvo de esos recuerdos espantosos. 

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