Capítulo 21
Cuando Law se distrajo, decidí levantarme y alejarme de la celebración un momento, con tantos gritos no puedo escuchar ni mis pensamientos y realmente necesito aclararme ahora. Me senté en el barandal de la proa y miré el horizonte mientras mis dedos acariciaban algunas de las cicatrices en mis brazos. No, no las había hecho yo, son un recuerdo de los Dragones Celestiales. Las miré un segundo, no pude evitar pensar en todo lo que Doflamingo había dicho, es cierto que ahora no es considerado un verdadero Dragón Celestial pero de todas formas me hizo pensar que realmente había vuelto a Mary Geoise.
Por un momento creí que estaba allí otra vez, no fue una sensación agradable.
—¿Qué haces aquí? —miré a un lado cuando Law apareció—. Espero que no pensando en estupideces.
Dejé salir una leve risa entre dientes mientras veía mis manos nuevamente, escondí mis cicatrices y volví la mirada al frente.
—Solo quería despejarme un poco, tú lo haces mucho —mencioné, permanecimos en silencio durante poco tiempo—. ¿Cómo te sientes ahora que... pudiste completar tu venganza?
—Si la hubiera completado, Doflamingo no estaría a cargo de la marina ahora —aclaró, rodé los ojos y él suspira—. Mejor. Me siento mejor, como si fuera más libre que antes. Finalmente me libré de que un tipo así estuviera suelto libremente, pero a la vez no lo sé.
—¿Cómo?
—Cuando Corazón hablaba sobre la libertad que quería para mí... creía que se refería a Doflamingo.
—¿Y no es así? —cuestioné. A él le cuesta un poco responder, pero finalmente se encoge de hombros.
—Puede ser una parte, pero quizás pensaba en algo más, algo que me falta por averiguar —respondió.
Asentí en respuesta al no tener palabras para hacerlo. No he conocido a Corazón, si Law no sabe lo que quería para él, ¿cómo saberlo yo? Puedo decir un millón de ideas pero quizás ninguna sea la correcta. Volví a mirar mis cicatrices con duda... ¿realmente soy libre? Sigo creyendo que sí, pero apenas logro olvidar lo que sucedió años atrás. Cuando Doflamingo se descubrió como ex Dragón Celestial, sentía que todo regresaba a mí como un tsunami de malos recuerdos que aún me afectan, incluso... Incluso siento que hasta ahora la sombra de esos seres me atormenta en cualquier momento. De vez en cuando tengo pesadillas con eso, pero nunca me he permitido gritar o llorar lo suficientemente fuerte para despertar a alguien. Eso es otra cosa que aprendí estando allá.
—¡Huh! —apenas pude reaccionar cuando Law sujeta mi mano y jala de mi brazo para ver lo que tanto estoy tocando. Aparté la mirada y después la mano para cubrirla en mi cuerpo.
—Entonces, sí piensas en eso aún —murmura él.
—Las cosas que viví... Realmente quiero olvidarlas por completo, pero... no puedo. Mucho menos después de lo que pasó hoy —resoplé agotada de esto.
—¿Qué sucedió? —lo miré confundida—. Cuando Doflamingo hizo que nos lanzaran a todos pero te dejó a ti, ¿qué sucedió después de eso?
—No tiene caso que lo diga. No pasó nada importante —respondí.
—Lo mismo has dicho en la playa pero aún sigo sin creerte —responde con severidad—. Dilo. ¿Qué ocurrió cuando no estaba contigo?
Abrí la boca como si fuera a responder pero el nudo apareció, no pude pronunciar palabra. Resoplé nuevamente apartando la mirada porque mis ojos comenzaron a empañarse y no quería, realmente no quería llorar en este momento, eso hará pensar a Law que ha ocurrido algo grave, cuando en verdad... no creo que lo fuera, al menos no para otras personas.
—Yo solo... no quería creerle —limpié con disimulo la mejilla que él no podía ver—. Tenía miedo. Los Dragones Celestiales que llegué a conocer siempre me han dejado heridas que quedan grabadas en mi piel, que veo... Sí, me insultaban y trataban de inferior, pero eso no me importaba. Doflamingo no necesitó hacer nada de eso, solo... supo qué decir para hacerme dudar, para hacerme sentir miedo y para que piense demasiado en cosas que no debería.
—Te hizo creer que te abandonaría por mi venganza —asegura como si lo conociera tan bien que sabía que es capaz de hacer algo así. Asentí en respuesta con la mirada abajo—. Por eso hizo todo eso de la recompensa de cinco millones. Para que yo eligiera matarlo en lugar de ir a por ti... Ese desgraciado...
Law espeta y maldice por lo bajo mientras chasquea la lengua, enfadándose aún más con Doflamingo. Esa simple reacción me hizo sentir que quería soltarme y llorar, ya que no recuerdo que alguien se haya enfadado con quienes me trataban de esa forma tan horrible. No pude evitarlo, quería esconderme, pero a la misma vez... quería hacerlo. Me lancé suavemente contra él hasta esconder mi rostro en su pecho y aferrarme a su ropa con desespero.
—Lo siento... Quería que no me afectara todo lo que decía pero lo hacía, no quería saber el resultado porque temía que yo no te importara lo suficiente. Pero cuando apareciste... me había puesto feliz de que me eligieras... Suena egoísta y estúpido, pero...
Abrí los ojos de golpe cuando me hizo dar un paso atrás y se inclinó sobre mí hasta unir nuestros labios con suavidad. Esta vez fui yo la sorprendida y la que se movía con torpeza. Él sonríe de lado al separarse levemente.
—Idiota —dice con algo de burla antes de colocar su sombrero sobre mi cabeza—. Iba a elegirte aunque signifique perder todo lo demás. No dudes de eso.
Agarré su sombrero para ocultar mi rostro cuando dejé escapar un sollozo involuntario. Volví a aferrarme a él, esta vez sintiéndome más aliviada.
—Gracias... por no abandonarme —mi voz se rompe a lo último y los siguientes sollozos ya no los pude contener por lo que simplemente dejé que salieran. De todas formas... estaba feliz.
—No tienes que agradecer por algo tan obvio. Aunque no lo hubiera prometido de todas formas no iba a dejarte, recuérdalo.
Asentí mientras trataba de calmarme, suspiré profundo y limpié las lágrimas en mi rostro. No pude no pensar en que, desde que Law eliminó esa prohibición de llorar, siento que lo hago más libremente en cualquier momento, no es lo mejor porque en realidad no tengo control sobre eso ahora, pero supongo que está bien. Si es lo que se necesita para el comienzo de una vida de libertad... está bien llorar.
Levanté la mirada cuando creí que ya tenía limpio cualquier rastro de llanto en mi rostro, lo miré con una sonrisa que fue correspondida y devuelta. Me quité el sombrero y se lo coloqué de nuevo en la cabeza.
—Te queda mejor —fue mi excusa. Él deja salir una corta risa como de no creerme.
—Créeme que no es verdad —responde inclinándose nuevamente sobre mí con una actitud que me hizo sentir nerviosa. Tragué con dificultad y me sentí aún más nerviosa cuando su mano se posa en mi mejilla.
Mi corazón latía con fuerza y mi respiración se cortaba. Él se acercó de nuevo hasta que nuestros labios se rozaban, empecé a cerrar mis ojos cuando nos interrumpieron.
—¡Oigan! ¡Torao! ¡___________! —al escuchar el grito de Luffy, Law se endereza resoplando y ocultando su rostro bajo su sombrero— ¿Huh? ¿Qué hacen aquí? El banquete está por allá.
—Ellos tiene otro tipo de banquete, capitán —Robin se cruza de brazos contra el barandal junto a la escalera. Law y yo nos sobresaltamos a la vez.
—¡¿En serio?! ¡¿En serio?! ¡Yo quiero! —Luffy salta emocionado pero de repente Law me aleja de él tomándome por la cintura.
—Olvídalo, Sombrero de Paja-ya —responde él muy en serio. Luffy empieza a quejarse por la actitud de Law, mientras Robin ríe levemente.
—__________, ¿quieres beber algo? —pregunta ella.
—Seguro —respondí acercándome y bajando de la proa hasta los demás. Robin y yo nos servimos copas de vino.
—Torao-kun y tú hacen una buena pareja —dice de repente ocasionando que comenzara a toser por haberme atragantado con el vino.
—¡Robin! No digas eso tan de repente, no me lo esperaba —dije limpiando mis labios y suspirando—. ¿Nos viste acaso?
—No. Pero se nota con solo verlos juntos —responde ella bebiendo un trago.
—¡Torao! ¡Ya dime dónde está ese banquete! —Luffy seguía persiguiendo a Law.
—Que ruidoso eres. Sombrero de Paja-ya.
—¡Es que quiero saber!
—¡Que no! ¡Piérdete! —ellos pasan frente a nosotras.
—Bueno... otros lo notamos —se corrige Robin haciéndome reír levemente—. Incluso se notaba desde antes.
—¿Antes? —cuestioné confundida.
—En Punk Hazard, cuando fuimos capturados. Fue muy obvio saberlo desde allí —responde volviendo a beber.
—No me había dado cuenta... —mencioné bebiendo de mi copa. Lo pensé por un momento y recordé esa ocasión, volví a mirar a Law que seguía discutiendo con Luffy quien parecía no querer ceder.
Sonreí un poco sin poder evitarlo y para esconder eso, bebí un trago un poco largo. Volví a suspirar y dejar la copa a un lado.
—Ya vuelvo —mencioné antes de alejarme e ir hacia esos dos.
—¡Sombrero de Paja-ya! ¡Te dije que no había ningún otro banquete!
—¡Mentira! ¡Robin dijo que sí! ¡Solo no quieres compartir, Torao!
—Luffy —llamé su atención—. Es verdad, Law no quiere compartir el banquete.
—¡¿Ah?! —Law me mira de inmediato y Luffy salta exagerado.
—¡Lo sabía! ¡Torao, eres un egoísta!
—¿_________? ¿Qué es lo que dices? —me reclama Law haciéndome reír.
—Law no quiere compartirlo porque el banquete no es lo que piensas, es esto... —sujeté a Law por el cuello del abrigo para atraerlo a mí y besarlo nuevamente.
Pudimos escuchar tantas exclamaciones de sorpresa antes de que tuvieran una razón más para festejar, o mejor dicho una excusa nueva para beber.
—¿Eh? Eso no me importa, yo quería un banquete. Torao, ¿por qué no dijiste desde un principio que no tenías uno? —se queja Luffy por la decepción. Law chasquea la lengua y se cubre con su sombrero.
Empecé a reír nuevamente, noté la sonrisa en su rostro a pesar de todo. Entonces no moriré por lo que hice, es bueno saberlo. Tomé su mano con algo de lentitud por los nervios, pues aunque nos hayamos besado un par de veces, seguía algo temerosa de que no quisiera tomar mi mano, es tonto, lo sé.
Law observa nuestras manos juntas y cierra la suya sobre la mía, afirmando el agarre. Sonreí y jalé de él para acercarnos al banquete y agarrar un poco antes de que se terminara, además de servirnos un poco de bebidas y sentarnos a un lado un poco más aparte de todo esto. Nos miramos y con una sonrisa golpeamos nuestros tarros de bebida.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro